jueves, 28 de abril de 2011

Cuando los niños toman alcohol, algo malo sucede

Ellos nos hablan de ternura e inocencia. En cada sonrisa descubrimos un mundo y sus ocurrencias pueden convertirse en importantes lecciones.

Estar junto a los niños es lo mejor que puede pasarnos. Pero también representa una responsabilidad. De nosotros, sin lugar a dudas, depende que mañana ellos sean individuos de bien.

Amén de que debemos ser un ejemplo, nos toca tener el control de los pequeños. En ello pensé ayer al saber que niños de dos, cuatro, cinco, siete y nueve años se intoxicaron con bebidas alcohólicas durante la Semana Santa.

¿Dónde estaban los padres de esos pequeños cuando estaban bebiendo? No quiero creer que frente a ellos, viendo lo que hacían.

Si ya es imperdonable que un niño tenga acceso al alcohol, es crítico pensar que los adultos estén de acuerdo con que lo consuman.

Hay que ver en qué sociedad vivimos cuando estas cosas suceden. Para nadie es un secreto que le rendimos culto a los vicios. Por eso hay más bancas que escuelas y tenemos un índice de violencia tan elevado.

Es hora de que nos detengamos a ver lo que sucede en nuestros barrios. La vida alrededor de los colmadones es una madeja alrededor de la que se tejen los más tristes dramas que viven muchas niñas y mujeres. También es el caldo de cultivo de las más bajas pasiones de muchos hombres.

Nada esto está ajeno al alcohol. Por eso, al ver que niños tan pequeños comienzan a estrenarse con la bebida, tenemos que asustarnos. De no cuidarlos, terminarán muy mal.

martes, 26 de abril de 2011

Una propuesta para encontrar el 4%


Cuando escuchamos la noticia nos emocionamos. Por fin una propuesta para encontrar ese 4% del Producto Interno Bruto (PIB) que debe inverir el Estado en el Ministerio de Educación. Esa propuesta, de la mano del senador Adriano Sánchez Roa, está contenida en una ley que recude el 50% de las exenciones fiscales y arancelarias que benefician a algunos sectores productivos.

Antes de celebrar la propuesta, sin embargo, hay que escuchar a todos los sectores involucrados. Porque, ¿qué pasa si castigamos demasiado la producción y no hay crecimiento económico? Los recursos no aparecerán.

Por otro lado, me parece contraproducente que el cumplimiento de la ley sea dependa directamenrte de reducir las exenciones. Una cosa no debe tener relación con la otra. El gobierno debe invertir el dinero que corresponde, independientemente del tipo de impuestos que paguen algunos sectores.

Muchas preguntas pueden surgir en torno a este tema. Por el momento, sin embargo, les dejo con la ley.





Proyecto de Ley que reduce al 50% el valor de las exenciones fiscales, arancelarias y otros beneficios otorgados por el Estado y asigna estos recursos recuperados a la educación, para el cumplimiento del 4% del PIB, estipulado en la Ley No.66-97, y pautado en el artículo 63 de la Constitución de la República.

CONSIDERANDO PRIMERO: Que no obstante la profunda crisis económica y financiera que ha venido afectando al mundo, la República Dominicana ha podido alcanzar importantes logros en el manejo de la economía lo que ha permitido al país mantener un sostenido crecimiento del Producto Bruto Interno (PIB) y una relativa estabilidad en los principales indicadores macroeconómicos, caracterizada por una baja inflación y una disminución en el índice de desempleo, reconocido por los más importantes organismos internacionales y entidades empresariales y financieras nacionales.

CONSIDERANDO SEGUNDO: Que los insostenibles niveles de precios en que se encuentran el petróleo y sus derivados, así como las materias primas básicas en la alimentación humana, están obligando a la mayoría de los países no petroleros, como es el caso de la República Dominicana, a reinventar formulas y buscar nuevas alternativas que eviten el colapso de nuestra economía y hagan posible seguir enfrentando con éxito los terribles desafíos que amenazan nuestra Nación.

CONSIDERANDO TERCERO: Que amplios sectores empresariales, académicos, eclesiásticos, medios de comunicación, líderes políticos, de la sociedad civil y otros, coinciden en que la inversión en la educación es la estrategia más efectiva para superar los principales males que afectan al pueblo dominicano, por lo que es imperativo que toda la sociedad aúne esfuerzos con miras a procurar todos los recursos financieros, materiales, logísticos, humanos, tecnológicos y de otra índole, de manera que el desarrollo de la educación se convierta en una meta de todos.

CONSIDERANDO CUARTO: Que el difícil momento histórico que vive la Nación exige el sacrificio de todos los dominicanos de buena voluntad, especialmente de parte de los que más pueden, y que en este sentido el Poder Ejecutivo hizo el sacrificio posible para colocar una mayor partida presupuestaria a la educación en el presupuesto del año en curso.

CONSIDERANDO QUINTO: Que los registros oficiales revelan que el Estado dominicano otorga beneficios, incentivos y exenciones fiscales y arancelarios a los diferentes sectores económicos, comerciales, sociales y otros empresariales, por un valor total anual aproximado al 5.8% el PIB, equivalente al RD$ 115,275 millones.

CONSIDERANDO SEXTO: Que diferentes sectores de la sociedad civil, académicos, organismos de cooperación internacional, eclesiásticos, medios de comunicación, líderes políticos, grupos sociales, entre otros, han mostrado su preocupación por esas excesivas exenciones, tasas privilegiadas e incentivos a sectores, donde muchas veces cesaron los motivos que provocaron esos privilegios; y más preocupante es que en algunos casos esos privilegios afectan gravemente la productividad, la eficiencia y la competitividad interna creando, al mismo tiempo, grandes desequilibrios sectoriales y sociales.

CONSIDERANDO SEPTIMO: Que el Estado dominicano está en la obligación constitucional y legal de proveer el financiamiento a la educación en por lo menos el 4% estipulado en la Ley No.66-97, General de Educación y pautado en el Artículo 63 de nuestra Carta Magna.

CONSIDERANDO OCTAVO: Que pese a que en los últimos seis años el Gobierno Central, que encabeza el doctor Leonel Fernández, ha incrementado en un 554% el monto global a la educación, el impacto de la crisis económica internacional viene provocando dificultades presupuestarias sólo permiten disponer en el presupuesto vigente partidas económicas equivalentes al 2.87 % del PIB, aproximadamente, lo que obliga al gobierno a procurar los recursos financieros necesarios para completar por lo menos el 4% del PIB antes indicado, y dar cumplimiento así a los mandatos legales y constitucionales vigentes.
Vista: La Constitución de la República
Vista: La Ley No. 66-97, General de Educación.
Vistos: Los Reglamentos del Senado.

HA DADO LA SIGUIENTE LEY:
Artículo 1.- Se reduce de 5.8% a 2.9 % del Producto Interno Bruto (PIB) los beneficios, incentivos y exenciones fiscales y arancelarios a otorgados por el Estado dominicano a los diferentes sectores económicos, empresariales, comerciales, zonas francas, turísticas, metalúrgicas, energéticas e industriales del país.

Artículo 2.- El 100% de los valores reducidos en el artículo anterior, equivalentes al 2.9% Producto Interno Bruto (PIB), se destinarán al financiamiento de la educación.

Artículo 3.- Los Ministerios de Hacienda y Educación quedan encargados de la ejecución de las disposiciones contenidas en la presente Ley.
Artículo 4.- Se deroga o modifica cualquier Ley, parte de Ley, Decreto o Reglamento en cuanto sean contrarios a la presente Ley o en las partes que procedan.
DADA…
MOCION PRESENTADA POR:

ING. ADRIANO SANCHEZ ROA
Senador de la República
Provincia Elías Piña

Danilo, un tema pendiente


Hace días comencé a escribir sobre el discurso que ofreció Danilo Medina en Santiago. Por una cosa u otra, sin embargo, no terminé la entrada. Hoy, tras la salida de Margarita Cedeño del ruedo, creo que es oportuno volver la mirada a aquel discurso en el que Danilo presentó oficialmente su precandidatura.

Repasando los párrafos del discurso, tenemos que quiere ser Presidente "para corregir lo que está mal; para dar continuidad a las cosas que están bien; pero, ante todo, para hacer lo que nunca se hizo".

Estas frases son parte esencial de su campaña. Con ellas nos encontramos en las nuevas vallas que se han colocado en estos días. Al leerlas, me queda una duda: qué está mal para Danilo y qué es lo que nunca se hizo. Esos dos puntos deben ser detallados en lo adelante.


¿No robará?
Una de las apuestas más osadas del discurso de Danilo Medina la encontramos casi al final de la pieza que, si bien es muy extensa, pudo resumirse mucho más.

Pero olvidemos el tamaño. Reparemos en la parte cívica de su discurso. "Quiero ser un presidente ético y moral. Y para eso son necesarias tres cosas:
Número 1: No robar y juro aquí que no robaré.
Número 2: La agenda de mi gobierno será la agenda de los problemas de nuestro pueblo.
Número 3: Lo que diga con mis palabras será honrado con mis actos".

Con esto, Danilo deja claro que este gobierno roba y que no cumple con su palabra, ya que su agenda no es la del pueblo. ¿Por qué inferir que eso fue lo que dijo? Sigan leyendo.

"Yo sé que el pueblo dominicano quiere, por encima de todo, un presidente que tenga el coraje de hacer lo que nunca fue hecho. Eso significa, entre otras cosas, disminuir considerablemente la miseria absoluta; significa disminuir la desigualdad social; Significa acabar con la corrupción y la impunidad; Significa ser verdaderamente un presidente de todos los dominicanos y, muy especialmente, un fiel y sincero demócrata".

Al hablar de los demócratas, enfiló duro. "No somos verdaderos demócratas si hablamos una cosa en público y en la noche, en el mundo de las sombras, hacemos prevalecer el juego de nuestros intereses personales y grupales". Eso, ¿se lo dice al presidente Leonel Fernández?

Otras cosas que asegura hacer es "impulsar el Estado Social y Democrático de Derecho que promueva y garantice la separación de los poderes, el perfeccionamiento de la administración de Justicia, la afirmación de los valores democráticos, los derechos humanos, la igualdad de oportunidades y el ejercicio responsable de los derechos y deberes de los ciudadanos".

Acto seguido Danilo dijo que hay que fortalecer los órganos de control y fiscalización del Estado para evitar la corrupción y la impunidad y se comprometió a promover la trasparencia, la rendición de cuentas, la ética pública y privada, la integridad y el sistema de consecuencias en la administración pública.

Oh, la pobreza.
Pasando a otras promesas, tenemos que Danilo gobernará para todos, disminuyendo considerablemente la desigualdad social y la pobreza absoluta que existe en nuestro país.

Y que, amén del crecimiento económico que ha tenido el país en los últimos años, él ha visto que la riqueza no llega a todo la población. "No basta, apenas, con tener empleo. Es preciso tener empleo con salario justo y buenas condiciones de trabajo. Un salario que dé a los trabajadores el poder de comprar lo que él y su familia necesitan. Y que puedan, así, tener una vida digna y feliz".

La propuesta se oye bonita. Del dicho al hecho, sin embargo, hay un inmenso trecho. A ese es que le temo. Porque, ¿cuántos años estuvo Danilo a la diestra del Presidente, siendo hombre fuerte? Historias hay, y bastantes, de cosas que él pudo cambiar pero dejó pasar.

Por eso, a pesar de la extensa apología al empleo y la felicidad -y luego dicen que sólo las mujeres somos cursis-, que da la duda de que sea capad de estimular la armonía entre el capital y el trabajo; de garantizar el aumento real de los salarios y el poder de compra del trabajador... en fin, de hacer todo lo que anunció.

Más difícil será garantizar que el sistema educativo pueda poner en marcha su promesa de que los alumnos entren a las aulas a las ocho de la mañana y salgan a las cuatro de la tarde, garantizándoles el desayuno y el almuerzo.

Para eso se requiere un gran esfuerzo económico. Pero Danielo apuesta a incrementar gradualmente el presupuesto de Educación para asegurar y superar el 4%. Dicho así queda claro que no cumplirá la ley. Entonces, ¿de dónde saldrán los recursos para la tanda única?

Mejorar la salud, hacer una cruzada contra la violencia, convertir al turismo en la "locomotora" del desarrollo nacional, promoverá la calidad de los productos agrícolas... en resumen, hará una nueva República Dominicana si llega a la Presidencia. Aunque no sabemos si lo logrará, ojalá que algún día tengamos el país de sus sueños.

¿Por qué renunció Margarita?


Santo Domingo, República Dominicana
25 de abril de 2011

Dr. Leonel Fernández Reyna
Presidente Constitucional de la República
Presidente del Partido de la Liberación Dominicana

Dr. Reynaldo Pared Pérez
Secretario General
Partido de la Liberación Dominicana

Dr. César Pina Toribio
Coordinador de la Comisión Nacional Electoral
Partido de la Liberación Dominicana

Distinguidos compañeros,

Les extiendo un cordial y afectuoso saludo, y a través de sus personas, a todos los miembros del Comité Político y del Comité Central de nuestro Partido de la Liberación Dominicana.

Felicito al Comité Central de mi Partido por la forma civilizada, armoniosa y transparente en que ha seleccionado los precandidatos a la nominación presidencial, donde han sido respetados los derechos de todos sus miembros, pero, sobre todo, por haber entendido la voluntad del pueblo dominicano. Sin dudas, estuvo a la altura de lo que habría sido el deseo de nuestro fundador y guía, el Prof. Juan Bosch.

Permítanme manifestar la alegría que siento como mujer y como dominicana, por haber sido propuesta como la primera mujer precandidata presidencial por nuestro glorioso y prestigioso Partido de la Liberación Dominicana.

Me siento doblemente privilegiada, porque además, he sido presentada justamente por una mujer de trayectoria ejemplar, como es la profesora de siempre, Ligia Amada Melo, viejo roble del Partido y de la política dominicana, pero sobre todo, una mujer visionaria, que cree en la juventud y es una abanderada y defensora del sector más importante de este país: el de educación.

Una vez más, nuestro Partido ha hecho galas de organización y disciplina.

Por otra parte queridos compañeros quisiera compartir con ustedes y nuestro Partido, algunas reflexiones.

Mi candidatura es fruto del reconocimiento espontáneo de un trabajo desarrollado con amor, entusiasmo y tesón en favor de las familias dominicanas, y, sobre todo de aquellas menos favorecidas, quienes han encontrado en nuestro trabajo un hálito de esperanza y confianza en un mejor porvenir.

El pueblo dominicano reclama que sus dirigentes realmente los representen, que gobiernen por y para ellos, que vayan al poder a servir, no a servirse. Y eso es lo que hemos demostrado desde mi Despacho.

Humildemente, creo que hemos sembrado la esperanza y la dignidad de que otra política es posible.

He trabajado en sintonía con el pueblo, uniendo al sector empresarial, iglesias, ONG’s y medios de comunicación, en una verdadera jornada contra la miseria física y espiritual.

Como Primera Dama, entendí que mi papel tenía que ir más allá de asistir a actividades sociales y acompañar a mi esposo cuando se requiriese mi presencia; que no podía estar ajena a las necesidades del pueblo, ni permanecer indiferente frente a las adversidades que sufren día tras día los sectores vulnerables de la población. No podía ser insensible ante la inequidad que padecen las mujeres, el sufrimiento de los niños y la falta de oportunidades para los jóvenes. En fin, que debía trabajar para garantizar oportunidades de progreso para todos y todas.

Siempre he vivido y trabajado bajo la plena convicción de que todos podemos aportar desde el lugar y espacio que ocupemos, sea cual sea, siempre que tengamos voluntad, capacidad y compromiso y creo además, que la persona hace el cargo, no lo contrario.

Como Primera Dama joven y esposa de un Presidente brillante, inteligente, político de fuste, un estadista visionario, excelente comunicador y prestigioso líder nacional e internacional, tuve que vencer el gran reto de no lucir a su lado como una carroza o un elegante adorno. Y gracias a Dios, hemos salido airosos. Hemos creado un Despacho que trabaja y resuelve. Un Despacho que es ejemplo a seguir, aún teniendo que salvar miles de obstáculos que se presentan en el camino.

Gracias a un equipo de hombres y mujeres de servicio desinteresado, que han trabajado incansablemente, sin beneficiarse de las mieles del poder, he logrado conquistar un nombre dentro y fuera de mi país y me he ganado el cariño y el respeto de los dominicanos.

Siempre he trabajado para construir, creando, innovando, llenando espacios vacíos, satisfaciendo necesidades insatisfechas, muchas veces, por falta de visión o voluntad.

He extendido mi mano solidaria y llevado esperanza donde sólo había desilusión y desconfianza. Hemos rescatado de la delincuencia, del hambre y la pobreza a miles de familias dominicanas. He esparcido la semilla de la educación, el conocimiento y las modernas tecnologías, aún a las comunidades más remotas, en todo el territorio nacional. En fin, no se trata ahora de plasmar en estas líneas las memorias de mi trabajo frente al Despacho de la Primera Dama.

Mi intención es tan solo poner de relieve que mi único interés siempre ha sido contribuir a la transformación social de nuestro amado pueblo; y los hechos y los resultados están a la vista de todos. Ya que además, si algo hemos hecho en todos estos años, es trabajar con absoluta y total transparencia en beneficio de los más pobres, sin importar militancia política, porque siempre he sostenido que soy la Primera Dama de todos los dominicanos y dominicanas.

Todos los que han estado mínimamente cerca en estos siete (7) años, saben muy bien que, si bien mi esposo, el hoy Presidente Leonel Fernández y yo somos una pareja que nos amamos, creemos en la familia y compartimos una misma visión, y que él ha contado con mi apoyo y sacrificios siempre, no menos cierto es que cada quien ha sabido crear su propio espacio, con sus propias capacidades y sus propios logros.

La consideración que hoy recibo del pueblo dominicano se debe a mi trabajo junto a un equipo por el progreso, un ejército de ángeles del que me he rodeado. Nunca he usado la figura del Presidente Fernández ni para llenar estadios, ni para crear y abrir centros de capacitación, ni mucho menos, para enrolar una familia en extrema pobreza al programa Progresando, porque el 75% de ellos ni siquiera cuenta con la tarjeta de Solidaridad. Me he ganado la gente con trabajo, con amor, con sincera preocupación y ocupación por ellos, sin discriminar; siendo justa, responsable y solidaria, porque esos fueron los valores que entre otros, me enseñaron mis padres desde muy pequeña.

Con mi trabajo, he querido colaborar con la gestión de mi esposo, apoyarlo, acompañarlo, SUMARLE y contribuir a mejorar este país que tanto nos necesita a todos y todas. Mi único interés siempre ha sido contribuir a la construcción de una sociedad en valores y de un mejor país.

Yo creo en mi gente, creo en los dominicanos, creo que somos el pueblo más hermoso, sabio y trabajador y que en cualquier lugar, por recóndito que sea, podemos encontrar grandes talentos que sólo necesitan que se les brinde la oportunidad.

He trabajado para ampliar libertades y crear capacidades, para el verdadero disfrute de los tan socorridos derechos humanos, que ni serán derechos ni serán humanos mientras haya gente muriendo de hambre y mujeres y niños y niñas siendo explotados y maltratados.

Nací en un hogar en el que siempre se ha reverenciado la figura del Prof. Juan Bosch. Crecí en ese ambiente en el que sus ideas se convertían, con frecuencia, en objeto de conversación familiar. Como consecuencia de eso, desde que tengo memoria, siempre fui una apasionada seguidora de la orientación del fundador y guía de nuestra organización.

Luego, durante mis años de estudios universitarios, tuve la fortuna de contar entre mis profesores a destacados dirigentes del Partido de la Liberación Dominicana, entre ellos, a ustedes tres, quienes fueron mis maestros, y sin dudas, contribuyeron a consolidar, aún más, mis convicciones peledeistas, por la sólida formación profesional y ética que contaban.

Mi primer voto, en 1990, fue por el PLD; y desde 1994 he estado involucrada en todas las campañas electorales y en todos los procesos del Partido, junto a sus hoy altos dirigentes, con modestia, sin protagonismo, pero con absoluta lealtad y firmeza. Desde 1996 he estado en contacto permanente y activo con las bases y la dirigencia del Partido y los compañeros y compañeras lo saben muy bien.

Creo en la necesidad de la participación activa de la mujer en la política, pero considero, que esa participación tiene que producirse en igualdad de condiciones que el hombre, no en calidad de subalterna o de figura decorativa.

Mi precandidatura es una candidatura de todos y todas, una candidatura que responde a la voluntad del pueblo y representa que, en definitiva, este país está listo para tener una mujer como Presidenta, desde hace muchos años. La discriminación debe ser cosa del pasado. Los puestos no se ganan por ser mujer, por ser esposa o por ser Primera Dama, porque al fin y al cabo los resultados dependerán de las capacidades. Y las mujeres hemos demostrado que podemos ser eficientes, honestas, responsables, armonizadoras, que tendemos a unir, nunca a separar. Las mujeres cuando estamos a cargo somos previsoras, planificamos, tomamos decisiones a corto plazo para resolver problemas de largo plazo, con sensibilidad y sentido humano, que es lo que se necesita en estos tiempos de barbarie, incertidumbre e individualismo.

Tal vez, por ese estilo de liderazgo que tenemos las mujeres, en todas las mediciones que se han hecho durante los últimos años, mi nombre siempre ha aparecido al lado y a veces por encima de grandes y respetables figuras del país, incluyendo los pseudos generales de la política. Aún sin que los encuestadores mencionen mi nombre, la gente, mi pueblo, me pone en el ojo del huracán y en muy buena posición, casi envidiable. Hemos visto, en los últimos meses como la gente ya externa sus inclinaciones y simpatías públicamente, mediante slogans, afiches, canciones, vallas, dibujos, poemas y todo tipo de manifestaciones, sin procurármelo ni motivarlas, pero las que agradezco y llevaré sinceramente dentro mi alma.

Queridos compañeros, todo esto ha ocurrido de manera espontánea, y hay que comprender, que como resultado de eso, se van creando vínculos afectivos y emocionales con las personas que van depositando su fe y confianza en lo que uno pudiese representar. Pero sobre todo, no deben ustedes pasar por alto, que esas personas significan un potencial caudal de votos para nuestro partido y que también tienen todo el derecho de exigir neutralidad con mi precandidatura.

A través de los años, se ha podido apreciar el rol cada vez más prominente que las mujeres han venido desempeñando en la escena política.

Hay mujeres que ya han sido o son jefas de Estado o de gobierno, y constituyen verdaderas fuentes de orgullo para sus pueblos.

Ahí tenemos los casos de Indira Gandhi, en la India; Golda Meir, de Israel; Violeta Chamorro, en Nicaragua; Mireya Moscoso, en Panamá; Michelle Bachellet, en Chile; Laura Chinchilla, en Costa Rica; Cristina Fernández de Kirchner, en Argentina.

Recientemente, en Haití la Dra. Mirlander Manigat, la esposa del ex presidente Leslie Manigat, fue candidata a la Presidencia de la República.

Así pues, la participación de la mujer en la política y el ocupar cargos de alta responsabilidad, es un fenómeno cada vez más extensivo en las democracias del mundo, y República Dominicana no debería ser una excepción.

Ahora bien, el viernes 8 de abril, el Presidente Leonel Fernández, pronunció una pieza que considero magistral e histórica, mediante la cual anunció su declinación a una nueva repostulación presidencial, y ha garantizado ejercer un rol de imparcialidad en el proceso electoral interno de nuestro Partido. Debo indicar que nada obliga al Presidente Fernández a ser imparcial en el proceso comicial interno de nuestro Partido. Si lo asume, es por su visión de liderazgo que le conduce a considerar que esa actitud es la más conveniente a los fines de mantener cohesionadas las filas del PLD.

Pero, en todo caso, no escapa a mi conocimiento, que hay algunos sectores que interpretan que con mi escogencia como precandidata presidencial, el Presidente Fernández lo que está haciendo es una maniobra política para tratar de obtener a través de mí, lo que en estos momentos, según esos sectores, no estaría en condiciones de conquistar por sí mismo: la continuidad en el poder. Así mismo, siendo yo la esposa del Presidente de mi Partido y de mi País, algunos dirigentes importantes del PLD entienden que lo más saludable para el Partido es renunciar a mi precandidatura para garantizar la neutralidad de los próximos comicios y no perjudicar a otros compañeros.

En otras palabras, que como un posible proyecto de reelección se veía impedido, yo era la fórmula alterna que él tenía para seguir en el poder. Nada más alejado de la verdad. Como decía Ortega y Gasset: “Nos enteramos de lo que pasa, pero nadie sabe lo que está ocurriendo.” Tengan la plena seguridad, que mi esposo, Leonel Fernández, no sería capaz de una acción semejante. Pero mucho menos, jamás yo podría aceptarla, porque sería algo indigno y contrario a mis valores y principios.

Creo, sinceramente, queridos compañeros, que como ciudadana, como mujer y como peledeista, me asiste el derecho, por mis propias condiciones, de participar como precandidata a la nominación presidencial de nuestro Partido. Mi relación matrimonial ni la de nadie en este país debe significar un impedimento o una limitante para postularse a un cargo, como tampoco debe ser un elemento de promoción ni de ascenso. Yo he demostrado que he trabajado y he ganado la simpatía de la gente por ese trabajo que he realizado y por cuyos frutos me conocen. No he salido a hablar, sino a trabajar. Por eso, tal vez en algo sí tengan razón, que soy una alternativa de poder, pero para el Partido, y también de cambio, de frescura, de renovación y de esperanza.

Yo no vine al Partido a dividir. Vine a trabajar para sumar, para construir, para crear, para ganar, para aunar esfuerzos y crear sinergias, para contribuir a sacar este país del atraso y lograr que la gente tenga mejores condiciones y más calidad de vida.

No creo que la Presidencia de la República sea mi fin último en esta tierra y no creo que tampoco haya predeterminados para asumir esa posición.

Se es Presidente no por imposición, sino por aclamación y votación.

Nunca he aspirado ese cargo. A mí me aspira una parte del pueblo dominicano, y como decía nuestro guía, mentor y líder Don Juan Bosch: “La mayor aspiración que un político debe tener es a que lo aspiren”.

Mi interés supremo es que el Partido se mantenga unido, gane las próximas elecciones y continúe dirigiendo los destinos de nuestro pueblo por senderos de paz y progreso, por el bien de las presentes y próximas generaciones.

Los que activa o pasivamente han impedido que el pueblo hable y decida, no podrán ser amados por él. No hay victoria sin libertad. Se equivocan los que creen que la unidad es más fuerte sin libertad y sin pluralidad. Ni el recelo, ni el temor, pueden ser garantías de futuro. Tampoco la desconfianza.

Promuevo valores éticos y morales porque creo en ellos y los practico. Tengan la plena seguridad que en mí tendrán siempre una militante, lista para servir, porque si hay algo que tengo claro es, que el que no vive para servir no sirve para vivir.

Consciente que sabe Dios y los que me conocen que nada de lo que hago y he hecho en mi vida ha sido por apetencias personales, y que no quisiera ser fuente de división en la organización que milito y a la que le he dedicado buena parte de mi vida y mi esposo también, DECLINO a la Precandidatura Presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

Renuncio sin tristeza y sin rencor, convencida que esta decisión no es en vano. Que el capital de afecto y esperanza de hoy, será una semilla de futuro, mañana.

Aporto al PLD toda la simpatía y el afecto que he recibido y recibo constantemente de mi adorado pueblo, para que el próximo 2012 se pueda obtener una gran victoria.

Seguiré incansable con mi tarea de apoyo a las familias, a las mujeres, a los jóvenes, y a los más necesitados de la República Dominicana. Seguiré trabajando con responsabilidad, transparencia, equidad y pasión por la Nación. Llegará el día más pronto que tarde que cualquier mujer dominicana, sea cual sea su condición, estado y clase, si el pueblo lo quiere, pueda asumir los destinos de esta Nación.

Compañeros y compañeras y pueblo dominicano, siempre estaré de su lado y dispuesta a trabajar por ustedes. El futuro no está escrito.

A los que me han animado y acompañado, les abrazo.

A los miles de ciudadanas y ciudadanos anónimos que me han apoyado, les digo: doy un paso atrás hoy, para dar dos pasos adelante mañana.

¡Viva la República Dominicana!

Sinceramente,

Dra. Margarita Cedeño de Fernández
Precandidata a la Presidencia de la República y
Miembra del Partido de la Liberación Dominicana

miércoles, 20 de abril de 2011

Porque la prudencia nunca pasa de moda



La soledad comienza a caminar en cuanto despunta el alba. Va recorriendo la ciudad, en silencio, y la abraza en un arrullo que prometería ser eterno. Todo habla de paz. Se han ido el ruido, el estrés y la agonía de esto que se llama capital.
Pronto esa será la imagen que recogeremos los que, por fuerza, deseo o necesidad, nos quedaremos en Santo Domingos como celosos vigías de un tiempo que sueña a ser santo pero sabe demasiado a pecado.
Serán muchas las cosas que sucederán en estos días que sonarán más a cantina que a procesión pero que, al final, quedarán como el vestigio de lo que hemos sido y creído.
Sin ánimos de cuestionar -a decisión es personal- sólo quiero pedirles un favor: sean prudentes en todos días porque vida hay demasiada y para disfrutar siempre habrá una oportunidad.
No quieran llevarse el camino o el mundo por delante. La vida es prudencia porque, de lo contrario, no es más que error. Hay errores que pueden confesarse en tono de consejo. Otros, sin embargo, tienen secuelas irremediables. Ambos son evitables. Recordémoslo y evitemos momentos desagradables.
Nuestras carreteras, mares y ríos han visto muchas almas caer. Que la tuya no engrose la lista de los que jamás regresarán. No es tiempo de luto ni de impaciencias. Todo tiene su momento.
Pero estos días también sería bueno que recuerden a Jesús. Sin importar su credo, piensen en su lección de bondad. Seamos buenos. Ayudemos a quien podamos y hagamos que nuestra vida tenga sentido. Pero eso no sólo en estos días (mal) llamados de guardar. Que sea nuestro sino.

lunes, 18 de abril de 2011

Discurso de Danilo Medina

Queridos conciudadanos y conciudadanas (o Pueblo Dominicano),

Es aquí en esta tierra, en la tierra de la heroica y valerosa Santiago, que quiero dar, hoy, pasos decisivos e irreversibles, en nuestro camino victorioso hacia la presidencia de la Nación.

Fortalecido por el apoyo de ustedes, de nuestro querido PLD y de miles de hombres y mujeres libres de nuestra patria, vuelvo a garantizarles que nada detendrá nuestro sueño de construir un nuevo tiempo para nuestra amada República Dominicana.

Como está escrito, de forma bien visible en varios carteles en este estadio, quiero ser presidente para corregir lo que está mal; para dar continuidad a las cosas que están bien; pero, ante todo, para hacer lo que nunca se hizo.

Hoy, por lo tanto, es un día de celebración, de unión, de alegría, pero ante todo, un día de firmar y reafirmar compromisos.

Compromiso con mi patria, compromiso con la democracia, compromiso con la libertad, compromiso con el empleo, compromiso con el desarrollo y compromiso con la justicia social.
Y por sobre todo es un día para firmar un compromiso con el futuro.
Y, principalmente, con las personas.
Porque el cuerpo, el alma y el corazón de un país es su gente.
Siendo así, todo debe girar en función de las personas.
La economía, por ejemplo, debe existir para las personas. Y no las personas para la economía.
Y como delante de Dios y la Constitución todas las personas son iguales, tenemos que hacer un gobierno de iguales - gobernar para todos.
Soy de aquellos que creen que incorporar a los más débiles y los más necesitados a la economía y a las políticas públicas no es solo algo moralmente correcto. Es, también, políticamente indispensable y económicamente acertado.
En los últimos años, los países que crecieron de forma más rápida, justa y equilibrada fueron aquellos que probaron que la mejor política de desarrollo es el combate frontal contra la pobreza.
Por eso, mi principal prioridad será, por un lado, disminuir considerablemente la pobreza absoluta en nuestro país.
Y, por otro, disminuir la gran desigualdad social que todavía existe en nuestra República Dominicana.
La verdadera democracia privilegia no solamente los derechos individuales.
La verdadera democracia promueve, sobre todo, derechos sociales. Significa inclusión social y participación popular.
Es de esta forma que, si soy elegido, quiero gobernar.
Este es uno de mis más sagrados compromisos.

Amigos y amigas,

Conozco muy bien qué es lo que está pasando en nuestro país. Vengo recorriendo todo el territorio desde hace tiempo. Escuchando las voces del pueblo, compartiendo sus dolores y compartiendo sus sueños.
Hemos avanzado y crecido y lo hemos hecho en forma ininterrumpida. No lo digo yo, lo dicen las más serias estadísticas internacionales. Pero todo ese crecimiento aun no ha llegado a la gente tal como ella lo necesita.
En suma: nuestra economía creció mucho en los últimos años. Ahora es el momento de distribuir esa riqueza con toda la población.

Es hora, por lo tanto, de repartir este crecimiento y hacer que llegue a todas las personas, a todas las regiones, a todas las ciudades y a todos los campos de nuestro país.

Las personas no son objetos.
Las personas son nuestros hermanos, nuestros padres, nuestros hijos. Gente de carne y hueso, inteligencia y alma.

Mi deseo de alcanzar la presidencia es para llegar a ustedes, para pensar en ustedes, para trabajar para ustedes. Con rigor, con responsabilidad, con coraje.
Sabiendo que de mi tarea dependen millones de hombres y mujeres dominicanos es que llevaré a cabo nuevas formas de gestión económica, política y social.
Eso comienza con un firme compromiso con el trabajo y con la dignidad del trabajador y de la trabajadora dominicanos.
Sí, porque no basta, apenas, con tener empleo.
Es preciso tener empleo con salario justo y buenas condiciones de trabajo.
Un salario que dé a los trabajadores el poder de comprar lo que él y su familia necesitan. Y que puedan, así, tener una vida digna y feliz.
Cuando esto sucede, el empleo no sólo dignifica al hombre y la mujer, sino también hace fructificar la esperanza. Renovar la autoestima. Ampliar y renacer la energía de felicidad.
Yo sé que ustedes quieren tanto a su familia como yo quiero a la mía. Entonces saben muy bien que pocas cosas pueden dejar a una mujer o a un hombre más alegre y confiado que un buen empleo. Y pocas cosas pueden dejar a una persona más triste, insegura y deprimida que el desempleo.
Un buen empleo hace un hombre, un padre, un marido y ciudadano mejor; hace a una mujer ser una madre, esposa y ciudadana todavía más productiva y dedicada; ayuda a los hijos ser mejores con sus padres.

En suma: el empleo organiza y armoniza la familia.
El empleo trae paz y fortalece la nación.

Quiero ser un presidente capaz de estimular la armonía entre el capital y el trabajo.
Quiero hacer un gobierno capaz de garantizar el aumento real de los salarios.
Capaz de garantizar el poder de compra del trabajador.
Capaz de proteger la economía nacional y de apoyar a todas nuestras fuerzas productivas.
Sé que eso solo es posible cuando un gobierno estimula la economía, garantiza la estabilidad, estimula la productividad en la industria, en el campo y en el sector de servicios.
Y, principalmente, cuando garantiza los derechos de los trabajadores.
Eso significa, en verdad, un nuevo compromiso con el empleo.
Y mi compromiso con el trabajo tiene por base un salario digno, la seguridad en el empleo, la educación y la capacitación para que el trabajador y la trabajadora puedan tener una vida más feliz.
Puedan tener el derecho a soñar y también tener la certeza que sus sueños se volverán realidad.

Mis amigas y amigos,

Nos proponemos hacer del empleo el eje de los programas sociales, mediante políticas intensivas para la generación de puestos de trabajo digno, apoyando la economía solidaria y a la economía familiar campesina. Ampliaremos la clase media mediante la reducción de la pobreza y defenderemos la calidad de vida y el acceso a servicios básicos de calidad para todas las familias.

Priorizaremos la protección social de los más vulnerables. Daremos puestos de trabajo dignos para las personas con discapacidades, seguridad social para los envejecientes, Y pondremos en el centro de los esfuerzos del gobierno y de la sociedad la protección de la maternidad y de la infancia y adolescencia.

Mi compromiso con los dominicanos y las dominicanas tiene por base una mejor calidad de vida.
Eso significa más seguridad ciudadana, mejor salud y educación de calidad, en todos los niveles.

Mejorar la calidad de la educación es el gran desafío.
Tenemos que preparar a nuestros hijos para un futuro mejor.
Para eso, entre cosas, vamos a crear la enseñanza integral en nuestras escuelas.
Los alumnos entrarán a las ocho de la mañana, tendrán desayuno, almuerzo y volverán a casa a las cuatro de la tarde. Así los padres tendrán la posibilidad de trabajar y mejorar el ingreso de la familia. Vamos a dignificar las condiciones de trabajo de los maestros y a fortalecer sus capacidades profesionales .Para conseguirlo, movilizaremos al país: juntos podemos lograrlo. Yo asumo el compromiso público de incrementar gradualmente el presupuesto para asegurar y superar el 4% para la educación.

Nada es más valioso para todas las personas que la salud.
Por eso vamos a ampliar el seguro familiar de salud a todas las familias y a crear un fondo para enfermedades catastróficas, para que no haya una familia que tenga que hipotecar o perder sus bienes por falta de recursos para atender una enfermedad. Eliminaremos los cobros en los hospitales. Ampliaremos la Atención Primaria, con un modelo familiar y comunitario. Desarrollaremos Redes de servicios tecnológicos de diagnóstico y tratamiento y Redes de transporte de Emergencias en Salud. Impulsaremos una Cruzada Nacional por la Calidad en Salud. La mortalidad materna y la infantil son una vergüenza nacional, reducirlas será nuestra meta principal. Para que todo eso sea posible, fortaleceremos la Rectoría pública, la capacidad de conducción estratégica, la capacidad de regulación y control, e impulsaremos la Carrera sanitaria. Y la participación y la corresponsabilidad social de las comunidades.
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Es preciso, también, una verdadera cruzada contra la violencia. Una verdadera cruzada en pro de la seguridad ciudadana.
Nadie soporta más los índices crecientes de violencia en nuestro país. Nuestros padres y madres tienen que dormir tranquilos cuando sus hijos están en las calles, no es posible que las mujeres y los hombres tengan que ir o volver del trabajo con miedo a lo que les pueda pasar en las calles; y no podemos permitir que se transformen nuestros parques, plazas y canchas en territorios de miedo e inseguridad.

Por eso seguiré desarrollando la lucha contra el crimen en todos los niveles, en especial combatir el crimen organizado y el narcotráfico.

Pero tenemos otro problema grave que nuestro pueblo enfrenta: el crimen social. Fruto de la pobreza y la marginalidad de vida.

Y las mejores armas para combatir eso son la educación, el empleo y más oportunidades para nuestra gente.

Voy a convertir al turismo en la locomotora del desarrollo nacional. Vamos a concretar un pacto a doce años entre todas las fuerzas productivas del país para atraer diez millones de turistas a la República Dominicana. La locomotora del turismo arrastrará con mucha fuerza al resto de la economía, impulsará el comercio, el transporte y al campo.
Pero en cuanto al campo para que eso sea posible debemos mejorar nuestros estándares de calidad para que nuestros visitantes consuman más productos agroalimentarios de nuestro país.

Los agricultores y productores agropecuarios serán protegidos por mi gobierno. Nuestro campo tiene extraordinarias posibilidades si sabemos y queremos apoyarlo para que produzca más. Y yo quiero y estoy firmemente decidido a realizarlo. Vamos a garantizar información, tecnología y crédito como ejes de una estrategia de fortalecimiento de la producción de alimentos. Implementaremos una Estrategia de Competitividad del Sector Rural Dominicano. Apoyaremos a los clusters de agronegocios. Fortaleceremos la producción social y solidaria y la articularemos con la empresa privada con estrategias de negocios inclusivos y comercio justo.

Vamos a priorizar el desarrollo de nuestro aparato productivo de bienes industriales, apoyando a las pequeñas y medianas empresas, garantizando el acceso a crédito, a la innovación tecnológica y a los mercados nacionales e internacionales. Enfrentaremos los nudos que afectan la productividad: el problema de la energía, el transporte, la baja calificación laboral.

Para nosotros, todos estos son, igualmente, compromisos sagrados.

Mis amigas y amigos,

Sé que no es fácil realizar una tarea de esta magnitud. Ni podremos hacerla de la noche a la mañana. Pero algunas cosas me dan la garantía y la seguridad de que todo eso es posible.

Primero, la potencialidad y riqueza de nuestro país; segundo, la fuerza, el coraje y la disposición para el trabajo de nuestro pueblo; tercero, mi propia vida llena de experiencia y amor por el pueblo dominicano.

Y una cosa más, especialmente, me da la certeza de que realizaremos nuestra tarea: es que me siento acompañado por ustedes en esta lucha.

La clave es asegurar un enfoque integral y una gestión coherente y direccionada, que articule las políticas sociales y las económicas, con una gestión pública eficiente, transparente y honesta. Juntar y articular las capacidades técnicas de nuestro país con el compromiso político de sus gobernantes y la voluntad y energía de una ciudadanía activa.

Yo no estoy solo en este camino. Vienen conmigo los agricultores y panaderos, los trabajadores informales (motoconchistas, chiriperos, venduteros, etc), los de la metalmecánica, los profesionales y artesanos, los jóvenes, las mujeres, los productores y fabricantes de muebles, los industriales y comerciantes, y los empresarios.

En fin, todos los que creen que el trabajo nos dignifica como personas y nos permite crear una mejor sociedad para dejarle a nuestros hijos.


Amigas y amigos,

Hoy, que estamos dando más impulso a la campaña electoral que nos llevará a la victoria, quiero dar un mensaje muy especial a las mujeres dominicanas y a los jóvenes dominicanos.
Les digo a las mujeres que conozco sus necesidades, ustedes me las han expresado muchas veces con lagrimas en los ojos.
Conozco y me emociona la feroz dulzura con que muchas de ustedes salen a luchar por el pan diario de sus hijos. No se equivoca quien diga que la República Dominicana anda y camina por el amor de las mujeres. ¿Qué sería de nuestras familias, de nuestros niños sin ustedes?
Ustedes son la muralla amorosa contra la desintegración y el deterioro moral de la nación dominicana. Yo esto lo sé muy bien. Les digo: No van a estar solas. Van a estar fortalecidas y atendidas en sus necesidades. Es un deber del estado y un derecho de todas las mujeres. Porque el porvenir de los futuros hombres y mujeres dominicanos depende de ustedes.
A los jóvenes les digo que los veo tanto como la fuerza viva del presente, como, también, los agentes de la realización del futuro nacional.
A ustedes les daré todo mi apoyo. Mi compromiso es ofrecerles la oportunidad de comenzar la vida con seguridad, libertad, trabajo y realización personal.
Los jóvenes, las mujeres y los más pobres, no tengan la menor duda, serán los primeros beneficiarios de la era de prosperidad que queremos construir.

Queridos amigos y amigas,

Tenemos decisión, tenemos un pensamiento estratégico para la nación, tenemos amor por nuestro pueblo. Solo nos queda poner todo lo que hemos aprendido y preparado al servicio de nuestros hermanos.
A mi familia, a mis hijas que están aquí conmigo, les digo, gracias por acompañarme. Nuestra familia va a sentir sin duda el esfuerzo de esta campana que se inicia, pero yo estoy confiado en la templanza, el amor, y la unidad de nuestra familia.
A mis compañeros de PLD les digo que llevemos nuestro mensaje sin odio, ni rencores ni enfrentamientos. Necesito de sus energías pero no quiero ningún agravio, ninguna rencilla. Todos somos hermanos. Podemos pensar distinto pero todos queremos lo mejor para el país.
A las mujeres, ancianos, niños y hombres de nuestra querida patria, yo les digo que tengan fe, que alegren sus corazones porque hoy estamos dando el primer paso hacia una República Dominicana más grande y fuerte, y un pueblo más feliz.
Quiero decirles que no vengo para desunir sino para unir.
No vengo para decidir solo, sino a compartir decisiones colectivas.
No vengo para mandar, sino a dialogar.
No vengo solamente para hablar, sino, ante todo, para escuchar.
No vengo para prometer, sino para realizar.
Y quiero decirles, por encima de todo, que no soy uno más, como tantos en toda nuestra historia que ya causaron males al país, que llegaron al poder a hacer prevalecer sus intereses y los de sus amigos, sin importarles los intereses de la mayoría de la población dominicana pobre e indefensa.

Quiero ser un presidente ético y moral. Y para eso son necesarias tres cosas:
Número 1: No robar y juro aquí que no robaré.
Número 2: La agenda de mi gobierno será la agenda de los problemas de nuestro pueblo.
Número 3: Lo que diga con mis palabras será honrado con mis actos.

Voy a impulsar el Estado Social y Democrático de Derecho que promueva y garantice la separación de los poderes ,el perfeccionamiento de la administración de Justicia, la afirmación de los valores democráticos, los derechos humanos, la igualdad de oportunidades y el ejercicio responsable de los derechos y deberes de los ciudadanos.

Hay que fortalecer los órganos de control y fiscalización del Estado para evitar la corrupción y la impunidad. Compromiso de promover la trasparencia, la rendición de cuentas, la ética pública y privada, la integridad, y el sistema de consecuencias en la administración pública.

Para lograr servicios más eficientes a los ciudadanos es necesaria la profesionalización de la administración pública.

Trabajaré para el fortalecimiento del poder de los gobiernos locales y el desarrollo económico social de los municipios, potencializando sus capacidades productivas, sus recursos naturales y atracciones turísticas.

Vengo para ayudar a nuestro país a avanzar por el camino del progreso y del fortalecimiento de las instituciones.
Mi candidatura está aquí para decir que este país no tiene dueños, sino socios honestos, iguales y responsables.
Que este país no quiere hombres y mujeres sometidos, sino ciudadanos libres.
Que este país está hecho por el trabajo unido y solidario de millones de familias.
Les repito: vine para contribuir a corregir lo que está mal, continuar lo que está bien y, principalmente, para hacer muchas cosas que nunca fueron hechas.
El pueblo dominicano no quiere un presidente que sea permisivo con lo que está equivocado. Pero quiere que sepa tener la humildad de dar continuidad a lo que se está haciendo bien.
No quiere un presidente que, por soberbia o partidismo, quiera destruir lo que sus antecesores hicieron, solo por el simple hecho de que no fue él quien lo comenzó o lo hizo.
Señalo aquí, en este magno escenario, que la próxima gestión del PLD dará continuidad y profundizará todas aquellas medidas y ejecutorias emprendidas en los gobiernos del compañero presidente, Doctor Leonel Fernández, orientadas a fortalecimiento del estado de derecho, la gestión de las finanzas públicas, y la estabilidad macroeconómica. Corresponde al compañero presidente Doctor Leonel Fernández, el mérito de haber rescatado la confianza y credibilidad en el gobierno, después de la incertidumbre y la inestabilidad en nuestra economía durante los años 2003 y 2004. Corresponde a las últimas dos gestiones del PLD, presidido por el compañero Doctor Leonel Fernández, el mérito de haber promulgado una constitución que perfecciona nuestra democracia y la modificación de una cantidad significativa de leyes para mejorar la transparencia, la rendición de cuentas y el mejor uso de los recursos públicos. Fue un gran acierto del compañero Doctor Leonel Fernández, la promoción de la amplia discusión y luego propuesta al Congreso de la Estrategia Nacional de Desarrollo, la cual enfatiza la necesidad de planificar en el largo, mediano y corto plazo.

Yo sé que el pueblo dominicano quiere, por encima de todo, un presidente que tenga el coraje de hacer lo que nunca fue hecho.
Eso significa, entre otras cosas, disminuir considerablemente la miseria absoluta; significa disminuir la desigualdad social;
Significa acabar con la corrupción y la impunidad;
Significa ser verdaderamente un presidente de todos los dominicanos y, muy especialmente, un fiel y sincero demócrata.
Porque no somos verdaderos demócratas, si hablamos una cosa en público y en la noche, en el mundo de las sombras, hacemos prevalecer el juego de nuestros intereses personales y grupales.
No somos verdaderos demócratas si queremos hacer prevalecer nuestros intereses sobre los verdaderos y sagrados intereses de la nación dominicana.
Y no seremos miembros fieles y verdaderos de nuestro querido PLD si no sabemos elegir, con altruismo y desprendimiento, lo que es mejor para nuestro partido, inspirados en el pensamiento y el ejemplo que nos legó el compañero Juan Bosch.
Conozco mi partido y reconozco los esfuerzos, los sueños, los ideales de mis compañeros.

Sé que solo están esperando esta señal de arranque para ponerse a trabajar por aquel que consideran el candidato más conveniente para nuestro partido y, principalmente, para todos los dominicanos.
Sepan que los necesito a todos, absolutamente a todos. Tenemos una campaña larga por delante y vamos a precisar toda nuestra energía y convicción para llevar a cada compatriota nuestro mensaje de amor, de fe y de esperanza.
Todos ellos me han hecho sentir que mi aspiración a presidir la presidencia de la República no es una cuestión personal sino la aspiración de tantos y tantos dominicanos y dominicanas que creen, que esperan, que necesitan, que nosotros los hombres y mujeres que ejercemos la actividad política expresemos su voz y resolvamos sus dificultades.
Si la política no mejora la vida cotidiana del pueblo termina siendo una cuestión de apetencia personal, mezquina y egoísta.

Queridos conciudadanos y conciudadanas,

Para terminar, me gustaría, decirles una única y decisiva frase: Tenemos un país bendecido por Dios. Dios ha hecho su parte, ahora nos toca hacer la nuestra.
Y decirles, finalmente:
¡Tengamos fe, porque ella es siempre necesaria!
¡Tengamos coraje, porque sin el nada se construye!
¡Pero, más que todo, tengamos esperanza, porque sin ella nada es posible!

Muchas gracias y que Dios los bendiga a todos.

jueves, 14 de abril de 2011

Por favor, que no sea por el género

No hemos sido educadas igual. Es evidente. A algunas las molderaron para ser mujeres que, como sus madres, cumplieran un rol predeterminado. A otras, afortunadamente, nos dieron las herramientas para ser personas que jamás reparamos en nuestro género.

Mis padres nunca me obligaron a hacer, usar o pensar en función de ser mujer. Prefería el azul al rosado y los tractores frente a las muñecas. No lo cuestionaron. Tampoco cortaron las alas de mis sueños ni me enseñaron que tendría que enfrentar obstáculo alguno por ser mujer. Lo único que siempre escuché es que, si trabajaba duro y me preparaba, llegaría hasta donde quisiera.

Por esa razón, porque no me educaron para pensar que las mujeres son mejores o peores, no creo en la lucha por la supremacía del género. Para mí, educada para creer en las personas según su capacidad y honestidad, hombres y mujeres somos iguales.

Entiendo que muchas mujeres, educadas en el papel tradicional, hayan tenido que rebelarse contra sí mismas y contra el sistema para demostrarse y demostrar que pueden llegar donde llegan los hombres.

Nunca lo he dudado. Por eso me sorprendió que incluyan el asunto del género al hablar de la precandidatura de Margarita Cedeño. Nadie debe cuestionarla por ser mujer. Tampoco, sin embargo, debe pedírsenos que la apoyemos sólo por serlo.

El que Margarita llegue o no al Palacio Nacional tiene que decidirse en función de su capacidad. Lo mismo vale para Danilo Medina, Rafael Alburquerque, Francisco Domínguez Brito, José Tomás Pérez, Franklin Almeida, Radhamés Segura y los candidatos de los otros partidos. Al final, sin importar si lleva falda o pantalón, debemos elegir al mejor.

sábado, 9 de abril de 2011

No, no fue un favor

La noche se presentaba inquieta, distinta. Llovía a raudales y así, como si llorara, lo que quedaba del día se teñía bajo el manto de la duda. El hablaría, diría lo que muchos querían escuchar, y ya muchos lloraban en nombre de lo que perderían.

Yo no lo escuché. Por primera vez en mucho tiempo pasé de sus palabras y su anuncio. Me daba igual. Mi ánimo, un poco alterado, no era el mejor como para soportar el cinismo que suele ofrecernos. Por eso el ayer decidí no saber qué quería decirme Leonel.

Al final me enteré. Nadie puede abstraerse al punto tal de dejar pasar. Las noticias te alcanzan, aunque no quieras, y obligan a saber de ellas. Así supe que el señor que ocupa el Palacio Nacional decidió sacrificarse, según afirmó, en nombre del país.

"... con significativo respaldo de distintos sectores nacionales, con mayoría en las filas del Partido, con reales perspectivas de un nuevo triunfo electoral, sin impedimento legal insuperable, sólo con el propósito de hacer lo que consideramos correcto, de evitar posibles tensiones a la sociedad dominicana, consolidar nuestro proceso democrático y afianzar aún más la nueva Constitución, hago, por segunda vez, lo que no se había hecho en la historia dominicana: declinar, de manera voluntaria y espontánea,con actitud de desprendimiento, a una nueva repostulación presidencial", dijo el Presidente durante su discurso.

Pero esta no ha sido la única vez que Leonel Fernández se ha "sacrificado". Ser Presidente ha sido otra forma de hacerlo. Lean: En verdad, sólo me he considerado siempre y me considero, nada más, un humilde ciudadano, pero responsable que, desde temprana edad, asumió el sacrificio de aportar su modesto concurso a un mejor porvenir para el pueblo dominicano".

"Esa es la pasión que arrastra mi vida, y es la que siempre estaré dispuesto a desempeñar, hasta la muerte, desde cualquier posición, por más encumbrada o simple que sea, a favor de la libertad, la democracia y la justicia social del pueblo dominicano y de los pueblos del mundo", aseguró.

A pesar de que esa es su pasión y que está siempre presto a sacrificarse para dirigir los destinos del país, Leonel admitió que de buscar la repostulación y atender a los que se lo han solicitado "estaría reproduciendo una antigua y rechazada práctica histórica nacional de pretender perpetuarse en el poder".

Leyendo mejor estas líneas, se establece que el Presidente entendió que había gente que no estaba de acuerdo con su repostulación. "Mi decisión sobre este particular, más que descansar sobre aspectos constitucionales o legales, a lo cual, insisto, tendría legitimo derecho, se fundamenta, más bien, en consideraciones de lo que conviene o no, por razones estrictamente políticas, al pueblo dominicano y al Partido de la Liberación Dominicana".

Es por ello que, sin lugar a dudas, podemos asegurar que Leonel Fernández no renunció a la relección para hacernos un favor. Fue el temor al rechazo lo que lo obligó. Dejémonos de fábulas.

Para quienes no vieron a Leonel


A continuación el discurso íntegro que pronunció el presidente Leonel Fernández ayer viernes 8 de abril.

Pueblo Dominicano:
El próximo domingo, 10 de abril, el Comité Central del Partido de la Liberación Dominicana, ha sido convocado para, entre otros aspectos, escoger los pre-candidatos a la nominación presidencial de nuestra organización política.

Es pertinente, por consiguiente, que antes de la celebración de esa actividad, pueda compartir con el país mis perspectivas en relación a uno de los temas que, en los últimos tiempos, ha estado gravitando con mayor intensidad en la opinión pública: el tema de la reelección presidencial.

Esta es una cuestión bastante sensible en la agenda política nacional, tanto por lo que ha sido nuestra historia, por las diversas aspiraciones individuales en torno a la función, así como por los intereses en conflicto.

La primera vez que, en calidad de actor político, tuve que reflexionar y adoptar una postura con respecto a este asunto fue en el año 1998.

En esa ocasión, luego de las elecciones de medio término, en que nuestro Partido, a pesar de haber incrementado su matrícula congresional, no obtuvo, sin embargo, los resultados esperados, dos altos dirigentes del Partido Reformista Social Cristiano, me plantearon la necesidad que, conforme a su criterio, el país tenía de que se modificase la Constitución de la República, a los fines de hacer viable una candidatura mía a la reelección presidencial en los comicios del año 2000.

Después de agradecer lo que consideraba un gesto de confianza política y de cordialidad en el ámbito personal, rechacé, sin embargo, la propuesta.

Los dirigentes reformistas volvieron a insistir en diversas otras ocasiones, y ante mi reiterada negativa, me solicitaron, entonces, sostener una conversación directa con el doctor Joaquín Balaguer.

Acudí a la cita con el viejo zorro de la política criolla, quien también, con su clásica sabiduría, hizo esfuerzos por persuadirme de que de no aceptar una nueva repostulación en el año 2000, el país se encontraría en el riesgo de caer en manos demagógicas e irresponsables, que lo conducirían al caos.

A la luz de lo acontecido, muchos dirán que las palabras del ex presidente Balaguer resultaron proféticas, pero en aquel momento, también a él le razoné que, desde el punto de vista de la institucionalidad democrática, no era lo que el pueblo dominicano estaba esperando.

El no estuvo enteramente complacido con mi respuesta, pero terminó por aceptar mis argumentos.

Con el respaldo de más de 2 millones de votantes, por vez primera en la historia electoral de la República Dominicana, retornamos al poder en el año 2004.

Fruto de los esfuerzos de nuestro Gobierno por recuperar la confianza, la estabilidad, el crecimiento económico y la reducción de la pobreza, volvimos a conquistar el respaldo del electorado en el certamen de medio término del año 2006.

Como la Constitución fue modificada en el 2002, por mi antecesor, con el único objetivo de permitir la reelección presidencial, tuve la facultad legal de presentarme nuevamente al escrutinio de los electores en el año 2008.

Otra vez, en la boleta morada del Partido de la Liberación Dominicana, obtuvimos una votación por encima de 2 millones 200 mil ciudadanos, con lo cual se confirmaba el respaldo de la mayoría de la población a nuestra gestión gubernamental.

En mayo del año pasado, por cuarta vez consecutiva, el Partido fundado por ese maestro de las ideas y de la acción política, el profesor Juan Bosch, se coronó con una victoria abrumadora, al ganar 31 de las 32 provincias del país.

De manera reiterada en los últimos siete años, el pueblo dominicano, en forma mayoritaria, ha volcado su apoyo, de manera legítima y democrática, en favor del Partido de la Liberación Dominicana.

Ese respaldo, sólido y consistente a nuestra organización política, se ha mantenido aún en medio de la crisis financiera global, del alza del precio de los combustibles, de la crisis alimentaria internacional, del plan de austeridad del Fondo Monetario Internacional y de los desastres naturales.

Es lógico, por consiguiente, que ante un panorama internacional incierto y una oposición política que no supera sus desaciertos del pasado, un segmento importante de nuestra población mire con inquietud y preocupación lo que le aguarda el porvenir en las elecciones pautadas para mayo del año próximo.

Apoyándose en las libertades consagradas en toda sociedad democrática, durante los últimos meses ha habido en la sociedad dominicana una efervescencia, con opiniones a favor y en contra, acerca de la eventualidad de que mi nombre sea sometido nuevamente a la consideración de los electores.

En respaldo a esto último, se han llevado a cabo diversas actividades. Se han hecho distintos pronunciamientos y se han generado diversos testimonios, todo dentro de la pluralidad que debe prevalecer en todo sistema que se considere democrático.

Dentro del conjunto de actividades realizadas, 27 Senadores me visitaron en Palacio para expresarme su solidaridad y apoyo ante cualquier decisión que tomase respecto al tema de la reelección.

De igual manera, recibí la información de que la mayoría de los Diputados y Alcaldes del Partido de la Liberación Dominicana estaban dispuestos a realizar un acto parecido al de sus compañeros del Senado, el cual no se produjo debido a mi personal solicitud de desactivación.

Recientemente, se llevó a cabo una recolección de firmas de más de 2 millones de ciudadanos, en apoyo, también, a una eventual decisión en relación al tema de referencia.

Ese proceso de recolección de firmas culminó en un masivo y entusiasta acto, llevado a cabo el pasado 27 de marzo en el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte.

Aunque algunos de nuestros adversarios han querido arrojar dudas sobre la autenticidad de la cantidad de firmas recogidas, es bueno recordar que hasta ahora el único Partido en la historia política nacional que ha obtenido más de 2 millones de votos a favor, es el Partido de la Liberación Dominicana.

Por consiguiente, no debe causar ninguna extrañeza que obtenga en firmas de apoyo ciudadano lo que ya ha demostrado más de una vez haber conquistado en votos.

En adición a ese inequívoco, democrático e irrefutable respaldo popular, distintas encuestas, de gran prestigio, han indicado, de manera reiterada, que de figurar como precandidato en las primarias de nuestro Partido, obtendría, en forma abrumadora, el apoyo de la mayoría.

Esas mismas encuestas han indicado que cerca del 80% de la población dominicana considera que optaré por un nuevo mandato presidencial en el próximo torneo electoral.

Asimismo, a pesar de no estar en campaña, las encuestas además han señalado que si las elecciones generales tuviesen lugar en estos momentos, ganaríamos en primera vuelta con aproximadamente los mismos porcentajes que en elecciones anteriores.

Todo cuanto llevo dicho es para indicar que el desafío que se nos presenta ante la eventualidad de una nueva candidatura presidencial, no consiste tanto en disponer de respaldo suficiente como para garantizar una nueva victoria en las urnas, sino, más bien, de las consideraciones constitucionales a esa posibilidad.

Cuando reflexiono sobre este tema, pienso en uno de los más destacados estrategas militares del mundo antiguo. Pienso en Aníbal, el llamado Orgullo de Cartago, quien con sus grandes habilidades de guerrero fue el único, en su tiempo, en derrotar en varias ocasiones al temible ejercito romano.

En su enfrentamiento bélico con la República de Roma, Aníbal fue organizando un ejército integrado, no sólo por cartagineses, sino por distintas tribus que se iban incorporando a medida que avanzaba en territorio.

Entre sus hazañas se cuenta que cruzó los Pirineos. Luego, los Alpes, con sus elefantes, en medio de la nieve, bajas temperaturas y ataques inesperados por parte de grupos hostiles.

Conquistó el norte de Italia. Derrotó a varios de los más importantes generales del ejército romano. De ahí se desplazó hacia el centro, donde también obtuvo otras victorias importantes.

Posteriormente, giró hacia el sur de la Península Itálica, sembrando la derrota en el campo enemigo.

Avanzó tanto en sus conquistas, que en un momento dado, llegó a colocarse a tan sólo cinco kilómetros de las puertas de la ciudad de Roma. Se consideraba que procedería a su acoso y sometimiento.

En la misma ciudad, niños, hombres, mujeres y ancianos se encontraban ya resignados a lo que consideraban como un hecho inevitable: la caída de la Ciudad Eterna.

Sin embargo, cuando todos los vientos soplaban en su favor, Aníbal se detuvo a reflexionar. Sabía que estaba en condiciones de tomar a Roma, pero temía, al mismo tiempo, que pudiese destruirla.

Confieso, que esa también es mi preocupación. La preocupación de que si intentase responder positivamente a las peticiones de diversos sectores de la vida nacional en favor de una nueva candidatura presidencial en el año 2012, se estaría reproduciendo una antigua y rechazada práctica histórica nacional de pretender perpetuarse en el poder.

Se podría argumentar que la reelección presidencial para un segundo mandato continuo, se encuentra prohibida en el artículo 124 de la Carta Magna.

En efecto, dicho artículo dice lo que sigue:

“El Poder Ejecutivo se ejerce por el o la presidente de la República, quien será elegido cada cuatro años por voto directo y no podrá ser electo para el periodo constitucional siguiente.”

Frente a ese planteamiento de la Constitución, destacados juristas han argumentado que la misma no tendría aplicación para los comicios del año 2012, sino más bien para las elecciones del año 2016, en razón de lo indicado por el mismo Texto Constitucional, en el artículo 110, sobre la Irretroactividad de la Ley.

Esa disposición indica que:

“La ley sólo dispone y se aplica para lo porvenir. No tiene efecto retroactivo sino cuando sea favorable al que esté sub júdice o cumpliendo condena. En ningún caso los poderes públicos o la ley podrán afectar o alterar la seguridad jurídica derivada de situaciones establecidas conforme a una legislación anterior.”

Frente a esta situación, esos reconocidos juristas sugieren que lo procedente es una consulta, ya sea a la Suprema Corte de Justicia, en calidad de Corte Constitucional, o al Tribunal Constitucional, cuando éste quede debidamente integrado.

Eso, se reconoce, es tema de controversia jurídica, pero si esa opción legal no resulta lo suficientemente convincente, los artículos 210 y 272 de la Ley Sustantiva, crean las figuras del Referendo Consultivo y el Referendo Aprobatorio, como solución alterna, de validez incuestionable.

Con respecto a lo primero, se afirma en el artículo 210:

“Las consultas populares mediante referendo estarán reguladas por una ley que determinará todo lo relativo a su celebración, con arreglo a las siguientes condiciones:

1) No podrán tratar sobre aprobación ni revocación de mandato de ninguna autoridad electa o designada;

2) Requerirán de previa aprobación congresual con el voto de las dos terceras partes de los presentes en cada cámara.”

Como puede apreciarse, es la Constitución de la República la que prevé el mecanismo de la consulta popular a través de un referendo. Sólo expresa que para que ese referendo se produzca, se requiere la aprobación en el Congreso Nacional de una ley orgánica, esto es, que sea aprobada por las dos terceras partes de los miembros presentes.

Por su parte, el artículo 272, relativo al referendo aprobatorio, señala:

“Cuando la reforma verse sobre derechos, garantías fundamentales y deberes, el ordenamiento territorial y municipal, el régimen de nacionalidad, ciudadanía y extranjería, el régimen de la moneda, y sobre los procedimientos de reforma instituidos en esta Constitución, requerirá de la ratificación de la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas con derecho electoral, en referendo aprobatorio convocado al efecto por la Junta Central Electoral, una vez votada y aprobada por la Asamblea Nacional Revisora.”

Los párrafos subsiguientes a dicho artículo, a su vez, indican:

“Párrafo I.- La Junta Central Electoral someterá a referendo las reformas dentro de los sesenta días siguientes a su recepción formal.

Párrafo II.- La aprobación de las reformas a la Constitución por vía de referendo requiere de más de la mitad de los votos de los sufragantes y que el número de éstos exceda del treinta por ciento (30%), del total de ciudadanos y ciudadanas que integren el registro electoral, sumados los votantes que se expresen por SÍ o por NO.

Párrafo III.- Si el resultado del referendo fuere afirmativo, la reforma será proclamada y publicada íntegramente con los textos reformados por la Asamblea General Revisora.”

De los textos leídos se infiere que si se interpretase que el artículo 124 de la Constitución prohíbe la reelección presidencial para un periodo inmediato, nada impide, desde el punto de vista legal, que esto pueda modificarse mediante, primero, un referendo consultivo, y segundo, un referendo aprobatorio.

Por consiguiente, no habría nada de pecaminoso, ni de ilegítimo, ni de ilegal en encauzar una acción orientada en esa dirección.

Tampoco habría poder alguno, sea de la naturaleza que fuere, que pudiese criticar, con justicia, lo que la propia Constitución establece como un derecho.

Eso quiere decir que mi decisión sobre este particular, más que descansar sobre aspectos constitucionales o legales, a lo cual, insisto, tendría legitimo derecho, se fundamenta, más bien, en consideraciones de lo que conviene o no, por razones estrictamente políticas, al pueblo dominicano y al Partido de la Liberación Dominicana.

Ninguno de los compañeros que actualmente aspira a la nominación presidencial de nuestra organización política para el próximo certamen electoral, puede alegar que yo he sido obstáculo para sus aspiraciones.

Por el contrario, he estimulado esa participación, y en diversas ocasiones me he reunido con cada uno de ellos para establecer todo lo relativo al calendario de las primarias del Partido, al padrón electoral, a los integrantes de la Comisión Nacional Electoral y a los reglamentos a ser aplicados en los comicios internos.

A pesar de la opinión contraria de mis adversarios, no me considero un caudillo en el PLD, una figura insustituible, un Mesías, o un hombre aferrado al poder.

En verdad, sólo me he considerado siempre y me considero, nada más, un humilde ciudadano, pero responsable que, desde temprana edad, asumió el sacrificio de aportar su modesto concurso a un mejor porvenir para el pueblo dominicano.

Esa es la pasión que arrastra mi vida, y es la que siempre estaré dispuesto a desempeñar, hasta la muerte, desde cualquier posición, por más encumbrada o simple que sea, a favor de la libertad, la democracia y la justicia social del pueblo dominicano y de los pueblos del mundo.

En el 1998, como he referido, recibí el apoyo directo del líder de una de las más importantes fuerzas políticas del país para una reelección presidencial en el año 2000, la cual, sumada a la nuestra, habría, muy probablemente, producido una nueva victoria electoral, como en 1996, y a pesar de eso, por razones de prudencia, me abstuve.

Trece años después, con significativo respaldo de distintos sectores nacionales, con mayoría en las filas del Partido, con reales perspectivas de un nuevo triunfo electoral, sin impedimento legal insuperable, sólo con el propósito de hacer lo que consideramos correcto, de evitar posibles tensiones a la sociedad dominicana, consolidar nuestro proceso democrático y afianzar aún más la nueva Constitución, hago, por segunda vez, lo que no se había hecho en la historia dominicana: declinar, de manera voluntaria y espontánea, con actitud de desprendimiento, a una nueva repostulación presidencial.

En la defensa de valores democráticos, de progreso y bienestar para nuestro pueblo, he recibido, a lo largo de los años, el respaldo fiel de centenares de miles de personas, de compañeros, amigos y allegados.

A ellos les agradezco la confianza que han depositado en mí. La entrega, el sacrificio y la vehemencia con que han asumido nuestra causa, y espero haber estado siempre a la altura de sus expectativas e ilusiones.

En lo inmediato, mi objetivo central será el de concentrarme en las tareas de Gobierno, a fin de enfrentar los distintos desafíos globales que tanto impacto tienen en los diversos sectores de la vida nacional.

Pero conjuntamente con esa labor de Gobierno, ahora, también, de lo que se trata es de preparar a nuestro glorioso e histórico Partido de la Liberación Dominicana para que una vez más, en los comicios del año venidero, exhiba sus mejores colores, despliegue sus banderas y conquiste una nueva victoria electoral en primera vuelta, como ya hemos demostrado saber hacer.

En mi condición de Presidente de la organización, asumiré un rol de neutralidad frente a la competencia interna de los distintos compañeros. No influiré en forma alguna para que la balanza electoral interna se incline a favor de alguno de los contendientes.

Naturalmente, respaldaré de manera irrestricta, y trabajaré de manera entusiasta a favor de quien las bases del Partido escojan de manera libre y democrática como candidato y próximo Presidente de la República.

Pongo a disposición de nuestra organización las mas de 2 millones de firmas que me fueron otorgadas como expresión de respaldo popular a nuestra gestión gubernamental, que es una forma de individualizar el voto para el próximo certamen electoral; y solicito a todos los compañeros y compañeras del Partido de la Liberación Dominicana que desde ya empiecen a trabajar, con espíritu de unidad, con verdadero empeño y dedicación, a los fines de continuar con la Revolución Democrática que hemos iniciado, que consiste en fortalecer el Estado de Derecho, la libertad, la transparencia, la eficiencia, el progreso, el desarrollo, la paz social, la modernización y el bienestar de los hijos de esta tierra.

¡Muchas gracias! ¡Buenas noches!

jueves, 7 de abril de 2011

Celebrando por cada tramo superado


Cuando recibí la invitación me emocioné. Di un brinco, incluso, porque pensé que mis problemas habían acabado. Entonces Fior Gil me quitó la nube de los pies, cual alfombra, obligándome a aterrizar en el suelo abruptamente: lo que el gobierno inauguraría el martes era, apenas, sólo un túnel del Corredor Duarte.

Al ver la carpa en medio de la calle, mientras se armaba tremendo tapón aunque era de noche, me puse a pensar en lo que sucedería si nosotros hiciéramos igual que el gobierno.

Partiendo de que cada tramo de una obra es un éxito a celebrar y no hay que esperar que esté lista para hacerlo, podríamos celebrar cada mes al que arribamos. Al final, ¿hay una obra más importante que la vida? En función de ello, viviremos a diario celebrando por los padres, hermanos, tíos, vecinos… que la vida será una juerga sin tiempo para aburrirse.

Pero, si a golpe de impaciencia andamos, también podríamos pedirle al presidente Leonel Fernández que así como “inaugura” por tramos nos rinda cuentas mensuales en lugar de hacerlo una vez al año. ¿Que es una práctica menos demagógica y no le suma votos? Ciertamente.

Llevando esta práctica a lo existencial, podríamos crear una cultura de celebrar cada intervalo de las etapas de nuestras vidas. Siendo triviales, y haciendo de la vida una fiesta, podremos celebrar por cada tarea o proyecto terminado, cuando regresa la luz a casa, al pagar los créditos… en fin, cada día encontraremos una pequeña victoria que nos recuerde que vencimos un obstáculo. Esto, quizás, hasta nos venga bien. ¿Lo intentamos?

martes, 5 de abril de 2011

La historia de un avatar


Ayer decidí cambiar mi avatar de Twitter. Como hoy es el Día del Periodista, puse una foto en la que estoy haciéndole una entrevista a una "metresilí" que vivió por un tiempo en las entrañas del monumento a Fray Antón de Montesinos.

Esa foto, que me tomó Rafael Segura, me hace recordar la reportera que fui hasta hace poco. Recordarlo es parte de mi ejercicio profesional. Y es que, como le decía a una amiga esta mañana, esos momentos me obligan a recordar de qué se trata mi trabajo: ser la voz de quienes no pueden reclamar.

Fueron muchas las personas que entrevisté. Cada una me enseñó algo distinto. Algunas de las lecciones más importantes, sin embargo, me las dieron las personas más normales, esas que sobreviven al día y a las circunstancias. Hoy quiero compartir la entrevista que le hice a Cristina Montero, con quien estoy en la foto, el domingo 9 de enero del año 2005.



Cristina Montero: la Metresilí de Montesinos


Por MARIEN A. CAPITAN
Redactora de Hoy

Rodeada por estampas de santos, los restos de una fogata, velones y unos trozos de cartón que quizás le sirvieron para cubrirse del viento, Cristina Montero sorprende a los turistas y visitantes que se acercan al monumento de Fray Antón de Montesinos y la descubren descansando en la segunda planta de la edificación.
Sobre un gastado colchón y cubierta por una sucia sábana verde, Montero sostiene que está durmiendo en el monumento desde el pasado 30 de diciembre. Antes, apunta, estaba deambulando por las calles.
Ajena al olor de las materias fecales y los orines que hay en las escaleras que dan acceso al espacio en el que está, Montero observa a quienes llegan y, si la saludan, responde con simpatía y amabilidad.
Al hablar de su vida, cuenta que llegó a la capital desde una loma cercana a El Cercado, San Juan, cuando tenía 21 años. Desde aquellos días, precisa, han pasado ya diecinueve años.
Durante este tiempo su vida no ha sido fácil. Amén de que ha tenido trabajos tan diversos como el del servicio doméstico o las ventas ambulantes sobre un triciclo, el golpe más fuerte para ella tuvo lugar hace cinco años, cuando violaron a su pequeña de diez años de edad.
Todo sucedió en El Mamey, Villa Mella, una zona que nunca le gustó para vivir. Pese a ello, por insistencia de su marido, se mantuvo en el lugar hasta el pasado mes de julio, fecha en que sintió que debía buscar un espacio en el que construir un altar para sus santos.
Con una fe inquebrantable, según dice, Montero cree tanto en los santos católicos como en los del vudú. Acerca del vudú, asegura que conoce tan bien sus ritos y tradiciones que en su pueblo era famosa por este motivo. “Todos me conocían porque yo soy una artista, porque cantaba las canciones del vudú. También cantaba baladas”, manifiesta argumentando que tiene una gran voz.
Pero cuando establece que en realidad se marchó de su casa porque entendió que no era Cristina sino Metresilí, una de las reinas del vudú, la historia de Montero cobra un matiz distinto. Más aún cuando subraya que, aunque empezó a construir su casa para poder levantarle un altar a sus santos, en ese espacio había algo que no le permitía vivir tranquila.
Segura de que encontraría un lugar mejor, Montero dejó a sus tres hijos y se fue a vivir la aventura de encontrar dónde hacer su altar. Improvisado, ahora lo tiene en el monumento a Montesinos: una cuantas estampas y una estatuilla de santos, dos velones, un platico plástico con sal, una rasuradora, dos cajas de fósforos y un par de botellas con agua dan vida al pequeño altar en el que cada día le agradece a Dios y a la fe.
Aunque muchos dirán que Montero no tiene nada que agradecer, ella se confiesa en extremo afortunada: a pesar de que en la calle ha soportado golpes y vejaciones, está viva y es dueña, asevera, de mucha suerte.
Esa suerte tiene que ver con el haber conocido el amor (con su último marido duró quince años), haber podido ser madre, encontrar cómo sobrevivir y, lo más asombroso, poder aguantar cosas tan indecibles como tragar vidrio o tomarse un veneno sin que le suceda nada.
Encontrar comida, sin embargo, no es parte de su fortuna. Pueden pasar semanas, confiesa Montero, sin que encuentre nada que comer. Por eso, sin ruborizarse y hablando con gran serenidad y un tono sereno, sostiene que desearía encontrar dónde vivir y un trabajo que le permita comer con frecuencia. Mientras eso sucede, Montero seguirá siendo la Metresilí de Montesinos. Junto a él continuará contando su historia, rezando y afirmando que jamás le hará daño a nadie que no se lo merezca.


P.D. Para quienes se preguntan, perdí la pista de Cristina Montero en febrero de aquel año. Ella desapareció de los predios del monumento la madrugada del 14 de febrero, cuando un militar la violó. Jamás la he vuelto a ver.