martes, 31 de diciembre de 2013

En lugar de tener propósitos, ¡aprende a vivir!

Hola, buenas noches:

Hace días que leo a la gente hablando de metas y propósitos. Escriben cosas muy lindas, hacen unos listados de infarto y yo me pregunto: ¿de verdad los cumplen? ¿Repasan su lista durante el año? ¿Se van poniendo al día para cerciorarse de que todo se dé? La respuesta a esta y todas las preguntas parecidas, lo más probable, es que sea ¡NO!

A pesar de que no es la primera vez que escribo sobre esto, hoy quise hacerlo porque al pensar en que agotaba mi última jornada laboral del 2013 reparé en que, convencida acerca de la inutilidad de los propósitos, este año me dije que lo único que me iba a poner como obligación era escribir más, mejores... entradas en este blog. Si echan una ojeada a las estadísticas verán que, para no variar, ni siquiera eso lo cumplí (no hay más metas por realizar porque en realidad no hago listicas de esas que no sirven de nada).

Visto el caso es muy fácil comprender la inutilidad de los propósitos que pueda hacerme. Mi gran logro llegó producto del hastío y, aunque era una meta que me había propuesto a los 20 años, no tiene mérito haberla logrado a los 40 (fecha límite que me había puesto) porque fueron las circunstancias y causalidades que hicieron que todo se diera para que ese propósito se cumpliera.

Hoy comencé el 31 de diciembre escribiendo estas líneas porque puede que inicie el 1 de enero con palabras dulces, sazonadas con bendiciones y miles de cursilerías de esas que le encantan a la gente para comenzar las jornadas que saben a gloria cuando el trago enciende el alma. No, no le dañaré el primer día del año a nadie. ¡Me siento sobre el último del 2013, que fue lo suficientemente necio como para merecerlo! Desde la reforma fiscal inicial hasta el dolarazo final este año ha sido de sufrimiento total al hablar del bolsillo. ¡Habemus olla, mucha olla, aunque también felicidad, que no se puede negar!

El 2014 son muchas las cosas que habrán de comenzar. Todas llegarán como ellas quieran. No pienso proponerles ni proponerme nada. Ni siquiera prometeré escribir, hablar, tuitear... ¿de qué sirve si lo último que hacemos es lo propuesto? La vida es tan libre que nos trae todo lo que no hemos pensado. Cada año trae su afán y, la verdad, sin listados se disfruta más. Hoy suelta el lápiz y el papel. Decídete a tomar lo que venga sin esperar nada especial. Vive con energía cada día. Esfuérzate sin pensar en lo que viene mañana. Hazlo porque sí, porque te hace bien. Así, a lo libre, serás feliz. Ese es mi deseo para ti en el 2014: ¡APRENDE A VIVIR! BESOSSSSSSSSSSSS,


Marien

jueves, 28 de noviembre de 2013

Encajar o no encajar... no vale la pena fingir (a propósito del caso de Vanessa VanDyke)

El me ve y se sorprende. He dejado de ser la de ayer. No llevo el pelo lacio, planchado, sino un pelo que lucha por comenzar a ensortijarse y que, tras tanto tiempo recibiendo calor, ya no sabe cómo hacerlo.

En ese momento, tras resaltar que lo natural está de moda, me pregunta: ¿te cansaste de andar formal? Me río. Pienso: ¡oh!, ¿lo lacio es lo formal? Y respondo, con toda tranquilidad: no, me cansé de fingir. Momentos después, empezamos a hablar de lo difícil y abominable que es someterse a la terrible rutina del salón de belleza para que te estiren el cabello de forma inmisericorde a golpe de un calor que hasta te calcina los pensamientos.

Sé que a muchos puede importarle muy poco el que haya decidido enfrentarme a mí misma y romper los prejuicios que permití que los demás impusieran en mí. Para algunas mujeres, sin embargo, puede ser la diferencia entre sentirse bien consigo mismas: casi todas las mujeres que tenemos el pelo rizado, alguna vez, hemos pasado por ese trance de negación, que nos lleva a ser lo que no somos en un esfuerzo de vernos "más bellas" y ser aceptadas por una sociedad que, a golpe de convencionalismos demasiado baratos, busca imitar la estética europea y anglosajona a pesar de todo lo negro que llevamos en el alma y el cuerpo.

Yo usé el pelo rizado, tal cual era, hasta los veinte o veintiún años. ¿Por qué decidí cambiarlo? Por lo único que cambiamos las mujeres, sin pensar si es justo o no: por alguien a quien amé.

Tras una terrible decepción amorosa, que llegó por mi apariencia física -pelo rizado, devoción por las alpargatas, los jeans y todo lo informal-, me frustré tanto que rompí con todo lo que era para evitar que me volviera a suceder lo mismo (sin pensar que no era mi físico el problema, sino que estaba con un perfecto patán).

Fue así como me hice fan del blower y terminé yendo al salón dos veces por semana, sin contar que al principio me lo texturicé porque a juicio de una mala salonera sólo así se aplacaría. En fin, que así pasaron casi 20 años en los que me presenté como una impostora con tal de encajar en la imagen de lo que la gente entiende que es una mujer "perfecta".

Durante todo ese tiempo me sentí muy bien con el pelo lacio. Es más, terminé convencida de que me veía mucho mejor así. Un viaje, sin embargo, lo cambiaría todo: tras irme de vacaciones en el 2010, y estar días sin salón, me dije: ¿por qué no dejarlo de una buena vez? Mi abuela se alegró tanto ante la idea que decidí complacerla.

En el 2011, sin embargo, tuve una recaída. Nueva vez, alguien me decía que me veía mejor con el pelo lacio (había ido al salón por una fuerte gripe y aproveché para cortarme las puntas)... y volví al salón hasta inicios del 2013, cuando un motivo muy distinto me hizo desistir nueva vez del blower: esta vez era por ahorrar.

Han pasado algunos meses desde que calculé lo que gastaba en el salón y decidí que, por el bien de mis finanzas, era un gasto muy excesivo para algo tan banal e innecesario. Durante este tiempo he tenido que defenderme, dar explicaciones y hasta callar a algunos por su impertinencia; recordé, en muchas ocasiones, aquellos días en la adolescencia en los que me fastidiaban muchísimo en el colegio por culpa de mi pajón.

Hoy volví a recordar todo eso cuando vi el caso de Vanessa VanDyke, la chica de 12 años que sería expulsada de la escuela por su exuberante cabellera (yo viví algo parecido en el San Juan Bautista, donde el padre Antonio me quería obligar a peinarme).

El caso de Vanessa nos obliga a mirar muchas aristas en torno a este tema. Por un lado está la de la discriminación hacia todo lo afrodescendiente. Pero, ¿por qué? ¿Qué ganamos negando lo que somos, dándole la espalda a nuestra identidad?

Sé que culturalmente no se nos ha enseñado a aceptarnos. Por eso me encanta ver que Vanessa adora su pajón y dice que le gusta como es. Señala, además, que eso la hace única y que sabe bien que no encaja en su escuela, por lo que prefiere marcharse.

Ojalá algún día tengamos muchas Vanessa en República Dominicana. Aquí está muy mal visto que las mujeres lleven su cabello al natural que todas las mulatas y negras tienen una excusa perfecta para señalar por qué están obligadas a ir al salón. Detrás de la excusa, sin embargo, yace el terror a verse como son.

Yo decidí dejar de pretender ser lo que no soy. Mi pelo es rizado y así lo voy a llevar. Mucha gente me dice que para mí es fácil porque no lo tengo tan crespo. ¡Qué va! Es asunto de aprender a "peinarse" para que se acoplen los rizos. Muchos días mi cabello parece hecho de paja. Pese a ello, prefiero lidiar con eso. Al menos ahora tengo claro que quien esté conmigo lo hará por cómo me veo por dentro. Eso no tiene precio. Como Vanessa, apostaré a ser única.


P.D: De que puede llegar a ser un pajón, puede. Miren la prueba:

martes, 26 de noviembre de 2013

Obama conspira contra nosotros... ¡nos envió a un escogidista!




Cuando comencé a ver el video del nuevo embajador de Estados Unidos en la República Dominicana, James -Wally- Brewster, confieso que me emocioné. Pero entonces llegó el minuto 1:00, ese momento en el que mi simpatía cayó por el suelo: Wally se confesaba seguidor de los Chicago Cubs y ¡el Escogido! ¿Cómo es posible que nos hayan mandado a un embajador escogidista?, pensé. ¿No podían enviarnos a alguien que fuera indiferente al béisbol? Fue entonces que reparé en el porqué: ¡es una conspiración de Barack Obama!

En un país en el que la mayoría de la fanaticada es liceísta o aguilucha, es el colmo de los colmos que el Escogido sea el equipo que se dé el lujo de ser representado diplomáticamente. Pero, ¿por qué?, vuelvo a preguntar. Tal vez sea el karma que deba pagar nuestra alma azul. Puede que nos hayamos portado muy mal  y que por eso ese hombre tan simpático y agradable, con cara de sensible y buena gente, resultó ser un escogidista.

Sé que a estas alturas mis amigos escogidistas deben reírse con la muela de atrás. Sí, les tocó ganar. Verán a Wally y a Bob en su palco, felices, viendo sus juegos. Estarán, diplomáticamente, muy bien representados. Nosotros, en asuntos de pelota, tendremos que ignorarlo. ¡No podemos prejuiciarnos con alguien que no ha llegado!


P.D... Esto es una broma, no vayan a tomarlo en serio

viernes, 22 de noviembre de 2013

Sobre el delirio nacionalista

La trivialidad me había tomado de la mano. Me había detenido. Respirar, por momentos, hace más llevadero el trabajo. Entonces llegó el. Con un destinatario desconocido, el correo hablaba del boletín número 2 de la Red Nacional por la Defensa de la Soberanía. Decidí abrirlo de inmediato.

Cuando comencé a leerlo me quedé perpleja. La red "denunciaba" que Juan Bolívar Díaz, Huchi Lora y Participación ciudadana son voceros y promotores de lo que llaman acciones hostiles o de guerra que promueve el gobierno haitiano ante los organismos internacionales como parte de una perversa guerra diplomática que compara con la que Haití realizó a partir de 1844 cuando, afirman, buscaba bloquear a la naciente República Dominicana bajo el argumento de que no era más que una simple provincia rebelde de Haití.

Si escuchar hablar de guerra (¡en tres ocasiones!) fue todo un choque, más desconcertante aún es el planteamiento en el que sostienen esa guerra que sólo está en la cabeza de los nacionalistas radicales: que en RD hay voceros y promotores de Haití, como si de verdad alguien que ama este país se prestaría para algo tan bajo.

Por justificar su lucha, amparándose en una traición y una lucha inexistentes, los defensores de la sentencia del Tribunal Constitucional han llegado al mayor de los absurdos. ¿Por qué hablar de guerras cuando de lo que se trata es de gente a la que le han quitado sus papeles y, con ello, le han arrebatado la vida? En lugar de pensar en ellos, se habla de un plan orquestado contra el Estado porque el tremendismo vende, obnubila y tapa muchas cosas. A pesar de ello, y los amigos imaginarios, son demasiados los que han reparado en lo que se esconde detrás de una sentencia que se lleva de encuentro a la propia Constitución.

Dejando a un lado el asunto de la nacionalidad (mezclado macabramente con la migración para que los estúpidos se asusten y crean que, de no aplicar la sentencia, la República Dominicana será asaltada por los haitianos que tendrán la fuerza y el poder -como si fuera tan fácil- para desterrarnos de nuestro país), toca pasar a la soberbia de este comunicado. Y es que, en su afán de defenderse de quienes quieren humillarlos, ellos se despachan diciendo que se ha cometido un abuso porque no se les permitió terminar de imprimir unos volantes en los que se invitaba a dar muerte a los traidores. Ellos dicen que se coartó la libertad de expresión porque no se les dejó lanzar sus consignas desde el aire. Argumentan que no era una invitación a matar sino un simple boletín. Pena que nunca sabremos si era verdad.

Por otro lado, ellos dicen que hay que unirse a Danilo Medina por la defensa de la soberanía, dándole el frente a la guerra diplomática, sin pensar que la única guerra que debería existir es por la defensa de los derechos humanos y no todo lo contrario. Danilo Medina, a estas alturas, lo que da es pena. Se ha dejado arrastrar por el nacionalismo, convencido de que la soberanía peligra (mejor pensar que ha pecado de idiota y no de desgraciado) o de que el Estado es soberano para hacer lo que le dé la gana, sin pensar en el daño que le está haciendo a su propio Gobierno, que pasará a la historia como el más insensible que haya podido pasar. Además será condenado en todos los territorios en los que se crea en el derecho a tener un nombre y una nacionalidad. Y es que, no lo olvidemos, hasta el 2010 eran dominicanos los que nacían aquí.

Muchos de esos afectados por la sentencia tienen papeles sacados legalmente. Y las autoridades, irresponsables, hoy les han arrebatado todos sus derechos. Hay mucha gente que ha estudiado, crecido, vivido, sentido por este pueblo. No conocen otra cosa. Defenderlos es lo justo. Nadie puede pagar por lo que no hizo. Si hacerlo es ofender, que se ofenda quien quiera... los delirios nacionalistas nunca lograrán amedrentar a quien defiende a gente que sólo reclama seguir siendo quien es.


A continuación el texto íntegro del comunicado:
FRENTE A UNA CAMPAÑA PERVERSA

BOLETÍN DE PRENSA NO.2

Es oportuno enfatizar nuestro esfuerzo de orientación a la opinión publica y al pueblo en general que al denunciar ante la fiscalía la actitud hostil abierta que llevan a cabo Juan Bolívar Díaz, Huchi Lora y Participación Ciudadana; como voceros y promotores a nivel nacional de las acciones hostiles (de guerra) que a nivel internacional promueve el gobierno haitiano en el CARICOM, CARIFORO, OEA, PETROCARIBE, CIDH, AMNISTIA INTERNACIONAL, ESTADOS UNIDOS, EUROPA con el mismo discurso y los mismos términos en que se desata la mas perversa guerra diplomática contra la nación dominicana solo comparable con la realizada por el gobierno haitiano a partir del 1844, en busca de bloquear el reconocimiento internacional a la naciente Republica Dominicana bajo el argumento de que no éramos mas que una simple provincia rebelde de Haití.

Estos comunicadores saben muy bien que nuestro pueblo ha conquistado con su propia sangre la libertad de expresión que hoy todos disfrutamos y de la cual esta naciente Red es una trinchera mas para su defensa; saben bien que el articulo 76 del código penal no es una mordaza a la libertad de expresión, de lo que se trata es de otra cosa. Por que no es lo mismo ejercer el derecho de criticar la sentencia 168-13 a lo cual todo dominicano es beneficiario, a que los discursos propalados por estos señores tengan exacta concordancia con las acciones de sabotaje, unas veces abierto y desafiante y otras veces entre bastidores, que son promovidos por el gobierno haitiano e intereses extranjeros y nacionales en contra de nuestra patria en una clara declaración de guerra en su primera fase, es decir, en la fase diplomática y mediática.

A propósito de censura a la libertad de expresión, estos señores sí la aplicaron en contra de nuestra Red cuando lograron que la empresa impresora del famoso volante “Boletín aéreo No. 1” después de imprimir los tres millones de volantes y que iniciara su entrega con una primera partida de 153,000 unidades incumpliera unilateralmente el contrato sin que mediara ninguna explicación y mucho menos decisión judicial y, concomitantemente lanzando un campaña de mentiras con respecto al contenido de dicho volante, acto éste que nos recuerdan las acciones represivas de los regímenes dictatoriales que con todo su poder impedían la libre expresión del pensamiento en base a la represión, el chantaje y la mentira. En este caso estamos frente a un mismo acto opresivo y violatorio a fundamentales derechos humanos pero esta vez aplicado no por un estado tirano sino por tiranos agrupados en el sector privado y estrategas de la llamada sociedad civil. He ahí una muestra mas de la doble moral con que actúan estos señores.

El pueblo debe mantenerse sereno pero alerta, unido, movilizado y sin dejarse provocar apoyando al presidente Danilo Medina por la defensa de nuestra soberanía y frente a esta guerra diplomática y mediática declarada, teniendo bien en claro que los señores denunciados en la fiscalía, representan los intereses del gobierno haitiano y que sus acciones van mas allá del simple ejercicio de la libertad de expresión a ser destacados voceros y promotores en el país de sanciones internacionales especificas junto al boicot, descredito despiadado con acusaciones de asesinato civil, xenofobia, racismo, fascismo, nacismo que injustamente padecen las autoridades dominicanas llámese Tribunal Constitucional, Gobierno dominicano, Junta Central Electoral, Dirección de Migración y nuestro propio pueblo.

jueves, 7 de noviembre de 2013

La Bienal: entre los sí y los no de una muestra

Magia. Eso, al menos para mí, siempre ha sido el arte. No importa si nos encontramos con trazos, piedras, barro, palabras, música... si no existe una sinfonía lúdica, que te transporte más allá del espacio en el que estás, puede llamarse cualquier cosa menos arte.

Aunque no soy una especialista y sé poco del tema porque apenas alcanzo la categoría de asidua espectadora, recorrer las instalaciones del Museo de Arte Moderno fue una experiencia interesante y dolorosa a la vez. En la 27 Bienal Nacional de Artes Visuales, que estará abierta hasta el 17 de noviembre, se va de lo sublime a lo ridículo, pasando por la reflexión y el tedio. Todos los sentidos, incluso el aburrimiento, convergen en una muestra que no se puede explicar por sí misma.

Tardé muchos días sin ir. Quería que pasara el bochinche de la premiación para no partir del prejuicio. Sin embargo, cuando vi las obras premiadas, no pude más que resumir que no entiendo nada. Y es que, si bien es cierto que arte cambia y hasta transmuta, es difícil entender qué encontró el jurado en el gran premio, que fue otorgado a Joiri Alphonsina Minaya Feliz, por su video, “Metonimia” y su performance, “Satisfecha”

Para comenzar vayamos al video, que muestra dos imágenes paralelas. Una de ellas es el mar, cuyo sonido nos hace volar. Esa imagen no cambia, es estática. La arena, las olas que muriendo en la orilla de la playa... nada que ver con la que está a su lado. El video, de repente, muestra a una chica saliendo de la ducha que, al parecer, busca amantar al mundo o exprimir su anatomía, vaya usted a saber: se coloca un colador en uno de los pechos, desde donde mana un chorro de algo, y luego hace lo mismo en el otro. Ahí termina la historia.

Si el video no me transmitió nada más que la sensación del absurdo, el perfomance me llegó. Pero lo hizo porque ya sabía previamente qué significaba, de qué iba la cuestión por lo leído y escuchado. Aunque chocante, al verla llenándose la boca de bocados mojados en café, su mensaje cala: presenta la sordidez de una sociedad que se atiborra, que nunca está conforme, y busca saciar un apetito tan voraz que parece no tener final. Es la ambición y la gula; la transgresión en sí misma.

Aunque me tilden de amante del cliché, yo le habría dado el primer premio al coro de luces y cristales que se unieron para crear una ciudad moderna, titulada "Cibercity 3001" por su creador, Luis Ernesto Arias Pérez, quien se tomó seis meses recolectando las piezas con las que daría vida a una impresionante instalación que sorprende por la forma en que todo brilla y se transforma.

También me tocaron el alma las instalaciones de Julianny Zaira Ariza Volquez, que mostró una serie llamada "Bien-estando", en la que las parejas juegan a tocarse sin hacerlo porque sus cuerpos, hechos de tela de saco, se adivinan pero jamás se ven. Delicadas, de color blanco roto (así le dicen los críticos, qué se yo) son como un susurro, una caricia a la existencia.

Además premiaron el trabajo de Ariadna Margarita Canaán Rivas, con "La casa de piedras", un trabajo fenomenal en el que los materiales desechados de las construcciones se conviertan en denuncia. Lástima que antes ya esto se había hecho.

Por otro lado se premio el trabajo de Engel Stalin Leonardo Bello y Laura Michelle Castro Matos, con su instalación (inserte "") "Moderno Tropical", algo que no entendí porque lo que ellos hicieron fue colocar mosaicos, hierros y alguna que otra estructura suelta por aquí y por allá, en lo que los jurados dijeron que fue un "diálogo con la arquitectura". La conversación estuvo linda. El premio, para mí, inmerecido.

Pero si de desconciertos vivimos, fue extraña la sensación de ver "Vibraciones bajas", de Patricia Castillo (Patutus), que muestra unos hilos negros que se entremezclan, cruzando de un lado a otro de la pared, en franca alusión a aquello que ya no se usa.

Continuando con las instalaciones -y aunque no ganó nada- me encantó "El arte de nadar" de Lidia León Cabral, una pieza muy llamativa y bien hecha que creó con atarraya, acero, espejo, luz, piedra y cables. Colocada en el sótano del museo, su baile en espiral nos invita a crear alguna elegía.

Que en cerámica no haya habido ganadores no es de extrañar. Hubo una pieza espectacular en cerámica pero, lamentablemente, las mostraba rotas. No recuerdo el nombre pero era una instalación, junto a un video, que me llamó poderosamente la atención.

Que los renglones de pintura y artes gráficas hayan quedado desiertos es incomprensible. Había muchos cuadros que ver. De hecho, varias de las menciones de honor son pinturas y dibujos. Por tanto, ¿cómo se explica que no hayan premiado a nadie? Colores brillantes, formas atrevidas, texturas que se mezclan... bien vale la pena recorrer los cuatro pisos del Museo para descubrir todo lo que hay ahí.

Aunque podría pasarme la noche entera escribiendo acerca de lo que allí se ve, no vale la pena intentarlo: la memoria no da para tanto (ni la paciencia de ustedes). Vayan, este fin de semana, a ver lo que hay allí. ¡No será tiempo perdido.

Las verdaderas cucarachas que debemos atacar

Desagradables, en más de una ocasión nos han provocado disgustos. Un susto aquí, un apuro allá, instantes de puro asco… sus efectos, la verdad, son múltiples. Nunca, sin embargo, pensé que serían capaces de provocar tristeza.

Sólo después de la visita de Rihanna a la República Dominicana comprendí que las cucarachas son tan mágicas que develan todo tipo de sentimientos y actitudes. Y es que, tras el desafortunado tuit de la cantante, muchos hemos sacado a flote la miseria que llevamos dentro.

A pesar de que el comentario de Rihanna no me gustó por la puntillita de “only in DR”, las reacciones ante su queja por encontrar una cucaracha, un grillo y un murciélago (¿de veras un murciélago) en su habitación han sido desproporcionadas: la han insultado hasta la saciedad, haciendo de las burlas y la exageración una fiesta de mal gusto.

Lo que le duele a algunos de los que hoy agreden a Rihanna es que es famosa y tiene muchos seguidores. Cualquier dominicano que vaya a un hotel y se encuentre bichos en la habitación lo tuitearía y, lo más probable, pondría el mismo "only in DR". Entonces habrían acabado al hotel (de 5 estrellas, es de suponer), en lugar de a la pobre chica que se asustó con unos intrusos que jamás debieron estar allí.

Amén de que esto habla muy mal de lo que somos, también nos dice que estamos muy mal porque, mientras dedicamos energías a ese tema, dejamos de lado las cosas que sí importan, es decir, las verdaderas cucharas de nuestra sociedad: las denuncias por corrupción que no prosperan, un presupuesto 2014 que no convence por el desatino de las partidas, un ineficiente sistema de salud, una economía que sólo es buena para ricos y funcionarios y unos legisladores que prohíben las hookah pero no tienen tiempo para los proyectos importantes.

Son muchas las cosas que merecen atención. Como la lucha contra el cáncer de mama, que pierde su ímpetu cuando muere octubre; o la falta de educación cívica, algo que demostramos con demasiada frecuencia. Rihanna ha metido el dedo en la llaga. Ella nos ha vuelto a recordar lo que somos. ¡Qué tristeza!

viernes, 25 de octubre de 2013

Hoy, en lugar de defender, lloraré...

Como el día, gris, está mi alma. Tengo deseos de llorar, derramar muchas lágrimas, porque así tal vez logre salir del agobio que me atrapa. ¡Estos últimos días han sido tan tristes!

Desde que conocimos la sentencia del Tribunal Constritucional (TC), República Dominicana se dividió en dos: los que están a favor y los que estamos en contra. Ambos grupos se dividieron, a su vez, en otros muy variopintos. Cada uno, posteriormente, comenzó a enarbolar su bandera, defendiendo su posición con tozudez y gallardía, haciendo de la sociedad una batalla campal que no reconoce razones ni equilibrios. Hoy, más que cualquier otra cosa, parecemos legiones de enemigos que buscan dañarse sólo con la intención de mostrar que somos más fuertes y que, por tanto, la razón está de nuestro lado.

Hoy no quiero defender mi punto de vista porque no tiene sentido. Los que piensan como yo me aplaudirán y comentarán alegres que mi posición es la mejor. Los que difieren harán lo contrario: intentarán convencerme de "mis yerros" para que me pase a su lado. Algunos lo harán con respeto y haciendo uso de su derecho a decir lo que piensan. Otros insultarán o usarán algunas de esas frases desencajadas que me dan terror y asco. ¿Resultado? Tras muchas palabras, comentarios y cavilaciones, yo seguiré creyendo lo que creo y ellos también.

Algunos dirán que quiero huir al "debate". Claro que quiero huir porque al final no se debatirá nada y sólo ametrallaremos nuestros argumentos, acaso leyendo los del otro, pero no tendremos una conversación cuidada, real. Y es que, tristemente, estamos acostumbrados a la imposición y no al diálogo.

Las cosas han llegado a un punto tal que las sensibilidades están a flor de piel. Cualquier cosa es tomada como una afrenta y, si bromeas, la gente se ofende y lo toma a mal. ¡Hemos perdido, incluso, el sentido del humor!

Peor aún es que hemos escarbado en lo más profundo de nuestras miserias existenciales para reivindicar al sátrapa más despiadado que pudo haber dado nación alguna: Rafael Leonidas Trujillo.

Si escuchar a un puñado de personas enalteciendo a Trujillo es grave, duele ver que la costumbre se va generalizando. Por ello, hoy nos levantamos viendo la imagen de Trujillo en la prensa: un grupo de estudiantes de Constanza (instigados por el ex raso del Ejército Nacional Alan Alexander Delgado, quien convocó y organizó la actividad) se manifestaba con una foto del dictador y decía "Trujillo, ven a ver", al tiempo que pedían "cárcel para los traidores de la patria".

La manifestación se realizó ayer 24 de octubre. Y era justo el día en que se cumplía el 122 aniversario del natalicio de Trujillo. Entonces, tras leer las consignas y reparar en el día, uno se pregunta: ¿lo que quieren que Trujillo vea es que hay gente que se opone a la sentencia del TC? Asumo que esos son los traidores de la patria de los que hablan.

Pensar en ello me puso la piel de gallina. Ya había visto algunos mensajes reivindicadores (y completamente indignantes) en Facebook, por lo que me asustó la sola idea de que a alguien se le pueda ocurrir replicar el anti haitianismo de Trujillo, quien ordenó a sus tropas la erradicación de la población de origen haitiano que vivía en el territorio dominicano, sobre todo en las fincas agrícolas situadas a lo largo de la frontera entre República Dominicana y Haití.

Todo comenzó el 28 de septiembre de 1937. Los militares y policías fueron a las fincas agrícolas, reunieron a todos los migrantes haitianos y los llevaron a sitios apartados donde eran asesinados con pistolas, fusiles, machetes, cuchillos y hachas. Los asesinatos no discriminaron a mujeres, niños o ancianos. La masacre duró días. En total murieron entre 20,000 y 30,000 migrantes haitianos.

Leer que hay gente que minimiza aquel hecho o que trae a colación la memoria de Trujillo cuando se habla de este tema no puede más que preocupar. ¿Será acaso que los nacionalistas a ultranza han perdido la razón? Una cosa es defender el país, si es que fuera necesario, y otra cosa muy distinta aupar el genocidio o promoverlo.

Puede que esté exagerando, descontextualizando u horrorizándome antes de tiempo. Pero he visto a demasiada gente con actitudes y argumentos que muestran una xenofobia tremenda. También he visto comentarios que enmascaran un burdo racismo y un odio que va mucho más allá del rencor histórico.

Tal vez la sociedad dominicana es más trujillista y excluyente de lo que había imaginado. Puede que sólo nos hayamos disfrazado de progres cuando en realidad somos ultraconservadores y fascistas, dos condiciones que suelen ir agarradas de la mano cuando se habla de nacionalismo.

Defender la nación y la nacionalidad está muy bien cuando se habla de amenazas reales. Esa defensa, sin embargo, no puede llevarnos a despertar otros demonios. Hay grupos nacionalistas que están tirando de los hilos del orgullo patrio para darnos un caramelo envenenado. Honestamente no creo que haya invasiones foráneas ni peligros reales para nuestro país. El peligro real, ahora, es otro: estamos sembrando divisiones innecesarias, creando enemigos que no existen y, al son de los insultos, dándole cada día la espalda a eso que decimos defender: la dominicanidad.

viernes, 11 de octubre de 2013

Con dolor, un nuevo Día de la Niña

Hoy se conmemora por segunda ocasión el Día Internacional de la Niña, una jornada que busca visibilizar el estado de vulnerabilidad en el que viven las niñas en el mundo.

Hoy, en pleno año 2013, todavía significa una desventaja ser niña. Las niñas aún son discriminadas y violentadas; tienen menos oportunidades que los varones y les cuesta más acceder a la educación.

En algunos países más, en otros menos, las niñas siguen sirviendo al trabajo doméstico (a veces más allá de sus hogares) y se les priva de la infancia con la misma facilidad que se les imponen las tareas de los adultos.

Hoy es un día para decir ya basta. Con el alma vestida de negro, aspiro a que pronto no necesitemos un Día Internacional de la Niña que, posteriormente, nos recordará que también existe el Día Internacional de la Mujer.

Es triste, muy triste, que las niñas tengan ahora un día. ¿Cuándo nos permitirán ser, independientemente del sexo? Yo he tenido la fortuna de que jamás me limitaron por ser niña ni por ser mujer. Por eso no creo en la discriminación ni me pongo fronteras. A las niñas hay que enseñarlas a ser ellas mismas, en lugar de restregarles en la cara lo que "no pueden" hacer. Si a una niña se le educa sin que piense en que lo es, antes de hacer cualquier cosa, tendrá muy claro que podrá llegar donde quiera.

Lo he dicho mil veces pero siempre saco a colación que tuve una grúa, un camión, velocípedos... cosas que eran tan de niño que a cualquiera le podría sorprender que me gustaran. Las muñecas me aburrían aunque me encantaban las mariquitas. Nunca me dijeron que jugara a una u otra cosa. Creo que eso marcó mi carácter y mi vida: jamás he creído que haya cosas exclusivamente de mujeres o de hombres. Tal vez por eso he llegado a ocupado espacios que antes fueron de hombres.

Entiendo el porqué del Día Internacional de la Niña. Es un reclamo, un grito que busca poner en evidencia el maltrato que sufren, cómo se les castiga y condena. Las estadísticas son terribles. Por ejemplo, aún hay 31 millones de niñas en el mundo que, en edad escolar, no tienen acceso a la educación.

Por otro lado, según cifras de la Unicef, el 50% de las agresiones sexuales en el mundo se dan contra niñas menores de 16 años, cada tres segundos una niña es obligada a casarse en algún lugar del planeta y cerca de 140 millones de niñas han sufrido mutilación genital (una cifra que, además, aumenta en dos millones de casos cada año).

En el caso de nuestro país, el 44% de las adolescentes deserta de la escuela por causa de un embarazo, mientras que el 90% de los casos de violencia sexual denunciados entre enero y agosto del 2012 correspondieron a menores de edad.

Hay muchas otras razones por las que toca hablar de las niñas. Sin embargo, me duele y me preocupa que, lejos de mejorar su situación, este día se traduzca en un motivo más de discriminación. Puede que un día la gente termine confundiéndose y "celebrando" el día de la niña, tal como hacen muchos con el de la mujer.

Yo prefiero luchar por las niñas cada día del año. Intentar cambiar la vida de las que me rodean y salvar, dentro de lo posible, a cuanta niña tenga cerca. Ojalá todos hiciéramos lo mismo. Así, tal vez, ganaríamos la batalla.

martes, 8 de octubre de 2013

El TEDx: un desubique que aún perdura

Confieso que me prejuicié pronto. Cuando el tiempo fue corriendo, y la espera se volvía eterna, mi humor se alteraba por segundos: había sido convocada para las 9:00 am pero la actividad no empezó hasta las 9:55 am... ¡porque la gente llegó tarde!

Ya con el mal sabor del irrespeto que significa comenzar casi una hora después (15 y hasta 20 minutos se perdonan pero 55, no), me dispuse a intentar entender de qué iba la cosa: sabía que se llamaba TEDx Santo Domingo y que el tema era Vivir Aquí. Además de ello, tenía claro que un grupo de gente hablaría de sus experiencias haciendo cosas diferentes.

La primera propuesta fue desconcertante. Paola Santana nos presentó un interesante proyecto de transportar pequeñas cargas a través de drones. Se refirió a lo que cuesta hacer carreteras (aunque olvidó que se usan mucho más que para transportar carga), mostró cómo desarrollarían el proyecto y al final, como colofón, nos dijo que aunque al principio el proyecto le parecía una locura, se atrevió a apostar por él y consiguió, junto a sus socios, hacer algo completamente distinto: usar la tecnología, de forma no convencional, y diseñando un proyecto que sabe a futuro. Su apuesta, resumida en dos frases, fue superar el miedo y vencer el imposible. La invitación estaba hecha.

El segundo disertador (lo siento, aunque la presentadora y los organizadores todo el tiempo anunciaban a los speakers me resisto a usar una palabra en inglés cuando el español es tan rico), Rubén Torres, nos mostró diversos corales y nos recordó lo importantes que son para preservar las playas. También habló de turismo, mostró fotos hermosas de la vida submarina y nos llevó a recorrer las profundidades del mar. En contraste con la primera charla, seguía sin entender cuál era el hilo conductor. ¿Lo bueno? Este panelista sí habló de aquí (RD) y no de él.

Luego vino el artista Marcelo Ferder, quien a pesar de ser argentino fue el más humilde de todos los expositores: habló poco de él y mucho de Santo Domingo, de cómo la ciudad ha quedado plasmada en su arte y cómo la basura le ha servido como un instrumento de crecimiento. Verlo crear murales en las escuelas, transmitiéndole tanto de sí a niños de escasos recursos, bien valió la pena. Fue el único que realmente nos enseñó qué significa Vivir Aquí y cómo podemos transformar nuestra visión y lo que hacemos. Casi que con él hubiese bastado para llevarnos el mejor de los mensajes. El nos obligó a mirarnos de nuevo y enfrentaros a eso que somos y que con tanta frecuencia olvidamos.

La cuarta intervención rompió todos los esquemas. Yan Piero Núñez, "aunque domina el español", hablaría en inglés porque su mensaje se entiende mejor en ese idioma", tal como explicó Miralba Ruiz. Completamente en shock, porque nada como el español para transmitir un mensaje cualquiera, me pregunté cómo es posible que el inglés le parezca mejor cuando no tiene las inflexiones y los matices que nos da el español.

Luego lo entendí. El punto no es el idioma, sino el norte de Yan Piero: trascender. Así lo dice en la biografía de él que aparecía en el volante que entregaban en la entrada. Textualmente decía lo siguiente: "Lo más importante es entender que la trascendencia no solo es algo que él busca, sino algo que toda su generación debe buscar casi de manera urgente". Nada para trascender más allá de Santo Domingo que hablar en inglés, asumo, a pesar de que tal vez los criollos no te entiendan.

Su decisión de hablar en inglés me pareció fuera de lugar. Nunca se dijo que se debía ser bilingüe para ir al TEDx y no había traducción simultánea. Además, si de Vivir Aquí se trataba, ¿por qué hablar en otro idioma? ¿Su charla? Un egocéntrico ejercicio para servir de inspiración a otros niños bien como él.

Tras él vino Patrick Attie, presidente de la "Association Haïtienne pour le développement des Technologies de l'Information et de la Communication", quien también habló en inglés pero porque no sabe español (algo totalmente entendible). Su exposición sobre la educación no encajaba demasiado, sobre todo porque rezaba más de Haití que de República Dominicana.

Hasta ese punto entendía menos de qué iba el TEDx. Pero nada, había que seguir. Media hora de receso, para conversar con los expositores o relajarse un poco, y volvimos a la carga. Era el turno de Eladio Fernández, un administrador de empresas que decidió dejar su trabajo en una empresa familiar para dedicarse a su pasión: la fotografía. Gracias a ello, tiene una colección impresionante de metamorfosis de mariposas. Tras contarnos bastante sobre mariposas y cómo las fotografía, nos dejó con esta exhortación: si están cansados de su vida, de lo que hacen, les invito a hacer una metamorfosis. El mensaje, muy bonito, sería perfecto si no hubiese facturas que pagar.

Posteriormente vino otro de los momentos cumbres de la mañana (bueno, ya eran horas de la tarde). Tocaba el turno de Tabaré Blanchard (Taba), un publicista que supo conectar con el público haciendo lo que mejor sabe: contar historias. Con el privilegio de haber conquistado parte del camino que lleva hacia la cima del Everest, emocionó con el relato acerca del viaje que no pudo completar porque el cuerpo no le dio pero le permitió hacer fotos impresionantes y recoger ese ascenso en una película que tiene toda la pinta de ser espectacular. ¿Lo mejor? Que, a la par de la historia de los tres dominicanos que sí conquistaron la cima, presentará a tres niños que escalan el pico Duarte. Todos, dijo, tienen algo en común: una montaña que conquistar. Nosotros, recordó, también: la de la vida misma.

Momentos después el doctor José Rafael Yunén contó cómo, preocupado por los pocos intensivistas que hay en el país, creó la primera residencia de esa especialidad. Habló de su experiencia en Estados Unidos y, gracias a un caso en particular, nos hizo recordar algo que muchas veces olvidamos: siempre hay que tener presente, sobre todo si se es médico, que lidiamos con seres humanos y... ¡hay que escucharlos, observarlos, para poder resolver las cosas!

La historia que contó para enseñarnos eso fue la de un paciente que tenía delirios y llevaba ya tres meses en cuidados intensivos. Incapaz de curarlo, decidió buscar ayuda y llamó a Psiquiatría. El psiquiatra, al llegar, tomó su estetoscopio, puso los auriculares en los oídos del paciente y le habló por el extremo. Entonces el doctor Yunén comprendió que el paciente tenía problemas de audición. ¿Por qué él no se dio cuenta? Porque, confiando en sus conocimientos, no había observado a su paciente. Fue una lección, en resumen, de humildad.

Hasta ese momento, aún sin un hilo conductor que nos dijera qué tenían que ver la mayoría de los expositores con Vivir Aquí, conocimos a Cheyann Reagan, una nortamericana de origen mexicano que soñaba con entrar al mundo del cine y, frustrada porque le dijeron que por ser latina no podía aspirar a papeles de princesa por su apariencia, decidió escribir, producir y dirigir. Producto de ello y, sin un centavo, hizo su primer corto. Luego hizo dos más y posteriormente creó una serie web cómica, "Off & Running", para Paramount Studios.

Su vida, dijo, es como la de una matita de tomate que creció un día entre dos muros de su jardín: aunque todos apostaban a que era imposible que se diera allí, ella lo hizo. Y es que, asegura Cheyann, la planta era completamente ajena a todo lo que la gente pensara, creía... simplemente existía. Así, ajenos a todo lo tóxico, debemos vivir nosotros: haciendo lo que queremos, insistiendo hasta alcanzar nuestros sueños.

Tras ella, vino Marcos Rodríguez, un experto en reptiles que apenas tiene 21 años. Habló de cómo inició su afición por las lagartijas (por una cámara) y de especies en vía de extinción. Fue, retrocediendo desde la era de la colonización, un llamado a la conservación. Aunque le faltó conectar, acaso por la edad, fue tal vez el mensaje más claro: o cuidamos lo que tenemos o dejaremos de Vivir Aquí porque aquí, simplemente, no existirá.

Cuando Marcos terminó su disertación eran ya las 2:30 de la tarde. Faltaba el cierre. Honestamente, no lo esperé. Estando en el lugar desde las 9:00 am, y desconcertada a más no poder, no estaba en ánimos de conclusiones que no sabía si me dejarían algo. Tal vez, sí. Pero el prejuicio, vuelvo a reconocerlo, me pudo. La jornada, demasiado larga, había sido un tanto extraña. No terminé de entender, porque hasta el final no hubo nada que enlazara las historias, cuál era la intención. ¿Coaching existencial a través de nuevas historias de gente que ha triunfado? La respuesta pudo haber estado en la última parte. Pero el cansancio era mayor. La duda era preferible antes que una decepción final. Aposté, evidentemente, por no saber.

Ahora bien, ¿por qué contar todo esto a casi una semana y media de la actividad (fue el 28 de septiembre, hace diez días)? Tras recibir un email pidiéndome que evaluara el TEDx, pensé que tal vez sería buena idea ponerlo por escrito. Obviamente, me costó bastante hacerlo: con diez expositores, hay que acomodar los recuerdos y vencer la pereza de escribir tan largo y tendido (tal vez para nada pero me desahogo).

¿Un resumen? Inventemos una historia cada día, haciendo las metamorfosis necesarias, creando cosas nuevas y contando esas historias maravillosas que nos permitirán subir a la cima de la montaña del éxito. Tal vez eso nos quisieron decir y transmitir. Pena que no supieron hacerlo. Yo, lo confieso, sigo desubicada... ¿alguien me explica?

jueves, 3 de octubre de 2013

Ser dominicano, el producto de mil migraciones

Cuando leí el fallo me apresuré. Aunque tenía la certeza de que mi familia había llegado a República Dominicana antes de 1929, tenía que confirmarlo. La duda de sabernos de aquí o de ninguna parte, lo reconozco, me causaba inquietud.

Llegados en la década de 1780, los Aristy (que descendemos del vasco José Agustín Aristi-Chagoya) tenemos la tranquilidad de que la “camiona constitucional” no saldrá en nuestra busca y captura. Muchos otros, hoy dominicanos de muy dudosa ascendencia, no pueden decir lo mismo.

A pesar de que el fallo del Tribunal Constitucional tiene como norte fastidiar a los dominicanos de origen haitiano, la situación no sólo les afectará a ellos: cuando llegaron nuestros ancestros nadie regularizaba su situación migratoria, por lo que todos los “dominicanos” descendemos de inmigrantes ilegales o, en su defecto, extranjeros en “tránsito”.

Con apellidos de todos lados, si pensamos en qué significa ser dominicano podríamos decir que somos el producto de mil migraciones. Por eso sorprende que el Tribunal Constitucional se convierta en inquisidor de los descendientes de esas mismas migraciones. Y lo hace, que es lo más triste, con una resolución que sabe a racismo y discriminación.

Lo peor es que la decisión es retroactiva y le roba la nacionalidad a gente que la tenía legalmente, ya que hasta el 2010 se adquiría por el jus solis. ¿Qué va a pasar con ellos? ¿Se unirán a esas miles de almas que no son nadie porque no tienen papeles? Por otro lado, ¿tratarán a los europeos y gringos como a los haitianos? La verdad, no lo creo. Nunca han mencionado a los de otros países.

jueves, 19 de septiembre de 2013

Muere lentamente

Muere lentamente quien no viaja,
quien no lee, quien no escucha música,
quien no halla encanto en sí mismo.

Muere lentamente quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.

Muere lentamente quien se transforma en esclavo del habito, repitiendo todos los días los mismos senderos,
quien no cambia de rutina,
no se arriesga a vestir un nuevo color
o no conversa con desconocidos.

Muere lentamente quien evita una pasión
Y su remolino de emociones,
Aquellas que rescatan el brillo en los ojos
y los corazones decaídos.

Muere lentamente quien no cambia de vida cuando está insatisfecho con su trabajo o su amor,
Quien no arriesga lo seguro por lo incierto
para ir detrás de un sueño,
quien no se permite al menos una vez en la vida huir de los consejos sensatos…
¡Vive hoy! - ¡Haz hoy!
¡Ariesga hoy!
¡No te dejes morir lentamente!
¡No te olvides de ser feliz!

PD: Este poema es de la escritora brasileña Martha Medeiros

viernes, 13 de septiembre de 2013

Señor presidente, haga algo

Hoy la indignación me puede. Sólo bastó con leer lo siguiente: el Ministerio de la Mujer no ha ejecutado ni un centavo del presupuesto de RD$31.1 millones asignados que debería destinar a las campañas de prevención de embarazos en adolescentes y fortalecimiento de la atención de salud sexual y reproductiva durante el período enero-agosto de 2013.

Tras saber eso, en un país donde demasiadas niñas han cambiado las muñecas por penes, es como para levantarse de la silla, tomar el carro y salir hacia el Palacio Nacional para decirle tres cosas al presidente Danilo Medina. Como no se puede, sin embargo, van estas líneas.

Para comenzar, sin olvidar que tenemos el derecho de exigirle toda vez que pagamos los salarios de cada uno de los miembros del gabinete, me gustaría pedirle que sea un poco más duro con algunos de sus funcionarios, quienes evidentemente no están haciendo todo lo que deberían. El Ministerio de la Mujer podría ser buen lugar para comenzar. De hecho, le queda enfrente.

Igual de cerca están los ministerios de Turismo y Economía, cuyos incumbentes ahora andan haciendo política, lo que puede causar que descuiden su trabajo. Si lo hacen, ante la delicada (y no reconocida) situación económica, ¿qué nos va a pasar? Piense en ello y olvídese de que son miembros del Comité Político: que el país esté por encima del partido. Gracias...

Otro espacio que debe mirar con cuidado es Salud Pública. En ese tenor, aunque hay muchas cosas que no tenemos claro porque encontrar al ministro cuesta demasiado (sí, sí, sé que los periodistas no le caemos bien a los funcionarios y que se esconden, algo que no deben pero hacen con frecuencia, hay unas cuantas cositas que quisiéramos comentar. Una de ellas tiene que ver con el dinero: ¿por qué sólo se han gastado RD$200 mil de los RD$20 millones (un 0.8%) que deberían invertirse en el programa de prevención y control de las zoonosis o enfermedades de origen animal?

No sé si la prevención el dengue (¿el mosquito se considera, para estos fines, como un animal?), la rabia, la leptospirosis entrar en este renglón pero asumo que debería, por lo que sorprende que esos chelitos tampoco se hayan gastado.

Lo de Educación es -o sigue siendo- de fábula: hasta ahora solo ha invertido RD$7,621.0 millones de los RD$35,614.4 millones que tiene asignados para el programa de Reparaciones y Construcciones Escolares. Los solares, puede que sean los famosos solares... pero lo cierto es que el atraso es brutal: con un 21.4% a septiembre, es difícil que se ejecuté el 100% este año.

Peor aún es lo que sucede con el programa “Primera Infancia”, destinado a los niños de 0 a 4 años: posee un presupuesto de RD$3,096.6 millones, de los que no se ha gastado nada. ¿Cómo esto es posible?

Por otro lado, mientras me quejaba de estos detalles que fueron dados a conocer ayer en la Cámara de Diputados, me sorprenden preguntándome por personas que están nombradas en el servicio exterior pero que viven tranquilamente en la República Dominicana. No, señor presidente, no se trata del embajador, sino muchos otros cargos menores. Creo que, como Carlos Morales Troncoso está tan ocupado, alguien debería ayudarle a revisar la nómina de Cancillería. Tras hacerlo, bote sin piedad a todo pendejo que esté viviendo aquí y cobrando por "estar allá" (en cualquier lugar de la bolita del mundo al que usted lo haya mandado).

Hoy es un buen día para decir que ya está bueno. Mientras todo sube (TODO, SEÑOR PRESIDENTE, TODO) y uno hace malabares para poder mantenerse más o menos igual, es el colmo que haya gente nombrada en los estamentos del Estado y que no haga lo que está obligada a hacer: ¡su trabajo!

Demasiado nos cuesta mantenerlos a ustedes para que no cumplan con su deber. Mi bolsillo llora cada vez que veo a un funcionario haciendo política o perdiendo el tiempo en sandeces, mientras el país se resquebraja y nadie sale a salvarlo. ¿Usted cree que, con sus intenciones será suficiente? Yo le voy a responder: ¡NO!

Perdone que le haya gritado dos veces. No es mi uso. Pero me da rabia ver lo que está pasando. No dudo de usted. Tal vez lo que le pasa es que se siente presionado por su partido o no quiere granjearse enemigo. Yo lo entiendo. Mas no lo acepto. Su obligación es para con nosotros, los que lo elegimos (hayamos votado o no, que al final cuenta la decisión de la mayoría), por lo que tiene que darnos respuestas contundentes. Sujétese bien los pantalones, como lo hecho en más de una ocasión, y sacuda a este, su Gobierno, que parece morir de aletargamiento. Ya está bueno de ese vivir sin vivir, estar sin estar, como esperando que las cosas sucedan solas. ¡Eso nunca pasa! Si espera que cada cual se ponga a sí mismo en cintura, y haga lo que le corresponde, su Gobierno no será más que una simple hoja en el calendario: algo que está, sin remedio, pero sirve para muy poco.

Sé que usted no quiere fracasar. Nosotros tampoco queremos que usted lo haga. Si Danilo fracasa, fracasa RD. Cada cosa que no usted no pueda arreglar será un pendiente más. Por eso le auguro éxito. Espero que cambie las cosas que están mal. Revise su gabinete, por ejemplo, porque hay demasiada que parecería aburrida de hacer lo mismo durante tanto tiempo. Prueba de ello es que... ¡hacen poco o nada! Escuche, hable con gente que no sea de su partido. Vaya a supermercado y revise los precios. Converse con las amas de casa (puede ir a una plaza, donde además verá cómo languidecen muchos comercios que no pueden vender porque pocos pueden gastar). Acérquese a las personas que no le rendirán culto y le dirán la verdad. Sus testimonios, su indignación y su dolor le permitirán ver lo que sienten los dominicanos de a pie. Esto no está fácil, señor Presidente. Son muchos los miedos y dudas que tenemos. La mayoría de ellos, sin embargo, tiene un origen común: la falta de dinero y de esperanza. Cada vez son más los que se cansan. Algunos ya se han ido. No podemos multiplicar el desaliento. Haga algo, por favor, antes de que todos terminemos rindiéndonos. Todos se lo vamos a agradecer (aunque, al fin y al cabo, sea su trabajo).

lunes, 2 de septiembre de 2013

¡Somos demasiado idiotas!

Es lunes y ya estoy cansada. A pesar de que lo he intentado, hoy no puedo más. Me harté de aguantar callada, intentando no pensar como si ignorándolo dejara de pasar. Hoy toca decir basta. Es demasiado lo que sucede. Cada día, cada semana, cada mes... se hace más difícil. La estrechez se ahonda y uno se pregunta: ¿para qué esforzarse tanto?

Hoy es uno de esos días en que dan deseos de tirar la toalla. Uno trabaja, trabaja, trabaja, y está en el mismo lugar. ¿Cómo avanzar cuando tenemos un Gobierno que nos exprime cada vez más y, mientras eso sucede, nuestro salario se queda igual?

No es fácil pagar cada vez más por la comida, la gasolina, la vivienda... ¡y ahora, por si fuera poco, hasta la energía eléctrica!

Todas y cada una de las medidas que ha tomado nuestro mal querido gabinete económico han sido una bofetada para nosotros: desde la reforma hasta la "contención" del dólar, todo lo que se ha hecho nos fastidia en demasía. Y esta vez, para no variar, volvemos a perder los mismos: los del medio, los de siempre, los que vemos reducir nuestros ingresos a golpe de impuestos y de aumentos.

Ultimamente la tijera es mi gran acompañante. Por recortar, creo que la tendré que recortar incluso a ella. ¡Son tantas las cosas que he dejado de hacer! Al principio no pensaba en ello. Hoy, sin embargo, me enfurece pensar que mientras mis ingresos se esfuman el Gobierno sigue sirviéndose con el cucharón del sancocho: a lo grande, como bien le gusta a los peledeístas, sin recoger un poco su estilo.

De aquellas medidas de austeridad no queda ni la estela. Fue un anuncio, fugaz, como todo lo que signifique ponerle algo de control a lo gubernamental. Los derroches continúan, como el abuso mismo, a la par de nuestra indiferencia. ¿Cuánto más estamos dispuestos a aguantar? Yo me siento al borde del abismo, la verdad, algo que no me sucedía desde aquellos tiempos en que Hipólito Mejía y el Banco Central nos dieron hasta en la madre.

Y no es que Leonel no haya tenido lo suyo, no. Pasa que él, guardando las formas, atajó los aumentos y la carestía para que todo le explotara al que viniera. Seguro pensó que vendría el PRD. Pero no. Es a Danilo al que se le pegará todo lo que estamos sintiendo en este momento (que no es nada bonito).

Lo triste de todo esto es la sensación de abandono. Nadie piensa en nosotros. Ni nosotros mismos, la verdad, nos detenemos a pensar en el que tenemos al lado. Tan insensibles somos, como individuos y sociedad, que permitimos que nos hagan todo lo que quieren: nos abusan, se burlan de nosotros y, en lugar de quejarnos, le lanzamos una tímida sonrisa. Si es que al final, ¡somos demasiado idiotas!

lunes, 22 de julio de 2013

Haití y su defensa al medio ambiente... ¿chiste o burla?

Hoy supimos de manera oficial que desde el día primero de agosto los plásticos dominicanos no podrán entrar a Haití. Al escucharlo, en primer momento, pensé en que ellos tienen todo el derecho del mundo a rechazar cada uno de los productos de la industria local. Todo país es libre de elegir, que contra eso nadie puede...

Oír la razón por la que rechazan los plásticos dominicanos, sin embargo, me indignó. ¿Cómo Haití se atreve a decir que no permitirá que entren los plásticos dominicanos porque dañan el medio ambiente? ¿De verdad los haitianos, quienes han depredado su país y parte del nuestro, quieren defender el medio ambiente? ¿Por qué, entonces, no prohíben la entrada del carbón? Ese, que es producto de la tala indiscriminada de nuestros bosques, sí que daña el medio ambiente.

Si ese mismo argumento lo esgrimieran contra nosotros Estados Unidos, Europa o algunos países de América Latina juro que lo entendería. Es más, casi que lo aplaudiría a pesar del daño que le pueda causar a la industria local.

Que Haití nos hable de medio ambiente, sin embargo, es una verdadera vergüenza. Un Gobierno que jamás ha hecho nada para controlar la depredación de su país y se hace de la vista gorda cuando se trata del contrabando del carbón, ¿nos quiere dar clases de conservación ambiental? De no ser una burla, la verdad, no lo comprendo.

Y es que República Dominicana, por demás, es el único país que ayuda a Haití a proteger su medio ambiente. Justo ayer Bautista Rojas Gómez anunciaba la puesta en marcha de una serie de iniciativas de protección ambiental que se desarrollarán a todo lo largo de la zona fronteriza como parte del cumplimiento del compromiso que asumió el presidente Danilo Medina con su homólogo Michel Martelly cuando visitó Haití en el mes de abril. Durante esa visita, paradójicamente,también acordaron que los ministros de Industria y Comercio de ambos países se reunieran para facilitar las exportaciones desde y hacia ambos países.

De abril a esta parte RD ha cumplido. Incluso, el presidente Danilo Medina regresó a Haití el 5 de junio con motivo de Día Mundial del Medio Ambiente, una jornada durante la que ambos presidentes plantaron juntos un árbol de caoba como expresión de su compromiso con la protección de los recursos naturales de la isla.

En ese contexto, Medina puso a disposición del gobierno del presidente Martelly las plantas necesarias para apoyar a Haití en el amplio programa de reforestación que realiza para elevar su capa boscosa de un 2 a un 4% en tres años.

A pesar de esta y otras tantas ayudas, hoy Haití nos acusa de dañar su medio ambiente. Ojalá que esa fuera la verdadera razón. Sin embargo, parecería que es cualquier cosa menos eso. Y es que, con el asunto de los pollos y los huevos casi resuelto (según promesa eterna), suena demasiado extraño que un nuevo renglón sea prohibido.

Primero fueron los salamis, longanizas y demás; luego los pollos y los huevos. Ahora son los plásticos. Todo ha sucedido justo en el último año. Nada parece casual. Algo, un interés mercurial o de cualquier otra índole, hay detrás de estas vedas. Tal vez hay quienes ganen dinero gracias a ellas. Lo que se importaría desde RD tiene que llegar desde otro lugar. Muchas veces, incluso, más caro. Pero, ¿a quién le importa? Puede que a nadie.

Tampoco parece importarle demasiado al Gobierno dominicano, que toma las cosas con demasiada filosofía y no se termina de envalentonar. Es cierto que todo el mundo nos acaba cuando apretamos un poco a Haití. Nadie dice nada, sin embargo, cuando es al revés. Hoy toca defenderse. No es justo que República Dominicana viva ayudando a Haití, y demostrando toda la buena voluntad que existe hacia el vecino país, y siempre terminen fastidiándonos. Ya está bueno de poner la otra mejilla, una y otra vez, cuando nos abofetean.

Cada quien tiene derecho a imponer sus reglas del juego. Pero las nuestras, ¿nunca van a llegar? Este es el momento de despertar. No se puede ser tan bueno toda la vida. Al final, de cualquier manera, siempre nos joden. Entonces, ¿seguiremos permitiéndolo?

jueves, 27 de junio de 2013

La intolerancia se pone de pie por “culpa” de Wally

Aún no ha llegado y ya ha desatado la locura. La nominación de James “Wally” Brewster como embajador de Estados Unidos ha provocado que los sectores más conservadores y retrógrados del país se pronuncien contra la decisión tomada por el presidente Barack Obama.

Los cristianos, evangélicos y católicos coinciden en rechazar a Brewster y calificar su designación como “un insulto a las buenas costumbres dominicanas” (Cristóbal Cardoza, reverendo evangélico) y “una falta de respeto, de consideración, que se nos envíe como embajador a una persona de esa categoría” (monseñor Pablo Cedano, obispo auxiliar de Santo Domingo). Cedano, incluso, dijo que “yo tengo la esperanza de que no llegue porque yo sé que si llega va a sufrir y tendrá que irse”.

Con sus declaraciones ellos dejan claro que para las iglesias ser gay continúa siendo un pecado y, como tal, estamos ante un dilema “moral” (ser gay es contranatura y, por tanto, un pecado). Ese que les lleva a olvidar, al discriminarlo, aquel mandamiento que ordena amar a tu próximo como a ti mismo.

Pero el prejuicio les lleva a hacer otras conclusiones: Cardoza asegura que las relaciones gays “no están aprobadas moralmente” aquí, mientras el padre Cedano dice que “todo el mundo sabe que nadie va a aceptar a esa persona porque eso está muy lejos de nuestra cultura”.

Amén de que la Constitución consagra el derecho a la igualdad, a la libertad de cultos, a la intimidad y el honor, así como a la integridad psíquica y moral, por lo que es imposible apelar a las leyes para rechazar la homosexualidad (que no está legalmente prohibida, por demás), ellos se equivocan al creer que todos lo vamos a rechazar. A muchos nos vale lo que los demás hagan con su cuerpo. La moral no se mide en la cama, sino en la vida.

Es por ello, porque cada cual hace de sí y consigo lo que entienda pertinente, que estaremos felices de recibir a Wally y descubrir lo que tiene para darnos. Será grandioso ver cómo muchos machistas a ultranza tendrán que romper sus prejuicios y codearse de tú a tú con un embajador que, por demás, representa a una de la más importante potencias del mundo.

Esos 4 de julio en la residencia del embajador de Estados Unidos serán ahora más memorables. ¿Se matará todo el mundo por acudir a la fiesta, como es tradicional? ¿Qué sentirán muchos, al llegar, sabiendo que están obligados a dejar su intolerancia en la puerta? El ejercicio será, definitivamente, muy bueno para nuestra sociedad.

Y es que es hora de aprender a vernos como personas y valorarnos como tal. No es cierto que, aunque haya sectores que lo quieran ignorar, la homosexualidad esté alejada de nuestra sociedad. Aquí los hay y ha habido grandes en todas las áreas. Pero, ¿qué importa qué parejas escojan? El pecado no está en la persona en el sexo de quien comparte las sábanas con uno sino en lo que uno hace con su sexualidad. Violar a alguien, inducir a un menor, maltratar física o emocionalmente... eso es pecado. Quien elija para llenar mi cama es y será, siempre, una opción personal.

Al son de las perversidades...

Desde el fin de semana estuve pensando si era oportuno o no escribir estas líneas. La última semana ha dado tanto de sí (aunque todo ha ido a menos y no a más, lamentablemente) que el tema casi que se fue diluyendo al calor de los que le fueron sucediendo. Hoy, sin embargo, reparé en que estas líneas huérfanas, dejadas al olvido desde el lunes pasado, merecían ser rescatadas: lo que no queda escrito corre el riesgo de olvidarse.

Olvidar, en muchos casos, es saludable. En este no. ¿Cómo puede ser bueno dejar de lado el agradecimiento que externó la Iglesia Católica hacia el Grupo Supercanal o, lo que es igual, a su presidente, Frank Jorge Elías?

Aunque el agradecimiento es por el apoyo que le ha brindado el canal 33 con la transmisión de la misa durante 11 años (fue el primer canal en transmitirla en vivo), choca que el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez no se limitara a agradecer a Supercanal sino que además dijera que el respaldo que Supercanal y Jorge Elías le han dado a la Iglesia es un ejemplo de que si los medios de comunicación son usados para educar y orientar la sociedad sería mejor.

Tras leerlo, uno se pregunta, ¿y la sociedad no sería mejor si todos predicáramos con el ejemplo? También lo sería si instituciones como la Iglesia fueran más claras en los mensajes que envía la propia sociedad que quiere mejorar.

Suena raro, y muy mal, que el cardenal salga a agradecer en público a un hombre a quien están juzgando por violencia doméstica. Eso contradice bastantes de los preceptos que defiende la Iglesia, tal como la familia misma.

Muchos dirán que a Frank Jorge Elías no le han condenado. Es cierto. El argumenta que golpeó a su mujer en el ojo con una correa de manera accidental... digamos que es cierto (aunque las fotos hacen poco creíble esta versión); pero, ¿y las grabaciones insultándola? ¿Cómo se puede explicar eso? ¿También fue por accidente?

Es probable que en este matrimonio la violencia psicológica haya sido mayor que la física. Pero todo indica que ambas han existido. Por tanto, ¿era necesario que el cardenal agradeciera públicamente a un maltratador? El estaba presente en la 11 cena de la Gala Empresarial de la Confraternidad Parroquial. Seguro que será un mecenas espiritual que, probablemente, busque limpiar su conciencia por medio de la fe y el apoyo a la Iglesia. Todos en alguna ocasión, incluso, lo hemos hecho.

No sé si es que el Cardenal decide callar en torno a este tema porque parte de que la sumisión de la mujer es parte del matrimonio. Ya lo dijo Efesios 5:22-24: "Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo".

Sólo así, y partiendo del silencio que encontamos en (imoteo 3:11-13: "La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio.Porque Adán fue formado primero, después Eva", tiene cierto sentido que se agradezca un apoyo cargado de veneno.

Para nosotros, que miramos a lo lejos, callar ante el abuso de alguien más débil es una perversidad. Para el cardenal, no. Perverso es, para él, algo muy distinto: ser homosexual. Ya lo dijo hace un mes, cuando afirmó (por aquello de la aprobación del matromonio gay) que "el mundo de hoy es de farsantes, comediantes, ignorantes y perversos que andan buscando que las cosas se hagan como le da la gana a dos o tres".

Y sí, él tenía razón. Hay demasiados perversos y farsantes. Aquellos, por ejemplo, que transmiten misas y, al mismo tiempo, hieren a sus familias. También los que se apoyan en el dinero para doblegar la justicia y, ¿por qué no?, comprar el perdón.

viernes, 7 de junio de 2013

Mientras jugamos a la moral, ellas mueren


En una esquina están los conservadores, los que se oponen a todo. Al otro los liberales, los que entienden que hay que cambiar las reglas del juego sí porque sí. En el medio, los que nos vemos las cosas blancas o negras, sino que apreciamos los matices en su justa dimensión. Cada cual tiene su visión. Nadie la cambiará.

A pesar de todos nosotros, y no importa lo que opinemos, hay algo inexorable: la realidad. Contra o a pesar de ella, en ocasiones, no se puede hacer nada. Tal vez intentar ponerse por delante, para cambiar el curso de las cosas, y que las consecuencias no sean tan graves.

En cuanto al tema del aborto nunca nos pondremos de acuerdo. Siempre habrá quienes defiendan la vida en cualquier circunstancia y a riesgo de la vida misma, mientras que otros defenderán el derecho que tienen las mujeres a decidir. No tomaré partido, porque hoy es irrelevante y, además, da igual lo que piense. La realidad, al final, se impone: las mujeres seguirán abortando, nos guste o no, por lo que toca pensar en una arista que pocas veces se toca: la de la salud.

Puede que a usted le parezca todo lo inmoral del mundo. Pero, ¿qué es peor, un futuro bebé que no nazca o una mujer que muera? Antes de responder, piense en el caso de Rosa Nelis Aquino Peña, una mujer de 20 años que murió a causa de un aborto hecho en una "clínica" (la foto evidencia que de centro de salud tiene poco) que le cobró RD$3 mil pesos para regalarle la muerte.

No sabemos qué pensó Rosa Nelis cuando fue a la clínica “Salud Para Todos”, ubicada en la calle La Gaviota de Los Alcarrizos II, pero está claro que no deseaba el bebé en camino. Como solución, ya que evidentemente no tenía los recursos para otra cosa, acudió a una de esas tantas cliniquitas de barrio que hacen abortos clandestinos.

Independientemente de las razones que la llevaron a ello -desde lo económico a lo emocional-, es tremendo que Rosa Nelis haya muerto porque el sistema de salud no le ofrecía una solución segura. Y es que, por más que queramos ocultarlo, cuando una mujer no quiere tener un hijo no lo tendrá, aunque deje la vida en el camino.

La moral y la Iglesia no pueden seguirse imponiendo. Aunque para mí sea un pecado abortar "alegremente" (sin que haya atenuantes) no puedo imponer mi forma de pensar ni llevar al matadero a las mujeres que toman otra decisión. Ellas deben poder hacerlo, en condiciones, y sin que nadie las cuestione.

No sé cuántas Rosa Nelis tendrán que morir antes de que el Estado entienda que el aborto es un tema de salud pública, más que de moral o ética. Basta pensar en la cantidad de muchachas que llegan a las maternidades sangrando, con abortos espontáneos que no lo son, para darnos cuenta de que es así.

Pero este caso también nos obliga a pensar en lo urgente que es educar sexualmente a nuestros niños y jóvenes para que no haya tantos embarazos no deseados (sin ellos, no hay que hablar de abortos).

Hoy, después de tantos decires a raíz del amparo contra Profamilia, toca volver a plantear el tema de la anticoncepción y los preservativos. Una mujer empoderada de su cuerpo, con instrucción al respecto, será una mujer que difícilmente tenga que plantearse un aborto. A eso es a lo que debemos aspirar. Lo demás, es meramente un ejercicio teórico. Al final... cada cual tomará la decisión que entienda correcta.

jueves, 6 de junio de 2013

Cuando de parqueos se trata


Al ver al flamante superintendente de Seguros, Euclides Gutiérrez, inaugurar los parqueos de la institución el martes pasado, ciertas interrogantes me asaltaron de inmediato. La primera de ellas, ¿necesita una institución como esa unos parqueos tan modernos, computarizados y antisísmicos?

No es que entienda que los empleados de la Superintendencia de Seguros no merezcan los mejores parqueos que se les pueda brindar pero, ¿gastar RD$48,848,000 en 98 parqueos? Eso da a 498,448.97 por cada estacionamiento, una suma realmente absurda en un país en el que falta de todo.

Pero si la construcción del parqueo sorprende, lo que llamó más la atención es que quien lo inaugurara fuera el mismísimo presidente de la República, Danilo Medina. Amén de la sencillez que demuestra el Presidente, y no sé si peco de exagerada, creo que su presencia debe reservarse para actividades de mayor importancia. Fuera de aquí, ¿usted ve a los presidentes yendo a ese tipo de actos? Me parece que no.

Dejando de la lado el asunto de la asistencia presidencial (que seguro se debió a no querer enojar a Euclides, ese intocable cacique peledeísta que no se puede molestar para no ser objeto de su encono), pasemos a algo más pragmático: si el parqueo de la Superintendencia costó casi 49 millones, ¿por qué el de la Universidad Autónoma de Santo Domingo costó mil millones?

Si bien es cierto que el parqueo de la Uasd tiene capacidad para 1,248 vehículos y el de la Superintendencia sólo 98, es tremendo saber que el de Seguros es super moderno y costó menos de la mitad que el otro, que es un estacionamiento normal. ¿Saben cuánto costó cada parqueo de la Universidad Autónoma? RD$801,282.05.

Con los mil millones que costó el parqueo de la Uasd se pudieron construir 20 parqueos como el de la Superintendencia de Seguros (y sobraría dinero porque en total serían RD$976,960,000).

El parqueo de la Uasd, no lo olvidemos, fue construido por la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado y debía costar originalmente RD$584,472,963.83 pero luego se adicionaron RD$235,577,517.56 (un 40.31%), según consta en el borrador de un informe realizado por la Cámara de Cuentas en el año 2009. Al final, sin embargo, el parqueo no costó los RD$820,050,481.39 que estaban estipulados en el presupuesto formal, sino mil millones. Por tanto, el presupuesto se incrementó en RD$79,949,518.61 más.

Vista las cosas, y casi agradeciéndole a Euclides que nos diera luz (paradójicamente) en torno a este asunto, cabe insistir en que hay que revisar con lupa la gestión del senador Félix Bautista cuando estuvo al frente de la Oisoe. Los números, definitivamente, no cuadran.

miércoles, 5 de junio de 2013

La historia de Mubbla


Sus barbas rizadas brillaban frente a la luna. Blancas, muy largas, se ensortijaban para dar vida a alegres tirabuzones que volaban al compás del viento. Risueño, con unos delgadísimos y rojos labios que contrastaban con su blanca piel y la redondez de su gran nariz, Mubbla bailaba distraído. Nada le preocupaba. Dejando el tiempo pasar, apoyado sobre las ramas de un tibio pino, era feliz. Las luces, centelleando de dos en dos, le acompañaban y le daban todo lo que necesitaba: seguridad y calor.

A pesar de lo bien que vivía, un buen día Mubbla entristeció. Un muñeco de nieve, de redondas formas y nariz puntiaguda, llegó hasta su morada para hacer que de repente descubriera que había algo que le faltaba: no poseía cuerpo.

Mirarlo de cerca, al principio, fue cuestión de mera curiosidad: quería ver al nuevo compañero que habían colocado en el árbol. La intriga, más fuerte que la precaución, hizo que Mubbla tentara a la suerte y se agarrara de un golpe de brisa: así podría moverse y estar cerca del nuevo muñeco, Nivlu.

Aunque estaba seguro de que su táctica le daría resultado, Mubbla terminó cayendo al suelo. Una vez allí, asustado, se dio cuenta de que Nivlu no era como él y como los demás. Mirando hacia arriba, y descubriendo los pies de Nivlu, reparó en sí mismo. Luego, le habló.

- Hola, le saludó desde el piso.
- ¿Quién me habla?
- Soy Mubbla, ¿y tú?
- Me llamo Nivlu pero dónde estás. No puedo verte.

Estoy aquí, abajo. Es que me caí del árbol.
- Ah, espera a ver si te veo.
- Mira hacia la derecha, así podrás verme.
- Caramba, te has golpeado muy fuerte; hasta perdiste el cuerpo. ¿Dónde habrá caído?
- ¿Cuerpo, qué es un cuerpo?
- Lo que tienes debajo de la cabeza. Los brazos, el torso, las piernas… eso es el cuerpo. ¿Puedes ver cómo muevo el mío?
- Sí, pero… ¿por qué yo no tengo?

La conversación terminó abruptamente. Uno de los señores de la casa, al ver a Mubbla en el suelo, se detuvo a recogerlo. Para su desgracia, lo colocaron al lado de Nivlu. Entonces dos frías lágrimas surcaron su rostro.

- ¿Por qué lloras?, le preguntó el viento inmediatamente.
- Es que acabo de descubrir que no tengo cuerpo. Soy un ser incompleto.
- No estás incompleto, Mubbla, sólo eres diferente.
- ¿Diferente?
- Sí, tú formas parte del mundo de los adornos navideños. Te hicieron así para que seas más gracioso y hagas felices a los niños que te vean. Ellos te quieren tal como eres; al verte, les das alegría. Por eso no debes estar triste.
- ¿Estás seguro?
- Por supuesto. Tú eres uno de los protagonistas más importantes de la Navidad.
- ¿Navidad? No entiendo qué es eso.
- Es la época más bonita del año. La gente se une, para celebrar el nacimiento de Jesús, y hace votos de superación.
- ¿Y qué hago yo en medio de eso?
- Tú, como Nivlu, engalanan el árbol de Navidad. Cuando lo hacen, dan luz a estos días.
- ¿Para qué sirve ese árbol?
- Estas ramas, en las que descansas, le recuerdan a la gente que su vida es como ellas. Frágiles, necesitan un apoyo, un soporte que les ayude a ser mejores y a sobrevivir. También que, como ustedes, siempre habrá detalles que les den felicidad. Además, al poner los regalos bajo el árbol, les obliga a entender que lo único que les puede llenar es darles algo de sí a los demás.

Las palabras del viento calaron en Mubbla. De repente, se dio cuenta de que el árbol en el que él vive es mucho más que un elemento decorativo: representa una lección que todos debemos aprender. Aquella que, vestida de luz, nos recuerda que debemos vivir para darle felicidad a quienes nos rodean.

P.D: Este "artículo" salió en el periódico Hoy el 23 Diciembre del 2004. Hoy lo encontré por casualidad y nada, me inspiró subirlo. Es un cuentito de Navidad pero al final, ¿no somos el Mubbla de alguien? Nunca olvidemos ser y buscar los detalles que nos hagan felices. Hoy, después de tantas cosas grises, es bueno recordarlo.

martes, 4 de junio de 2013

¿Qué nos está pasando?


Desde esta mañana siento una rara opresión en el pecho. Me duele el alma, aunque no sé exactamente dónde queda, producto de la tremenda pena que siento al ver los últimos acontecimientos que han tenido lugar en nuestro país.

La semana pasada vimos con horror que el sacerdote Alberto Wojciech Gil tenía al menos cinco años abusando de un grupo de menores que iban a la iglesia San Antonio de Padua, en Juncalito, Jánico. Aunque aún no se ha precisado el número de niños y adolescentes abusados, el número ronda los 14.

Pensar en un cura masturbándose mientras acaricia los genitales de un menor es tremendo. Sin embargo, fue peor aún saber que un profesor de Matemáticas, Jhonny Chevalier, felaba a sus estudiantes y les obligaba a penetrarlo analmente bajo la amenaza de que no pasarían de curso si no lo complacían. Este profesor, de 40 años, abusó de al menos tres menores en la Escuela Primaria Hermanos Trejo, de Higüey.

Todavía con el shock de esta noticia, que supimos ayer, tuvimos que conocer otra atrocidad. Esta vez los victimarios fueron estudiantes que, en un sumo acto de crueldad, penetraron con un palo a un enajenada. Ella gritaba del dolor, pedía que pararan, y ellos reían y continuaban con su violación. Un acto terrible, bochornoso y que, sin lugar a dudas, nos obliga a preguntarnos: ¿qué nos está pasando?

Es evidente que nuestra sociedad ha llegado al grado máximo de la degradación. Nunca antes habíamos visto tantos casos en tan poco tiempo. Parecería que, peligrosamente, se volverán una rutina.¿Qué hacer para evitarlo? ¿Cómo lograr que los nuestros no sean víctimas de tanta maldad y falta de principios?

Hablar de la Iglesia debería sonar a paz, a hacer el bien, actuar apegados a la ética y la moral. Por tanto, cuando quien está llamado a liberarte y darle cobijo a tu espíritu te falla de una manera tan cruel, ¿en quién puedes creer?

Lo mismo pasa con un maestro, que es un guía y un garante de la integridad de quienes tiene a su cargo. ¿Cómo alguien puede lastimar a quien está obligado a cuidar? Por más que lo pienso, de verdad, no lo entiendo.

Las respuestas, tal vez, estén en esos niños (con edades que van de los 11 a los 13 años) que no tuvieron reparos en herir, física y emocionalmente, a quien no podía defenderse. Quizás ellos creyeron que, como su razón está de fiesta, ella no siente o que no importa si algo le duele, le avergüenza, si da cuenta de lo que pasa; igual imaginaron que ella no era nada o que su locura les daba derecho a abusarla.

Si el hecho es despiadado, más lo es saber que había un grupo de niños mirando el hecho y riéndose de lo que le hacían a esa pobre mujer. ¿Cómo puede ser divertido que se mancille el cuerpo y la dignidad de una persona? Ver esto nos dice claramente que las generaciones que nos suceden están tan perdidas que aterra. ¿Qué serán esos muchachos en el futuro? ¿Violadores, vejadores, abusadores...? Inserte cualquier palabra. Quien hace o disfruta algo así no puede ser nada bueno en el futuro.

Me consta que en República Dominicana hay mucha gente buena. Pero estos animales hacen que uno se replantee tantas cosas. A veces dan deseos de marcharse a un lugar apartado, donde nada pase y no haya que preocuparse porque alguien querido tenga que sufrir por gente que ya no sabe o no quiere distinguir el bien del mal.

En días como hoy uno de deprime. Duele demasiado pensar en el país que encontrarán los que nacen hoy. El desconcierto se une a la certeza. ¡Qué bueno sería poder bajar el telón! Esta obra es demasiado trágica y dantesca.

lunes, 3 de junio de 2013

Una guía para ser feliz


Son tantas las vueltas que le damos a las cosas, y a la vida misma, que a veces uno se pregunta para qué. Mucho trabajar, mucho insistir, mucho mortificarse y, en el afán de ser mejores y más grandes, olvidamos lo más simple: ¡vivir!

Por más tonto que parezca, que lo es, nuestras obsesiones nos alejan continuamente de las cosas más importantes. Las luchas son tales y tan intensas que dejamos de lado las maravillas de la cotidianidad. Y es que, lejos de ser rutina, las cosas del día a día tienen mucho de disfrutable. Pensemos, por ejemplo, en ese ocaso que vemos cada tarde. ¿Hay algo más hermoso que eso? Tal vez la sonrisa de su hijo, el abrazo de alguien amado... son demasiadas las razones para ser feliz y estar bien. Pero no. Siempre nos empeñamos en llevar una nube gris sobre nosotros, inventando tragedias que al final no son más que nimiedades.

Cuando uno ve historias como las de Anmarie James-Thomas, que falleció en el mes de marzo después de luchar durante dos años contra el cáncer cervical, uno no puede más que darse golpes en el pecho y reconocer que son muy pocos nuestros problemas. Sólo la enfermedad, en realidad, es un verdadero dilema. Lo demás, casi siempre, es sobrellevable, tiene solución (aunque sea a largo plazo), por lo que nunca debe amargarnos.

Anmarie, que sí tenía un drama, nunca fue infeliz. Así lo atestiguan sus familiares, sobre todo su esposo Geraint, a raíz de la publicación de un libro que ella escribió y se acaba de presentar: "Necesitas humor con un tumor. Reflexiones de un viaje con cáncer".

En ese libro, tal como lo explica su marido, se incluye una guía que ella escribió cuando supo que moriría a pesar de sus 44 años (y que él encontró después que ella falleció). En esa guía Anmarie nos ofrece 20 consejos para ser felices. Son cosas simples, que sabemos de sobra, pero que muchas veces olvidamos porque estamos demasiado ocupados. Uno de sus consejos, el 19, siempre lo he practicado: tener presente que "esto también pasará". Pero, así como pasan los baches, pasa la vida. Por tanto, en nuestras manos está que pase estando bien o pasándola mal. Yo hice mi elección hace tiempo. Y tú, ¿qué harás?. Mientras lo piensas, te dejo con los 20 consejos de Anmarie:

1.- Lo que hagas, siempre regresará.
2.- Tú defines tu propio guion. No dejes que otros lo escriban por ti.
3.- Cualquier cosa que alguien te haya hecho en el pasado, no tiene poder en el presente, a no ser de que tú le des ese poder.
4.- Cuando las personas te muestren quiénes son, créeles la primera vez.
5.- Preocuparse es una pérdida de tiempo. Usa la misma energía para hacer algo sobre aquello que te preocupa.
6.- Aquello en lo que crees tiene más poder que lo que sueñas, deseas o esperas. Te conviertes en lo que crees.
7.- Si la única oración que siempre dices es “gracias”, entonces es suficiente.
8.- La felicidad que sientes está en directa relación con el amor que entregas.
9.- El fracaso es una señal que te llevará en otra dirección.
10.- Si tomas una decisión que está en contra de lo que todos los demás piensan, el mundo no se vendrá abajo.
11.- Confía en tus instintos. La intuición no miente.
12.- Ámate a ti mismo y luego aprende a extender ese amor a los otros en cada encuentro.
13.- Deja que la pasión maneje tu profesión.
14.- El amor no duele. Se siente realmente bien.
15.- Cada día trae la oportunidad de empezar de nuevo.
16.- La duda significa “no”. No respondas. No te apresures.
17.- Cuando no sepas qué hacer, quédate tranquilo. La respuesta vendrá.
18.- Los problemas no durarán para siempre.
19.- Esto también pasará.
20.- Actuaré con la intención de ser fiel a mí mismo.

viernes, 31 de mayo de 2013

La seguridad parece hoy una lejana utopía


Mil dudas están en el aire. Nada parece ser lo que se dice. La confusión nos embarga. Los hechos, contraponiéndose a las palabras, son tan convincentes que dejan tras de sí una estela de dolor.

Las últimas semanas se han teñido de rojo. Muertes y atracos se suceden mientras las autoridades anuncian diversos planes y medidas que, a todas luces, parecen insuficientes. La locura se ha desatado, en nombre de la violencia, haciendo de Santo Domingo una ciudad imposible, llena de miedo y horror.

Tal es la situación que ya no nos vale resguardarnos durante las noches ni abstenernos de ir a los lugares que suenan a peligro. La delincuencia ha tocado las puertas de casi todos nuestros barrios. Ya no respeta hora del día ni lugar. No sabemos ni siquiera dónde podemos estar a salvo.

Lo peor es que no sólo los delincuentes se han convertido en un peligro. Los ciudadanos, envilecidos, también lo son. Prueba de ello son los casos de Anyeilis Reyes Lebrón, de cuatro años, quien fue herida de muerte el sábado pasado en una parada de autobuses; y de Nairobi Michel Lantigua, de once años, que falleció el domingo en La Zurza en medio de lo que parece un oscuro ajuste de cuentas.

Ver hechos así duele demasiado. Ni los niños se salvan. El respeto por la vida, tristemente, parece cosa del pasado. Hay demasiada gente dispuesta a matar. Y muchas armas, tal vez demasiadas, en manos de quienes no deberían estar. ¿Cuántos casos más tendremos que ver antes de actuar? Ya está pareciendo demasiado tarde. La seguridad, cada vez más, se ve como una lejana utopía.

jueves, 23 de mayo de 2013

Ceres Torres: una historia de fe, esperanza y, sobre todo, superación personal


Pequeña, coqueta y sonriente, es la imagen viva de la esperanza. Habla con ímpetu, ríe con ganas y muestra en cada palabra su amor por la vida. Nada parece amilanarla. Tal vez por ello es fanática de las pesas. Levantarlas es, en cierta forma, demostrar que no hay imposibles.

Con 33 años, Ceres Torres ha sabido sobreponerse a la adversidad de una forma tal que, a menos que se mire al suelo, nadie puede imaginar que detrás de sus ojos brillantes hay una historia de dolor, angustia pero, sobre todas las cosas, superación.

Diagnosticada en el año 1994 con Ostereosarcoma (un tumor sólido) en el primer metatarso del pie derecho, Ceres vio cómo su mundo se destruía cuando tenía tan sólo 14 años: por culpa de la enfermedad tuvieron que amputarle el pie derecho.

Hoy, sin ir de víctima por la vida, ella muestra con naturalidad su “nueva pierna”, una moderna prótesis que desde hace cuatro meses lleva sin ocultar. El camino para llegar hasta aquí, sin embargo, fue en ocasiones un tanto difícil.

Todo comienza
Optimista empedernida, cuando le diagnosticaron la enfermedad no se derrumbó.
“Siempre he sido una persona de no caer. Ante las cosas que me vienen, yo digo: ok, vamos arriba. Y en ese momento yo estaba en otra cosa: en jugar voleibol, brincar, tripear, salir. La manera en que el doctor me lo comunicó fue también muy a la ligera”, cuenta Ceres al tiempo de agregar que lo cogió muy suave.

En ese momento ella pensaba que la operarían y todo quedaría en el olvido. Al principio, de hecho, fue así. Como el tumor estaba tan pequeño, los médicos pensaron que con retirarlo sería suficiente. Cuatro meses después volvió a salir. Entonces comenzaría todo.

Buscando nuevas opiniones, un segundo médico decide hacer lo que correspondía desde el principio: una biopsia. Fue entonces que supieron el tipo de tumor que era y que se trataba de cáncer.

“A mí no me lo dijeron. Para mí yo sólo tenía una cosa en el pie. De repente se armó un huidero y me dijeron: vamos a llevarte para afuera. Consiguieron, por pura casualidad, suerte y papá Dios metiendo la mano como él sabe, que me aceptaran en el Saint Jude Children’s Research Hospital en Tennessee, porque ese tipo de tumor no suele salir donde yo lo tenía”.

Una vez en el Saint Jude, después que le hicieron todos los estudios, supo que tenía cáncer. “Todo se me puso oscuro cuando yo estaba afuera y me hicieron la introducción y me explicaron que la solución era, lamentándolo mucho, amputarme el pie porque tenían que asegurarse que yo estuviera libre de cáncer y esa era la única manera. Ahí entendí la gravedad de lo que tenía”.

Además de la amputación tendría que enfrentar el tratamiento, que era a base de quimioterapia. “Ahí fue que me deprimí, yo estaba muy molesta con la vida, con papá Dios; yo estaba quillada. Yo era una niña buena, yo no hacía cosas malas; era buena estudiante, yo no entendía por qué a mí. Fue muy duro”.

Un año en Memphis
Descubrir que su tratamiento sería bastante largo fue otro motivo de tristeza para Ceres porque tendría que dejar atrás a sus amigos del colegio, algo que para ella era sumamente importante. Y es que, al tener que estar un año en Memphis, Tennessee, perdería el año escolar.

Con su mamá, Silvia Diloné, como compañía, Ceres pasó nueve meses recibiendo quimioterapia. En esos días su vida se redujo a ir del hospital a su casa.

Pese a los efectos secundarios, tales como las náuseas y que se le cayera todo el pelo, Ceres no se queja. Asegura que le fue muy bien, ya que jamás se descompensó y estaba bien de peso, por lo que pudo hacer el tratamiento en el tiempo estipulado.

“Yo sabía que tenía que alimentarme bien y también mi mamá me complacía mucho. Cuando yo le decía que quería un mangú ella cogía su carrito y se iba no sé cuántas calles más allá, muy, muy lejos, a una tiendita cubana que vendía unos plátanos muy malos para hacerme un mangusito porque yo estaba antojada”.
Sin perder el sentido del humor, Ceres asegura que “uno se pone como si estuviera preñao; todo le molesta y si tienes un antojo tienes que comer eso porque si no, no”.

El regreso a RD...
Sin quejarse del hospital, ya que asegura que es muy bueno y asumió su caso sin cobrarle un centavo, la quimioterapia dejó en Ceres la imagen de los pacientes que han padecido cáncer: no tenía pelo, cejas ni pestañas.

Así regresó al país, un regreso que define como frustrante. “Es algo que tengo muy marcado en mi memoria. Tuve que llegar a un país con gente que no está acostumbrada a ver ese tipo de caso. Yo llegué con la cabeza pelada y la gente se quedaba muy sorprendida. Llegué al colegio, los niños se burlaban. Fue un proceso de adaptación muy duro”.

Las piernas
Tras la quimio, comenzó el proceso de hacerse la primera pierna. Acostumbrarse al nuevo “aditamento” no fue fácil.
Pero a la par de revisar su prótesis cada año, también le tocaba ir a hacerse los chequeos médicos. Los primeros cinco años fueron cada seis meses, mientras que los siguientes cinco le tocaba ir anualmente.

Durante todo ese tiempo todo salió bien. Siempre con una mente positiva, jamás pensó que algo podría salir mal. Así ha sido.

Respecto a la prótesis, como estaba en proceso de crecimiento, explica que en esa época se la cambiaban casi todos los años.

En ese tiempo la prótesis no se veía. Al usar otro tipo de mecanismo, pasaba desapercibida. ¿El problema? Se rompía muy fácilmente.

Cambiar de tipo de pierna significó dejar la prótesis al aire. También tener una mejor movilidad, ya que la prótesis está hecha de fibra de carbono.

Encontrar esa pierna fue una bendición. Con el tratamiento terminado, Ceres tuvo que buscar una pierna en el país. Por ello, fue a Rehabilitación, donde el doctor Francisco Bentz Brugal la remitió a Omega Prosthetic, un laboratorio de órtesis y prótesis.

En Omega, su propietario Luis Estévez le ofreció trabajar modelando y probando los prototipos. “Eso para mí fue un alivio porque una de las mayores preocupaciones que he tenido en mi vida siempre ha sido dónde me voy a hacer una pierna aquí y cómo la voy a pagar cuando me toque”, dice al tiempo de asegurar que agarrada de Dios encontró la solución.

Lo hace todo
Su vida no gira en torno a la prótesis ni lo que pasó. “Nunca he querido que piensen en mí y piensen en eso”. Y es que, sostiene, ella hace de todo: correr, nadar... “Yo no puedo decir que no puedo hacer algo hasta que yo no lo intente, por lo menos”.

Por eso, aunque no todo ha sido color de rosa, Ceres dice que quienes pasan por cosas así deben entender que su vida no ha terminado. Como ella, no tienen por qué acomplejarse.

Más detalles...
Optimismo
Cuando ve a niños o adolescentes atravesando situaciones como las que ella pasó, quisiera acercarse y decirles: “la vida no se acaba ahí, cuando te falta una pierna, un brazo”. Ella es el mejor ejemplo de ello.

Salud
Ceres nunca ha tenido una recaída y, asegura, siempre se ha enfocado en tener una vida normal. Eso sí, cuida su salud.

Profesión
Es publicista y está desde hace 8 años en Young and Rubicam, donde ocupa el puesto de coordinadora de tráfico.

Ejercicios
La prótesis no impide que Ceres Torres vaya al gimnasio de lunes a viernes durante una hora o una hora y media. Hace pesas, usa la elíptica, la bicicleta... su pasión es el fitness.

La última pierna
Ceres está orgullosa de llevar su moderna y avanzada prótesis.