miércoles, 28 de febrero de 2018

Porque el VENENO lo llevaremos en el corazón

Las luces se apagan. Jack Veneno acaba de hablar y yo, viéndolo con Manny Pérez, no puedo más que pensar en ella. Abuela Celia, con sus gruesos lentes de concha y los dos moños apretados en los que recogía su abundante cabellera, gritándole a Jack Veneno "dale, dale", mientras se mecía en la mecedora de guano que jamás la abandonaba y le daba golpes al aire como si de un contrincante se tratara. Detrás de ella, a través del marco de la puerta siempre abierta del ventorrillo que regenteaba, algunos de los muchachos del barrio se asomaban por "casualidad". Era la hora de la lucha libre y en la casa de nuestra familia paterna -en el corazón de La Romana- eso era, en realidad, sagrado.

La pasión de nuestra abuela por Jack Veneno nos obligó a amarlo. Por ello, su historia es parte de la nuestra. Verlo es recordar aquellas tardes de emoción en la que nos reuníamos todos -con tía Hilda a la cabeza- frente a un televisor y soñábamos con verlo de cerca algún día. Jack Veneno era sinónimo de felicidad porque cuando él luchaba todo quedaba atrás. A eso se unía que era, de alguna manera, un ejemplo: su espíritu combativo, esa manera en que solía levantarse cuando se le daba por perdido, era todo un estímulo, una manera de decirnos que nunca podemos darnos por vencidos. Su tesón, ese luchar hasta el final, fue otra cosa que volvimos a rescatar con "Veneno. Primera Caída: el Relámpago de Jack”, que se estrenó el jueves pasado y es dirigida por Tabaré Blanchard.

La historia, que surgió gracias a la pasión desmedida de Riccardo Bardellino, comienza mostrando al propio Riccardo transformado en el reportero Luca Diana, quien va a entrevistar a una gloria del mundo de la lucha libre. El protagonista, enfermo, sentado en un sillón y cuidado por una Soraya Pina que se estrena en el cine en un corto papel, empieza a contar lo que sucedió cuando era niño y compartía con su mejor amigo en su provincia natal: San José de ocoa. Los niños son Rafa y Josema, quienes se aficionan a la lucha libre viendo las películas de El Santo, el icónico luchador mexicano Rodolfo Guzmán Huerta, y comienzan a entrenar hasta que se convierten en la Mano Derecha (Rafa) y la Mano Izquierda (Josema). Cuando crecen los amigos se separan: Rafa se va Nueva York, lugar donde se supone que se reunirán más adelante, y Josema se va a la capital, que es donde vive su padre, y se matricula en la Universidad Autónoma de Santo Domingo.

Son los duros años 60's y Veneno no lo pasa por alto. Primero encanta a los espectadores con las imágenes de una calle Mella tal como era en esa época. Luego nos muestra las protestas estudiantiles, lo duro de las cárceles en ese entonces y cómo los policías actuaban. También nos habla de lo difícil que era migrar, dejar la vida a la que se estaba acostumbrado y ver cómo los sueños se pueden desvanecer cuando te dedicas a sobrevivir en lugar de luchar por ellos. Esa, sin embargo, es otra de las lecciones de Veneno: nos demuestra que ante una situación límite siempre podremos sacar de abajo y resolver. También nos dice que, a pesar del tiempo perdido, jamás es tarde para volver al camino que siempre hemos querido.

El camino de Jack Veneno, que apenas volvía a pelear, era regresar a Santo Domingo. Y lo hizo. Entonces, tal como sucedió cuando Rafa se iba hacia Nueva York, las imágenes de Veneno nos atrapan en medio de la nostalgia: con una ambientación perfecta, se ve una entrada a la ciudad sin elevados, así como lo que habría sido Dominicana de Espectáculos, el parque Eugenio María de Hostos... es volver al pasado en cuestión de minutos.

Ese pasado, que marca el inicio de la historia dorada de la lucha libre dominicana, tiene dos momentos cumbres: cuando Rafa deja de ser la Mano Derecha y se convierte en Jack Veneno, interpretado por un Manny Pérez que se desprendió totalmente de sí para convertirse en una genial versión del campeón de la bolita del mundo y, como era de esperar, le da todos los matices necesarios al personaje; y cuando Josema se olvida de la Mano Izquierda para dar vida en Relámpago Hernández, que es caracterizado por un Pepe Sierra que se va creciendo hasta ese momento. Ambos actores proyectan tanta fuerza que parecerían ser luchadores de verdad.

Pero no solo por ellos vale la pena ver la película. Ahí están Richard Douglas, que le pone toda la energía necesaria a un Vampiro Cao que es vital para la trama; y las madres, Yamilé Scheker (doña Tatica) y Xiomara Rodríguez (la madre de Relámpago Hernández), que están fabulosas en sus roles. Además cabe destacar también el papel de Ovandy Camilo como Silvio Paulino porque su narración nos lleva directo a los años en los que veíamos lucha libre (en mi caso los 70's, que conste).

Anónimo pero igual de resaltable es el actor que hace el papel del padre de Relámpago Hernández. El nombre no lo tengo a mano, lamentablemente, aunque me he afanado por encontrarlo. Su historia vale la pena rescatarla porque, tal como me contó el día del preestreno, es la primera vez que actúa: su trabajo, en realidad, es como guardaespaldas.

La historia está bien contada y tiene elementos que la hacen parecer de factura internacional, tales los acentos mágico-religiosos que le dan un interesante matiz. ¿El único problema? Termina abruptamente, dejando a uno con deseos de más, y la segunda parte (porque es una saga de tres) no estará lista hasta el 2020. Ese año veremos "Veneno. Segunda Caída: el pueblo quiere lucha", donde saldrán a escena muchos otros personajes de la lucha libre dominicana, tales como los hermanos Bronco y la Bella Salúa. A pesar de ello, Veneno conquista. Y lo hace de tal manera que las dos veces (sí, dos veces) que la he visto la gente termina aplaudiendo con muchísima emoción. Si es que al final el Veneno lo llevaremos en el corazón. ¡Qué buen trabajo hizo el gran Taba!

martes, 27 de febrero de 2018

Danilo: dos horas y ocho minutos dibujando sueños...

Cuando Danilo Medina comenzó a hablar eran las 10:27 minutos. Terminó a las 12:35 de la tarde, es decir, duró dos horas y 8 minutos hablando. Su discurso, enviado después, tiene 51 páginas en las que se pueden leer 14,645 palabras. En ellas, el presidente Medina dibujó un país casi perfecto, lleno de cifras optimistas, y un montón de sueños. El país ideal que, según dice, él está construyendo pero aún está lejos de alcanzar. ¿Qué quiso decir cuando aseguró que después de más de cinco años de trabajo, intenso y planificado, aún le queda mucho por hacer? ¿Es que necesita seguir en el poder más allá del 2020? Honestamente, parecería que sí.

Muchas cosas del discurso sorprenden. Habla de una transparencia que no existe más allá de la publicación de las nóminas públicas en las páginas webs del Gobierno (y no todas están). También de los derecho de las mujeres cuando en realidad solo mencionó el problema de los feminicidios. Sí, también habló de que el 67% de los préstamos de la Banca Solidaria beneficia a la mujer y dijo que más de la mitad de los empleos del sector turístico están ocupados por mujeres pero, ¿se ha detenido a pensar en la calidad de esos empleos? Hay un estudio de Oxfam Canadá, "El secreto sucio del turismo: la explotación de las mujeres de la limpieza", que establece sus salarios casi nunca son aumentados a menos que cambien de posición: http://bit.ly/2F9KI8s

Para no hacerles esta entrada más larga de lo que es, a continuación les dejo el discurso íntegro:

Discurso de Rendición de Cuentas del Excelentísimo Señor Presidente de la República, Lic. Danilo Medina ante la Asamblea Nacional.
27 de Febrero 2018


"Honorable Dr. Reinaldo Pared Pérez,
Presidente del Senado de la República y de esta Asamblea Nacional;

Honorable Dra. Margarita Cedeño de Fernández,
Vicepresidenta de la República;

Honorable Lic. Cándida Montilla de Medina,
Primera Dama de la República;

Honorable Dr. Mariano Germán Mejía,
Presidente de la Suprema Corte de Justicia;

Honorable Dr. Milton Ray Guevara,
Presidente del Tribunal Constitucional;

Honorable Dr. Julio César Castaño Guzmán,
Presidente de la Junta Central Electoral;

Honorable Lic. Román Andrés Jáquez Liranzo,
Presidente del Tribunal Superior Electoral;

Honorable Sr. Rubén Maldonado,
Presidente de la Cámara de Diputados;

Honorable Dr. Hugo Francisco Álvarez Pérez,
Presidente de la Cámara de Cuentas;

Honorable Dra. Zoila Martínez Guante,
Defensora del Pueblo;

Honorables Miembros de la Asamblea Nacional,
Senadores y Diputados de la República;

Señores Ministros y demás funcionarios del Gobierno;

Su Excelencia Reverendísima Monseñor Ghaleb Moussa Abdallah Bader,
Nuncio Apostólico de su Santidad y Decano del Cuerpo Diplomático acreditado en el país;

Honorables Miembros del Cuerpo Diplomático y Consular Acreditados en la República Dominicana;

Honorables Miembros de Organismos Internacionales acreditados ante el Gobierno de la República Dominicana;

Autoridades Civiles y Militares;

Invitados especiales;

Distinguidos Miembros de la prensa;

Señoras y señores,

Pueblo dominicano,

Por segunda vez en este mandato, acudo ante este honorable Congreso de nuestra nación para rendir cuentas al pueblo dominicano.

En esta fecha solemne, nuestro pensamiento se dirige siempre en primer lugar a ese día crucial en nuestra historia: el 27 de febrero de 1844.

El día en que los trinitarios y sus seguidores se levantaron en armas para hacer realidad el sueño de una República Dominicana libre, independiente y soberana.

Del heroísmo que estos hombres y mujeres mostraron entonces no nos cabe ninguna duda, por eso les brindamos, hoy y siempre, nuestro más sincero reconocimiento.

Y, sin embargo, la lección más importante que nos dejaron no fue la valentía que mostraron ese día, sino algo mucho más importante: la perseverancia que mostraron después, durante años de esfuerzo, hasta ver cumplido su sueño.

Porque después del 27 de Febrero las batallas continuaron: en fuente del Rodeo, en El Memiso, en La Estrelleta y en muchos otros frentes, hasta llegar a Sabana Larga y a La libertad.

Y fue la firme voluntad de seguir luchando, sin rendirse, lo que llevó a aquellos héroes a conquistar la victoria y a ocupar el lugar de honor más alto en nuestra historia.

Fue su fe y su claridad de ideas lo que les permitió avanzar sin descanso y sin desviarse de su objetivo.

Esa es la gran lección que no debemos olvidar.

Esa es la gran diferencia entre hablar de sueños y convertirlos en realidad.

Es lo que separa a las personas que hacen promesas de las que cumplen compromisos.

Es lo que permite distinguir un verdadero proyecto de país de una ilusión electoral.

Dominicanos y dominicanas,

Esa perseverancia y esa decisión, han sido nuestra brújula a lo largo de los más de cinco años que he tenido el honor de ser presidente de la República Dominicana.

Les dije en 2012 que íbamos a construir un sueño juntos y, desde entonces, no hemos hecho otra cosa que trabajar, día a día, meta a meta, proyecto a proyecto, los siete días de la semana, para que cada compromiso que adquirimos se haga realidad.

Les dije que trabajaríamos con la gente y para la gente, y no hay una sola iniciativa de nuestra gestión que no esté pensada para servir al pueblo dominicano.

Esa fe y ese compromiso con nuestra patria es el alma de este gobierno.

Nuestra motivación para seguir dando lo mejor de nosotros.

Por supuesto, sabíamos desde el principio que lo que nos proponíamos lograr como país no sería una tarea fácil.

Que no se resolvería en una sola batalla.

Y sabemos ahora, después de más de cinco años de trabajo intenso y planificado, que aún nos queda mucho por hacer.

Pero no vamos a parar.

No vamos a bajar el ritmo.

¡Especialmente no ahora, después de todas las batallas que hemos ganado juntos!

Nuestros próceres no pararon de luchar hasta dejar a sus hijos el legado de una nación independiente, soberana y en paz.

Y nosotros, siguiendo humildemente su ejemplo, continuaremos trabajando sin descanso mientras esté bajo nuestra responsabilidad el futuro de nuestro país.

Tenemos un rumbo, tenemos un destino y tenemos un propósito.

Y tenemos, por supuesto, mucho que celebrar como país, fruto del esfuerzo de todos y todas.

Por eso, aunque nos queden desafíos por superar, y aunque debamos seguir trabajando por la Patria día tras día, me gustaría que, en esta fecha tan señalada por la historia, nos tomáramos un poco de tiempo para mirar, con objetividad y justicia, todo lo que hemos conquistado.


Dominicanos y dominicanas,

En estos años hemos logrado posicionarnos como uno de los países que más invierte en educación de la región y, sin duda, el que más edificaciones escolares ha construido en tan poco tiempo.

Hemos vuelto a superar nuestra meta de creación de empleos, y además de empleos formales y dignos.

Hemos acercado la salud a la gente como nunca antes, gracias a la ampliación de la red de atención primaria, y estamos completando la mayor renovación de nuestro sistema hospitalario de las últimas décadas.

Hemos vuelto a ser uno de los países que más ha crecido del continente, a pesar de las dificultades que nos plantearon los fenómenos naturales.

Y volvimos a tener cifras récord en llegada de turistas, en producción de alimentos y en atracción de capitales extranjeros.

En 2017, declarado año del desarrollo agroforestal, batimos récords en la plantación de árboles y en la recuperación de áreas naturales.

Hemos puesto en marcha una auténtica revolución en el campo y también en el acceso al crédito, creando oportunidades para miles de productores y emprendedores en todo el país.

Hemos modernizado nuestra red vial, de Norte a Sur y de Este a Oeste, con infraestructuras de primer nivel y un eficiente sistema de atención en carreteras.

En menos de 2 años, República Digital, que parecía un sueño, está transformando los servicios públicos, la forma de hacer negocios y la manera de aprender en las aulas.

Hemos construido miles de viviendas, para los más vulnerables y para la clase media.

Hemos realizado subidas salariales históricas a cientos de miles de servidores públicos que educan a nuestros hijos, cuidan de nuestros enfermos y se juegan la vida en las calles por nuestra seguridad.

Y, en estos años, hemos ampliado un 86% el presupuesto para la justicia y la persecución del delito.

Hemos logrado tener un sistema de atención a emergencias que ya es un referente regional.

Hemos implementado más reformas y medidas a favor de la transparencia y la eficiencia en el gasto público que ningún otro gobierno de nuestra historia democrática.

Y hemos logrado mejorar las recaudaciones del Estado sin subir impuestos, solo mejorando la administración tributaria.

Amigos y amigas,

Hay que caminar por las calles de nuestro país para ver como se ha transformado.

El que conoce nuestras calles, nuestras comunidades y nuestros pueblos no puede tener ninguna duda de la magnitud del cambio.

En todo el país está surgiendo una nueva clase media, de familias que antes no tenían una casa y ahora sí la tienen.

De trabajadores que antes no tenían un carro y ahora sí lo tienen.

De madres que pueden volver a estudiar, de cientos de miles de personas que ahora tienen acceso al crédito para poner en marcha su negocio y de jóvenes que tienen oportunidades de estudiar y especializarse, tanto aquí como en el extranjero.

Dicho en cifras concretas, entre septiembre de 2012 y finales de 2017 la pobreza en nuestro país se redujo de 39.7% a 25.5%, mientras la clase media creció de 22.6% al 30%.

Señoras y señores, la clase media dominicana ha crecido a niveles históricos: 7.4 puntos porcentuales en los últimos cinco años.

Sin embargo, no podemos darnos por satisfechos.

Ahora nuestro gran reto es dar apoyo a ese grupo todavía demasiado numeroso que ha superado el umbral de la pobreza, pero aún no se ha consolidado como clase media, me refiero a los llamados vulnerables.

Esa es la gran lucha que tendremos en los años siguientes.

Impulsar políticas para que el que aún está en la pobreza salga de ella, y el que ya salió de la pobreza deje atrás la vulnerabilidad, deje atrás el miedo y quede definitivamente asentado en la clase media dominicana.

Y esa es la batalla que vamos a ganar, teniendo una economía cada vez más sólida y productiva, y un Estado de bienestar cada vez más eficiente y confiable.

A esta batalla estamos dedicando enormes esfuerzos, porque queremos que este país de clases media emergentes no sea un sueño efímero, sino un cambio profundo, duradero y sin marcha atrás.

Señoras y señores,

Este año, si me lo permiten, en mi rendición de cuentas voy a poner menos énfasis en las cifras y más en el porqué de las cosas.

Por supuesto, les daré los datos que confirman todos los logros que acabo de compartirles y muchos otros, pero sobre todo, me gustaría explicar al pueblo dominicano cuál es nuestro propósito, cuál es el horizonte que motiva cada una de nuestras acciones.

Quiero contarles de qué forma, en cada uno de los pasos que da este gobierno, los ciudadanos son los protagonistas.

Voy a explicarles exactamente por qué este es un gobierno con la gente y para la gente.

Comenzaremos con el balance económico, sin cuyo progreso y estabilidad, no podríamos avanzar en ninguna otra iniciativa.

Como les decía anteriormente, 2017 fue otro año de crecimiento sostenido de nuestra economía, que cerró con un aumento de 4.6% del Producto Interno Bruto.

Este crecimiento fue posible a pesar de los efectos de los huracanes Irma y María, que junto a las lluvias e inundaciones de principios de año, provocaron pérdidas por más de RD$49,000 millones; especialmente en infraestructura vial, agricultura, vivienda y comercio.

Eso nos planteó un gran reto como país, tanto en la ejemplar respuesta a la emergencia, como también y sobre todo, después.

Familias que perdieron sus hogares, infraestructuras destruidas, áreas que quedaron aisladas, productores que vieron sus campos anegados y comerciantes que vieron sus esfuerzo destruidos.

Y en respuesta a esas circunstancias, tomamos decisiones y ponemos en marcha acciones, siempre pensando primero en la gente.

En este caso, la primera acción económica fue disponer una fuerte inyección de inversión pública.

Es decir, poner los recursos para que fuera posible realizar todas las labores de ayuda y reconstrucción lo antes posible.

Esto logró un doble objetivo, en primer lugar, devolver al país a la normalidad y, por otra parte, generar empleo en un momento en que era especialmente necesario.

Por su parte, el Banco Central implementó medidas como la liberación de más de 23 mil millones de pesos del encaje legal y el recorte de la tasa de interés.

Lo que permitió que hubiera suficiente liquidez y que nuestra economía retomara su ritmo rápidamente.

Por eso, durante el último trimestre del 2017 crecimos al 6.5%, es decir, logramos superar las dificultades con rapidez y eficiencia y eso se reflejó en la economía inmediatamente.

Es lo que ha servido de apoyo a los organismos internacionales para proyectar un crecimiento de nuestra economía superior al 5,5% para el 2018.

Paralelamente, la inflación promedio para todo 2017 fue de apenas 4.2%.

Soy consciente que algunas veces digo estas cifras y mucha gente no sabe cómo eso les impacta, así que voy a explicarlo muy brevemente.

Una inflación baja y estable quiere decir que los precios en el mercado, en promedio, no tuvieron grandes variaciones ni se dispararon, ni por los problemas climáticos, ni por ninguna otra causa.

Eso es el resultado de la estabilidad y el manejo responsable de la economía.

Como llevamos años disfrutando de cifras bajas de inflación quizá no parezca tan importante, sin embargo, si miramos atrás en nuestra historia o si vemos las dificultades por las que pasan o han pasado otros países hermanos de América Latina, con tasas de inflación de 2 y 3 dígitos, comprenderemos porqué es tan importante mantener una baja inflación.

Lo mismo ocurre con la estabilidad cambiaria del peso, que tuvo una depreciación interanual de 3.3%, menor a lo estimado cuando elaboramos el presupuesto del 2017.

Esa estabilidad en nuestra moneda fue lo que permitió que por primera vez en la historia monetaria de la República Dominicana se colocaran bonos denominados en peso dominicano en el mercado financiero internacional.

Esa es la mayor demostración de confianza en la economía de nuestro país.

Por ejemplo, nuestro indicador de riesgo-país permanece considerablemente por debajo del promedio de los países latinoamericanos.

Es decir, agencias internacionales de calificación de riesgo como Moody’s o Fitch o la propia OCDE, nos consideran un país cada vez más confiable para los inversores.

¿Y para qué sirve eso?, pueden preguntarse.

Pues bien, entre otras cosas, para que el país obtenga financiamiento a tasas mejores y para que vengan inversionistas a crear oportunidades de empleos para nuestra gente.

Esa confianza es la que ha favorecido que la inversión extranjera directa aumentara más de 48% en el último año, alcanzando la cifra de 3,570 millones de dólares.

Sí, 3,570 millones de dólares que inversionistas extranjeros han traído a la República Dominicana para iniciar nuevos negocios y generar más empleo.

Todo esto demuestra la imagen positiva que se tiene a nivel internacional del manejo macroeconómico actual y las perspectivas futuras de la economía nacional.

Es decir, no son solo cifras, son razones objetivas para el optimismo, porque detrás de ellas hay beneficios tangibles para la población.

Por ejemplo, este año el incremento en la liquidez económica se tradujo en más acceso al crédito y con tasas de interés más bajas, tanto para el consumo, como para la inversión productiva.

Es decir, significó que muchos emprendedores pudieron acceder a financiamiento para iniciar o ampliar su negocio y que miles de hogares pudieron adquirir nuevos bienes con créditos accesibles.

Este es el círculo virtuoso de la producción, el consumo y el empleo que trae consigo la creación de clases medias.

Por eso, cuando hablamos de crecimiento económico no hablamos de algo abstracto, hablamos de mejores ingresos y más oportunidades para millones de hogares.

Y ese es nuestro propósito: que el crecimiento llegue a todos y todas, que todos se beneficien de este período de creación de riquezas, en definitiva, que la economía esté al servicio de la gente.

Señoras y señores,

Sin duda, una de nuestras grandes metas desde el primer día de gobierno es la creación de empleos.

Nos preocupa permanentemente crear las condiciones económicas y sociales que permitan a nuestra gente obtener un empleo digno, sacar adelante sus hogares, cumplir sus propios sueños y sus propias metas.

Ese es y ha sido siempre uno de nuestros grandes compromisos con la gente.

Crear 100,000 puestos de trabajo anuales. Y lo estamos cumpliendo y superando, cada año.

En 2017 volvimos a cumplir ampliamente nuestra meta: se crearon 120,237 puestos de trabajo adicionales.

Y si revisamos la cifra total de nuevos ocupados desde septiembre del 2012 a diciembre del 2017, encontramos que el número de empleo ha aumentado en 606,019 puestos de trabajo.

Vemos entonces que nuestros empleos no están creciendo 100,000 por año, que ya era una meta ambiciosa, sino 120,000 empleos por año, lo que es un resultado sin precedentes.

Se trata, además, de empleos cada vez más formalizados y con más derechos, como muestra la cifra de cotizantes del régimen contributivo de la Seguridad Social, que registró 111 mil nuevos afiliados a lo largo del 2017.

Y hablamos también de empleos mejor remunerados.

¡Pregúntenle a un maestro, pregúntenle a un trabajador de la salud, pregúntenle a un agrónomo, a un agente de policía o a un militar, pregúntenle a un fiscal!

Todos ellos han visto sus sueldos y sus condiciones de trabajo mejoradas.

Pueden preguntarles también a los trabajadores del sector privado, a los que menos ganaban, que con la mediación del Ministerio de Trabajo recibieron un aumento del 20% entre mayo y noviembre del año pasado.

Estamos, por tanto, creando cada vez más empleo y cada vez de mayor calidad para nuestro pueblo.

¿Y dónde están todos esos empleos?, podrán preguntarse algunos.

Pues bien, les daré algunos ejemplos.

En 2017 nuestro país recibió 6.2 millones de turistas, cumpliendo así nuestra meta anual encaminada a alcanzar los 10 millones de turistas al finalizar el año 2023.

Dentro de este dato es especialmente destacable que a lo largo del año llegaron más de un millón cien mil cruceristas, esto supone un crecimiento del 39.7% gracias, en buena medida, al éxito de la terminal Amber Cove de Puerto Plata.

Si sumamos el millón cien mil cruceristas a los 6.2 millones de turistas totalizan 7.3 millones de personas que visitaron la República Dominicana el año pasado.

Y que generaron divisas para la República Dominicana por un monto aproximado a los US$7,200 millones.

Para que se hagan una idea, para acomodar a todos estos visitantes, los hoteles dominicanos ya abrieron 8,366 nuevas habitaciones y están en construcción unas 15,000 adicionales.

Además, como parte de esa misma estrategia, el Consejo de Fomento Turístico aprobó en 2017 la clasificación de 73 proyectos turísticos, que generarán a su vez alrededor de 27,000 empleos directos e indirectos.

En la actualidad, el sector turístico en nuestro país genera más de 330 mil empleos directos, más de la mitad de ellos ocupados por mujeres.

Además, genera oportunidades para otros sectores estratégicos, como la producción de alimentos, la construcción, el comercio, el transporte, entre otros.

Hace menos de una semana dejamos inaugurada la Escuela de Hotelería, Gastronomía y Pastelería de Higüey.

Se trata de un centro especializado que formará a profesionales de excelencia.

Se ha estimado que cada año se graduarán 1,800 técnicos para cubrir la demanda de personal que tienen los hoteles de la zona Este y el resto del país.

Señoras y señores,

En 2017 seguimos prestando una atención continua al campo y recorriendo el país para apoyar a nuestros productores.

Porque así, no solo mejoramos sus vidas y las de sus comunidades, sino que contribuimos a que todo el país tenga alimentos de calidad, a precios asequibles y a que cada vez más sectores se sumen a la industria alimentaria, generando aún más negocios y más empleo.

Permítanme decirlo llanamente: la República Dominicana no puede ser un país de clases medias sin la contribución fundamental del campo, que es una de nuestras grandes fortalezas.

Por eso es tan importante que nuestros productores tengan acceso al crédito con las tasas de interés más bajas de la historia.

Recordemos que esas tasas han pasado del 18% al 8% y en algunos casos al 5%.

Así, el Banco Agrícola otorgó el año pasado 22,000 millones de pesos en créditos a proyectos agropecuarios y entre agosto de 2012 y el 8 de febrero de este año se han concedido más de 90,000 millones de pesos en financiamientos.

Recordemos que cuando llegamos al gobierno teníamos como meta prestar RD$45,000 millones en 4 años, que fue lo que solicitaron los productores en el congreso agropecuario del 2012 en Punta Cana.

Ese fue nuestro compromiso ¡Y en menos de seis años ya lo hemos duplicado!

Los productores, por su parte, han respondido a nuestra confianza con su seriedad en el pago.

Me complace decir que el índice de mora se ha reducido sustancialmente en estos años, pasando del 36% en el año 2012 al 8.45% en el 2017.

Y es igualmente importante que desde mayo de 2013 hemos aportado RD$550 millones a 55,249 pólizas de seguro que están protegiendo la cosecha de más de 3 millones 450 mil tareas de tierra.

Gracias a esta cobertura, los productores no acumulan deuda en años de clima difícil, como el pasado, y pueden seguir cultivando.

Todo esto nos ha permitido sembrar confianza y tranquilidad en el campo.

Por eso, ahora estamos recogiendo cosechas récord de alimentos y en 2017 exportamos productos agropecuarios por más de US$2,000 millones.

Gracias a este acompañamiento constante, a la coordinación de nuestras instituciones y al trabajo de los hombres y mujeres del campo, el sector agropecuario cerró el año con un crecimiento de 5.9%, y el área de superficie sembrada y cosechada aumentó un 3.43%.

Este crecimiento productivo permite que los precios de los alimentos se mantengan estables, como les explicaba al hablar de inflación.

Por eso es tan necesario, porque se refleja directamente en la mesa de millones de hogares dominicanos.

Y por eso, entre otras razones, también he continuado realizando visitas sorpresa por todo el país.

A lo largo de 2017 me acerqué en 40 ocasiones a las comunidades para ver, escuchar, y por supuesto, poner en marcha medidas para apoyar a nuestra gente, allá donde estén.

El resultado en el año 2017 fueron 299 compromisos que serán objeto de un seguimiento riguroso.

Desde que comenzamos en 2012 hasta la fecha, hemos realizado 195 visitas y se han ejecutado RD$29,840 millones que están contribuyendo a formar cadenas de valor en los campos de la República Dominicana.

Este es el caso, por solo poner un ejemplo, de los productores lácteos, a los que hemos asistido con créditos y con apoyo técnico hasta el punto que han multiplicado su producción y ahora suministran el desayuno a cientos de comedores escolares en todo el territorio nacional.

Pero nuestro apoyo al campo no se queda aquí.

Avanzamos también en materia de sanidad animal y vegetal con la erradicación de la Mosca del Mediterráneo, lo que nos ha valido el reconocimiento de organismos internacionales y ha permitido que los productores en invernadero aumentaran sus exportaciones.

Y seguimos trabajando por un campo moderno, tecnificado y bien planificado.

Por eso, hace menos de un mes, el Ministerio de Agricultura creó el Registro Único de Productores Agropecuarios.

Esta novedosa herramienta nos permitirá contar siempre con información confiable de forma rápida y precisa.

Podremos, así, identificar y cuantificar el número de productores nacionales, conocer su ubicación exacta, el área total que producen e identificar la producción agrícola y pecuaria, la variedad y la especie.

Esta plataforma y su valiosa información, nos servirá para brindar asistencia personalizada a cada productor, para dar una mejor respuesta ante cualquier eventualidad y para orientar la toma de decisiones.

Pero volviendo a los empleos.

Veamos ahora qué otros sectores, además del turismo y el campo, están abriendo oportunidades de futuro para los dominicanos y dominicanas.

Señoras y señores,

Como he mencionado, en los últimos años hemos creado en la República Dominicana un mercado interno en expansión.

Tenemos una nueva clase media que demanda todo tipo de productos y nuestros productores la satisfacen hasta el punto que los dominicanos ya producimos más del 85% de lo que comemos y eso nos da una gran fortaleza como país.

Sin embargo, aún después de satisfacer esta demanda, queda un amplio excedente de productos agropecuarios y de otros rubros.

Productos de excelente calidad, que podemos exportar.

De hecho, estoy convencido de que el desarrollo del sector exportador es el mejor mecanismo de crecimiento para nuestra economía, convirtiendo ese excedente en empleos y divisas.

En 2017, por primera vez, nuestras exportaciones superaron la barrera de los 10,000 millones de dólares.

Y es bueno destacar que tenemos un gran espacio para seguir creciendo.

En realidad, pocos sectores tienen tanto potencial para crear empleo y crecimiento a corto, medio y largo plazo como las exportaciones.

Por eso, durante todo 2017 emprendimos acciones encaminadas a impulsar una auténtica cultura exportadora en nuestro país.

Esos esfuerzos se van a redoblar en este 2018 que he declarado como el año del fomento a las exportaciones.

Entre las acciones que se han puesto en marcha se destaca la creación del Banco de Desarrollo de las Exportaciones, el BANDEX y la puesta en funcionamiento de la Ventanilla Única de Comercio Exterior.

Además, creamos ProDominicana, como mecanismo para reforzar la coordinación de todos los esfuerzos de promoción de nuestras exportaciones y también como agencia especializada para dar respuesta a las necesidades de los exportadores a todos los niveles.

Por otra parte, pusimos en marcha la Mesa del Caribe en la que, aunando esfuerzos con el sector privado, se están identificando oportunidades de exportación para los productores dominicanos en nuestra región más cercana.

Todo este esfuerzo ya está dando sus frutos, pero va a continuar y a multiplicarse exponencialmente en 2018, que deseamos sea el año en el que definitivamente despeguen nuestras exportaciones.

Y no solo para los grandes productores, sino también para los medianos y los pequeños.

Todos ellos tienen el potencial para salir y conquistar estos mercados. Sobre todo si trabajamos todos juntos.

Como primera herramienta para lograrlo, reactivaremos muy pronto la Mesa de las Exportaciones, tal como hicimos con el Consejo de Competitividad.

En esa mesa estarán todos los actores que tienen responsabilidades en la implementación del primer Plan Nacional de fomento a las Exportaciones, que presentaremos en la primera reunión de esa mesa y que será nuestra hoja de ruta para dar a la exportación un impulso sin precedentes en este año 2018.

Señoras y señores,

Con respecto al Consejo de Competitividad, debo decir que, en los últimos meses, se ha convertido en otra excelente herramienta para el progreso, impulsando medidas para facilitar los negocios en nuestro país.

Por ejemplo, ya tenemos el compromiso de las instituciones de reducir de 7 días a 3 días el plazo para la apertura de empresas.

También se han puesto en marcha medidas para reducir drásticamente los plazos para la renovación y emisión de los registros sanitarios y también se están agilizando los procesos para la reducción de los permisos de construcción.

Seguiremos facilitando los trámites comerciales y allanando el camino a nuestros emprendedores y productores, porque sabemos que, así, impulsamos la creación de oportunidades de formación y empleo dignos para todos y todas.

Señoras y señores,

Y en este sentido, debemos hablar también de otro sector que sigue recuperándose y generando empleos año tras año; me refiero a las zonas francas de exportación.

Solo en 2017 el Consejo Nacional de Zonas Francas aprobó 58 proyectos en los rubros de manufactura textil, procesamiento de tabaco, cigarros, call center, proyectos de comercialización y proyectos agroindustriales.

En conjunto estos proyectos generaron 5,326 nuevos empleos y divisas por más de 61 millones de dólares.

Cabe destacar, la importancia que tiene el sector de zonas francas en la economía dominicana, el número de personas empleadas en ese sector totalizó en 2017 la suma de 165,796 empleos y generó divisas por un monto alrededor de US$5,700 millones, siendo el tercer generador de divisas del país después del turismo y las remesas de los dominicanos ausentes.

Por su parte, las mipymes siguieron creando puestos de trabajo para cientos de miles de familias, gracias también a un decidido apoyo del gobierno, que las ha financiado con más de 9,600 millones de pesos, a través de Banreservas, la Fundación Reservas del País y Banca Solidaria.

Sin desmerecer el excelente trabajo de las otras, siento que esta última institución, Banca Solidaria, merece una mención aparte, porque está realizando una labor extraordinaria.

A mi me gusta decir que Banca Solidaria es el equivalente a las visitas sorpresa que yo hago en el campo del país, pero en el entorno de los barrio de las zonas urbanas de las distintas provincias de la República Dominicana.

Es esa mano amiga, ese primer empuje que muchos necesitan para, primero, salir de la pobreza y luego crear riqueza y nuevos empleos en sus comunidades.

Así, desde que entró en operación, Banca Solidaria ha prestado ya RD$20,350 millones y ha beneficiado a 434,379 créditos a personas, de los cuales el 30% son pequeños y microempresarios que nunca antes habían tenido crédito en la banca formal.

Son créditos solidarios, que se entregan confiando en la buena fe de las personas que los reciben y que se están devolviendo puntualmente y con seriedad. El año pasado la tasa de morosidad de Banca Solidaria fue en el orden del 1,3% lo que es sin dudas, un logro extraordinario.

Acercarse a una de las 90 sucursales de Banca Solidaria ha sido el primer paso para decenas de miles de nuevos emprendimientos en cada una de nuestras provincias.

Ese pequeño salón, esa tienda de ropa, el que repara zapatos cerca de su casa o el que tapiza muebles, entre otros muchos pequeños comerciantes.

Cada uno de ellos, es una historia que comenzó con un pequeño préstamo.

Por eso, cuando finalice el 2018, nuestra meta es tener 100 oficinas de Banca Solidaria en todo el territorio nacional.

Y al igual que antes les decía que cada vez más trabajadores tienen contratos formales, también podemos decir que cada vez más mipymes están formalizadas, gracias al acompañamiento que les ofrece el Viceministerio de Mipymes y a las facilidades que les hemos dado.

Nunca ha sido tan fácil cumplir con la ley, nunca ha sido más fácil formalizarse y comenzar a hacer negocios.

Y eso tiene múltiples beneficios, para los emprendedores y para toda nuestra economía.

Señoras y señores,

Por supuesto, otro sector que impulsa el desarrollo de todo el país al tiempo que emplea a miles de dominicanos es la construcción.

En el último trimestre del 2017 tuvo especial relevancia, con un crecimiento superior al 15%, impulsado principalmente por las obras públicas, que debieron dar respuesta, como expliqué anteriormente, a los daños producidos por las lluvias torrenciales en 22 provincias del país.

En materia de vivienda, El Instituto Nacional de la Vivienda está a cargo de la construcción de 7,361 casas para familias que perdieron sus hogares por las inundaciones.

De esa cantidad, durante el 2017 se finalizaron 4,173 casas y están en ejecución 3,188.

Además, hasta la fecha, fueron intervenidas 3,018 viviendas como parte del Programa Cambio de Piso de Tierra por Piso de Cemento.

Junto a estas iniciativas públicas, cabe señalar que el sector de viviendas de bajo costo se ha dinamizado notablemente con los incentivos del gobierno.

Solo en 2017 fueron certificados como viviendas de bajo costo, un total de 96 proyectos inmobiliarios en donde se edificarán 38,664 viviendas.

Bajo ese modelo, el mismo de Ciudad Juan Bosch, los adquirientes recibirán una compensación por la compra de su primera vivienda.

Amigos y amigas,

Junto a la construcción de viviendas dignas, otra de las prioridades de este gobierno en materia de obras públicas es la conectividad, es decir, los caminos, los puentes, las calles, las carreteras que conectan entre sí a todas las comunidades del país.

Mediante esas vías acercamos a las personas, acercamos los negocios, generamos oportunidades y, una vez más, contribuimos a sentar las bases del desarrollo.

Cada camino de tierra que se transforma en una carretera es una batalla ganada al atraso, a la pobreza y al aislamiento de sus pobladores.

Por eso el Ministerio de Obras Públicas trabaja sin descanso con ese objetivo.

Este año, para no alargar demasiado mi intervención, no me detendré a enumerar el extenso listado de obras físicas que hemos construido.

Sin embargo, pueden conocerlas en detalle a través de la publicación que se ha realizado hoy en todos los periódicos nacionales.

Les diré solamente que en 2017 se intervinieron aproximadamente 6,973 kilómetros de vías, incluyendo 290 kilómetros de caminos vecinales, y se construyeron o reconstruyeron más de 29 kilómetros de puentes en tiempo récord en todo el país.

Por otra parte, les adelanto que este año también pondremos en marcha nuevos y ambiciosos proyectos, entre los que se encuentran la circunvalación de San Francisco de Macorís, la avenida ecológica en Santo Domingo, la circunvalación de Baní, la carretera Hato Mayor - el Puerto - Bayaguana, la distribución vial en la calle Isabel Aguiar con 27 de Febrero y el Palacio de Justicia de Santo Domingo, entre muchas otras.

Este será también el año de gran avance en la construcción de la presa de Monte Grande en la parte Sur del país.

Quiero resaltar también que todos los equipos de rescate y de reconstrucción de las diferentes instituciones hicieron un gran trabajo para que el país recuperara la normalidad en el menor tiempo posible y para garantizar la seguridad de la gente.

Desde aquí quiero reconocer públicamente al Ministerio de Obras Públicas, al INDRHI, al Ministerio de Agricultura, al Banco Agrícola, al Plan Social de la Presidencia, a los Comedores Económicos, al INVI, a la Defensa Civil, al Centro de Operaciones de Emergencias (COE), a la Oficina Nacional de Meteorología y al Ministerio de Defensa.

A todos esos hombres y mujeres quiero hoy decirles: muchísimas gracias por su entrega y vocación de servicio en el momento que el país demando de ustedes.

Señoras y señores,

Y si hablamos de infraestructuras que son vitales, tampoco podemos olvidarnos del INDRHI, que está haciendo un gran aporte en este cuatrienio del agua.

Este año ejecutó 54 proyectos en zonas de riego en todo el país, con un monto contratado de alrededor 3,300 millones de pesos.

La inversión beneficia a más de 2 millones y medio de personas que podrán ahora cultivar sin temer a las sequías, gracias a un uso racional del agua.

Amigos y amigas,

Como les decía al principio, 2017 fue declarado año del desarrollo agroforestal y quisiera en este punto explicar qué nos motivó a esa declaratoria y por qué decidimos poner en marcha la mayor iniciativa de nuestra historia destinada a recuperar más de 700,000 tareas de bosques.

Como quizá sepan, el proyecto de recuperación agroforestal se puso en ejecución a partir de una visita sorpresa al municipio de Hondo Valle en la provincia de Elías Piña.

Sin embargo, la recuperación de nuestros bosques ha estado siempre presente en nuestro programa de gobierno.

Entendíamos, además, que para resolver el problema del medio ambiente era necesario, a la vez, resolver los problemas de las personas que viven en esos territorios y que anteriormente se veían obligados a recurrir al conuquismo y la tala de árboles para sobrevivir.

Por eso, 11 mil de estos pobladores están ahora recibiendo un salario para plantar los nuevos árboles de café, mango, aguacate, cacao o especies maderables que están reverdeciendo las lomas, especialmente alrededor de las principales cuencas hidrográficas del país.

Al 1 de diciembre del 2017, ya habían sido plantados unos 9 millones 127,000 árboles, entre forestales y agrícolas, en 124,975 tareas de tierra.

En esta labor estamos invirtiendo más de 7,000 millones de pesos.

Es en proyectos como este en lo que estamos empleando los recursos del Estado.

Son este tipo de iniciativas a las que dedicamos nuestro mejor esfuerzo y nuestro trabajo.

Y les confieso que estas son las cosas que hacen que el ejercicio de la política valga realmente la pena.

Dominicanos y dominicanas,

Desde el principio de mi mensaje hoy, les he estado hablando de la importancia de tener un propósito y un objetivo bien claro.

Pues bien, si hay un área que siempre ha sido el propósito central de nuestro gobierno esa es, sin duda, la educación.

Y lo es porque sabemos que es desde la primera infancia y en las aulas donde se pueden llevar a cabo las grandes transformaciones en un país.

En contraposición a los gobiernos autoritarios, que en todas las latitudes y momentos de la historia han preferido una ciudadanía inculta y manipulable, nuestra meta siempre ha sido formar a una nueva generación libre, preparada, sana y bien formada.

Con sentido crítico y capacidad para llevar las riendas del país.

Y siguiendo ese propósito hemos dado pasos de gigante.

Este año, por ejemplo, finalizaremos el plan de edificaciones escolares más ambicioso de nuestra historia moderna, para que queden atrás para siempre los tiempos en que los estudiantes debían recorrer kilómetros para ir a clase o estudiaban en aulas inadecuadas.

Esas edificaciones escolares incluyen escuelas, liceos, y, por supuesto, decenas de estancias infantiles, para que ningún niño se quede atrás por no haber tenido la atención y cuidados necesarios en los primeros años de vida.

Muy pronto completaremos también nuestra gran meta de tener a todos los alumnos de la escuela pública en tanda extendida.

Paralelamente ya hemos comenzado la segunda revolución educativa.

La revolución que está transformando la forma de educar, ampliando las oportunidades de educación a más personas que nunca e incluso, cambiando la relación de las escuelas con las familias y las comunidades.

Porque conforme termina la etapa de construir escuelas, y después de dignificar los salarios de los maestros, nuestra prioridad es ya la formación de docentes bien preparados, bien motivados y completamente al día de las últimas técnicas pedagógicas, incluyendo el uso de la tecnología en las aulas.

Estamos buscando y seleccionando a los mejores estudiantes de secundaria del país para enrolarlos en exigentes programas con profesores universitarios nacionales e internacionales del más alto nivel, con la meta de lograr 20,000 profesores y 4,000 directores de escuelas de excelencia.

Cuando les hablo de transformar la forma de educar me refiero no solo a que tenemos un currículo renovado y actualizado, sino también a que estamos pasando de la escuela de lápiz y papel a la de pantallas y contenidos digitales.

No es una fantasía.

Es una experiencia que ya está en marcha en varias escuelas del país, como parte de República Digital y que llegará a 150 centros educativos en este mismo año escolar, que finaliza en el mes de junio.

Ya empezamos la entrega de computadoras personales a más de 40 mil estudiantes y 3 mil docentes.

Y para el 2020 habremos entregado un millón de computadoras personales a estudiantes y otras 80 mil a docentes.

Pero no crean que simplemente estamos regalando juguetes.

Estos son equipos preparados para enseñar, debidamente programados y protegidos para que sirvan al propósito de educar en las nuevas aulas virtuales.

Por otra parte, cuando les hablo de ampliar las oportunidades de educación a más personas, me refiero, a un nuevo programa que pondremos en marcha este año, porque estamos decididos a que ningún joven pierda la oportunidad de formarse.

¡En la nueva República Dominicana, nadie debe quedarse atrás!

Por eso, facilitaremos la reinserción al sistema educativo de los adolescentes y jóvenes que dejaron la escuela por alguna razón, ofertándoles el Nuevo Modelo Flexible de Educación, tanto para primaria como para secundaria, con horarios que faciliten el reingreso y permanencia de los estudiantes.

Además, el programa incluirá oferta de formación técnica que permita al estudiante su posterior inserción en el mercado laboral.

Esta modalidad implicará la relación con las escuelas laborales, institutos técnicos, el INFOTEP, universidades y el sector privado.

Y aquí no terminan las nuevas iniciativas.

Tenemos más planes para que nadie se quede atrás, para que todos participen en este gran impulso por la educación, incluso aquellos que no puedan acudir a un centro educativo.

Por eso, vamos a poner en marcha una nueva oferta educativa, nuestro país contará con una oferta de secundaria a distancia, que permita cursar los diferentes grados académicos gracias al uso de la tecnología, a través del programa República Digital.

El propósito fundamental de este programa es extender la cobertura de la oferta educativa y disminuir la deserción escolar en el nivel secundario.

Está especialmente dirigido a aquellas personas con limitaciones justificadas que les impiden asistir a los centros en los horarios ordinarios.

Este programa será la demostración de cómo el uso intensivo de la tecnología puede hacer de la educación no sólo un servicio de calidad, sino también totalmente inclusivo.

Señoras y señores,

Como ven, nuestro proyecto educativo tiene la mirada puesta en el futuro y sigue avanzando.

Pero si hay una iniciativa que muestra nuestra voluntad de conquistar los tiempos que vienen, esa es República Digital, que apuesta definitivamente por la plena inclusión de todos y todas en el futuro digital, que ya está aquí.

Y este es un proyecto que, además del área educativa, tiene otros pilares que ya están en marcha y son igualmente revolucionarios.

Como incorporar las nuevas tecnologías a los procesos productivos.

Aumentar la conectividad en todo el país y digitalizar la gestión gubernamental.

Muestra de ellos son los más de 105 nuevos servicios que ya pueden realizarse de forma eficiente y transparente a través de internet.

Estamos iniciando la ruta hacia una administración digital, para que la ciudadanía pueda completar procesos en no más de cinco minutos y sin tener que presentarse personalmente a una oficina.

Por otra parte, hace menos de dos semanas se puso en operación el Datacenter del Estado, que permitirá el almacenaje seguro de la información gubernamental y brindará un fuerte respaldo a las instituciones públicas, para que, a su vez, automaticen más servicios.

En lo que se refiere a mejorar el acceso a internet para cerrar la brecha digital, se habilitaron 542 kilómetros de cable de fibra óptica, que ya existían, para integrarlos a la Red Nacional de Fibra Óptica.

Cuando finalice 2018 tendremos 610 puntos Wi-Fi gratuitos en hospitales, alcaldías, lugares públicos y en muchos otros lugares, además de la habilitación de 43 nodos adicionales a los 12 existentes, para totalizar 55 nodos de la Red Nacional de Fibra Óptica.

En lo que se refiere al pilar productivo de República Digital, se contempla que más de 71,000 personas reciban formación orientada al empleo en tecnologías, así como la capacitación y apoyo a decenas de miles de MIPyMES.

Por su parte, el MESCYT otorgó este año un total de 960 becas para el desarrollo de software, de las cuales 500 corresponden a diplomados, 400 a becas de grado y 60 de postgrado.

Señoras y señores,

Junto a la educación, proteger la salud del pueblo dominicano es y será siempre otra meta fundamental para el Gobierno.

Por eso desde el 2014, año tras año, se ha venido incrementamos el presupuesto de este sector.

Esa inversión ha dado sus frutos año tras año, pero especialmente en este último año, nos ha permitido la entrega de numerosas infraestructuras totalmente nuevas, con el objetivo de acercar la atención médica de primera calidad a todos los rincones del país.

Concretamente, ya han sido entregados 33 Centros de Diagnóstico y Atención Primaria de un total de 50 planificados y pronto abrirán sus puertas los 17 restantes.

También se han entregado 14 hospitales de un total de 56 que han sido priorizados, entre ellos los Hospitales Materno-Infantil San Lorenzo de Los Mina y más recientemente el Luis Morillo King, en La Vega y el Hospital Dr. Alberto Gautreaux del municipio de Sánchez en la provincia Samaná.

Se trata de hospitales que no tienen nada que envidiar a las clínicas privadas, con los mejores equipos y con personal especializado.

Pero la salud no son solo infraestructuras, en eso estamos todos de acuerdo.

Y todos sabemos también lo importante que es contar con una salud pública gratuita y de calidad para fortalecer la clase media y evitar que una desgracia haga caer a toda una familia en la pobreza.

Por eso, dedicamos más de 2 mil 200 millones de pesos para tratar enfermedades catastróficas; y los pacientes que reciben cobertura del Programa Alto Costo alcanzaron la cifra de 18 mil 494 el año pasado.

A su vez, el Instituto Nacional del Cáncer Rosa Emilia Sánchez Pérez de Tavares incluyó tecnología de vanguardia que bajará el 50% del costo de los fármacos de cáncer y permitirá realizar diagnósticos más precisos.

Por su parte, el Seguro Nacional de Salud cuenta ya con 4.5 millones de personas afiliadas, de ellas 3,555,000 corresponden al régimen subsidiado.

Pero, además, está haciendo una labor extraordinaria para proteger a nuestros envejecientes y asegurarles un retiro digno.

Alrededor de 55,718 pensionados y jubilados cuentan con cobertura para enfermedades de alto costo.

Y si en un inicio tenían como límite RD$150,000 por evento al año, esa suma se ha incrementado ahora a 1 millón.

Por otra parte, quiero anunciarles otra iniciativa sin precedentes en nuestro país, para proteger a nuestros mayores de menos recursos.

Muy pronto, pondremos en marcha “SeNaSa cuida de ti”, un plan de seguros que beneficiará a más de 387 mil personas mayores de 70 años en los municipios de mayor vulnerabilidad del país.

Este plan contará con atención domiciliaria, cuidados paliativos, traslados, servicios de geriatría y atención médica en línea 24 horas.

Con él se garantizará también la entrega de medicamentos y se brindará seguimiento a pacientes crónicos.

Nunca hasta ahora esta población había tenido una protección tan completa, y nos llena de satisfacción ofrecérsela.

Porque nadie merece más el respeto y cuidado de parte de toda la sociedad, que nuestros mayores.

Señoras y señores,

Y si es cierto que nuestros mayores merecen toda nuestra ayuda y protección, no es menos cierto que nuestros jóvenes necesitan de nuestro apoyo e impulso, para conquistar el futuro que les pertenece.

Nuestro objetivo es contar con una nueva generación de dominicanos más participativa y cívica, que pueda desarrollar un proyecto de vida con las mismas oportunidades que tendría en países tradicionalmente más desarrollados.

Y esta línea de acción va mucho más allá de la labor que realiza el Ministerio de la Juventud o cualquier otra institución del Estado en concreto.

Es un eje transversal que abarca medidas en todas las áreas, incluyendo educación, empleo, salud, cultura, deporte, formación profesional y acceso a las nuevas tecnologías.

Si hablamos de formación superior, en 2017, el MESCYT entregó 6,012 becas nacionales, 20,721 becas de inglés y 2,511 becas de postgrado internacionales para maestrías y doctorados a jóvenes de la República Dominicana.

También se amplió el programa Agentes del Cambio del Ministerio de la Juventud, que ha otorgado 2,503 becas nacionales y 1,200 becas internacionales.

Si hablamos de formación técnica, en el 2017 el INFOTEP certificó a 762,785 nuevos técnicos profesionales, de los cuales, la mayoría son jóvenes.

Y además ha ampliado sustancialmente su oferta formativa, pasando de los 591 opciones técnicas en el año 2016 a 940 en el año 2017.

Además, en Santiago, la Estrategia para la Formación y Empleo, en alianza público privada, ya ha formado en sus propios barrios miles de jóvenes de escasos recursos.

El Ministerio de Deportes, por su parte, tiene en marcha desde 2016 un exitoso plan de rescate de los espacios deportivos en más de 400 comunidades y está preparando la reedición de los XIV Juegos Nacionales, que deberán celebrase en julio del 2018 en la provincia Hermanas Mirabal.

Señoras y señores,

No puedo continuar estas palabras sin dedicar un espacio a hablar de las mujeres dominicanas.

Y lo hago desde la admiración, el respeto y el compromiso con la protección de sus derechos y libertades.

Por eso, debo comenzar diciendo que tenemos mucho trabajo por hacer aún, para saldar la deuda que tenemos como sociedad con todas ustedes.

Pero también les digo que no estamos de brazos cruzados, estamos redoblando esfuerzos para alcanzar nuestras metas.

En primer lugar, estamos luchando contra el crimen que más nos avergüenza como sociedad: el feminicidio.

Y para ello, en noviembre del año 2017 fue lanzado el Plan Nacional contra la Violencia de Género, que consiste en 22 acciones concretas enfocadas en tres ejes:

La prevención de la violencia de género generando conciencia.

La persecución de estos delitos, fomentando la denuncia ante las autoridades.

Y, por supuesto, la atención a las víctimas.

Con estos objetivos se creó el “Sistema Integral para la Prevención, Atención y Erradicación de la Violencia contra la Mujer”, cuya misión es reunir a todas las instituciones responsables en la prevención, detección, atención integral, persecución y sanción de todas las formas de violencia contra las mujeres.

De igual manera, el Sistema Nacional de Emergencia ha jugado su rol, ya que las mujeres que se encuentren en situaciones que pongan en riesgo su integridad física, pueden llamar al 911 y son asistidas a cualquier hora, los siete días de la semana.

Además, los ministerios de la Mujer y de Economía, Planificación y Desarrollo firmaron el acuerdo de Coordinación Interinstitucional con ocho ministerios para incorporar el enfoque de género a sus planes, programas, proyectos y políticas públicas.

Y, por supuesto, trabajamos también para fomentar la independencia económica de las mujeres y su inserción con equidad en el mercado laboral.

En este sentido, cabe señalar que el 67% de los créditos que concede Banca Solidaria están destinados a las mujeres, incluyendo madres solteras, para las que hay un fondo especialmente destinado.

Eso les ha permitido emprender su propio negocio, alcanzar la independencia económica y mejorar su calidad de vida y la de los suyos.

Por su parte, en el Instituto Agrario Dominicano al día de hoy, se han incorporado 47 asociaciones de mujeres productoras en las zonas rurales del país.

Y, por supuesto, la participación de las mujeres como proveedoras del Estado se ha multiplicado rápidamente.

Solo entre enero y octubre del 2017 se registraron 1,406 nuevas proveedoras del Estado.

Por su parte, el INFOTEP también ofrece indicadores esperanzadores: del total de alumnos en las cuatro gerencias del Infotep, el 54.6% son mujeres y este dato es aún más relevante en la región Sur del país, donde esa cifra alcanza el 65%.

Finalmente, recordemos que la tanda extendida no solo beneficia a las niñas y jóvenes estudiantes, sino también a sus madres.

Se calcula que un hogar ahorra una media de 69,000 pesos al año por cada hijo en tanda extendida.

Esto, créanme, ha marcado un antes y un después para muchas madres jefas de hogar en la República Dominicana.

Señoras y señores,

Desde que me inicié en la política, entendí que la labor de un gobernante es trabajar para resolver los problemas acuciantes de la ciudadanía a la que servimos.

Por eso, desde mi primer día en la presidencia fue y es una prioridad dar respuesta al tema eléctrico en nuestro país.

Este no era, ni es, un problema sencillo de resolver, pero hemos avanzado a buen paso centrándonos en 3 pilares; garantizar el suministro, diversificar la matriz energética y reducir las pérdidas.

Para contribuir al primer pilar, el suministro, emprendimos la construcción de la Termoeléctrica de Punta Catalina, que aportará 752 megavatios brutos al sistema, es decir, alrededor de un tercio de la demanda total actual.

Su nivel de ejecución al día de hoy es de 89.0%.

Se espera que para mayo de este año se realice el primer encendido de prueba de la Caldera de la Unidad I con diésel, y en septiembre se hará el encendido con carbón mineral.

Esta unidad operará en condición de prueba a principios del mes de diciembre de este año y se espera la entrada en servicio de la Unidad II a partir de febrero de 2019.

Además, en abril de 2017 se cerró el ciclo combinado de Los Mina, adicionando al sistema 114 megavatios en base a Gas Natural Licuado.

Respecto al segundo pilar, la diversificación de la matriz energética, tenemos también excelentes noticias.

En 2017 entraron en operación 4 nuevos proyectos, tanto de energía fotovoltaica, como eólica, hidroeléctrica y de biomasa.

Estas iniciativas aportan al sistema 125.7 megavatios adicionales.

Pero, además, están en ejecución 9 proyectos más en las provincias de Puerto Plata, Montecristi, Barahona y Peravia.

Estos proyectos sumarán muy pronto al sistema 409 megavatios adicionales de energía limpia y renovable.

A estas plantas se suman las 33 nuevas microcentrales hidroeléctricas construidas en zonas aisladas del país, las cuales aportan 1,136 kilovatios al sistema y benefician a más de 3,500 familias.

Además, en este año 2018 a esas 33 se añadirán 14 más.

En el tercer pilar, la reducción de pérdidas, hemos avanzado año tras año, teniendo en cuenta que cada punto porcentual de reducción de pérdida requiere grandes inversiones en dólares.

A pesar de ello, ya podemos decir que se han reducido del 35.5% en 2012 hasta un 29.9% el año pasado.

Solo en 2017 se iniciaron 61 nuevos proyectos para la rehabilitación de 100 circuitos, con una inversión de 370 millones de dólares.

Esto permitirá rehabilitar 2,547 kilómetros de red y reducir 5,61 puntos porcentuales más de pérdidas.

Además, para mejorar la transmisión, la Empresa de Transmisión Eléctrica Dominicana (ETED) ha construido 55 proyectos a nivel nacional, construyendo 1,800 kilómetros de redes de transmisión eléctrica y 21 subestaciones.

Por otra parte, el pasado año se incorporaron 428,121 clientes al sistema de telemedición y se regularizaron 235,324 usuarios

Señoras y señores,

Como ya les anuncié, en este periodo de gobierno el reordenamiento del transporte y la seguridad vial tienen un papel protagónico.

Porque no podemos hablar de mejorar la vida de la gente, especialmente en nuestras ciudades, mientras los ciudadanos pasen un verdadero calvario a diario para trasladarse a su lugar de trabajo, subiendo a vehículos en malas condiciones, por vías colapsadas de tránsito en las que cada conductor pone sus propias reglas.

Esa es la realidad que se ha ido produciendo durante años y cuya transformación es cada vez más urgente, a medida que la población y el número de vehículos crece.

Por eso, nos pusimos manos a la obra y establecimos el Plan Estratégico de Movilidad Urbana Sostenible, que ya está en marcha y avanza a buen ritmo.

Y fruto de esa planificación, me complace anunciarles que el 2018 estará lleno de novedades en materia de transporte.

La primera de ellas es el teleférico de Santo Domingo, que muchos creían imposible, pero ya es una realidad.

Como saben, finalizaron las pruebas necesarias para su puesta en funcionamiento y, la semana pasada, comenzamos lo que hemos llamado “etapa educativa”.

Un período de aproximadamente 45 días en que daremos a conocer a los usuarios el uso correcto de este nuevo sistema de transporte que contará con 200 cabinas movilizándose de manera simultanea.

Estimamos que alrededor de 287 mil personas se beneficiarán del mismo, integrando así a barrios que han estado históricamente marginados.

A su vez, no solo pondremos en marcha la línea 2B del metro de Santo Domingo en el mes de julio, sino que además, escuchando reclamos de los pobladores y especialmente de la Defensora del Pueblo, la Dra. Zoila Martínez, se añadirán más vagones a cada una de las otras líneas, para que sus usuarios puedan trasladarse cómodamente de un punto a otro con la mayor celeridad posible.

Pero sin duda, el cambio más trascendental y que beneficiará a más personas es el que ya está en marcha para descongestionar y ordenar las vías del Gran Santo Domingo, garantizando un transporte de pasajeros eficiente, seguro y digno.

Ese plan incluye el establecimiento de 9 corredores de buses, empezando por la 27 de Febrero, con paradas establecidas y con su propio espacio, separado de la vía principal.

Esto supondrá un cambio radical en la circulación diaria, porque irá además acompañado de la sustitución de las pequeñas unidades de transporte existentes hoy, por flotas de buses renovados, seguros y cómodos.

Junto a estas infraestructuras, el otro gran cambio será la construcción de 6 grandes terminales y un intercambiador de pasajeros, para el transporte interurbano y turístico, que deberán estar concluidas a final de este año.

Estas nuevas estaciones de buses permitirán conectar los viajes de todo el territorio nacional al Sistema Integrado de Transporte Público.

Así, las personas que lleguen del Este, del Norte o del Sur, podrán viajar en condiciones cómodas y seguras y accederán a los distintos sistemas de movilidad dentro de la ciudad de forma ordenada y en muchos casos, sin necesidad de pasar por el centro de la ciudad, lo que aliviará también notablemente las calles de Santo Domingo.

Esto será posible también gracias al avance de la circunvalación de Santo Domingo, que contribuirá notablemente a descongestionar la ciudad.

Ya están en marcha las obras para completar el tramo de aproximadamente 20 kilómetros que va desde el cruce de Villa Mella y Guanuma a su conexión con la carretera de Samaná.

De esta forma, ya no será necesario recorrer la ciudad de Este a Oeste cuando no se tenga la necesidad de pasar por ella.

Por último, pero no menos importante, quiero anunciarles que ya se ha aprobado la puesta en marcha inmediata de un plan para la construcción de parqueos públicos en las áreas con más tránsito de la ciudad.

Sabemos que esta es también una necesidad muy sentida de los capitalinos, por lo que vamos a realizar grandes inversiones para aliviar esta situación.

Ya se han identificado terrenos disponibles en diferentes puntos de la ciudad para construir esas plazas de parqueo y muy pronto iniciarán las obras.

Además, en las zonas cercanas a las principales paradas de metro, se habilitarán también estacionamientos, que permitan a los usuarios dejar su vehículo y continuar su traslado al centro de la ciudad en transporte público, como es habitual en las grandes ciudades.

En suma, estamos haciendo un esfuerzo cercano a los 3 mil millones de pesos, con el único objetivo de hacer realidad el sueño de miles de ciudadanos de tener una capital por la cual transitar y moverse de forma ágil y segura.

Todo este plan está siendo discutido con todas las personas que están involucradas en el negocio del transporte de pasajero en la ciudad capital e interurbano en el interior del país y esperamos lograr un acuerdos con ellos lo más pronto posible.


Familia dominicana,

Sé que para todos ustedes, al igual que para mi, la seguridad es un tema crucial.

Queremos entornos donde sentirnos tranquilos y protegidos, calles y ciudades donde podamos caminar sin temor alguno.

Sin importar las edades o las clases sociales, queremos paz y seguridad para nuestra vida y para nuestras familias.

Sabemos también que la inseguridad, es un reto común a los países de América Latina, y sin embargo, el nuestro, la República Dominicana es uno de los pocos países donde la tasa de homicidios cae de forma sostenida en los últimos años.

Soy consciente de que cuando digo esto, mucha gente está mirándome con escepticismo e incredulidad, pero la verdad es que ese es el dato frío con el que contamos.

Lo cierto es que hace apenas 6 años en la República Dominicana tuvimos más de 2,500 homicidios.

En 2016, hubo 1,616 homicidios. Y el año pasado 1,561.

En 2012, la tasa de homicidio era de 23.4 por cada 100 mil habitantes y al cierre del 2017, fue de 15.3; un indicador claro de que se ha reducido de forma sostenida año tras año.

Si me preguntan, ¿es un descenso muy significativo? la respuesta es claro que sí.

Pero si me preguntan si es un motivo para estar satisfechos, la respuesta por supuesto es claro que no.

Porque lo cierto es que aún hoy mueren al día un promedio de cuatro dominicanos, la mayoría por arma de fuego.

Y para poder seguir reduciendo esa cifra, hemos hecho un trabajo extraordinario en identificar dónde, a qué horas del día y cómo suceden estos hechos de violencia.

A grandes rasgos sabemos que más del 50% de la violencia letal se concentra en siete provincias del país: Santo Domingo, Santiago, Distrito Nacional, La Altagracia, San Cristóbal, la Romana y San Pedro.

Pero contrario a lo que algunos creen, más de la mitad de estos homicidios, no son víctimas de la delincuencia o el crimen organizado, no.

La mayor parte de la violencia letal está asociada a problemas personales y sociales: a las discusiones entre vecinos que escalan, los problemas asociados al tránsito vehicular que se dirime por vías de hecho, las peleas en centros de diversión donde hay alcohol involucrado o la violencia doméstica e intrafamiliar, entre otras.

Una cuarta parte de los homicidios sí es el resultado de acciones criminales y delictivas.

El resto corresponden a situaciones diversas incluyendo las muertes por suicidios.

Sin embargo más allá de los datos, lo cierto es que miles de dominicanos han perdido a sus hermanas, hermanos, padres, abuelos, o han enterrado a sus propios hijos.

Todos tenemos un caso que podemos contar, a todos nos ha tocado una tragedia de este tipo de una manera o de otra.

Por eso las cifras y lugares a los que he hecho referencia no son consuelo para ninguna de las víctimas, sus familias, amigos y conocidos, ni son para nosotros, las autoridades, un trofeo que podamos sentarnos a contemplar.

Sencillamente es la realidad sobre la que tenemos que trabajar y a partir de la cual estamos actuando.

Señoras y señores,

Yo no quiero hablarles de violencia, sino de lo que estamos haciendo para combatirla y prevenirla.

Y ya hemos comenzado, con medidas importantes.

Hemos iniciado proyectos piloto de policía comunitaria e intervenciones barriales integrales en Santo Domingo.

Comenzamos de forma muy discreta en el mes de marzo, en aquellos lugares donde los ciudadanos habían sido privados de su derecho a la tranquilidad y la libertad.

De manera eficientemente coordinada, las fuerzas de seguridad del Estado, el Ministerio de Interior y Policía bajo la dirección de la Presidencia han incursionado en estos lugares a retomar el control de las calles, a encarcelar a peligrosos criminales declarados rebeldes de la justicia y acosar a grupos organizados dedicados a delinquir.

Estamos impulsando el uso de tecnologías avanzadas para individualizar a las personas que delinquen, las armas que se utilizan para cometer crímenes, y los vehículos, en especial las motocicletas que son utilizadas para estas acciones.

Por otra parte, ya está en fase de prueba la herramienta informática de base de datos más avanzada, completa y funcional con que hayamos contado hasta ahora.

Un registro donde los récords criminales, la información de los casos y la información personal de los delincuentes se encuentran en un solo depósito, accesible a todas las agencias de seguridad para mayor fluidez y facilidad en las investigaciones.

Sin embargo, las acciones que hemos emprendido no se limitan a la persecución del delito.

Tras agotar las fases de acción policial y seguridad, dimos paso a intervenciones de corte social.

Por eso la Dirección de Programas Especiales de la Presidencia de la República se ha coordinado con más de 20 instituciones públicas, para cubrir las necesidades que señalaron los propios vecinos, poniendo especial énfasis en la educación, el microcrédito, la mejora de viviendas, mejora de calles y espacios de recreación.

Esta es una labor continua, que nunca terminará hasta que mejore la calidad de vida de todos con cada vez más seguridad.

Y para lograr ese objetivo una pieza fundamental es y será el 911.

Por eso, en 2017 lo extendimos a Santiago, Puerto Plata, Imbert, Luperón y Sosúa- Cabarete y luego a La Vega y Espaillat.
Ahora podemos afirmar que, en tiempo récord, logramos la protección y seguridad de la mitad de la población del país.

Este es el tipo de cosas a las que me refiero cuando digo que estamos alcanzado hitos que hasta hace poco considerábamos que eran propios de otros países.

Pero aún así no es suficiente, porque aún quedan ciudadanos que no reciben el servicio.

Por eso este año llevaremos el 911 a San Pedro de Macorís, La Romana, Peravia, Monseñor Nouel, La Altagracia, Monte Plata y Samaná.

Al finalizar el 2018, habremos aumentado la cobertura a 1.3 millones de personas más, esto quiere decir un 74% de todos los dominicanos y dominicanas estarán cubiertos por el 911.

Les aseguro que está cerca el día en que el 911 llegue a todos los rincones del país y a toda la población.

También seguiremos ampliando la red de video vigilancia en lugares estratégicos, para continuar con la prevención de hechos delictivos, reforzada este año con nuevos drones que desde el aire llevan a cabo tareas de reconocimiento y vigilancia.

Sin embargo, aunque la tecnología nos ayuda, nada sustituye al factor humano, por eso hemos hecho un esfuerzo histórico para apoyar cada vez más a los policías y militares en su labor diaria, esos que arriesgan sus vidas para traer tranquilidad a la población.

Esa es la razón por la que les asignamos la mayor subida salarial de las últimas décadas.

Esa es la razón por la que en el 2017 incorporamos también al SeNaSa a 140,000 militares y sus familiares, que se unen a los 102,000 policías y familiares que también cuentan ya con su seguro de salud.

Apostamos asimismo por su formación y por su equipamiento, por la dignificación de sus cuarteles y de sus vehículos.

Porque necesitan condiciones de trabajo acordes con la importancia y dificultad de su labor.

Además, hemos puesto en marcha una labor inteligente y estratégica de persecución de los casos de drogas.

Estamos persiguiendo desde el narcomenudeo a los grandes cabecillas, porque son esas redes de tráfico las que están haciendo imposible habitar algunos barrios.

Yo les aseguro que la seguridad ciudadana es un asunto que nos preocupa y, sobre todo, nos ocupa.

Todas estas medidas tienen un solo objetivo: la seguridad de nuestra gente, su paz y su descanso.

Señoras y señores,

Merecemos, como decía, un país seguro, como merecemos un país soberano, y para ser soberano, un país debe cuidar sus fronteras.

Me consta que el pueblo dominicano tiene la convicción unánime de que necesitamos tener fronteras bien organizadas y rigurosas.

Desde que llegué al gobierno en 2012 he tomado medidas para garantizarlas.

Somos, históricamente, un pueblo abierto.

Ganamos mucho del intercambio de bienes, de personas, de ideas, y eso no va a cambiar.

Somos un país tanto emisor como receptor de migrantes. Lo hemos sido siempre y eso tampoco va a cambiar.

Pero, ciertamente, los dominicanos tenemos nuestro propio proyecto de nación, que no es ni mejor, ni peor que el de otros, pero es el nuestro, lo tenemos muy claro y nuestra responsabilidad es fortalecerlo y trabajar por él.

Y parte de ese proyecto de nación consiste en tener fronteras propias, seguras y estables, para proteger a nuestra gente, para proteger a nuestro patrimonio, pero sobre todo para proteger nuestro territorio.

Entendemos que para ser buenos vecinos, para respetarse y aún para colaborar, es necesario también tener claro donde empieza una casa y termina otra.

Por eso, llevamos tiempo prestando una especial atención a la protección de nuestro territorio y a que el tránsito en nuestras fronteras esté sujeto al imperio de la ley.

A las mismas leyes que establecen todos los países para sus fronteras, con total transparencia y con respeto a los tratados internacionales pero con total soberanía e independencia.

Cuando hablo de tener fronteras íntegras, me refiero a tenerlas por tierra, mar y aire, eso supone reforzarlas todas, incluyendo los más de 300 kilómetros de porosa frontera en el Oeste del país.

Por eso en este 2018 vamos a redoblar los esfuerzos de los últimos años.

Y para eso, vamos a coordinar a todas las instituciones que trabajan en la frontera: brigadas del ejército, la armada, la fuerza aérea, CESFRONT y la Dirección General de Migración, para que hagan valer la ley dominicana en la frontera.

Además, próximamente adicionaremos en la frontera 900 soldados a las fuerzas de seguridad.

Con esta cifra duplicaremos las fuerzas en nuestra frontera, sobre todo teniendo en cuenta que estos efectivos han sido especialmente formados en la academia, y que estarán sujetos a medidas estandarizadas para evitar cualquier mala práctica.

Su misión será vigilar todos los cruces formales e informales que comunican ambos países, en cada punto de revisión, en cada control de carreteras, en los mercados binacionales y en los caminos vecinales.

También sumaremos de inmediato 50 nuevos vehículos militares todoterreno a los que se les sumarán 3 helicópteros y 40 vehículos más en mes de mayo.

De la misma forma, incrementaremos el patrullaje costero en la zona comprendida entre Manzanillo y Puerto Plata, así como en Pedernales y Barahona.

Y reforzaremos puntos por donde fluye el mayor número de personas, como Azua y Jicomé.

De nuevo, la tecnología será de gran utilidad. Así, desplegaremos en la frontera una flotilla de drones, para cuyo manejo se ha capacitado a 30 oficiales.

De hecho, ya hace dos meses que esos drones están realizando misiones de identificación de los puntos más vulnerables y han demostrado su gran efectividad.

Y junto a esos drones instalaremos un amplio y moderno sistema de video vigilancia, que contará con la misma tecnología que el centro de control del 911 y dependerá directamente del Ministro de Defensa.

Esto permitirá mantener un monitoreo constante y atajar así cualquier conducta indebida.

Así no solo combatiremos el tráfico ilícito, sino también las malas prácticas y la corrupción que tanto debilitan nuestro accionar en la frontera.

También reforzaremos los recursos de la Policía Nacional y la Dirección Nacional de Control de Drogas para combatir toda infiltración del narcotráfico.

No lo duden: nuestros espacios marítimos, nuestros puertos y aeropuertos y nuestra frontera por tierra, nunca van a haber estado tan seguros como a partir de ahora.

Vamos a seguir trabajando para que la zona de la frontera sea una zona de oportunidades para los dominicanos que viven en ella, de forma que no se vean forzados a buscar salidas en la capital o en otros lugares.

Por eso vamos a seguir fomentando el empleo, la producción y el arraigo de nuestra gente, empezando por el fomento a proyectos asociativos y el apoyo de instituciones que han demostrado su éxito en otras zonas del país, como Banca Solidaria.

Sin embargo, antes de cerrar este tema, quiero recordar también que el inmigrante que cumplió con la ley es bienvenido y de hecho, como saben, terminamos ya un amplio proceso de regulación de personas con arraigo en el país.

Hombres y mujeres que formalizaron su situación y hoy trabajan honradamente, pagan impuestos y deben ver respetados sus derechos, como les corresponde.

Al inmigrante que cumple la ley, le damos la bienvenida.


Al empresario que contrata dominicanos o inmigrantes legales, lo aplaudimos.

Pero incumplir la ley no es permisible, no lo es para nadie, ni para el que quiere entrar de forma ilegal, ni para el que se aprovecha de esa necesidad para hacer negocios, o para contratar manos de obra barata.

En esto no podemos mantener un doble discurso a conveniencia.

No es coherente exigir rigor por un lado, mientras queremos saltarnos la ley por otro.

No podemos aspirar a tener fronteras impermeables y ordenadas si al mismo tiempo alimentamos una demanda de mano de obra irregular en sectores como la agricultura, la construcción o en nuestros propios hogares.

Debemos ser consecuentes, sin dobles discursos y sin excusas.

Porque somos una nación soberana y un país de leyes, tanto en el exterior como en el interior.

Y tenemos la obligación de demostrar que esa soberanía y esas leyes se cumplen.

Honorables miembros del congreso,

Precisamente porque la ley es central para una nación, este año he establecido como prioridad apoyar la labor, independiente pero indispensable, de la justicia.

Por eso, impulsamos la reciente elección de los jueces del Tribunal Superior Electoral y de los magistrados de la Suprema Corte de Justicia, acogiendo las voces de las instituciones empresariales, sindicales, ciudadanas y de los partidos políticos, con el fin de fortalecer la democracia y el Estado de derecho.

Otras de las acciones que hemos realizado es fortalecer las superintendencias, la Procuraduría General de la República y la Unidad de Análisis Financiero.

En primer lugar, reforzamos el presupuesto de la Procuraduría y esto le ha permitido aumentar en un 25% los salarios y sumar al servicio 250 nuevos fiscalizadores, 20 médicos legistas, 15 médicos forenses y 18 miembros del personal de apoyo listos para continuar la labor de combate a la criminalidad y la corrupción.

En definitiva, la inversión total en el sistema de justicia, es decir el Poder Judicial y el Ministerio Público pasó de un total de RD$6,150 millones en 2012 a RD$14,430 millones en 2018.

Se trata de un crecimiento sin precedentes en la historia de nuestro país.

Pero no nos quedamos ahí, en junio entró en vigencia la Ley Contra el Lavado de Activos y Financiamiento del Terrorismo, para fortalecer la supervisión contra los fraudes y ordenar procesos institucionales.

Y el resultado de este esfuerzo ha sido tan bien acogido, que otros países están utilizando la ley para revisar sus marcos legales.


Mi compromiso con la transparencia va más allá de todo lo que se ha hecho anteriormente, por eso la modificación del reglamento de la Ley de Compras y Contrataciones Públicas, ha permitido que todos los ciudadanos participen en sorteos justos de licitaciones públicas.

En el 2012, apenas 19,000 empresarios hacían negocios con el Estado.

Hoy puedo decir que ese número prácticamente se ha casi cuadruplicado porque hoy más de 72,000 empresarios se han convertido en suplidores del Estado.

Para continuar en esta línea democratizadora, vamos a presentar un anteproyecto de Ley que haga aún más transparente el proceso de compras públicas, y puedan participar aún más empresarios y empresarias.

Ciertamente, nunca antes hemos tenido tantos mecanismos para la democratización y para el acceso a la información, que permiten que el pueblo dominicano sea testigo del manejo de los fondos públicos.

En este renglón, continua avanzando el Sistema de Monitoreo y Seguimiento de todas las instituciones públicas.

A través de este portal podemos ver día a día el progreso y cumplimiento de nuestro programa de gobierno.

Creo firmemente en que todos los ciudadanos deben tener acceso al trabajo que realizamos diariamente.

Por esto es que nunca antes en la República Dominicana se había tenido un seguimiento tan riguroso de la gestión.

Ponemos en sus manos toda la información acerca de nuestros procesos internos, para construir ciudadanos críticos, pero también para que se encuentren informados y puedan ver la labor que realizan día a día los servidores públicos.

Cabe destacar que en el 2017 se instauró la votación libre y secreta de todos los miembros de las 206 Comisiones de Ética Pública, que ahora tienen plena independencia y autonomía financiera para ejercer su labor.

También, este año se puso al servicio de todos, el Portal Único de Solicitud de Acceso a la Información Pública, que ofrece un canal para realizar las solicitudes de información de forma fácil y ágil, sin importar la localización geográfica.

Hoy estoy rindiendo cuentas ante todos ustedes y el pueblo dominicano sobre la gestión del gobierno en su conjunto durante el año 2017, pero lo cierto es que las instituciones públicas deben dar cuentas diariamente y estamos comprometidos a que esa información se encuentre disponible, de manera sencilla, para la ciudadanía.

Señoras y señores,

A pesar de los avances, en esta batalla por la transparencia no descansaremos, no podemos descansar y quedarnos de brazos cruzados, porque aún nos queda mucho camino por recorrer.

Por eso, en abril entró en vigencia el Decreto 15-17 por el cual las instituciones estatales tienen ahora la obligación de verificar en la Dirección General de Presupuesto que cuentan con los recursos necesarios para pagar a los proveedores de servicios antes de realizar cualquier operación.

En paralelo y en una labor que pocos ven, pero que es fundamental, la Contraloría de la República está velando por el cumplimiento de las Normas Básicas de Control Interno de la administración pública en 145 instituciones, garantizando que los procesos se realizan de principio a fin de acuerdo a la ley.

Por otra parte, la Oficina de Presupuesto Abierto Internacional en enero de este año, situó a la República Dominicana en el lugar número 20, de los 115 países que fueron evaluados.

En total, acumulamos 66 puntos sobre un máximo de 100, lo que nos ha permitido avanzar 51 posiciones en el ranking global, en solo cinco años, por encima de países como Chile, Argentina y Colombia.

Honorables miembros del Congreso,

Antes de continuar mi intervención quisiera referirme brevemente a un asunto que sigue pendiente y que considero vital para fomentar la transparencia y fortalecer el buen funcionamiento de nuestro sistema democrático: me refiero a la aprobación de la Ley de Partidos y la Ley Electoral Dominicana.

Quisiera desde esta tribuna solicitar de todos ustedes que esas iniciativas sean finalmente aprobadas en esta legislatura, a la mayor brevedad posible, para dotar al país de un marco jurídico sólido y confiable en materia política y electoral.

Amigas y amigos,

A lo largo de este año he recorrido diferentes lugares de nuestra geografía nacional y he compartido innumerables momentos con hombres y mujeres de cada rincón del país.

En cada uno de esos encuentros he visto capacidad y talento, deseos de superación, trabajo duro y sobre todo, una fe inquebrantable en el futuro de nuestra Patria.

He visto también la decisión de asumir riesgos para crear nuevos empleos, la valentía para poner en marcha un emprendimiento y el entusiasmo para hacer realidad ideas que algunos creían imposibles.

He conocido a jóvenes brillantes, que están conquistando Silicon Valley, a atletas decididos a triunfar en todo el mundo, a personas que con su fe y dedicación llevan esperanza y consuelo a los más necesitados.

He sido testigo de la labor silenciosa y abnegada de cientos de servidores públicos que, con extraordinaria vocación, educan a nuestros hijos, atienden nuestros hospitales o se juegan la vida a diario, para llevar tranquilidad a las calles.

Y, por supuesto, he visto ese mismo espíritu también fuera de nuestras fronteras, con nuestros hermanos de la diáspora.

Esa gran familia que lleva nuestros valores, nuestra alegría y nuestro espíritu laborioso a cada rincón del planeta.

Ellos son nuestros mejores embajadores y contribuyen, allá donde estén, a elevar nuestra bandera con orgullo.

Vaya también para todos ellos un gran abrazo fraterno y nuestro eterno agradecimiento.

Hermanos y hermanas de la diáspora,

Este año quiero dirigirme especialmente a ustedes, para llevarles nuestro mensaje de esperanza.

En primer lugar, anunciarles que para los residentes en el extranjero que quieran visitar el país o para los que vengan para retirarse, a través del SeNaSa estarán cubiertos ante cualquier eventualidad médica.

Tendrán un seguro que les asista en emergencias, internamientos, cobertura de medios de diagnóstico y servicios de maternidad.

Este seguro entrará en vigencia en mayo de 2018 y la afiliación al mismo podrá realizarse vía internet o a través de las oficinas de manera presencial.

Para quienes vienen de vacaciones se dispondría de un seguro con una vigencia máxima de 6 meses.

Además, estamos creando facilidades para que nuestra diáspora pueda comprar su vivienda en Ciudad Juan Bosch o cualquier otro proyecto habitacional que se construya bajo la figura del fideicomiso.

Para agilizar el proceso, dispondremos de una Ventanilla Única Inmobiliaria en cada consulado, para que allí puedan realizar todos los trámites, que además serán gratuitos.

Podrán también beneficiarse del bono ITBIS y el bono Tierra, que aportan entre 8% y 12% del valor de la vivienda.

Y para su tramitación, la DGII ahora permitirá que quienes no puedan vivir de inmediato en sus viviendas, se las dejen ocupar a familiares y allegados cercanos, en lo que se preparan para su retiro definitivo.

También se ha gestionado que el Banco de Reservas financie hasta el 80% del valor de la vivienda, con tasas del 9%, mediante demostración de ingresos o remesas periódicas, sin necesidad de garante local.

Y para aquellos dominicanos en el exterior que deseen formarse en el país donde residan, les informo que a través del MESCYT dispondremos de becas de estudio para estudiantes meritorios.

A cambio, solo se les solicitará que realicen trabajo voluntario, en favor de la comunidad dominicana en el exterior.

Además, estamos facilitando la entrega de los servicios a todos los dominicanos en el exterior, replicando el sistema de “Mi Consulado” que ya funciona en la Ciudad de New York.

Se podrán realizar solicitudes de cita en línea, y facilidades de documentación e información, asegurando que no pierdan un día de trabajo cuando requieran un servicio.

Y muy pronto anunciaremos un listado único de tarifas consulares, acorde con los costos de los servicios y tomando en cuenta las prácticas de países similares al nuestro.

Finalmente, anuncio que a través del Ministerio de Relaciones Exteriores hemos instituido el premio Oscar de la Renta para promover y galardonar cada año a los ciudadanos destacados de nuestra diáspora, porque queremos reconocer públicamente su labor, sus aportes y difundirlos a través de actos públicos.

Porque cada uno de ellos engrandecen y ponen el alto la Patria más allá de las fronteras y es nuestro deber como Gobierno reconocer a aquellos que son ejemplo a seguir para toda la sociedad.

Amigos y amigas,

Es cierto que aún nos quedan muchos desafíos por superar como país y que es mucho lo que nos queda por hacer.

Sabemos que aún hay familias pasando dificultades, que hay jóvenes que siguen sin empleo, que todavía no hemos alcanzado los niveles de desarrollo que deseamos en muchos aspectos y que nuestras instituciones deben seguir fortaleciéndose.

Eso es una realidad.

Sin embargo, no podemos perder nuestro horizonte, ni dejar de luchar por nuestros objetivos.

Recordemos hacia donde nos dirigimos y cuál es nuestro rumbo.

Recordemos esa gran meta por la que trabajamos día a día y que es la suma de todo lo que vamos logrando: convertirnos en un país de clase media.

¿Pero qué significará realmente ser un país de clase media?, cabe preguntarse.

Significará que lacras como el hambre o el analfabetismo habrán sido desterradas para siempre de la República Dominicana.

Significará ser un país donde la gente vive dignamente de su trabajo, y habita en comunidades dignas y seguras.

Significará que una nueva generación de dominicanos haya crecido bien alimentada, con mejor salud y educación y con las mismas oportunidades que en cualquier país desarrollado.

Significará tener ciudades ordenadas y limpias, tranquilidad en los hogares y servicios públicos de primera calidad.

Significará tener un pueblo dominicano con más derechos que nunca, por supuesto, pero también con los deberes y responsabilidades que implica ser una nación de clase media.

Con este espíritu, mis reflexiones de hoy se dirigen a solicitar a todo el pueblo dominicano que nos acompañen en este objetivo y que avancemos juntos en tres tareas fundamentales:

La primera tarea es cuidar y mejorar en todo momento nuestra convivencia, respetando las diferencias y poniendo en primer lugar el bien común.

Pensar en el otro, ponernos en su lugar, respetar todos los puntos de vista y anteponer el diálogo al conflicto debe ser nuestro primer horizonte.

Da igual si hablamos de manejar en la hora pico o de firmar un pacto de país, siempre el respeto y la convivencia debe ser nuestra primera norma.

Porque olvidar eso solo lleva, primero, a tensiones y enfrentamientos estériles que no resuelven nada y, luego, al empobrecimiento moral y material de los pueblos.

Por tanto, respeto y consideración a los demás, a los mayores, entre hombres y mujeres, en las escuelas, en los colegios, en el ámbito laboral y, por supuesto, también en la vida política, debe ser nuestra primera norma.

La segunda tarea que les propongo emprender juntos es orientar siempre nuestra energía y capacidades de forma constructiva, positiva y optimista.

El progreso, la modernización, el bienestar, requieren siempre de una voluntad decidida y leal de construir y no de destruir, de engrandecer y no de empequeñecer, de fortalecer y no de debilitar.

Unámonos todos al gigantesco equipo de los que buscan soluciones y quieren progresar, y no al de esos pocos que prefieren buscar culpables o excusas.

Porque ahora es el momento de pensar en la República Dominicana que queremos para las próximas décadas, que será la de nuestros jóvenes de hoy, y de forjarla con solidez y confianza.

Y eso comienza por cada uno de nosotros.

Los estudiantes esforzándose en sus clases, los empleados trabajando responsablemente, los empresarios creando empleo, riquezas y oportunidades y, por supuesto, los funcionarios sirviendo siempre con humildad y rectitud al pueblo dominicano.

Todos tenemos algo que aportar, ya sea una idea, una hora más de nuestro tiempo o sencillamente una sonrisa.

Y todo cuenta, si queremos construir un país de optimismo, de puertas abiertas y de oportunidades.

Y la tercera tarea es, quizá, la más importante: miren siempre a su alrededor con los ojos del corazón.

Reserven un espacio cada día para pensar en el otro, en el que menos tiene, en el que hoy nos pasó desapercibido en el trabajo, incluso en el que nos hizo daño, y vuelvan a mirarlo desde el corazón.

Deténganse a dar ese abrazo en casa que a veces olvidamos por la prisa, deléitense con la mirada de sus hijos e hijas.

Tómense unos minutos para mirar a su alrededor con la mirada limpia, sin prisa y sin prejuicios, para valorar todo aquello que nos rodea, que hemos ido construyendo y ganando con esfuerzo, con tesón y con ilusión.

Miren con el corazón y sientan ese orgullo y esa alegría que nos une a todos y que es el amor por nuestra bella Patria.

Este es el país de los que se levantan temprano, de los que quieren ayudar, de los que no se rinden.

Es el país de la música, del arte, de la pasión por el deporte.

Es el país del compartir, de la sonrisa, de la alegría en las calles.

Es el país en el que cabemos todos y todas, en el afecto y el respeto mutuo.

Es el país para el que me honra ser presidente y dedicar todo mi tiempo, siete días a la semana, porque todas las horas son pocas para servir a este pueblo noble y laborioso.

Es el país que está cambiando día a día, ante nuestros ojos y que estamos construyendo para nuestros hijos e hijas.

Miren de nuevo, miremos todos juntos, con los ojos del corazón y veremos que es mucho lo que hemos avanzado, mucho lo que podemos celebrar y muchas las razones para sentir orgullo de ser dominicanos.

Este 2018 será un año de compromisos cumplidos, de realizaciones y de nuevas iniciativas que sorprenderán a muchos.

Este será el año de la puesta en marcha de Punta Catalina, del Teleférico de Santo Domingo, de la línea 2b del metro y de la entrega de obras emblemáticas, como la carretera Navarrete- Puerto Plata, la carretera turística de Puerto Plata o la circunvalación de Azua, entre muchas más.

Será el año de la salud, con la entrega de la Ciudad Sanitaria Luís Eduardo Aybar, la más moderna del Caribe, así como de 50 hospitales y centros de diagnóstico más.

Pero, además, será el año en el que comencemos varios hospitales adicionales, entre ellos el regional de San Francisco de Macorís, el de Bonao y el de Neiba, entre otros.

Será también el año de entrega a la población, del parque botánico y el parque central de Santiago, la remodelación urbanística de la Vega y la terminación de Mesopotamia y Tenguerengue en San Juan de la Maguana, con la entrega de más de 700 apartamentos.

También cuando más de 5,000 familias tendrán su hogar en Ciudad Juan Bosch Santo Domingo.


El 2018 será el año en que se entregarán más de 600 nuevas escuelas que están en construcción, aportando 12,000 aulas para completar las 28,000 prometidas en el 2012, el año en que los niños de la escuela pública tendrán por primera vez computadoras y también el año en que veremos nuestras montañas reverdecer, con más de 700,000 tareas más reforestadas.

En definitiva, será un año para el optimismo, la esperanza y la confianza.

Señoras y señores,

Tenemos motivos más que poderosos para creer en nuestro país, para mirar al futuro con optimismo y para avanzar sin miedo.

Tenemos la posibilidad en nuestras manos de seguir sembrando esperanza y construyendo un país en paz, cada vez más justo y con excelentes perspectivas de crecimiento.

Tenemos todo para alcanzar nuestras metas, trabajando cada día con decisión y con entusiasmo.

Y, sobre todo, tenemos un mismo objetivo que nos une y nos hace imparables: nuestro orgullo de pertenecer a esta tierra, nuestro deseo de elevar ante el mundo la bandera y la Patria dominicana, de la misma forma que lo hicieron nuestros héroes.

Ahora es el momento de honrar su memoria con nuestros actos, sumándonos al ejército de los que llevan en su pecho el amor a nuestro país y lo muestran cada día con su nobleza, con su entrega y con su deseo de servir.

Es el momento de mostrar audacia, fe y perseverancia, para seguir superando obstáculos, ganando batallas y haciendo realidad el sueño de nuestros padres fundadores.

¡Que vivan los padres de la Patria!

¡Que viva nuestra independencia!

¡Que viva la República Dominicana!

¡Que Dios les bendiga a todos!

Muchas gracias".