lunes, 2 de septiembre de 2013

¡Somos demasiado idiotas!

Es lunes y ya estoy cansada. A pesar de que lo he intentado, hoy no puedo más. Me harté de aguantar callada, intentando no pensar como si ignorándolo dejara de pasar. Hoy toca decir basta. Es demasiado lo que sucede. Cada día, cada semana, cada mes... se hace más difícil. La estrechez se ahonda y uno se pregunta: ¿para qué esforzarse tanto?

Hoy es uno de esos días en que dan deseos de tirar la toalla. Uno trabaja, trabaja, trabaja, y está en el mismo lugar. ¿Cómo avanzar cuando tenemos un Gobierno que nos exprime cada vez más y, mientras eso sucede, nuestro salario se queda igual?

No es fácil pagar cada vez más por la comida, la gasolina, la vivienda... ¡y ahora, por si fuera poco, hasta la energía eléctrica!

Todas y cada una de las medidas que ha tomado nuestro mal querido gabinete económico han sido una bofetada para nosotros: desde la reforma hasta la "contención" del dólar, todo lo que se ha hecho nos fastidia en demasía. Y esta vez, para no variar, volvemos a perder los mismos: los del medio, los de siempre, los que vemos reducir nuestros ingresos a golpe de impuestos y de aumentos.

Ultimamente la tijera es mi gran acompañante. Por recortar, creo que la tendré que recortar incluso a ella. ¡Son tantas las cosas que he dejado de hacer! Al principio no pensaba en ello. Hoy, sin embargo, me enfurece pensar que mientras mis ingresos se esfuman el Gobierno sigue sirviéndose con el cucharón del sancocho: a lo grande, como bien le gusta a los peledeístas, sin recoger un poco su estilo.

De aquellas medidas de austeridad no queda ni la estela. Fue un anuncio, fugaz, como todo lo que signifique ponerle algo de control a lo gubernamental. Los derroches continúan, como el abuso mismo, a la par de nuestra indiferencia. ¿Cuánto más estamos dispuestos a aguantar? Yo me siento al borde del abismo, la verdad, algo que no me sucedía desde aquellos tiempos en que Hipólito Mejía y el Banco Central nos dieron hasta en la madre.

Y no es que Leonel no haya tenido lo suyo, no. Pasa que él, guardando las formas, atajó los aumentos y la carestía para que todo le explotara al que viniera. Seguro pensó que vendría el PRD. Pero no. Es a Danilo al que se le pegará todo lo que estamos sintiendo en este momento (que no es nada bonito).

Lo triste de todo esto es la sensación de abandono. Nadie piensa en nosotros. Ni nosotros mismos, la verdad, nos detenemos a pensar en el que tenemos al lado. Tan insensibles somos, como individuos y sociedad, que permitimos que nos hagan todo lo que quieren: nos abusan, se burlan de nosotros y, en lugar de quejarnos, le lanzamos una tímida sonrisa. Si es que al final, ¡somos demasiado idiotas!

2 comentarios:

  1. De acuerdo con TODO! Sin embargo, aunque le dejaron la "papa caliente" a Danilo, entiendo que ha sido incapáz de manejar la situación de manera adecuada.

    Lo peor del caso es que el propio Danilo lo sabe. Por eso vemos la propaganda populista, los abrazos al "pueblo", los brinquitos de charcos...

    Mientras tanto, es como dices. La clase media cada dia con menos poder adquisitivo. Eso se traduce en una reducción en la demanda de bienes y servicios lo que lleva a una recesión.

    Claro, que para el gobierno todo es pura percepción ya que ellos lo resuelven aumentando sus sueldos y robando más. Pero, cómo lo hacen? No que las recaudaciones se han reducido considerablemente? Pues la fórmula es muy sencilla. Aumentando impuestos! Ahora la luz, los viernes la gasolina, las medidas restrictivas del BC y pronto veremos una reforma a la reforma fiscal.

    El asunto es que ellos no van a dar su brazo a torcer. Son los "genios sabelotodo" de la economía y como se dice en lenguaje popular, "se la están comiendo". Al parecer los que si sufen del "Síndrome de Percepción Errada" son los compañeritos del gobierno.

    DM

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  2. Lo peor es que nos quedamos como si no pasara nada. Mi pregunta es: ¿hasta cuándo?

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