viernes, 11 de octubre de 2013

Con dolor, un nuevo Día de la Niña

Hoy se conmemora por segunda ocasión el Día Internacional de la Niña, una jornada que busca visibilizar el estado de vulnerabilidad en el que viven las niñas en el mundo.

Hoy, en pleno año 2013, todavía significa una desventaja ser niña. Las niñas aún son discriminadas y violentadas; tienen menos oportunidades que los varones y les cuesta más acceder a la educación.

En algunos países más, en otros menos, las niñas siguen sirviendo al trabajo doméstico (a veces más allá de sus hogares) y se les priva de la infancia con la misma facilidad que se les imponen las tareas de los adultos.

Hoy es un día para decir ya basta. Con el alma vestida de negro, aspiro a que pronto no necesitemos un Día Internacional de la Niña que, posteriormente, nos recordará que también existe el Día Internacional de la Mujer.

Es triste, muy triste, que las niñas tengan ahora un día. ¿Cuándo nos permitirán ser, independientemente del sexo? Yo he tenido la fortuna de que jamás me limitaron por ser niña ni por ser mujer. Por eso no creo en la discriminación ni me pongo fronteras. A las niñas hay que enseñarlas a ser ellas mismas, en lugar de restregarles en la cara lo que "no pueden" hacer. Si a una niña se le educa sin que piense en que lo es, antes de hacer cualquier cosa, tendrá muy claro que podrá llegar donde quiera.

Lo he dicho mil veces pero siempre saco a colación que tuve una grúa, un camión, velocípedos... cosas que eran tan de niño que a cualquiera le podría sorprender que me gustaran. Las muñecas me aburrían aunque me encantaban las mariquitas. Nunca me dijeron que jugara a una u otra cosa. Creo que eso marcó mi carácter y mi vida: jamás he creído que haya cosas exclusivamente de mujeres o de hombres. Tal vez por eso he llegado a ocupado espacios que antes fueron de hombres.

Entiendo el porqué del Día Internacional de la Niña. Es un reclamo, un grito que busca poner en evidencia el maltrato que sufren, cómo se les castiga y condena. Las estadísticas son terribles. Por ejemplo, aún hay 31 millones de niñas en el mundo que, en edad escolar, no tienen acceso a la educación.

Por otro lado, según cifras de la Unicef, el 50% de las agresiones sexuales en el mundo se dan contra niñas menores de 16 años, cada tres segundos una niña es obligada a casarse en algún lugar del planeta y cerca de 140 millones de niñas han sufrido mutilación genital (una cifra que, además, aumenta en dos millones de casos cada año).

En el caso de nuestro país, el 44% de las adolescentes deserta de la escuela por causa de un embarazo, mientras que el 90% de los casos de violencia sexual denunciados entre enero y agosto del 2012 correspondieron a menores de edad.

Hay muchas otras razones por las que toca hablar de las niñas. Sin embargo, me duele y me preocupa que, lejos de mejorar su situación, este día se traduzca en un motivo más de discriminación. Puede que un día la gente termine confundiéndose y "celebrando" el día de la niña, tal como hacen muchos con el de la mujer.

Yo prefiero luchar por las niñas cada día del año. Intentar cambiar la vida de las que me rodean y salvar, dentro de lo posible, a cuanta niña tenga cerca. Ojalá todos hiciéramos lo mismo. Así, tal vez, ganaríamos la batalla.

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