lunes, 31 de diciembre de 2012

En el 2013, no olviden olvidar

Las letras y yo hemos estado muy divorciadas este año. Declaradas en rebeldía total, me han abandonado de la peor manera (o yo a ellas). A pesar de ellas, hoy decidí intentarlo. El 2012 acaba, con sus tantas lecciones, y de alguna manera hay que despedirlo. En grande o pequeño, no sé, pero de alguna manera hay que hacerlo.

Por eso escribo esta última entrada del 2012. Cual obsesión envenenada, no sé dejar pasar los primeros, los últimos, los singulares... es como si me persiguieran o yo anduviera en su búsqueda. De cualquier manera, casi como para convencerme de que no soy normal, vienen estas últimas letras de un 2012 que no quiero definir por aquello de que es demasiado trillado. ¿Para qué darle un nombre a algo que, al fin y al cabo, no es más que un año? Y, ¿qué es un año? Sólo doce meses, 52 semanas y 365 días que se suceden y desvaneces para acabar, cual presa frente a un barranco, siendo absolutamente nada. ¡Tanto esfuerzo para eso!

Tal vez al final termine siendo mucho olvido o cierta anécdota. Da igual. 2012, como 2011, como 2010... será una serie de hechos, algunos más destacables que otros, que guardaremos en algún lugar de la memoria, el cuerpo, la bitácora o los sueños; quedará como una pila de recuerdos, menos unos tantos momentos basura, entre un montón de cosas que al final servirán de poco. Es, como siempre pasa con el tiempo, algo efímero que será reemplazado por ese nuevo (en este caso año) que aspiramos que llegue repleto de todo lo que queremos tener sin hacer el menor esfuerzo.

¿Para qué vamos a engañarnos? ¿Cuántos nos esforzamos seriamente para lograr lo que anhelamos, merecemos, planeamos, en la vida? ¿Hicimos algo diferente para ser los dueños de ese mundo "prometido" en el que queremos vivir? Seamos sinceros. Muchas habrán hecho un interminable listado de propósitos pero ya a marzo, como mucho, ni siquiera recordaban la mitad de las metas. Otros se esforzaron, porque así se lo indicó el momento o porque la mera inercia los llevó hasta ahí. Pero más allá de lo necesario, ¿cuántos dieron ese paso de verdad? Yo no diré que lo hice porque mentiría. Aún hay mil letras que esperan por mí, olvidadas, sin que me decida a hacer nada con ellas.

Quejarme me quejé muchísimo. Esa es una de mis grandes especialidades. Tal vez es una de las cosas que mejor se me dé. Me quejo, casi por deporte, de todo y de todos. Siempre me propongo no hacerlo, digo que aprenderé a ser más tolerante pero es pura mentira: me desespero, siempre, y sale ese yo arrogante que tanto me desespera y odio por momentos pero en otros, sí, me hace sonreír. La soberbia es mala y dañina pero, en ocasiones, entretiene.

Por entretenerme hice de todo. Como siempre, cual si fuera mi sino, me entretuve más de lo que manda la razón. Y no, no intenté -seriamente- evitarlo. Perdí tiempo, demasiado, en asuntos que no debían merecer tanta atención. Por perder, destiné momentos a personas que al final ni siquiera terminaron mereciéndolos. Pero, ¿qué es la vida sino una serie de errores que nos obligan a crecer? Como siempre, no hay manera de que un año pase y nos quedemos indemnes.

Sé que a estas alturas hay mucha gente pensando en todo lo vivido. Yo empaqué la mayoría de los instantes, buenos y malos, hace bastante rato. Cada uno está donde debe estarlo y, aunque muchos quedaron en ese apartado de nunca jamás o al menos es lo que espero, todos están a resguardo: quedaron, de forma definitiva, en el 2012.

Mañana comienza un nuevo año. Yo no he hecho listas de propósitos ni deseos. No diré que haré o dejaré de hacer tal o cual cosa. El día a día determinará qué haga y qué no. Las metas, aunque saludables, no sirven de nada si son pronósticos huecos que se quedan en una lista y no pasan de ahí. Vale más hacer, de veras, que proponer. Pero ni hacer me propondré... todo irá saliendo paso a paso, como tiene que ser.

Sé que cada uno es libre de elegir sus batallas o de decidir no librar ninguna. Como siempre, sólo espero que decidan lo que decidan hagan lo único que todos debemos hacer: ayudar a los demás y, en caso de no hacer nada, al menos no estorbar. Por lo demás, sean todo lo felices que puedan, despójense de los prejuicios y hagan lo que de verdad les dé la gana. La vida es muy corta para andarse con sandeces y pendejadas. Vivan y dejen vivir. Eso es lo único que sí deben hacer. Den lo mejor de sí mismos y sean tan libres como puedan. Así el 2013 será todo lo que tiene que ser. Y olviden... no olviden olvidar. Sobre todo, aquello que en el 2012 les hizo mal. Un fuerte abrazo y feliz 2013.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Porque es el momento de decir...

Hoy tengo deseos de hablar. Son muchas las cosas que he callado por diferencias, casi inexplicables, con gente a la que al final quiero lo suficiente como para no dañar. Ultimamente, lo confieso, me he perdido tanto que son demasiadas las cosas que no entiendo.

No sé si es que las acusaciones, las intrigas o las dudas se han cebado sobre todos nosotros y al final hemos terminado dudando todos de todos. Por momentos veo sombras, adivino incertidumbres y llego a las más absurdas conclusiones. Puede que algunas teorías sean erradas. Otras, no. Pero al final, ¿qué es lo que importa?

Tras debatirme entre el sí y el no desde hace tiempo, al final quedé en una especie de limbo que termina siendo muy cómodo: estás con todos y con nadie; la tranquilidad te invade, a resumidas cuentas, porque es tomar y no tomar posición. Nadie puede dar por sentado que estás o te has ido porque al final dices sin decir.

En esos andares medio enredados me la he pasado. He cuestionado, en un ejercicio casi de exorcismo que no me ha llevado a ningún lugar, a muchos de los que hacen y deshacen, así como también a los que no hacen nada.

La mayoría de mis elucubraciones, afortunadamente, no ha salido a la luz. De hacerlo, pensarían cosas peores de las que ya han pensado sobre mí. Dirían más, mucho más, de todo lo que han llegado a murmurar.

Aunque los ataques me dan igual, y de hecho ya los recibo casi con una sonrisa porque entendí que no vale la pena amargarse por nadie y que siempre habrá alguien que te cuestione -no importa lo que hagas-, decidí callar porque no me interesaba gastar energías en algo que no valía la pena. Tampoco quería que otros lo hicieran. Me senté. Como observadora plena, son tomar partido en un ningún sentido, esperé a ver qué traería el barco.

Es pronto para saber qué traerá a ciencia cierta. Son muchas las interrogantes que han quedado en el aire. Sin embargo, hay algo que me queda muy claro: sin importar las razones y, aunque puede haber intereses y mezquindades detrás, siempre preferiré estar del lado de los que dicen basta ya.

A pesar de que hay muchas cosas que no comparto, y que me hacen ver las cosas de forma diferente, creo en el reclamo como fórmula de mostrar nuestro descontento ante el "orden" actual de las cosas.

Ojalá que todo esto sirva para que mañana tengamos un país distinto. Que las sinrazones y diferencias nos sirvan para obligarnos a hacer las cosas mejor y a entender que la lucha debe tener menos de protagonismo y más de perdurabilidad.

Hoy es un gran día para sentarnos a pensar en todo lo hecho y por hacer. En enmendar errores y seguir de otra manera. También es el instante para convencernos de que hay que continuar. Hagamos de este país algo mucho mejor. Comencemos por hacerlo con nosotros mismos, siendo sinceros, correctos, dignos... un espejo de todo lo que exigimos. Prediquemos con el ejemplo. Seamos lo que queremos de los demás. Cambiándonos, cambiaremos la sociedad y tendremos una voz mucho más autorizada para reclamar.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Mientras la vida pasa, el Congreso nos penalizará

De repente ya no sabemos hacia dónde mirar. El circo se hace cada vez más grande y República Dominicana muestra que es cualquier cosa menos un país. Tal vez aspira a sitio pero, ante el desorden y la confusión que reinan, terminará siendo una batalla campal.

Los hechos de la última semana no pueden más que preocupar. Se aprueba una reforma fiscal a la carrera y en unos cuantos minutos, la gente va en masa a reclamar por ello y, al final, sale a dar las explicaciones el expresidente Leonel Fernández mientras el presidente Danilo Medina decide callar porque, después de todo, el lío lo encontró (aún esperamos que nos explique la situación real).

Mientras eso sucede vemos que la indignación llega a un punto tal que la vida parecería centrarse en la caza de Leonel Fernández. Al mismo tiempo, saltan sus acólitos a defenderlo con frenesí.

En otra esquina, mientras la mayoría se divide en atacar o justificar a Leonel, el Congreso Nacional discute una modificación del Código Penal que es todo lo lesiva posible a la libertad de expresión y a los derechos de la mujer.

Aunque en torno a la penalización de los delitos de prensa parece haber cierto consenso para cambiar el proyecto, poco se dice respecto al tema de las mujeres, a pesar de que se eliminaría la sanción a la violencia de género y se consideraría que la violencia intrafamiliar sólo es grave si muere la víctima o le causa incapacidad permanente o por más de 90 días.

El Código también reduce la pena al acoso sexual, encubre una violación sexual a una menor de edad, sanciona el feminicidio sólo cuando es cometido por la pareja o el ex y sanciona la interrupción del embarazo en todas las circunstancias. Con esto el Congreso aniquilaría nuestros derechos. ¿Lo permitiremos?

martes, 13 de noviembre de 2012

Cómo Leonel justificó el déficit...

Discurso sobre Reforma Fiscal
Compañeros miembros del Comité Político y del Comité Central del Partido de la Liberación Dominicana;
Pueblo Dominicano:
Es esta, la primera vez que tengo el honor y el privilegio de dirigirme a ustedes luego de la culminación del pasado período constitucional, y de haber asumido la Presidencia de la República, el compañero y amigo, licenciado Danilo Medina.
Habría sido mi deseo, por estos tiempos, permanecer en un segundo plano, al margen del debate nacional, y sólo limitarme, en mi calidad de Presidente del Partido de la Liberación Dominicana, a estimular y apoyar las medidas de las actuales autoridades gubernamentales encaminadas a promover el progreso y el bienestar de nuestro pueblo.
Sin embargo, la manera sinuosa en que desde cierta parcela de la opinión pública nacional se ha venido abordando el tema relativo a la reforma fiscal, recientemente convertida en ley, me impulsa a formular algunas aclaraciones que espero contribuyan a despejar confusiones en determinados ámbitos de la sociedad dominicana.
Estoy consciente del legítimo derecho que asiste a cualquier ciudadano o ciudadana de albergar alguna preocupación, dudas, temores o interrogantes en torno a la referida reforma fiscal, pero sobre ese particular, lo primero que quisiera empezar por decir es que la idea de una reforma fiscal no surgió al azar, de manera imprevista o sorpresiva, sino que fue parte de las consultas, del diálogo y del esfuerzo de concertación que durante dos años se realizó con distintos sectores de la vida nacional en relación con la Estrategia Nacional de Desarrollo.
En esa estrategia, inclusive, se acordó suscribir un acuerdo o pacto con respecto a tres áreas sensitivas del país: la educación, el sector eléctrico y el sistema fiscal.
Tal como lo recuerda el primer considerando de la recién aprobada Ley de Reforma Fiscal, en enero de este año 2012 fue promulgada la ley No. 1-12, que consigna la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030, y en la misma se indica “La necesidad de que las fuerzas políticas, económicas y sociales arriben a un pacto fiscal orientado a financiar el desarrollo sostenible y garantizar la sostenibilidad fiscal a largo plazo, mediante el apoyo sostenido a un proceso de reestructuración fiscal integral.”
En el artículo 36 de la referida ley de Estrategia Nacional de Desarrollo se precisa, entre otros elementos, que “El pacto fiscal implicará que en un plazo no mayor de tres años, se habrá iniciado un proceso orientado a elevar la presión tributaria para viabilizar el logro de los objetivos de desarrollo sostenible formulados en esta Estrategia Nacional de Desarrollo 2030.”
Es decir, en la Estrategia Nacional de Desarrollo ya se hablaba de un pacto fiscal, orientado, entre otros factores, a elevar la presión tributaria.
Por su parte, en un informe del Fondo Monetario Internacional, de fecha 13 de diciembre del 2011, bajo el título de, Medidas Tributarias para el Ajuste Fiscal, se indica que:
“Las autoridades dominicanas y el FMI estimaron en septiembre del 2011 que será necesario implementar medidas de ajuste equivalentes a 3.5 por ciento del PIB…”
Más adelante, el informe del organismo crediticio internacional decía que: “Este es el tercer año consecutivo en que la República Dominicana tendrá que producir un paquete tributario cuyo objetivo es reforzar sus ingresos.”
Por su lado, cinco días antes de la celebración de las elecciones presidenciales, esto es, el 15 de mayo de este año, en declaraciones ofrecidas al periódico Hoy, el Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP), planteó la búsqueda de una reforma fiscal integral, no de un parche tributario, como denominó a las reformas previas.
El CONEP consideró necesario, también, un análisis profundo del sistema tributario y de gastos administrativos del país, y de cómo devolver competitividad a los sectores productivos.
Finalmente, reiteró su compromiso de trabajar con el próximo Gobierno para que la reforma fiscal integral sea una realidad.
Como puede observarse, desde hacía tiempo venía debatiéndose en el país la necesidad de suscribir un pacto fiscal que estuviese dirigido a la realización de una reforma fiscal integral, que implica, entre otras cosas, como se ha dicho, el incremento de la presión tributaria o fiscal.
Es con ese incremento de la presión fiscal como se haría posible cumplir con los compromisos de la Estrategia Nacional de Desarrollo en favor, por ejemplo, de la educación, la salud, la seguridad social, la seguridad ciudadana, el sector agrícola y las medianas y pequeñas empresas.
El rechazo de algunos sectores a las llamadas “reformas de parche” se debe al hecho de que desde el año 2000 a la actualidad se han elaborado nueve reformas fiscales, y el resultado ha sido que en el 2000, la presión fiscal fue de 12.5 por ciento del PIB, y en el 2011, de 12.7 por ciento del PIB.
Dicho con otras palabras, durante diez años se implementaron 9 reformas fiscales y la presión tributaria con respecto al Producto Interno Bruto quedó prácticamente estancada.
De igual manera, es preciso recordar que como resultado de la apertura de nuestra economía y de la suscripción de acuerdos de libre comercio, como el RD-CAFTA y el de Asociación Económica con la Unión Europea (EPA), la estructura tributaria del país se modificó de manera radical.
En lugar de depender de los impuestos provenientes del comercio exterior, cobrados en Aduanas, como siempre había sido, se traspasó a Impuestos Internos la responsabilidad de ser el principal ente de recaudación fiscal del país.
De esa manera, las recaudaciones aduanales, que en el año 2000 constituían el 34.8 por ciento de los ingresos totales del gobierno, pasaron a representar solamente el 8.2 por ciento en el 2011.
En ese cambio de la estructura tributaria nacional, de impuestos aduanales a impuestos internos, la compensación entre un tipo de tributo y otro nunca se produjo en la forma en que inicialmente había sido concebida.
Más aún, debido a la aplicación de varias de leyes de incentivos y concesiones tributarias, dirigidas, fundamentalmente, a promover el crecimiento económico, la productividad y el empleo, se generó también, aunque de manera involuntaria, un debilitamiento de la presión fiscal.
En el año 2007, en el punto máximo de recaudación de nuestra historia financiera moderna, la presión fiscal llegó a alcanzar 16 por ciento del PIB. Pero desde entonces hasta la fecha ha habido una disminución de 3.3 por ciento, lo que nos coloca en estos momentos, en tan sólo 12.7 por ciento del PIB.
Ese es el problema fundamental del sistema fiscal de la República Dominicana. El hecho de que sea uno de los países con más bajo nivel de recaudación de la riqueza nacional, no sólo de América Latina, sino del mundo.
En Brasil, la presión fiscal es de 35 por ciento. En Argentina, de 30 por ciento. En Jamaica, es de 24 por ciento. En Uruguay, de 23.2. En Nicaragua, de 22 por ciento. En Bolivia, 22.6, y en Chile, de 21.6.
En los Estados Unidos, la presión fiscal es de 28.2 por ciento.
En Europa, donde después de la Segunda Guerra Mundial se erigió el denominado Estado Benefactor, de orientación ideológica socialdemócrata, la brecha de la presión fiscal con respecto a nosotros es aún mayor.
En Suecia, por ejemplo, la presión fiscal es de 49 por ciento. En Finlandia, de 46 por ciento. En Francia es de 44 por ciento. En el Reino Unido, de 42 por ciento. En España, de 39 por ciento. En Italia, de 41 por ciento.
Eso fue lo que hicieron los partidos socialdemócratas europeos en el poder, y que parecen olvidar sus aliados criollos. Crear un Estado fiscalmente fuerte para enfrentar con políticas redistributivas y sentido de equidad, las demandas sociales de la población.
Pero, hasta en África, el continente con menor desarrollo del planeta, el promedio de presión fiscal ronda el 20.1 por ciento.
Aquí, en la República Dominicana, repito, es de tan sólo 12.7 por ciento, el más bajo de América Latina, con excepción de Haití; y así, con un Estado fiscalmente pobre, débil, no puede producirse el nivel de desarrollo, de progreso y bienestar que anhelamos para nuestra sociedad.
Por esa razón, desde hace varios años las fuerzas vivas de la nación han estado reclamando la realización de una reforma fiscal integral.
Ahora bien, si durante varios años, y más recientemente, hasta antes de las pasadas elecciones presidenciales, el debate en torno a la reforma fiscal giraba alrededor de la ejecución de una reforma integral que contemplase el incremento de la presión fiscal con respecto al Producto Interno Bruto, ¿cómo fue que en la opinión pública nacional se tejió la idea de que la reforma fiscal era la consecuencia del déficit fiscal proyectado para este año 2012?
En adición, ¿de dónde se extrae la peregrina tesis de que un déficit fiscal equivale a un fraude fiscal, y por consiguiente, a un delito que merece ser perseguido por la vía judicial?
Cuando observamos el panorama económico mundial, nos damos cuenta que ese, precisamente, es uno de los problemas que con mayor intensidad afecta, inclusive, a las economías de mayor desarrollo.
En el Reino Unido, por ejemplo, el déficit fiscal fue en el 2009, de 10.4 por ciento del PIB; en el 2010, de 9.4 por ciento; y en el 2011, de 9.8 por ciento.
En Japón, el déficit fiscal, en el 2009, fue de 11.2 por ciento; en el 2010, de 9.4 por ciento; y en el 2011, de 9.8 por ciento.
En España, el déficit fiscal fue de 10.2 por ciento en el 2009; de 9.4 por ciento en el 2010; y de 8.9 por ciento en el 2011.
En los Estados Unidos, el déficit en el 2009 fue de 8.9 por ciento; en el 2010, de 7.8 por ciento; y en el 2011, de 6.6 por ciento.
En ese país, que constituye la más importante economía del mundo, se estima que si no se aumentan los impuestos, se dejan sin efecto los recortes fiscales realizados por el presidente George W. Bush y no se aumenta el techo de la deuda, a más tardar para el mes de enero del año próximo, es decir, el 2013, Estados Unidos caerá en lo que se ha denominado, un precipicio fiscal.
¡Imagínense ustedes, la mayor economía del mundo, en peligro de caer, no en un hoyo, sino en un precipicio fiscal.!
Sin embargo, como en ese país se respeta la opinión pública y la misma no puede ser manipulada de manera antojadiza, sin consecuencias, a nadie se le ocurre la descabellada insensatez de considerar que un déficit fiscal sea sinónimo de fraude fiscal, y por lo tanto, de delito.
Eso sólo sería el engendro de un cerebro más orientado hacia la calumnia que a la razón, a la manipulación que a la verdad, y a un alma tenebrosa corroída por bajas pasiones.
Un déficit fiscal se refiere al hecho de que en el transcurso de la ejecución del presupuesto de un año, el total de gastos excede el de los ingresos.
Pero resulta que eso ocurre generalmente en casi todos los países del mundo, año tras año, como acabamos de ver, y de lo que se trata, más bien, es de establecer un límite, o tope, para que resulte manejable.
Ahora mismo, en medio de la gran crisis de la Eurozona, lo que Alemania ha sugerido es que se suscriba un pacto entre los países miembros de la región para que el déficit fiscal no exceda del tres por ciento del Producto Interno Bruto.
No se dice, sin embargo, que se elimine, de una vez por todas, el déficit fiscal, y esto así, porque en todas partes del mundo, salvo algunas personas aquí, se reconoce y se comprende que el déficit no es nada nefasto ni pecaminoso, sino, simple y llanamente, una forma de financiar una necesidad que se tiene en un momento determinado sin contar con los recursos suficientes para satisfacerla.
Cuando alguien compra “fiao” o con una tarjeta de crédito, de hecho está asumiendo un déficit que luego se financia con el pago de una deuda.
En la República Dominicana, en el 2009, el déficit del sector público consolidado, que abarca el Gobierno Central, las instituciones autónomas y descentralizadas, las empresas públicas y el sector público financiero, fue de 4.2 por ciento del PIB; en el 2010, de 4.3 por ciento; en el 2011, de 4.7 por ciento; y para este año, 2012, se proyecta en 7.8 por ciento del PIB.
Esa proyección de 7.8 por ciento del PIB, como déficit fiscal para el 2012, que equivale, según las cifras proyectadas, a 187 mil millones de pesos, ha generado inquietud en distintos sectores de la vida nacional, y por tal motivo requiere de una clara explicación, como bien lo merece el pueblo dominicano.
En tal virtud, es preciso indicar que en el presupuesto original para este año 2012, se contempló que el Gobierno Central, excluyendo los pagos a la Corporación Dominicana de Electricidad y la recapitalización del Banco Central, tendría un superávit de 12 mil millones de pesos, semejante a 0.5 por ciento del PIB.
Sin embargo, no resultó así. En lugar del referido superávit, lo que se ha producido es un déficit del Gobierno Central de 78 mil 700 millones de pesos, lo que equivale al 3.4 por ciento del PIB.
¿Qué pasó? ¿Despilfarró el gobierno ese dinero? ¿Lo utilizó de manera imprudente e irresponsable?
Nada de eso. Lo que ocurrió, primero, fue que tal como se desprende del documento del Staff Report del FMI, en la tabla denominada, República Dominicana, Programa Fiscal, como porcentaje del PIB, se estableció la proyección de que el país tendría, para este año, 2012, recaudaciones totales ascendentes a 360 mil millones de pesos.
La realidad, sin embargo, por lo que se proyecta, es que no será así, y que por lo tanto, este año terminaremos con ingresos inferiores a los 320 mil millones de pesos.
¿Qué significa eso?
Significa que hay 40 mil millones de pesos menos que simplemente no ingresarán al Gobierno dominicano, y que, por consiguiente, forman parte del déficit, fruto de la caída que se ha experimentado en la recaudación fiscal del Estado dominicano.
En segundo lugar, se estimó que la Corporación Dominicana de Electricidad tendría un déficit, este año, de 270 millones de dólares, o lo que es igual, de 11 mil millones de pesos.
No obstante, viene a suceder que el déficit del sector eléctrico ya no será por esa cantidad, sino por 1 mil 270 millones de dólares, igual a 51 mil millones de pesos.
En tercer lugar, el Banco Central, a pesar de haber sido dirigido, durante varios años, con gran destreza y habilidad por su Gobernador, el licenciado Héctor Valdez Albizu, todavía, como consecuencia de la crisis financiera del 2003-2004, requiere ser recapitalizado cada año con recursos provenientes de las recaudaciones fiscales y mediante la emisión de certificados de depósito que realiza la propia institución bancaria.
Esa crisis financiera del 2003-2004, origina un déficit, sólo para este año, del sector público consolidado, de más de 49 mil millones de pesos.
De manera que, como puede apreciarse, en tres renglones nada más, en los recursos que no ingresarán, el aumento del subsidio al sector eléctrico y en la recapitalización del Banco Central, hay 141 mil millones de pesos del déficit fiscal.
Eso equivale a decir, entonces, que de los 187 mil millones de pesos que se estima sería el déficit del sector público consolidado para este año, hay 141 mil millones que ya sabemos no estaban bajo el control del Gobierno Central.
Y con el resto, ¿qué ha pasado? ¿Dónde están los 46 mil millones de pesos restantes? ¿Desaparecieron por arte de magia?
Tampoco. Se invirtieron en proyectos y en áreas institucionales previstas en el presupuesto y aprobadas por el Congreso Nacional.
Por ejemplo, los programas sociales, tales como Tarjetas de Solidaridad, el incremento del número de afiliados al seguro social a través de SENASA, los Comedores Económicos y el Plan Social, requirieron más de 1 mil 500 millones de pesos, en adición a los originalmente presupuestado.
El aumento salarial a los militares y policías, así como de las pensiones, a principios de año, significó más de 2 mil millones de pesos.
Los aportes al Plan de Jubilación del Gobierno, en sentido general, también recibieron recursos adicionales, por unos 2 mil millones de pesos.
El Congreso requirió 300 millones de pesos suplementarios. La Suprema Corte de Justicia, 390 millones. La Junta Central Electoral, 300 millones. El Tribunal Constitucional, 250 millones de pesos. El Tribunal Superior Electoral, 100 millones.
A la Universidad Autónoma de Santo Domingo se le asignaron 543 millones de pesos, en adición a su presupuesto original.
El costo de la pignoración y el subsidio a la exportación de la sobreproducción de arroz, ascendió a 1 mil 400 millones de pesos.
La no transferencia al usuario de los altos precios de los combustibles, tuvo un costo fiscal de más de 6 mil millones de pesos.
Todo eso sumado excede los 15 mil millones de pesos, que el Gobierno ejecutó en programas y asignaciones contemplados en el presupuesto del 2012, aprobado por el Congreso.
Al sumarse 141 mil millones de pesos de los recursos que no ingresarán, el subsidio al sector eléctrico, la recapitalización del Banco Central y los 15 mil millones de pesos a los que acabamos de hacer referencia, el resultado es de 156 mil millones de pesos.
Pero el Gobierno invirtió también más de 30 mil millones de pesos en proyectos de infraestructuras, que fueron reclamados por las poblaciones de las distintas comunidades como parte de sus planes de desarrollo local, y que fueron contemplados, de igual manera, en el presupuesto del 2012.
Entre esos proyectos se encuentran los avances para la culminación de la segunda línea del Metro de Santo Domingo; la segunda etapa de la carretera Santo Domingo-Samaná; la carretera El Río-Jarabacoa; la Autopista del Coral; el Corredor Duarte; la carretera Dajabón-Monte Cristi; la carretera Higuey-Nisibón; la carretera Mao-Santiago Rodríguez; la carretera Pedernales-Aguas Negras; la carretera Barahona-Neyba; la carretera Isabela-Estero Hondo-La Playa, en Puerto Plata; la carretera Barranca-Maguey-Cayetano Germosén, en la provincia Espaillat; la carretera La Guásuma-La Bajada-La Cueva-Los Brasitos, en la provincia Duarte.
Igualmente, se construyeron los puentes de Baitoa, en Santiago; Masipedro, en Bonao; y los de Bajabonico, Imbert; Unijica, y Mango de Yásica, en Puerto Plata.
Se realizó la construcción, equipamiento y amueblamiento de la Torre Tecnológica y de la Torre Administrativa de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. De igual manera, la construcción del Comedor Universitario y la remodelación de las facultades de Ingeniería y Ciencias Jurídicas de la UASD.
Una obra destinada a cambiar la naturaleza de la educación superior, edificada en el 2012, fue el Instituto Técnico Superior, ITESCO.
Se construyeron obras deportivas, religiosas, recreativas y comunitarias.
Se remodeló y amplió la Biblioteca Nacional. Se construyeron las bibliotecas de Bonao y Maimón. Se construyó el Auditorio Centro Juvenil de La Romana, el Centro Cultural de San Juan, la Biblioteca Municipal de Hato Mayor, entre otras obras culturales.
Con respecto al sector salud, durante el 2012, se construyeron e inauguraron, en la Ciudad de la Salud, el Hospital Materno-Infantil, Dr. Reinaldo Almánzar, el Hospital Pediátrico, Dr. Hugo Mendoza y las nuevas instalaciones de PROMESE.
Se construyó el Hospital Público de Monte Plata; el de Hato del Yaque y Hospital de Baitoa, en Santiago de los Caballeros; el Centro Regional Diagnóstico por Imágenes, Dr. Francisco Gonzalvo, en La Romana; el Hospital Juan Pablo Pina, en San Cristóbal; el Hospital Público de Partido, en Dajabón; la remodelación del Hospital Toribio Bencosme de Moca, la del Hospital Padre Billini y la del Materno-Infantil San Lorenzo de Los Mina.
Una obra que representa una profunda transformación del sistema de salud en la República Dominicana fue igualmente inaugurada en el 2012. Se trata del Instituto Nacional del Cáncer, Dra. Rosa Emilia Tavares, la cual ha recibido el merecido elogio por parte de la comunidad médica, tanto nacional como internacional.
Se inauguraron centenares de escuelas en todo el territorio nacional, en tiempo record. Se construyeron más de 3 mil 300 unidades habitacionales en todo el país. Se ejecutaron 36 proyectos de construcción de acueductos, así como 50 adicionales de mejoramiento, rehabilitación y extensión de redes y plantas de tratamiento de aguas residuales.
Se terminó el Merca Santo Domingo.
Y se ejecutó el Tercer Plan Nacional de Asfaltado, el cual abarcó 1 mil 500 kilómetros de calles y avenidas en todo el territorio nacional.
Por la cantidad de obras y proyectos al alcance de la vista de todos, en todo el ámbito nacional, podrá advertirse que el déficit fiscal proyectado para el 2012 no es ni un fraude ni un delito.
Es la ejecución de una inmensa y memorable obra de gobierno, de la cual, como dominicanos, deberíamos, sin mezquindad alguna, sentirnos orgullosos, realizada en medio de la más profunda crisis económica mundial de los últimos años, y bajo las precariedades y limitaciones de uno de los Estados más débiles del mundo en términos de recaudación fiscal.
Comprendo que podamos preocuparnos, de manera genuina y auténtica, por el déficit fiscal, en razón de las implicaciones que pueda tener con respecto a la sostenibilidad de la deuda.
Y aunque con respecto a la deuda, siempre hay que ser prudentes y cautelosos, cabe señalar que en estos momentos la mayor parte de nuestra deuda es con los organismos multilaterales, como el BID, el Banco Mundial, la Agencia Francesa para el Desarrollo, el BNDES, de Brasil, y la Corporación Andina de Fomento.
Esas instituciones financian proyectos de desarrollo social a largo plazo y con bajas tasas de interés, como también resulta ser el caso del programa de Petro Caribe, que se asume a 25 años, con un plazo de gracia de dos y una tasa de interés de 1 por ciento.
Para que se tenga una idea de la forma responsable en que el Gobierno dominicano manejó la deuda externa, conviene poner de relieve lo establecido por JP Morgan, uno de los más grandes y prestigiosos bancos de inversión del mundo, cuando en su nota de coyuntura sobre nuestro país, de la semana pasada, declaró que el nivel de deuda del Gobierno dominicano terminará en el 2012 bastante moderado en relación al resto de América Latina.
Eso quiere decir, que para los mercados financieros internacionales, la deuda de la República Dominicana, no sólo no es una preocupación sino que está bien calificada.
Así lo perciben los inversionistas de grandes capitales del mundo, cuando compran y venden bonos del país a tasas por debajo del 5 por ciento, según se establece en el portal noticioso de negocios, Bloomberg, lo que es inferior a las que habíamos alcanzado en todas nuestras transacciones financieras previas.
Con la reciente aprobación de la Ley de Reforma Fiscal, a lo que el Presidente Danilo Medina aspira, para poder cumplir con sus promesas de política social, es que para el 2013 podamos recuperar los ingresos dejados de percibir durante este año; y así, continuar avanzando por senderos de prosperidad y desarrollo social.
Pero, desafortunadamente, hay en el país fuerzas políticas que aunque por su tradición ideológica deberían favorecer un Estado fuerte, se oponen, formulando alegatos que más bien caen en el campo de la manipulación, la calumnia, el infundio y la maledicencia.
Pero como ocurre siempre en la historia de los pueblos, la calumnia no pasará. La mentira se desplomará; y la vileza y la infamia no encontrarán terreno fértil donde germinar.
Por el contrario, la verdad resplandecerá. La razón se impondrá. La decencia y el respeto predominarán; y el sentido de dignidad, de decoro y de amor por Dios, el Todopoderoso, iluminará nuestro camino hacia la conquista de nuevas metas de paz, de progreso y felicidad para el pueblo dominicano.
¡Qué viva la República Dominicana!
¡E´Pa´lante Que Vamos!
Muchas gracias.
Buenas noches.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Y no, no fue por la imagen

Tal sea sensible, sensiblera o tonta. Puede que, incluso, las tres cosas. No me importa reconocer que, en algunos momentos, brinco como resorte y me ofendo, de veras, por cosas que debería pasar por alto.

Muchas veces me han dicho que, por aquello de que mi trabajo está expuesto, debo aprender a tomar y dejar. Que nada debe afectarme y que debo soltar, sí, para que las cosas no me afecten en lo personal.

Pasa que no puedo. Hay cosas que son imposibles de tolerar. Me pueden insultar, decirme hija de puta... todo eso me vale. El que me acusen de mentir, sin embargo, no lo sé manejar. ¿Saben por qué? Porque no sé mentir. Siempre, aunque me ha causado mil problemas, he sido directa y frontal: prefiero morir con la verdad que salvarme con una mentira.

Sé que no me han causado directamente. Nadie ha dicho Marien. Tampoco es que me haya dado por aludida en términos personales. Sin embargo, algo se encendió dentro de mí cuando leí, en Twitter, lo siguiente: "los medios masivos están controlados por el status-quo!!! Miren quien dice la verdad ahora!!! ----->"... acto seguido, la foto que acompaña estas líneas.

Mi desahogo fue instantáneo. Si la frase me molestó, porque trabajo en un medio masivo, más aún los RT que siguieron a continuación: parecía como si una especie de fiesta febril se hubiese desatado contra los medios, esos mismos a los que los convocantes a las protestas viven mencionando y mandándoles notas de prensa con una insistencia, por momentos, casi enfermiza.

Puede que les moleste aún más lo que estoy diciendo ahora. Me da igual. Yo necesito desahogarme y lo haré. Siempre llega el momento en el que es de rigor. ¿Por qué me molesta que nos acusen de no decir la verdad? Porque, en algunos casos (ojo, digo algunos) lo que les disgusta -a quienes acusan- no es lo que se diga o no, sino el nivel o grado de exposición. Hasta el momento, a ojos visto, lo que ha molestado a unos tantos es el tamaño de las notas y/o el que se hable o no de las protestas. Hay otro caso en el que se acusa directamente de mentir, a raíz de su defensa del expresidente Leonel Fernández, pero no ahondaré en ese tema porque no soy nadie para cuestionar al vecino. Hablo por mí, simplemente.

Ultimamente son muchas las presiones que tenemos. Y no es, contrario a lo que piensan, de nadie que nos dice pongan o dejen de poner: es el espacio, ese gran enemigo, el que conspira muchas veces. Amén de esto, todas las protestas, en la dimensión que fuere, han estado ahí. La mayoría de los medios las han cubierto e, incluso, algunos se han pasado todo el día publicando en las páginas digitales lo que acontecía (incluido el Hoy). Por otro lado, es importante resaltar que han sido bastantes y varias las protestas. El que en algún momento se haya dejado de cubrir alguna, o no se haya cubierto a la "altura" de quien convoca no es como para hacer de los medios en general leña que hay que echar a arder.

Sé que los ánimos están muy caldeados y hay demasiada indignación por todo lo que está pasando. Es injusto que tengamos que pagar el déficit que dejó Leonel y que el Gobierno no reduzca sus gastos. También, sin embargo, es mezquino decir que los medios masivos ocultan la verdad. Revisen TL's, pulgadas, páginas digitales y verán que no es así. Que la rabia no les haga cebarse contra quienes, más que enemigos, han sido siempre los aliados de los movimientos sociales. Sin los medios, por más que se proteste, el mensaje no llega igual. Que esto no se vea como amenaza ni nada que se le parezca. No mezclo lo personal con lo laboral. Digo esto sólo para que se entienda por qué me incomodé hace unas horas. No es ñoñería, como leí en el TL: es que uno se cansa de que siempre, ante cualquier cosa, le echen la culpa/responsabilidad a la prensa. En estos días he visto tanto insulto que, tal vez, por eso terminé estallando. Es cuanto. Un abrazo.

jueves, 11 de octubre de 2012

Del lujo al error... una historia que se repite siempre

Cada una es peor que la anterior. Página a página uno siente cómo aumenta la indignación, a golpe de unas letras que a veces suenan inconexas y que nos gritan que somos los perfectos idiotas llamados a aguantar lo que nos lo quieran imponer.

Cuarenta y ocho páginas de una condena que sabe a traición me valieron para confirmar, porque no quería creerlo, que la diferencia entre ellos y estos no es más que un barniz que pronto caerá.

Como siempre, cual si Leonel Fernández pululara por el Palacio Nacional, nos encontramos con una reforma fiscal (con un ampuloso y tan largo nombre que me lo ahorraré) que nos quiere gravar hasta el futuro, si es que llegamos a tenerlo. Pero, ¿y qué de los gastos del Gobierno? Como si de una querida se tratase, aún no sabemos los detalles.

Hasta ahora lo único que nos queda claro es que el Gobierno no sabe lo que tiene entre manos. Es por eso que, tras presentar el proyecto, ha terminado desmintiéndose: era tan abusivo lo que pretendían hacer que, al menos, sacaron algunos alimentos del listado de los que serán gravados. La mayoría, sin embargo, ahí está. Y es que comer, al menos razonablemente bien, es todo un lujo según el Gobierno.

Enumerar los productos que serán gravados duele. Tanto como el que graven el alquiler y el ahorro, haciendo aún más caro el vivir bajo techo y alejando más la posibilidad de tener uno propio.

Lo triste es que nos quiten dinero hasta del doble sueldo para cubrir los desaciertos y dispendios del Gobierno anterior. También para tapar el hoyo de la campaña. Pero hay que hacerlo en nombre de la Patria. Pero, ¿de cuál?

PD: Pongo la foto de unos garbanzos porque, tras la reforma, serán un producto de lujo.

domingo, 7 de octubre de 2012

Ese lujo al que le llaman comer...

Desde el jueves pasado estoy inquieta. De repente descubrí que cada día cometo el pecado de la humildad cuando me siento a la mesa. Mi ropa, demasiado normal, no está acorde con el lujo que me rodea.

No sé si salir a comprar una brillante boa de plumas color rosa (¿se verá mejor negra o, quizás, roja?), un vestido de lentejuelas, un esmoquin -el que tengo no ha de servirme, hace tiempo que no lo uso- o simplemente algunas blusas de seda que hagan juego con el decorado de mi comedor o, según lo que vaya a comer, con los platos que estén sobre la mesa.

Ahora sé, gracias al proyecto de reforma fiscal presentado por el Gobierno, que siempre he estado equivocada: aunque no lo había visto, el exceso me ha circundado toda la vida. Oh, de las lentejas que he comido, exentas de todo impuesto y pensando que eran lo más corriente del mundo.

La lista los artículos que comenzarán a pagar el Impuesto a la Transferencia de Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS) me ha golpeado en la cara. Es un grito al descontrol en el que todos hemos vivido: ¡si hasta el entrecijo ha de gravarse, cómo podemos sentir la conciencia tranquila! ¡Con cuánto dispendio hemos crecido!

Para comenzar, el Gobierno nos recuerda que comer cualquier tipo de pan que no sea de agua, sobado o baguette (normal, no integral) es un lujo, así como el cazabe y todo tipo de galletas (incluidos los conconetes, mantecados, "lengüitas" y masitas), turcos, arepas, pasteles, pastelitos, harinas... en fin, usted se imagina cualquier cosa que pueda encontrar en una panadería, por más simple que sea, y eso también pagará impuestos. Ay, ese gofio que de niños disfrutamos y tanto desperdiciamos.

Aunque yo no las consumo, porque no me gustan, ahora sé que cuando mis padres me querían obligar a comer maicena, harina de negrito o avena me estaban dando alimentos de excepción y yo, de ingrata, los maldecía. Hoy, sin embargo, sé que todos los cereales y sus derivados (salvo el arroz, al menos) son exquisitos comestibles.

Lo mismo se puede decir de los garbanzos, habas, arvejas o cualquier otra leguminosa, salvo las habichuelas y guandules, que son las únicas que se podrán comprar con exención fiscal.

Pero donde la puerca de verdad retuerce el rabo (oh, bueno, si hasta la puerca y el rabo son ahora "finolis") es con las vísceras. Como todos los animales (vivos) y las carnes ahora serán objeto de impuestos -sólo nos dan la opción de comer pollo, con todas sus partes, y las carnes corrientes de res y cerdo... para todo lo demás, existe Mastercard-, resulta que un mondongo, una tripita, un bofe, una lengua (de res, cerdo...), hígado, corazón, pata, riñón, asadura, hueso o hasta piltrafa ahora adquiere categoría de artículo de lujo.

Ni hablar de los jamones, chuletas, casi todos los quesos (se salvan el amarillo, el blanco corriente y el de freír), salchichas, pescados (menos la pica-pica, que esa prende, carajo), yogures, aceites... en fin que, a juzgar por el listado de los productos gravados en la "Propuesta para discusión Componente Fortalecimiento de la
Capacidad Recaudatoria del Estado para el Desarrollo Sostenido" (menudo título para una reforma impositiva), República Dominicana es un lugar donde sólo se puede comer la bandera nacional. Al terminar, no consuma café porque ese, si no lo sabe, también vendrá, además, con sus tasas incluidas.

Aunque me propuse poner acá todos los productos que serán objeto de impuestos, he de reconocer que me deprimí a un punto tal que decidí no seguir. Ya no sé si todo es broma o si el Gobierno enloqueció. Quizás es una treta para ver nuestra reacción y, al final, quitar estos impuestos y dejar todos los demás. Así, aunque sólo respetarían nuestro derecho a comer y nos meterán los enemas en todas las otras áreas, parecerá que nos hacen un favor.

Hoy confieso que me duele el bolsillo más que nunca. Y me duele porque es duro saber que tendré que pagar lo que se derrochó en la campaña electoral, así como lo que se robaron los que se autoliquidaron y pensionaron. Además lo que se ha quedado en las cuentas de ahorro, los proyectos de inversión y las oficinas personales de grandes funcionarios y ex funcionarios que hoy se pasean por la ciudad como grandes señores.

Lo peor es que mientras me dicen que tengo que ser tan idiota para dejar de comer por culpa del clientelismo, la politiquería y la corrupción, ninguno de los turpenes se ha rebajado su sueldo de lujo. Tampoco vemos que los legisladores hayan renunciado a sus barriles, cofres y exoneraciones.

Todo eso sucede a la par de que a mí me gravarán los ahorros, pagaré más por el alquiler, la gasolina será insorpotable y tendré que ver cómo penalizan hasta las vísceras de los animales.

Ah, pero al Gobierno no se le ocurre decir nada en torno a la reducción del gasto y sigue derrochando en el servicio exterior y en muchísimos empleos que no tienen cómo sustentar. No, es que para ellos no hay límites. ¿Asfixiar? Eso sólo nos toca a nosotros, los del Club de los Idiotas que no tenemos otra función que pagar. Honestamente, ¿permitiremos que nos jodan a este nivel?


PD: Como veran, dado el proyecto, una fritura de Villa Mella como la que ven en la foto (que encontré en la red) será un espacio de gran tributación.

viernes, 5 de octubre de 2012

Esa historia que se esconde tras el caso de Félix

Echados a dormir, como si al cerrar los ojos la realidad se esfumara, hemos pasado años ignorando todo lo importante. Por eso ahora, cuando comienzan a decirse en voz alta algunas de las cosas que decidimos no ver, hay quienes se resisten a creer que realmente son ciertas.

Como ejemplo vale el caso del senador Félix Bautista, archivado por la justicia sin darle más importancia que la de un papel barato a pesar de que durante su gestión al frente de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE) se erogaron RD$14 mil millones cuyo destino es bastante dudoso (hubo pagos y avances por RD$8 mil 469 millones y enmiendas a los presupuestos originales por RD$6 mil millones).

A pesar de que la duda está ahí, hay quienes no creen oportuno que el caso se ventile porque lo ven como un posible intento de querer sentar al ex presidente Leonel Fernández en el banquillo de los acusados.

Al escucharles uno se pregunta, ¿hay alguna razón por la que la justicia, si lo entendiera prudente, no puede citar a Leonel? ¿El que el ex presidente pudiera tener algo que ver nos obliga a eximirnos de saber qué hizo Bautista al frente de la OISOE? Sólo pensarlo es un desatino.

A estas alturas, en las que ser funcionario ha sido sinónimo de hacerse millonario, no es sólo a Félix Bautista que hay que investigar: demasiados patrimonios se han amasado sin que entendamos cómo. El verdadero obstáculo para indagarlo no es Leonel Fernández, estoy segura, sino la espiral que puede desatarse si investigan cada fortuna: todos son cuadros del PLD y el partido, no lo olviden, es Gobierno. Eso es todo.

martes, 25 de septiembre de 2012

Discurso pronunciado hoy por el presidente Danilo Medina ante la ONU

Excelentísimo Señor Vuk Jeremic,
Presidente del Sexagésimo Séptimo Período de Sesiones de la Asamblea General;

Excelentísimo Señor Ban Ki-Moon,
Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas;

Excelentísimos Señores y señoras Jefes de Estado y de Gobierno;

Excelentísimos Señores Embajadores;

Señores Ministros y demás Jefes de Delegaciones;

Damas y Caballeros:

Expresamos nuestra cálida felicitación al señor Vuk Jeremic, por su elección como Presidente del Sexagésimo Séptimo Período de Sesiones de la Asamblea General.

Asimismo, expresamos nuestro regocijo porque el debate general, en esta oportunidad esté dedicado a considerar entre otros temas la “promoción del crecimiento económico sostenido y del desarrollo sostenible de conformidad con las resoluciones pertinentes de la Asamblea General y las recientes conferencias de las Naciones Unidas”.

Desde que adoptamos la Declaración, los Objetivos y Metas de Desarrollo del Milenio, la imagen del desarrollo ha quedado vinculada a la reducción de la pobreza, y al desarrollo de capacidades y oportunidades para las poblaciones vulnerables.

La mayoría de nuestros países en desarrollo han logrado avances significativos, hasta que en el 2007 se inició la crisis financiera que afecta la economía mundial y amenaza con neutralizar los logros alcanzados.

Vivimos una época de crisis simultáneas. La crisis ecológica amenaza la mayoría de las plantas y animales, el calentamiento atmosférico amenaza las poblaciones costeras y países ubicados en pequeñas islas.

El crecimiento desordenado de las poblaciones amenaza superar la capacidad de renovación de nuestra naturaleza.

Asistimos a una crisis de los valores que tradicionalmente han ordenado el comportamiento de la humanidad.

La guerra y los conflictos armados amenazan el derecho a la diversidad cultural, ideológica y política, y a vivir en paz y con solidaridad.

Nosotros, los países en vías de desarrollo, no ocasionamos la crisis financiera mundial.

Esta crisis fue provocada por la falta de aplicación de regulaciones efectivas en el sistema financiero internacional, así como por la arrogancia, la codicia y el afán desenfrenado de acumulación de riquezas.

En el contexto de esta crisis han resurgido viejos debates sobre la mejor forma de afrontarla.

Si reduciendo la inversión y la protección social de las poblaciones, o por el contrario, reforzándola, convirtiendo las políticas anti cíclicas de inversión social, en la palanca para reanimar las economías, y también acerca de cómo medir la pobreza y el desarrollo y conocer el impacto social de las medidas adoptadas.

Si por el nivel promedio de ingresos o por la disminución de las desigualdades sociales y mejoramiento de la calidad de vida.

Los países del tercer mundo cuyas economías han tenido un mejor desempeño y mostrado menor vulnerabilidad en este contexto de crisis mundial, han sido aquellos que comprendieron oportunamente que invertir en la formación de capital humano, en el mejoramiento de la calidad de vida de sus poblaciones, es el mejor camino para reducir dicha vulnerabilidad y mantener el crecimiento económico.

Sr. Presidente,

La economía ha de estar al servicio de las personas, no al revés.

En este debate sobre el desarrollo, debemos reafirmar que como poblaciones y como gobernantes hemos aprendido, por vía de la experiencia muchas veces dolorosa, que la equidad y la sostenibilidad constituyen requisitos esenciales para asegurar un crecimiento económico sostenido y sostenible.

Hoy sabemos que no basta el crecimiento económico para reducir las inequidades sociales y mejorar la calidad de vida de las poblaciones, ni es correcto sacrificar nuestras poblaciones con la esperanza de que un crecimiento de la economía derramará eventualmente sus beneficios sobre todos, y reducirá las desigualdades sociales, expectativa que generalmente no se ha cumplido.

Por el contrario, la experiencia demuestra que mejorando la calidad de vida y reduciendo la pobreza y la exclusión social se puede estimular un crecimiento económico sano.

En un contexto de crisis e incertidumbre internacional, necesitamos reducir las desigualdades sociales nacionales e internacionales, incrementando además la cohesión social y fortaleciendo la gobernabilidad democrática.

También conocemos que el crecimiento económico que no considera los límites de la naturaleza y las necesidades de las próximas generaciones, conlleva el riesgo de un inminente colapso.

Necesitamos una revisión de las ideas sobre el desarrollo que han predominado en el sistema financiero internacional.

Equidad y sostenibilidad son dos caras de una misma moneda con la que debemos abonar al desarrollo humano.

Esta visión coincide con las declaraciones internacionales sobre desarrollo sostenible, como las de Estocolmo (1972), Río de Janeiro (1992) y Johannesburgo (2002), que promueven los tres pilares del desarrollo sostenible: equidad ambiental, equidad económica y equidad social.

Desarrollo implica proteger los sistemas ambientales, elevar la capacidad productiva de bienes y servicios, y reducir las desigualdades sociales elevando la calidad de vida de todos y todas, multiplicando las capacidades y oportunidades.

Señor Presidente,

Hoy somos más de 7,000 millones de personas las que habitamos el planeta.

El 43%, es decir unos 3,000 millones, son menores de 25 años.

Demandamos invertir para que nuestra juventud tenga las capacidades y las oportunidades para afrontar con creatividad las tareas y desafíos que caracterizan nuestras sociedades.

Durante muchos años, el desarrollo de los países ha sido evaluado por entidades financieras internacionales, utilizando como indicador alguna medida de la renta o de la producción nacional expresada en términos per cápita, con el que se identificaba el estado de bienestar material.

Nuestro país, la República Dominicana, con base en este tipo de mediciones, ha sido clasificado en los últimos años, como de ingreso Medio Alto.

Sin embargo, más de la tercera parte de nuestra ciudadanía se mantiene en condiciones de pobreza. Entonces, ¿cómo excluir a países como los nuestros de la ayuda al desarrollo?

Igualmente, para fines de comparación internacional, la pobreza ha sido medida con base al ingreso, considerando pobres aquellas familias que viven con menos de 2 dólares americanos diarios y en extrema pobreza con menos de 1.25 dólares por día, en ambos casos ajustados según el poder adquisitivo.

De acuerdo con estos criterios, se concluye que a nivel mundial unos 2,036 millones de personas son pobres, o sea, el 33% de la humanidad, y que la pobreza extrema habría descendido en al año 2005 a 1,400 millones de personas, estas mismas mediciones proyectan que para el año 2015 solo 883 millones vivirán en pobreza extrema.

El optimismo de estas mediciones internacionales no parece coincidir con la percepción de muchos de nuestros conciudadanos, quienes sienten que el crecimiento del Producto Interno Bruto no expresa sus carencias y desesperanzas.

Ni con el malestar de la juventud que aun habiendo elevado su nivel educativo no consigue un puesto de trabajo digno, ni oportunidades para impulsar sus ideas de negocios.

Esta discrepancia entre el optimismo de algunas mediciones internacionales y el malestar de nuestras calles, se puede entender por el uso de indicadores inadecuados para medir pobreza, desarrollo y bienestar.

Al menos en la República Dominicana, resulta difícil admitir que la calidad de vida y las oportunidades de mejorarla, de una persona con ingresos de 2 dólares diarios, o incluso con tres o cuatro dólares, difiera considerablemente de otra cuyo ingreso sea unos centavos menos.

La pobreza en una familia y en una comunidad es mucho más que la falta de ingresos con respecto a un umbral predeterminado, al igual que el desarrollo de un país, es mucho más que la magnitud de sus ingresos promedio.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) informó en 2010 que 81 millones de los 620 millones de jóvenes de 15 a 24 años de edad de todo el mundo, económicamente activos equivalente al 13% de ese grupo de edades, estaban desempleados el año anterior, debido mayormente a la crisis financiera y económica mundial.

Entre 2007 y 2009, la tasa mundial de desempleo de los jóvenes experimentó el mayor aumento jamás registrado: desde 11,9% hasta 13,0%.

Las mujeres jóvenes han tenido más dificultades que los jóvenes varones para encontrar trabajo.

Los resultados, en términos de salud, educación, mortalidad materna e infantil, muestran las limitaciones de este enfoque unilateral y extremadamente optimista, sobre la pobreza y el desarrollo.

No en vano algunos académicos han considerado que “estamos especulando con el destino de nuestro planeta mediante “juegos” en los que pocos agentes privados cosechan los beneficios y la sociedad paga las consecuencias. Un sistema que permite resultados como este, está destinado a administrar de manera incorrecta los riesgos”.

Las inversiones sociales en la educación, la salud y el empleo de los jóvenes pueden fundamentar una fuerte base económica, a fin de contrarrestar la transmisión de la pobreza de una generación a otra.

Al fortalecer las capacidades de los jóvenes se crean las condiciones para que obtengan mayores ingresos durante su lapso de actividad económica.

La manera como entendemos y medimos la pobreza se traduce en decisiones sobre políticas nacionales e internacionales.

Asumir que la pobreza y el subdesarrollo son expresión tan solo de ingresos familiares o promedios nacionales, ha conllevado a políticas sociales limitadas a la asignación o transferencia de recursos, para elevar temporalmente los ingresos de las familias empobrecidas por encima de la así llamada “línea de pobreza”, sacrificándose las posibilidades de desarrollar sistemas de servicios públicos más efectivos y con calidad, de carácter universal, que alcancen, como derecho, a quienes han sido tradicionalmente excluidos.

Ya Adam Smith, padre del liberalismo económico, en su definición de pobreza incluía aspectos sociales y culturales como “la capacidad de estar en público sin sentirse avergonzado”.

Más recientemente el premio nobel en economía Amartya Sen nos habla del Desarrollo como Libertad. En este sentido ampliar nuestro concepto de pobreza incorporando dimensiones participativas, de inclusión social, y de necesidades básicas insatisfechas, nos permitirá desarrollar respuestas más integrales y efectivas.

La pobreza es un fenómeno multidimensional, un sistema complejo de problemas que requiere un enfoque sistémico de soluciones que conduzcan a ampliar las capacidades, la libertad y las oportunidades, a quienes han sido tradicionalmente excluidos.

Las inversiones en el desarrollo de sistemas de educación y de salud con calidad universales, la protección social universal, el acceso a puestos de trabajo y a ambientes residenciales dignos, la seguridad personal y de los bienes, entre otras, constituyen elementos esenciales para ampliar las capacidades y oportunidades de las poblaciones empobrecidas.
Reducir la pobreza es la palanca básica para impulsar el crecimiento de la producción de bienes y servicios y desatar dinámicas espirales de crecimiento y desarrollo.

Medir el desarrollo de los países exclusivamente con base en la renta nacional per cápita, conduce a decisiones que impactan de manera negativa en nuestros esfuerzos de desarrollo.

Cuando un país es clasificado según estos criterios simples, se reducen los aportes de la cooperación internacional, y se tienden a dificultar o encarecer el acceso a préstamos, en la banca internacional.

Como países en desarrollo también necesitamos asumir nuestra cuota de responsabilidad.

A nivel interno debemos mejorar nuestros sistemas de información de manera que demos mejor cuenta de las inequidades sociales, territoriales y de género, así como del impacto sobre la naturaleza.

Igualmente debemos reorientar nuestros patrones de inversión y nuestras políticas públicas para promover la equidad y la inclusión social de los grupos más vulnerables.
Para lograrlo necesitamos del concurso de la comunidad internacional. No puede ser que un país deje de recibir ayuda para el desarrollo, solo porque el promedio de la renta nacional ha superado cierto umbral arbitrariamente definido.

En América Latina existe una larga experiencia en la búsqueda de mediciones de la pobreza y el desarrollo, de carácter multidimensional.

Desde mediados del pasado siglo, la CEPAL desarrolló una metodología basada en Necesidades Básicas Insatisfechas.

Muchos de los países han aplicado Índices compuestos de carácter multidimensional. En la República Dominicana utilizamos un Índice de Calidad de Vida, adaptado a nuestra realidad.

El PNUD ha aplicado el Índice de Desarrollo Humano, y varios otros Índices han sido propuestos a nivel internacional.

Sin embargo, la mayoría de los organismos del sistema financiero internacional continúa utilizando preferentemente las mediciones unidimensionales y centradas en el ingreso monetario, para medir y catalogar el desarrollo de nuestros países y para definir políticas sobre las condiciones de acceso a la cooperación financiera Internacional.

Queremos aprovechar la oportunidad de esta asamblea Señor Presidente, para Reclamar que los organismos financieros internacionales asuman con mayor entusiasmo y comprensión, nuestros esfuerzos, para romper el círculo vicioso de la pobreza y la exclusión social, como base para el desarrollo.

Necesitamos que asuman indicadores más enriquecidos, con mayor capacidad de captar y medir la compleja dinámica del desarrollo humano.

De lo que se trata es de trabajar juntos para superar la exclusión; no para mantener de manera indefinida la pobreza y la pobreza extrema.

Señor Presidente,

La República Dominicana reitera su firme compromiso con la paz, la tolerancia y la convivencia internacionales, así como con la democracia y la libertad, como componentes básicos del desarrollo. Aspiramos a que el desarrollo sostenible sea el enriquecimiento de la vida cotidiana de las personas, de las familias y de las comunidades y países, así como la defensa de nuestros recursos naturales.

La paz, la superación de las desigualdades sociales, la sostenibilidad ambiental, y el crecimiento sostenido de nuestras capacidades para la producción de bienes y servicios requeridos por nuestras poblaciones, van de la mano y están en la esencia del desarrollo.

Muchas gracias.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Ese otro desatino que se vive en el Darío Contreras


De repente se ve vulnerable. Algo de sí ha quedado atrás. Su mirada se ha llenado de dudas y, cual si prefiriera no saber, sólo pregunta lo esencial.

El mundo ha cambiado. Hoy no tiene lo más importante pero, a la vez, siempre olvidado: la salud, algo que sólo recordamos al perderle.

Verle sobrecoge. Sin su fuerza, cualquiera se pierde. En la enfermedad, pensé ayer, todos nos volvemos menos. En ese momento, sin embargo, vi las fotos de la unidad de cuidados intensivos del hospital Darío Contreras.

Un señor en una raída camilla, atado de tobillos y muñecas para que no vaya a caer, duerme en un coma lejano que le mantiene ajeno al precario mundo que le rodea. Casi sin aparatos, vivo tal vez porque así lo quiere Dios, su imagen me obligó a reparar en que hay quienes ni siquiera llegan a la categoría de menos. Los tratan, tristemente, como si fueran nada.

Si ver mal a alguien que quieres es muy duro, lastima aún comprobar qué tan cruel es nuestro sistema de salud: la diferencia entre quienes pueden pagar y quienes están obligados a ir a los hospitales es abismal.

La dignidad, como si se tratara de un eufemismo, se desvanece en esos espacios en lo que se está más muerto que vivo aunque se vaya en busca de la salud perdida. ¿Lo que da rabia? Mientras los pacientes están hacinados y los médicos luchan casi sin nada, hay dos emergencias de última generación que duermen el sueño eterno. Inauguradas con bombos por el ex presidente Leonel Fernández, no pueden ser usadas porque no se destinó dinero para ello.

El desatino, para variar, nos sacude.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Es hora de alfabetizar… integrémonos

La tinta ha corrido, en demasía, a lo largo de los años. Hemos ido de la teoría a las propuestas y, en ocasiones, hemos intentado hacer lo posible. Hoy, sin embargo, ya eso no es suficiente: ahora toca ser un verdadero protagonista de la historia.

Todos hemos recibido con beneplácito el anuncio del Plan Nacional de Alfabetización. La mayoría, prestos, afirmamos que estábamos dispuestos a ayudar y apoyarlo. Hoy llegó el momento de hacerlo: sólo hay que entrar a la página www.see.gob.do, en el apartado del plan, y llenar la planilla para registrarse como alfabetizador.

Pero alfabetizar no es la única forma de ayudar. También se pueden ceder espacios, aportar recursos y, si está en capacidad de ello, trabajar en el diagnóstico del nivel educativo de la comunidad y/o en el diseño y ejecución de un proyecto local de alfabetización.

Cada uno de nosotros puede hacer algo para integrarse al plan. Y estamos en la obligación de hacerlo. Ha llegado el momento en que pasemos de la palabra a los hechos, de que aparquemos el reclamo y salgamos a las calles, esta vez, a ser portadores de una realidad mucho más concreta.

Quienes hemos servido de voz para reclamar por el 4% y por la calidad de la educación tenemos que ser parte activa de este plan. Nuestra preocupación debe traducirse ahora en acción. Toca hacer de la bandera amarilla un estandarte de entrega para una causa por la que se ha luchado con intensidad.

Sé que hay aún muchas cosas por hacer en cuanto a la educación. Pero hay que comenzar por el primer escalón: alfabetizar. Luego hagamos lo demás.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Porque llevo el alma tatuada... ¡a la merd!

Nunca me lo hice. Una mezcla de cobardía, miedo y, por supuesto, respeto ante la omnipresente imagen de mi férreo padre, me lo impidieron. Pero siempre lo quise. Lo imaginé mil veces en mi memoria. Podría dibujarlo, incluso, si tuviera el talento suficiente.

Hoy comienzo estas líneas confesando que uno de mis sueños de adolescente fue hacerme un tatuaje, un deseo que no se concretizó porque mis angustias eran mayores que mis deseos de mostrarle al mundo que era infinitamente rebelde y no estaba de acuerdo con los cánones establecidos.

Tener un tatuaje a finales de los 80's estaba mucho peor visto que ahora. Sólo las muy malas, o demasiado descaradas, los llevaban. Y no es que hicieron cosas tremendas, a veces sólo se trataba de travesuras propias de la edad, pero está muy claro que en República Dominicana siempre han importado más las apariencias que la realidad. Consciente de ello, y pensando en la crisis que eso podía generar en mi familia, nunca me marqué el cuerpo (también influyó pensar en el futuro, ¿y si deja de gustarme?).

Los tatuajes, como los piercings -ay, sí, también quise ponerme un brillantito en la nariz, :) pero es evidente que tampoco lo hice-, han vuelto a ser protagonistas de esta sociedad en la que, ante cualquier hecho, volvemos a demostrar cuán atrasados e imbéciles somos. Porque, ¿desde cuando una imagen, un afición o hasta una locura de momento, puede traducirse en la calidad de una persona? ¿Cómo somos capaces siquiera de pensar que lo impoluto de nuestros cuerpos nos hace mejores que aquellos que han decidido colorear su piel?

La cantidad de cosas que se han escuchado y leído a partir de la muerte de José Carlos Hernández, un joven de 24 años asesinado de 27 puñaladas el sábado pasado frente a Gustavo Live Pub (sí, sí, ahí en la Churchill) demuestra hasta qué punto somos hijos del prejuicio y la condena.

"¿Tú viste? Tenía no sé cuántos tatuajes y piercings", se escuchaba decir. Y yo me pregunto, ¿qué tiene que ver eso con su muerte? Nada. Tampoco el que usara ropa negra, fuera metálico o, como han dicho satánico. Su vida, su apariencia y sus costumbres, al parecer, no tuvieron nada qué ver en su muerte.

Aún no tenemos claro qué sucedió. Dicen que lo confundieron con alguien que había violado a una chica pero no se ha confirmado. Eso indigna. Que alguien quiera ajusticiar a alguien, encima equivocándose de víctima, nos dice que este país está mucho más podrido de lo que pensábamos. Pero la gente, en lugar de pensar en ello, prefiere reparar en los tatuajes. Al hacerlo, queda velada una implícita justificación. Es casi como si dijeran que él se lo buscó. Pero, ¿vivir de una forma distinta realmente te hace merecedor de algo así? Claro que no.

En RD vivimos rodeados de corruptos que nunca han sido castigados, pedófilos que se esconden hasta detrás de los campanarios, ladrones de todas las envergaduras, prostitutas de alto linaje y de bastarda procedencia pero no... esos se pasean tranquilamente por la ciudad, con copas de champán o tragos de gran destilado en las manos, y nadie dice nada. ¡Claro, es que no tienen tatuajes!

Con mirada asqueada y pensamientos oscuros hemos vestido a una víctima con juicios muchos más tenebrosos que lo que puede resultar la música que él tocaba. ¿Es que no pueden verlo? Era alguien que comenzaba a vivir. No vivía como nosotros, como nos gusta, pero nadie tiene derecho a meterse en eso: la opción de viva de cada quien es personal y, si no daña a nadie, no hay por qué meterse en ello ni criticarlo.

A mis casi 40 años es difícil pensar en hacerme un tatuaje. Desde el dolor hasta la prudencia, por aquello de cualquier enfermedad, me dicen a gritos que ya pasó el momento para ello. Si tuviera fuerzas me lo haría. Pensándolo bien, tampoco hace demasiada falta. Mi alma está llena de tatuajes esta noche. Todos tienen un mensaje claro. Dice, en letras colmadas de color, lo que he contenido desde que sucedió todo esto: ¡váyanse a la mierda!

viernes, 24 de agosto de 2012

Un hermoso anuncio del dolor

Cual poema, ellos desplegaron sus alas y rompieron la noche. Su destello lo iluminaba todo. El cielo rugía, la vida se detenía. No había mucho qué hacer: tocaba rendirse ante su imagen.

Cada relámpago matizaba el tiempo. Lo volvía añicos y, al hacerlo, yo me perdía. Era jueves, fue ayer, y aunque la prudencia habla de dormir yo no podía: su luz me hechizaba, no podía moverme, no sabía como hacerlo. No sé cuánto tiempo duraron. No fue fue mucho, estoy segura. Sin embargo, esos instantes fueron casi eternos. Hecho recuerdos, me hicieron soñar. Por ello, les dejo esta foto. Verla hace creer en la inmensidad. También nos recuerda lo maravillosa que es la Naturaleza: encuentra belleza hasta de las cosas tenebrosas. ¿Cómo resistirse al encanto del preludio de una tormenta? Es un hermoso anuncio del dolor. Irónico, ¿no?

Como la vida, muchas veces nos perdemos sabiendo que lo haremos. Pero el momento es perfecto. Y lo disfrutamos. A conciencia, sabiendo que el dolor vendrá, asumimos todas las consecuencias. Así, como era inevitable, me sentí ayer: presa de un bello presagio de tormenta.

¡Cuánta mezquindad!

Tengo el alma encogida. Tras horas pensando, tuiteando y hablando sobre Isaac y sus posibles efectos sobre la República Dominicana, duele ver que haya tanta gente vana, miserable y mezquina que hable de la tormenta con sorna, ignorancia y desdén.

Muchos se han "sobrecogido" porque Isaac cambió el rumbo y no nos dará de golpe. Hay quienes se han quejado de que nos hiciera el "desplante" y, al hacerlo, han mostrado con desparpajo toda la ruindad que albergan en su ser.

Risas, burlas y chites irresponsables se reproducen en las redes a una velocidad mayor que la que tiene el propio fenómeno atmosférico. Ellos querían que se rompiera el cielo, desatando sus demonios sobre nosotros... ¿para qué? Tal vez, porque hay demasiado de vagancia y chabacanería en nuestra sociedad, para no trabajar y fajarse a beber. Eso es lo que les molesta: quedarse con las ganas de deshojar un viernes abandonándose a los placeres y eludiendo cualquier responsabilidad.

A todos los que han pensado/actuado de esa manera van estas palabras que, aunque irradien un dejo de ira, buscan llevar algo de conciencia (si es que en ellos la hubiera). Para comenzar, recuerden que en República Dominicana un huracán, por más suave que sea, siempre es motivo de catástrofe: se pierden vidas, casas, cosechas, propiedades y, sobre todo, oportunidades y esperanza.

Los costos económicos de todas las tormentas han sido tremendos. Recuperarnos siempre ha sido un proceso duro, en el que pierden -como de costumbre- los que menos tienen. Pero, ¡qué cómodo es ser espectador, desde la zona de confort, de la desgracia de los demás! ¡Qué poco se piensa en el colectivo, en el país, en los que viven en condiciones de vulnerabilidad... si no me afecta directamente, no sucede!. ¡Así piensan estos imbéciles!

Lo que olvidan es que lo que le pasa al país nos pasa a todos. Usted puede estar holgazaneando cómodamente en su casa pero, a la hora de cubrir los gastos, tendrá que rascarse el bolsillo como todos los demás. No les pediré que piense en los que sufren. Sé que no son capaces de hacerlo.

El sólo hecho de pensar en la desesperación que viven muchos dominicanos me supera. Son millones los que miran con desolación el cielo mientras las nubes se ponen grises y presagian la tormenta. La mayoría lo pasa demasiado mal. ¿Es tan difícil de entender?

Hoy hemos visto el lado más miserable de muchos compatriotas. Sé que no son todos, afortunadamente. Pero molesta reconocer cuánta mezquindad habita entre nosotros. Sólo pensamos en lo que puede lastimar nuestros intereses personales.

En la capital vemos esto más que en otros lugares. De repente se oye que Santo Domingo está a salvo y la gente aplaude y dice: ¿ven, no pasó nada? A quienes lo ven así, les recuerdo que República Dominicana tiene 48,442 kilómetros cuadrados y que, más allá del Distrito Nacional, hay 31 provincias.

Otros andan burlándose de las autoridades. No olviden que un fenómeno atmosférico siempre puede cambiar y que, si bien es cierto que las cosas no han sucedido como se esperaban al principio, aún no podemos descansar (a pesar de que el ojo de Isaac no tocará nuestra tierra sí lo hará su campo nuboso). Toca esperan. Y hacerlo con prudencia, rogando porque esto no vaya a mayores. Hay una alerta de tormenta. Y el sur sufrirá. También será triste lo que suceda en Haití. Aún no se recuperan y otra vez les golpean. Piensen en ellos, además. Sean, por un momento, gente.


jueves, 23 de agosto de 2012

Tras la lluvia... la verdadera nostalgia


Las nubes me saben a melancolía. A veces, cuando el cielo está demasiado gris, me asaltan las lágrimas. Pero no lloro por mí. Mi pasado, aunque tiene algunos trazos de tristeza, no me abate a tal punto. Es la realidad, no el ayer, lo que me duele y me puede.

Aunque siempre he pensando en aquellos que viven en zonas vulnerables, mi vida cambió el 4 de agosto del 2011, cuando decidí adentrarme en los recovecos de los barrios que están junto al río Ozama.

Esa mañana descubrí que las cosas nunca son como creemos. Yo había estado antes en barrios pobres, en lugares difíciles, incluso peligrosos, pero esto era demasiado. Leerlo, o verlo en la televisión, nunca nos da la imagen precisa de lo que allí se vive.

Si bien estamos bastante cerca de la realidad, verlo en primera persona es muy distinto. Sobre todo cuando, como en aquella ocasión, uno más allá de los lugares que suelen visitarse y se encuentra cara a cara con el Ozama que, en apariencia tranquilo, suele desolar. El te mira, te desafía y te aniquila. Sus aguas intimidan. Y creo que se divierte con ello.

Aquel día quedó grabado en mi alma cual. Eso provocó que jamás vea la lluvia igual. Ver las nubes me aterra. Pienso en lo que sienten cada uno de los moradores de la ribera del Ozama y, en ocasiones, se me escapan las lágrimas.

Contarles lo que siento podría llevarme demasiadas líneas. Por ello, y para no agobiarles, sólo me limitará a dejarles la crónica que escribí con motivo de aquel recorrido... al leerla, me entenderán.


Cuando el Ozama se convierte en una amenaza
Sigiloso, al acecho, el río Ozama les mira desde cerca. Su caudal comienza a crecer poco a poco, y sus aguas, llenas de basura y de hiel, se convierten en la antesala de un beso que será sombrío y triste: ese que, al tocar sus destartaladas casas, llenará cada uno de sus espacios de desconsuelo.

“¿Qué nos va a decir hoy el río? ¿Subirá otra vez?”, se pregunta Ana María Peralta, una residente de La Lata, mientras observaba con detenimiento las aguas color chocolate que amenazan su casa.

Parada junto a una desvencijada gallera, que ya comenzaba a llenarse de agua porque está justo junto al lecho del río, Ana María lamentaba que el sol haya salido. “Ahora es que el agua va a subir. Hace un mes que esto se inundó y yo tuve que salir a las dos de la mañana con cuatro niños. El agua me llegaba a media (la cintura)”, recordó.

“Siempre se oye mentar La Barquita, La Barquita y nunca tenemos a nadie que venga a nuestro socorro. En algunas ocasiones, que nos agarra desprevenidos, no encontramos dónde ir”.

Como ella, Francisca Rosario se queja de que, a pesar de la frecuencia con la que se inundan sus hogares, ayer nadie había ido hasta donde ellos. Las autoridades y los cuerpos de socorro, aseguran en esta zona a la que pocos se atreven a entrar, sólo llegan hasta La Barquita.

Sólo las promotoras de Tú Mujer, que ayudan en esta área, recorren además La Lechuga y el Quilombo, dos zonas que también suelen anegarse, tal como afirma Francia Moquete, coordinadora del programa de salud de Tú Mujer.

Y en La Barquita... Víctor Miguel Cuevas está en la entrada de su casa. Con las chancletas a un lado, como secándose, observa el charco de agua que le rodea. Está tranquilo. Todo está más seco que a las 6 de la mañana, cuando el Ozama fue a visitarle a su casa.
Aunque el agua cedió horas después, él no salió de casa. Convencido de que regresará, prefiere esperar para recibirle de nuevo: es la única manera de preservar lo poco que tiene. La pena es que, como vive de vender pasteles en hoja, ayer no tenía nada qué comer.

“Aunque sea agua, bebo”, afirmó Cuevas resignado, mientras cuenta que llegó a La Barquita en el 2002, cuando salió de Barahona ahogado por la crisis. Ahora, aunque cuando llueve en demasía no pueda comer, “estoy un chin mejor; pasando muchísimo trabajo”.

Para Margarita Ramírez, con 30 años en este barrio, vivir aquí es un tormento. Como reside un poco más cerca del río, su casa siempre se llena de agua.

Lo mismo le sucede a Damaris Torres que, como muchos, ya tenía los enseres encaramados en el techo. “Esto se llena de agua dos o tres veces al mes”.

Mirtha Medina, con un bebé de 2 meses y otro hijo de 2 años y 4 meses, ha visto sus 19 años en el barrio. Aquí se casó, parió, la han sacado cargada... lo que para otros es tragedia, para ella es cotidianidad. “Uno no sabe dónde va a dormir esta noche”, afirma serena, al tiempo de sacarse el pecho para amamantar a su bebé.

Un poco más adelante, donde La Barquita se desdibuja y no hay calle principal sino callejones contiguos al río, las casas comienzan a llenarse de agua. Están cerradas. Sus moradores han puesto el cerrojo y se han ido. Rafael Mercedes, con 18 años viviendo aquí, es uno de ellos.

¿Para qué uno se va a quedar dentro?, diría Leopoldo Santana. Con el agua a media pierna, porque vive contiguo al río, sólo le toca esperar. Sin esperanzas de ayuda, y con alguna nube pululando en el cielo, todo es cuestión de tiempo.

Zoom
Alud en La Barquita

Eran las cinco de la mañana cuando Justina Montero Vicente se encontraba en la pequeña sala de la casa en la que vive desde hace 23 años. Aunque aún era hora de dormir, ella y sus cuatro hijos estaban muy alertas: el farallón que está a la espalda de su casa, le advirtieron los dirigentes comunitarios, podría jugarle una mala pasada. Y así fue. “Dos veces se ha derrumbado eso. Y va a seguir”, afirmaba, al tiempo de mostrar la roca que había caído junto a su habitación. Muy tranquila, como quien no teme, veía cómo sacaban el lodo de su casa.

La gente del barrio

Ana María Peralda
Moradora de La lata
"Alguien debería venir al socorro de nosotros porque, ¿qué sería que venga algo fuerte, fuerte, que no se pueda soportar? Es justo que vengan a darle a uno una mano amiga”.

Francisca Rosario
Residente en la lata

"Nosotros somos los que nos ayudamos unos con otros; después que el río vuelve a la normalidad, vienen las enfermedades; me ha dado de todo”.
Damaris Torres
Moradora de La barquita
"Uno vive aquí porque no se puede ir a otro sitio. Si yo pudiera me fuera. Todos los días el río sube, aunque no llegue aquí (a su casa”.

martes, 21 de agosto de 2012

Luguelín pide más, ¿entonces?

Aquel día en el que ganó todos corrimos con él. La emoción contenida, las lágrimas, la euforia... parecíamos una extensión de su propia alma. ¡Uno de los nuestros, salido de las entrañas del pueblo mismo, alcanzaba una medalla de plata en los Juegos Olímpicos!

Su triunfo fue el nuestro. Por eso le recibimos con cariño, en un abrazo cálido que buscaba mostrarle la alegría que sentíamos con su victoria, y aunque nunca estuve de acuerdo sonreí al ver que el Gobierno le compensaba por su esfuerzo con los RD$6 millones que le había ofrecido el expresidente Leonel Fernández.

Hasta ahí, todo normal. Desde ayer escuchamos, sin embargo, los ecos de la noticia en la que él aparece reclamando que se le entregue un apartamento en la capital. ¿La razón para hacer el pedido? No tiene una vivienda propia en Santo Domingo y, por ello, cuando viene al país tiene que hospedarse en hoteles que costea con sus propios ingresos.

Al leer esto, que fueron unas declaraciones que dio en el programa La Semana Deportiva, me quedé en shock. Y es que, recordaba, a él ya se le entregó un apartamento en su natal Bayaguana.

"Cuando gané el oro en los Juegos Olímpicos Juveniles me entregaron un apartamento que es donde vive mi madre en Bayaguana, un apartamento que estamos pagando porque solo nos dieron el inicial", explicó Santos ante una pregunta de Héctor J. Cruz, productor del espacio junto a Bienvenido Rojas, Dionisio Soldevila, Ricky Noboa y José Luis Mendoza (frase tomada del periódico Hoy).

Dicho esto, Luguelín les explicó que el dinero que le dio el gobierno es como su seguro de vida y que por eso no lo quiere usar. "¿Voy a gastar todo en un apartamento y qué me queda para mi futuro? ¿Pasar trabajo como sucede con muchos atletas?".

Al leer esto, de no conocer la historia de Luguelín, a uno se le ablanda el corazón. De repente uno piensa en tantos deportistas dominicanos que han quedado relegados en el olvido y sumidos en la miseria.

Ninguno de ellos obtuvo una medalla olímpica. Tampoco recibió un apartamento y RD$6 millones a la par de contar con la marca Puma como patrocinador y tener una beca en una universidad de Puerto Rico, donde vive y se entrena bien.

Esos atletas que hoy pasan trabajo, como dice Luguelín, no tienen el plus de un salario mensual de RD$6 mil que le pagan por formar parte del Programa para Atletas de Alto Rendimiento, Nuevos Valores e Inmortales (PARNI) ni son rasos de la Fuerza Aérea Dominicana desde hace tres años (a los deportistas locales los alistan en las Fuerzas Armadas o la Policía como una forma de compensarles y asegurarles un sueldo).

Toda esta explicación, que puede ser muy larga, viene a cuento por lo que diré a partir de este momento acerca de Luguelín, un joven que ya dejó atrás a ese muchacho de Bayaguana que muchas veces pasó hambre, corría sin tenis y le sangraban los pies.

Sus méritos son más que loables. El ha salido por sus propios pies, literalmente, del círculo de la pobreza. Corriendo, ha hecho de la vida una carrera en la que el éxito está garantizado.

Hoy, sin embargo, le vemos tropezar. Pide un apartamento al que asume que tiene derecho porque el dinero que el Estado le entregó es para su futuro. Al hacerlo, olvida que ese mismo Estado le ha estado pagando los estudios y, por tanto, ha apostado a garantizarle un futuro. En otras palabras: el Estado le está dando todas las herramientas para que no pase ningún trabajo.

Tal vez Luguelín desconfía de lo que pueda hacer una vez salga de las pistas, algo que sucederá irremediablemente. Pero a su edad, cuando lo que le toca es estudiar, no debe tener dudas: sólo tiene que prepararse para labrarse ese gran futuro que desea.

El tiene mucho, demasiado, en comparación con la mayoría de los jóvenes de su edad. Si quiere es un apartamento en la capital, que lo compre con parte del dinero que le dio el Gobierno. Con RD$2 ó RD$3 millones se compra un buen apartamento y aún le sobra bastante dinero para asegurar una parte de su vida.

República Dominicana ha cumplido, y está cumpliendo, con Luguelín. Nosotros, los que pagamos al fisco, estamos aportando para que pueda educarse y entrenarse, de manera que siga cosechando éxitos.

Pedir más es una señal de mezquindad. En un país en crisis, con problemas serios, no estamos para hablar de regalar apartamentos. Mucho menos cuando se trata de alguien que ya tiene dinero, dado por el mismo Gobierno, y se le han brindado todas las condiciones para que salga adelante.

No entiendo si es avaricia, si es miedo al futuro o "envidia". Puede que no, que no sea nada de esto, sino que le están asesorando mal. Tal vez haya mucha gente diciéndole que él lo merece, que nos trajo una medalla y que, por tanto, tiene que sacar de ello todo lo que pueda.

Imagino que muchos le han hablado de Yamilet Peña y de María García, a quienes les dieron apartamentos a pesar de no haber ganado medalla. Conste que yo no estaba de acuerdo con esos apartamentos tampoco pero, a diferencia de él, ellas no tiene tanto apoyo económico ni patrocinio. Están en otro tipo de disciplinas y sus condiciones de vida están en desventaja frente a él.

Creo que Luguelín lo que debe garantizar es que le terminen de cubrir los estudios. Eso sí lo apoyo irrestrictamente. Que le den las herramientas para labrarse su propio futuro es el mejor regalo que podemos hacerle. Ya le hemos dado dinero. Y está visto que para él no es suficiente. Por eso siempre me he opuesto a darle las cosas hechas a la gente: hay que enseñarle a hacer.De lo contrario, es evidente, nunca se saciarán. Es fácil pedir lo que no cuesta. Dejemos esa costumbre atrás. Demos oportunidades, no apartamentos, ni dinero, ni prebendas... para que todos sostengamos en alto la bandera de la dignidad.

jueves, 16 de agosto de 2012

El primer discurso de Danilo como Presidente

Honorable Señor Presidente de la Asamblea Nacional
Reinaldo Pared Pérez,
Señor Ex-Presidente
Dr. Leonel Fernández,
Excelentísimo Señor Presidente de la República de Honduras,
Don Porfirio Lobo Sosa;
Excelentísimo Señor Presidente de la República de Haití,
Don Michel Martelly;
Excelentísimo Señor Presidente de la República de Panamá,
Don Ricardo Martinelli;
Excelentísimo Señor Presidente de la República de Colombia,
Don Juan Manuel Santos;
Excelentísimo Señor Presidente de la República de Surinam,
Don Desire Delano Bouterse;
Su Alteza Real Príncipe de Asturias,
Felipe de Borbón;
Excelentísimo Señor Primer Ministro de la República de Haití
Don Laurent Lamothe
Excelentísimo Señor Primer Ministro de Curazao
Don Gerrit Francisco Schotte
Honorable Señor Vicepresidente de la República Taiwán,
Dr. Wu Den Yih;
Honorable Señora Primera Vicepresidenta de la República de Perú,
Marisol Espinoza Cruz;
Honorable Señor Vicepresidente de la República Costa Rica,
Don Alfio Piva Mesén
Honorable Señor Vicepresidente del Consejo de Estado de la República de Cuba,
Don Esteban Lazo Hernández
Honorable Señora Vice Primer Ministra de Georgia,
Eka Tkeshelashvili
Honorable Señor Gobernador de Puerto Rico,
Don Luís Fortuño;
Excelentísimo Señor Secretario General de la Organización de Estados Americanos,
Don José Miguel Insulza;
Excelentísimo Señor Secretario General Iberoamericano,
Don Enrique Iglesias;
Honorable Señor Secretario General de la Integración Centroamericana,
Dr. Juan Daniel Alemán;
Su Excelencia Reverendísima
Arzobispo Luigi Blanco
Enviado Extraordinario en Misión Especial
de Su Santidad Benedicto XVI;
Su Excelencia Reverendísima,
Monseñor Joseph Wenseslowsky;
Nuncio Apostólico de su Santidad;
Excelentísimos Señores y Señoras Jefes de las Misiones Especiales y de Organismos Internacionales; Miembros del Cuerpo Diplomático y Consular acreditados en el país.
Invitados Especiales
Excelentísima Señora Vicepresidenta de la República,
Dra. Margarita Cedeño de Fernández;
Su Eminencia Reverendísima Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo y Presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano
Monseñor Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez;
Honorable Señor Presidente de la Suprema Corte de Justicia,
Dr. Mariano Germán Mejía;
Honorable Señor Presidente del Tribunal Constitucional,
Dr. Milton Ray Guevara;
Honorable Señor Presidente de la Junta Central Electoral,
Dr. Roberto Rosario Márquez;
Honorable Señor Presidente del Tribunal Superior Electoral
Dr. Mariano Rodríguez
Honorable Señora Presidenta de la Cámara de Cuentas,
Licelott Marte de Barrios;
Honorable Señor Presidente de la Cámara de Diputados y
Vicepresidente de la Asamblea Nacional,
Lic. Abel Martínez Durán
Honorables Señores Senadores y Diputados,
Miembros de la Asamblea Nacional.
Excelentísima Señora Primera Dama de la República,
Cándida Montilla de Medina;
Mi Padre,
Don Juan Pablo Medina
Altos Funcionarios Civiles y Militares,
Señoras y Señores
Estoy aquí, de pie, ante Dios, ante mi pueblo, ante los representantes de la democracia dominicana y ante la comunidad internacional para decirles que no puedo imaginar un mayor honor que haber sido elegido presidente de mi país.
Y para decirles, también, que no hay compromiso más trascendente para un hombre público que el de jurar defender y dignificar su patria y su gente, bajo cualquier circunstancia, ante cualquier desafío.
Por eso, con el corazón lleno de júbilo y el alma llena de coraje y firmeza, que me comprometo a entregar lo mejor de mí para lograr el mayor bienestar para mi pueblo y la mayor grandeza de mi Patria.
Hoy, más que nunca, dejo de pensar y sentir como un individuo para pensar y sentir como un colectivo.
Hoy, cambio mi alma de individuo por el alma colectiva de mi pueblo; hago de mi cuerpo una extensión del cuerpo de la República y siento en mi sangre su energía vibrante, indivisible e indestructible.
Por eso es importante primero inclinarme humildemente, agradecido ante Dios.
Pedirle que me mantenga siempre en el camino de la justicia, del amor, de la humildad, de la compasión y del equilibrio.
Pedirle que nunca me deje llevar por la soberbia, el odio, la frialdad, la insensibilidad, la vanidad, la arrogancia y la prepotencia.
Agradecer, también, a mis padres, a mi esposa y mis hijas, porque ellos supieron comprender y acompañar los sueños y las luchas de este servidor.
Agradecer a mi partido, que creyó en mí, me acompañó y trabajó sin descanso para que yo estuviera aquí.
Agradecer también a los partidos aliados y el Sector Externo.
Y, por supuesto, mi agradecimiento es infinito hacia mi pueblo querido, que creyó en mi mensaje, me acompañó por las calles y, finalmente, me eligió como presidente de todos, absolutamente de todos los dominicanos y dominicanas.
A todos les digo, bien alto y bien fuerte, para que se escuche: Me entregaré por entero, trabajaré sin descanso, seré un presidente de todas las horas, seré un servidor de ustedes en cuerpo y en alma.
Quiero que mis primeras palabras sean estas:
¡Lograremos, sin miedo y sin descanso, lo que soñamos!
Superaremos las dificultades que se presenten. Haremos una República Dominicana más grande y más respetada en el mundo.
¡Seremos una nación más unida!
¡Entregaremos a nuestros hijos un país aún mejor que el que nosotros hemos recibido!
El amor a la Patria, que late en todos nuestros corazones, lo transformaremos en el amor de los Hechos.
Dominicanos y Dominicanas:
¡Ha llegado el momento!
¡Manos a la obra!
¡Manos a la obra, sin descanso, sin mezquindades y sin reservas!
Yo sé que este es el sueño íntimo e insobornable de todos los dominicanos; tanto de los que me honraron con su voto, como de aquellos que eligieron otras opciones.
Así que, compatriotas, tenemos el éxito asegurado porque todos estaremos unidos en esta tarea.
Esta es una hora solemne, porque la transición pacífica de un Presidente a otro, ambos electos por la voluntad popular libremente expresada, es una conquista de nuestro pueblo.
Hoy renovamos esa conquista, reconocida por todos los sectores de nuestra sociedad y por la comunidad internacional, ante la más calificada representación de nuestra ciudadanía, reunida en esta Asamblea Nacional.
Esto constituye una inequívoca manifestación de la madurez democrática alcanzada y de nuestra convicción de que la soberanía reside en el pueblo.
Solo la voluntad popular ha de instaurar regímenes y gobernantes legítimos en el suelo de nuestra patria. Pero nada surge de la nada.
Tenemos sólidas bases arraigadas en lo más profundo de nuestra historia. El 16 de agosto del año 1863, con el acto que conocemos como el Grito de Capotillo, patriotas constituidos en un ejército con limitados medios, descrito como harapiento por Pedro Bonó dieron inicio a la épica jornada de la Guerra de La Restauración.
Una lucha, que el profesor Juan Bosch calificó como “la página más notable de la historia dominicana”, y que culminó en 1865, con el retiro de las autoridades coloniales de la isla, restableciendo nuestra independencia. Ellos son los padres de nuestra democracia, porque sin independencia y libertad no existe nada.
Sin independencia no hay Patria.
Hemos conocido el salvajismo de la tiranía y la pesadilla de la represión.
Hemos mordido el fruto amargo de la opresión, que nos privó de todos los derechos, de todos los bienes, de todas las ilusiones y de todas las esperanzas.
Pero, cada vez que el porvenir de la República, o de nuestro pueblo, se ha visto ensombrecido, el Grito de Capotillo ha vuelto a resucitar.
Gracias a Dios ya no tenemos más caudillos, ni patrones, ni amos. Tenemos, una República Dominicana refundada sobre bases más sólidas y un pueblo maduro, con líderes políticos que han sabido construir más y más democracia.
En esta solemne ocasión, permítanme rendir algunos homenajes de admiración y respeto:
Como no podía ser de otro modo, hoy quiero pronunciar en alto el nombre de quien fue nuestro maestro: Juan Bosch.
Líder e inspiración fundamental de nuestra democracia contemporánea, paradigma de liderazgo ético y moral, luchador incansable por liberar a nuestra patria del atraso, la miseria y la desigualdad social.
La Historia de los pueblos y de las naciones se construye con grandes ejemplos. Seres humanos que sobrevuelan la realidad con una mirada única para desbordarse en pensamiento, acción y entrega. Juan Bosch, mi maestro y el de muchos dominicanos y dominicanas, es sin duda, uno de ellos.
Don Juan: usted ya no es un nombre en la historia dominicana. Es el aire, el agua y la tierra de la patria.
Quiero que sepa que sus esfuerzos no han sido en vano y que este su discípulo será un gobernante digno de su memoria.
A través de Don Juan, reconozco y rindo homenaje también a todos los líderes de nuestra historia, antigua y reciente, que han aportado sus luchas, esfuerzos y sacrificios, para fortalecer la conciencia ciudadana, la organización y participación social.
Aquellos, que con sacrificio han luchado por la defensa de nuestra soberanía, y la conquista de los derechos y libertades públicas, que hoy disfrutamos. La memoria y el ejemplo de los héroes y mártires de nuestras conquistas democráticas, estarán siempre presentes en nuestros actos de gobierno.
Y entre esos líderes, no puedo dejar de destacar, especialmente, a nuestro Presidente saliente, Dr. Leonel Fernández.
Nosotros cosecharemos su siembra, porque grandes han sido los avances alcanzados, compañero Leonel, bajo su mandato, grandes reformas y transformaciones se han realizado. Sobre esas bases construiremos.
Ahora, nuestro deber es mirar hacia adelante, encontrar nuevos caminos, fortalecer lo que nos deja de positivo su gestión, enmendar lo que aún no está bien y, sobre todo, asumir con audacia los desafíos, es decir, hacer lo que nunca se ha hecho.
Señoras y Señores,
Yo no hice una campaña electoral vacía, no vine aquí movido por el ansia de poder, sino por el compromiso inquebrantable de servirle a mí pueblo.
Por eso, aproveché la campaña electoral para poner en el debate nacional los temas clave para el crecimiento del país.
Recorrí varias veces el territorio nacional para transmitir mi propuesta programática, casa por casa, para decirles exactamente lo que haría como Presidente. Ustedes abrieron de par en par las puertas de sus casas para escucharme.
Los convoqué como candidato, y ahora los convoco como presidente, para que luchemos por cosas muy concretas:
- Para disminuir, de forma contundente e irreversible, la pobreza absoluta en nuestro país.
- Para acabar con el analfabetismo.
- Para disminuir la desigualdad entre las personas y las regiones.
- Para implantar un nuevo modelo de desarrollo, que tenga como base, más oportunidades, más innovación, menos burocracia y más defensa ambiental.
- Para mejorar nuestra educación, nuestra salud y nuestra seguridad ciudadana.
- Para construir un país más moderno, libre, justo e independiente, con democracia plena, con instituciones sólidas, defensa de los derechos humanos y absoluta libertad de expresión.
- Para construir un país ético y transparente, basado en la meritocracia y en el combate implacable y vigoroso, a todas las formas de impunidad.
Ese es el noble apretón de manos que compartí con todos los dominicanos y dominicanas.
Ese es el compromiso que hoy juro solemnemente honrar durante los próximos 4 años.
Se lo dije muchas veces: Juntos comenzamos a construir este sueño que parecía imposible, y juntos, desde hoy y durante los próximos cuatro años, vamos a hacerlo realidad.
Sepan, estén seguros hoy, en el solemne día en que soy ungido presidente, que trabajaré incansablemente para cumplir y hacer cumplir mi propuesta programática.
Aquello que les dije en las calles es lo que haré desde mi primer día en el Palacio Nacional. Tienen mi palabra de que así será.
Dominicanos y Dominicanas; Honorables Miembros de la Asamblea Nacional,
Al juramentarme como Presidente, soy consciente de las dificultades y riesgos, que vive actualmente nuestro planeta. Sé que la situación económica nacional e internacional amerita grandes esfuerzos de cambio; que la ciudadanía está impaciente, por los beneficios que la democracia, no siempre, ha sido capaz de hacerles conocer y disfrutar.
Pero también, sabemos del enorme potencial de nuestro país. Conozco de lo que somos capaces. Sé bien, que no hay obstáculo que no pueda ser superado cuando nos unimos y empujamos juntos una agenda común. Podemos ser alegremente optimistas.
Hoy, como Presidente, les convoco a trabajar juntos, todos y todas, sin exclusión alguna, de índole política, religiosa, étnica o social, para sentar las bases de un nuevo modelo de desarrollo que nos asegure que continuará creciendo la prosperidad, al mismo tiempo que se reducen las desigualdades, la pobreza, la exclusión social y mejora de la calidad de vida de toda la ciudadanía.
Los invito a trabajar juntos para continuar lo que está bien, corregir lo que está mal, y sobre todo para atrevernos a hacer lo que nunca se ha hecho.
Hoy tenemos los instrumentos para lograrlo:
Por un lado, la Constitución de la República, proclamada en enero del 2010, un marco común, actualizado, que nos define como un Estado Social y de Derecho.
Por el otro, la Estrategia Nacional de Desarrollo, cuyo horizonte temporal es el año 2030.
En ella tenemos una perspectiva de mediano y largo plazo para actuar en el presente. Con metas claras y consensuadas, con lineamientos estratégicos, que enmarcan la gestión pública y privada.
Afirmo entonces que, arropado por nuestra Carta Magna y por la Estrategia Nacional de Desarrollo, nuestro Programa de Gobierno será la hoja de ruta, que nos guiará por los próximos 4 años, que nos encaminará a hacer realidad la visión de país que hemos consensuado y que fue refrendada por el voto de nuestro pueblo.
Amigos y Amigas,
La experiencia contemporánea muestra que los países cuya economía ha crecido de forma más rápida, justa y equilibrada, fueron aquellos que probaron que la mejor política de desarrollo es el combate frontal contra la pobreza, ampliando, fortaleciendo y defendiendo el nivel de vida de las clases medias.
Nuestra principal prioridad será, por un lado, disminuir considerablemente la pobreza absoluta en nuestro país. Y por otro, disminuir la gran desigualdad social.
Y lo haremos. porque incorporar los más necesitados a la economía y a las políticas públicas, como también, incrementar y defender a las clases medias, no es solo algo moralmente correcto. Es, también, políticamente indispensable y económicamente acertado.
En este solemne momento en que asumo mi responsabilidad como Presidente de todos los dominicanos y dominicanas, llamo a todos los sectores de nuestra sociedad a concertar un Gran Pacto Social para que en los próximos 4 años logremos sacar de la pobreza a un millón y medio de personas y engrosar las clases medias, para generar 400,000 nuevos puestos de trabajo dignos y mantener un crecimiento del PIB de, por lo menos, 4.5% promedio anual.
Este Pacto Social deberá sustentarse, a su vez, en por lo menos tres pactos específicos, dando cumplimiento a lo establecido en la Estrategia Nacional de Desarrollo:
- En primer lugar, un Pacto fiscal.
- En segundo lugar, un Pacto por la educación, para hacer posible un sistema educativo incluyente y con calidad.
-Y, en tercer lugar, un Pacto por la electricidad, que facilite una reforma integral en el sector y la superación de la tragedia de deficiencias, que afecta nuestra economía y la calidad de vida de nuestras familias.
Amigos y Amigas,
Sin educación, no hay verdadera libertad.
Sin un servicio eléctrico continuo, eficiente y de calidad no hay competitividad productiva y nuestras posibilidades de crecimiento se ven seriamente comprometidas. Y sin un sistema tributario justo, transparente y sostenible no podremos alcanzar nuestros planes de desarrollo y justicia social.
Por tanto, pueden ustedes ver con claridad, que hemos venido a tomar con decisión los temas fundamentales de nuestra querida Patria.
A nombrarlos con todas las letras y a trabajar decidida e incansablemente para resolverlos. ¡Tienen mi palabra de que así será!
Me propongo a convocar, durante mis primeras semanas de gobierno, a todos los sectores nacionales para que, juntos, acordemos soluciones definitivas a los problemas que vienen deteriorando la calidad de vida y limitando nuestro potencial de desarrollo e inclusión social.
Con este loable fin, reactivaremos el Consejo Económico y Social y convocaremos a todos los sectores interesados de la sociedad a participar activamente en este gran esfuerzo de concertación. Sin embargo, no haremos una convocatoria como ésta, sin antes dar ejemplos ante toda la sociedad.
Queremos entusiasmar, queremos motivar, queremos comprometer a todos los sectores y eso sólo será posible si mostramos decisión y voluntad de cambio sobre las prácticas del Estado.
En la familia, en las relaciones humanas y en la política el ejemplo es el acta de fe fundamental.
Yo que siempre he sido un jefe de familia amantísimo, pero exigente, seré un jefe de estado firme, austero, pero amoroso.
Amoroso con los buenos, los honestos y los humildes.
Implacable con los deshonestos, los oportunistas, y los soberbios.
Yo les aseguro, que desde la Presidencia de la República, garantizaremos la transparencia, elevaremos la calidad del gasto público y avanzaremos firmemente, hacia una gestión pública austera, cada vez más profesional y efectiva.
Pactaremos con la sociedad, una reforma fiscal integral, que asegure elevar la calidad del gasto y, a la vez, garantice la disponibilidad de recursos, para impulsar las tareas del desarrollo.
No hay misterios en estas cuestiones.
Vuelvo a repetir: el ejemplo organiza la energía social y activa el compromiso de los ciudadanos. El ejemplo consolida la íntima conciencia social y alerta a los deshonestos y venales de que no existen actos sin consecuencias.
Nuestro gobierno será intolerante con actos de deshonestidad o de despilfarro de los recursos. Fortaleceremos los instrumentos institucionales para su prevención, corrección y sanción.
Desarrollaremos un sistema de consecuencias que reconozca a quienes cumplan meritoriamente con sus deberes, pero que sancione de manera ejemplar a quienes puedan traicionar la confianza de la ciudadanía en el manejo de fondos públicos.
Aplicaremos un enfoque integral y aseguraremos una gestión coherente y claramente direccionada, que articule las políticas sociales y las económicas, con una gestión pública eficiente, transparente y honesta.
Amigos y Amigas,
Lo dije durante la campaña:
Yo quiero cambiar el rostro de los dominicanos y dominicanas.
Yo quiero pintar una sonrisa de felicidad, surgida desde lo más profundo de sus corazones.
Por eso, voy a gobernar para nuestra gente, con el oído siempre puesto en el corazón del pueblo, y colocando a las personas en el centro de todas las políticas.
Porque solo así vamos a romper el círculo vicioso entre pobreza y subdesarrollo.
Sólo así vamos a iniciar un círculo virtuoso, de mayor desarrollo de las capacidades, de equidad social, de crecimiento económico y sobre todo, y más importante, un círculo virtuoso de felicidad para nuestro pueblo.
Para garantizar este objetivo reestructuremos el Gabinete Social como espacio de Coordinación de todas las políticas y programas sociales del gobierno, que serán una prioridad en nuestra gestión.
Por otra parte, reorganizaremos al conjunto de dependencias públicas, que ejecutan iniciativas de protección y asistencia social para reducir solapamientos y duplicaciones, y para asegurar un mayor impacto y direccionalidad.
Bajo esta dirección, articularemos 3 poderosas iniciativas, destinadas a lograr resultados de impacto:
En primer lugar, el Programa Solidaridad, de transferencias condicionadas y focalizadas, será fortalecido. Incluiremos al menos 200,000 nuevas familias en el Programa Solidaridad, en nuestro periodo de gobierno.
A este programa, uniremos la exitosa estrategia Progresando, desarrollada bajo el liderazgo de la ahora Vicepresidenta de la República, Dra. Margarita Cedeño de Fernández, y ambas, las articularemos con las políticas activas de empleo y con las estrategias y proyectos de desarrollo local.
Además, quiero anunciar aquí la creación de una nueva iniciativa:
El programa Quisqueya sin Miseria, que inicialmente pondrá especial énfasis en las poblaciones más vulnerables, con los propósitos de reducir la pobreza y las desigualdades sociales, promover y defender la economía familiar y contribuir a la seguridad alimentaria y nutricional del país.
El programa Quisqueya sin Miseria promoverá y fortalecerá, tanto la organización en asociaciones y cooperativas, como las alianzas con otros sectores de la economía; en particular, con el turismo y las pequeñas y medianas empresas industriales; al mismo tiempo que fomentará la defensa y conservación de la naturaleza.
Sus estrategias de trabajo se basarán en la coordinación de esfuerzos de múltiples ministerios y órganos del Estado, con iniciativas del sector privado empresarial y de organizaciones sociales.
Invito a todos y todas a impulsar el desarrollo de una clase media del campo. Vamos a hacer de nuestro sector agropecuario, un motor de desarrollo. Vamos a hacer de la Solidaridad, una gran fuerza productiva.
Así pues, la iniciativa Progresando, junto al programa Solidaridad y el programa Quisqueya sin Miseria, conformarán tres ejes fundamentales de nuestra estrategia, para reducir la pobreza y la desigualdad social.
Son programas que, además de dotar a los beneficiarios de subsidios de servicios de salud, de educación, de mejoras en sus viviendas y en sus comunidades persiguen el desarrollo de capacidades para salir del círculo vicioso de la pobreza.
Nuestro propósito es que las familias reciban la solidaridad de la sociedad y del Estado y, de esa forma, desarrollen sus potencialidades y aprovechen las oportunidades para incorporarse al mercado laboral.
Señoras y Señores,
Una de nuestras primeras acciones de gobierno será declarar la eliminación del analfabetismo como alta prioridad nacional.
Tenemos que sentir como una ofensa nacional, social y personal, que existan hermanos y hermanas esclavizados por la ignorancia.
Estamos recibiendo el apoyo técnico de la UNESCO y de países hermanos, que han realizado con éxito esfuerzos similares. El próximo 8 de septiembre, Día Mundial por la alfabetización, presentaremos al país el Plan para una gran movilización nacional, un esfuerzo conjunto del Estado y de la sociedad, con el que queremos lograr que, en dos años, el 8 de septiembre del 2014, nuestro país pueda ser declarado y reconocido internacionalmente por la UNESCO, como territorio libre de analfabetismo.
Desde este momento, invitamos a todos los dominicanos y dominicanas de buena voluntad, a ser protagonistas de esta hermosa epopeya.
Organizaremos y capacitaremos legiones de servidores públicos y de voluntarios, que llegarán al último rincón de la patria para apoyar a nuestros hermanos y hermanas.
¡Vamos Compatriotas, que nadie se quede rezagado!
¡Llevemos el amor y la esperanza hechos letras a más de 700,000 dominicanos y dominicanas, que nos están esperando! ¡Será una victoria que recordaremos para siempre! ¡La educación es el nuevo nombre de la libertad!
La educación transmite, no solo conocimientos, sino también, una cultura, una forma de pensar y de comprender al mundo. Es la verdadera llave del desarrollo.
Por eso, haremos de la educación y de la generación de puestos de trabajo dignos, los ejes fundamentales de las políticas sociales y económicas del gobierno.
Hemos asumido y cumpliremos el compromiso de destinar el 4% del PIB para la educación preuniversitaria. Será un esfuerzo sin precedentes en nuestra historia, que conllevará necesariamente un fuerte reordenamiento de las prioridades y la calidad del gasto público.
Que nadie abrigue la menor duda: Honraremos nuestro compromiso.
A partir del 2013, la República Dominicana invertirá anualmente el 4% del PIB, para construir un sistema educativo incluyente, con calidad, orientado a la construcción de una ciudadanía solidaria y a la creación de empleos, como lo ha demandado nuestra sociedad, y como es necesario para avanzar hacia un nuevo modelo de desarrollo.
Queremos y trabajaremos para construir una fuerte alianza entre el Gobierno, el empresariado, y las organizaciones sociales, para hacer realidad esta meta y desarrollar un nuevo modelo educativo, que nos permita avanzar hacia una sociedad más equitativa y solidaria, una economía próspera, y una vida en armonía con el resto de la naturaleza.
Hemos diseñado, antes de tomar posesión, los lineamientos de inversión en el sistema educativo para los próximos 4 años, que presentaremos a la sociedad en el marco de las conversaciones para el Pacto Social, antes señalado.
Yo tengo fe en los niños y en los jóvenes de República Dominicana. Ellos pueden aprender y crecer en el conocimiento. No podemos condenar a generaciones futuras a la ignorancia, o a una pobre formación. No me cansaré de repetirlo: La educación es el otro nombre de la libertad.
Pero también, hay que decir su reverso, para que suene con más crudeza y nos sacuda: La ignorancia es el otro nombre de la servidumbre social y humana. Por eso digo, la educación es un llamado del corazón.
La fuerza, el empuje y la determinación que da el amor, es lo que hará que, todos unidos y solidarios, triunfemos en esta batalla contra la ignorancia y la formación deficiente.
En las próximas semanas, iniciaremos la reestructuración del Ministerio de Educación, para descentralizar funciones, que no son el centro de su misión, tales como la construcción de edificaciones, la alimentación y la protección social. Y para desconcentrar la gestión, acercando las decisiones y los recursos hacia los centros escolares.
La adjudicación de las aulas escolares se hará con total transparencia y estricto apego a la normativa, en materia de compras y contrataciones. Se promoverá la participación de constructores establecidos en los municipios, provincias y regiones, donde se construyan estas obras.
Igualmente, propiciaremos, siempre que sea posible, la participación de la pequeña y mediana producción local, en los programas de alimentación escolar, y en el suministro de bienes a los centros escolares, para que aporten al fortalecimiento del desarrollo local.
Estamos comprometidos a avanzar, desde hoy, en el cumplimiento y ampliación de la jornada escolar.
En el primer año de gobierno, construiremos 10,000 nuevas aulas, y en 4 años, llegaremos al menos a 18,000.
Desde el año escolar que está por comenzar, ampliaremos el número de escuelas con jornada extendida y, para el 2016, por lo menos el 80% de nuestros estudiantes de ciclo inicial y básico, estarán incorporados en jornadas de 8 horas, con un currículo enriquecido, maestros más calificados y ambientes educativos dignos y con los recursos necesarios para un buen aprendizaje.
Iniciaremos a partir de las experiencias preliminares, los procesos de certificación de los educadores, a fin de fortalecer la carrera docente y para elevar la valoración social de nuestro magisterio.
Queridas Dominicanas,
Ustedes, mujeres de nuestra Patria, saben bien que tengo un inmenso agradecimiento en mi corazón y un compromiso inquebrantable. Lo saben, especialmente aquellas dominicanas, que más necesitan del apoyo del Estado, las madres solteras, las desempleadas, las que menos tienen. Ese compromiso, pueden estar seguras, será cumplido.
Y por eso, a partir del año escolar que se inicia ampliaremos la cobertura de la educación inicial, y desarrollaremos un sistema de estancias infantiles institucionales y comunitarias con escuelas para padres y madres, destinadas a promover su formación e incorporación en el mercado de trabajo.
Nuestras madres solteras no estarán solas, nuestras familias más humildes, no estarán desamparadas. Y nuestras próximas generaciones romperán la cadena de la pobreza, gracias a la educación.
En las próximas semanas, daremos inicio a la reestructuración y al desarrollo de un Sistema Nacional de Formación Técnico Profesional, para fortalecer la empleabilidad, con especial énfasis en los jóvenes y las mujeres.
Queremos que nuestro sistema educativo, sea un nivelador social, no un reproductor de las desigualdades. Ese, será el eje central de la transformación económica y social, que necesitamos y lograremos en los próximos 4 años.
Señoras y Señores,
Otro eje central de nuestra política será garantizar el derecho a la salud de calidad para todos los dominicanos y dominicanas. No podemos permitir que este derecho constitucional siga siendo un lujo para muchas familias. No vamos a tolerar que la salud sea una cuestión de poder adquisitivo.
Por eso, pondremos en marcha un paquete de medidas destinadas a eliminar toda desigualdad en este ámbito.
En primer lugar, vamos a redoblar los esfuerzos por el desarrollo del Sistema de Seguridad Social.
Garantizamos que toda familia empobrecida, será incorporada al Seguro Familiar de Salud, antes de concluir el 2015.
Esto significa incorporar un millón trescientos mil (1,300,000) dominicanos y dominicanas de escasos recursos al régimen subsidiado de la seguridad social.
Vamos a eliminar todas las barreras que sean necesarias, hasta lograr el acceso universal y gratuito a la salud. Y debemos hacerlo juntos, como una decisión responsable y solidaria, conscientes de que solo garantizando los derechos fundamentales de toda la población, lograremos construir el país próspero que deseamos.
Desde ahora anunciamos que progresivamente se eliminarán los cobros directos a los pacientes en los hospitales públicos. Nuestro horizonte es que ninguna persona se vea privada de atención en los servicios públicos, por carecer de recursos.
Al iniciar el año 2013 crearemos un Fondo para Gastos Catastróficos en Salud, que contribuya a disminuir el impacto negativo de los gastos no cubiertos por el Seguro Familiar de Salud.
Vamos a erradicar la escena cruel de una familia arruinada por la enfermedad de uno de sus miembros, o la de un familiar que no puede recibir tratamiento por falta de recursos.
Además, impulsaremos un programa de acceso universal a medicamentos de calidad, con tres componentes:
Las Farmacias del pueblo, El programa para enfermos crónicos, y un Programa de alianzas público-privadas.
Durante el año 2013 pondremos en funcionamiento las nuevas Farmacias del Pueblo que sean requeridas para alcanzar la meta de tener, al menos, una en cada municipio.
Desarrollaremos la Red Única de Servicios Públicos de Salud, para fortalecer la oferta de servicios y eliminar duplicidades y costos administrativos.
Impulsaremos un agresivo programa de calidad en nuestros hospitales, e impulsaremos la descentralización. Además, la red de Atención Primaria, será transformada progresivamente en un modelo de Salud Familiar y Comunitaria, con mayor capacidad de resolución.
También hemos definido como prioridad el desarrollo de un sistema de urgencias de salud que será parte, a su vez, de un sistema integral de respuesta ante emergencias, en el que también trabajarán de forma coordinada los cuerpos de seguridad y el órgano judicial, entre otras instancias.
Honorables Asambleístas e Invitados,
La mortalidad materna y la mortalidad infantil, no obstante los grandes esfuerzos y logros de la administración anterior, por los cuales merecen nuestro reconocimiento, continúan siendo un reto nacional.
Desde hoy anuncio mi firme decisión de hacer frente a esta situación y de convertirla en una prioridad fundamental para nuestro sistema de salud.
Nos comprometemos a lograr que en 2015, la tasa de mortalidad materna haya descendido por lo menos a 50 por cada 100,000 nacidos vivos, y nuestra mortalidad en menores de un año será menor de 15 por mil nacidos vivos.
De la misma forma, impulsaremos el desarrollo y transformación de nuestro sistema de pensiones, con el objetivo de garantizar un retiro digno a nuestros mayores.
Y lo vamos a hacer, porque creo firmemente que es en acciones como ésta que una sociedad muestra sus verdaderos valores humanistas. Una sociedad con valores, una sociedad que ama y respeta a cada hombre y mujer de esta Patria no puede condenar a la indigencia y al desamparo, a sus envejecientes. No lo permitiremos, tienen mi compromiso de que así será.
Daremos inicio a las pensiones solidarias, aplicaremos un nuevo marco legal para las pensiones de reparto y propiciaremos la adecuada inversión de los Fondos de Pensiones, para beneficio de sus afiliados y de toda la sociedad.
Queridas Dominicanas,
Vuelvo a dirigirme ahora a todas ustedes para reafirmar las palabras que dije tantas veces durante mi campaña: Las mujeres tendrán un papel muy relevante en mi gobierno, el papel que les corresponde por derecho y que considero una obligación moral garantizarles. La equidad de género será un eje transversal presente en todas nuestras políticas.
Pero además estoy decidido a poner en marcha una serie de medidas dirigidas, específicamente, a mejorar las condiciones de vida de las mujeres y el respeto a sus derechos.
Paralelamente, vamos a desarrollar esfuerzos por la equidad de género y por la conciliación familiar, para facilitar el acceso de las mujeres a la vida laboral, sin renunciar a la crianza de los hijos.
Igualmente, asumimos la responsabilidad de desarrollar un esfuerzo integral para erradicar esa horrible lacra que nos avergüenza, que es la violencia familiar y de género.
Nuestra respuesta ante estos abusos es muy clara: Tolerancia Cero. Y ya hemos delineado planes integrales destinados a combatir este flagelo.
Implementaremos una respuesta coordinada del Estado en contra de la violencia de género y de la delincuencia juvenil: El programa “Vive mujer” instalará unidades de atención a las víctimas incluyendo guarderías para niños/as y adolescentes.
Además, se creará un cuerpo especializado para la protección y seguimiento de las víctimas. Reforzaremos las acciones de represión y sanción de los delitos de agresión, así como los sistemas de información que permitan monitorear y evaluar las intervenciones, además de reforzar las políticas y estrategias.
Ampliaremos los hogares, los centros de acogida y los programas de consejería para hombres agresores. Promoveremos la vida solidaria y la hombría responsable en el sistema educativo y propiciaremos el involucramiento comunitario en la prevención de la violencia familiar.
Amigas y Amigos,
No puedo dejar de hablarles de uno de los asuntos que más preocupa a nuestra población y que, sin duda, será tratado con la máxima responsabilidad y dedicación, por nuestro gobierno desde el primer día.
Me refiero a la Seguridad Ciudadana.
En este acto solemne quiero reiterar una vez más mi firme compromiso con la vida y la seguridad de nuestros hombres y mujeres.
No quiero un pueblo con miedo de salir a las calles, no quiero más jóvenes que pierdan la vida, ni más hogares destruidos por la violencia.
Y para lograrlo, en primer lugar, impulsaremos la Reforma Integral de la Policía Nacional, bajo el liderazgo del Ministerio de Interior y Policía.
Quiero una nueva policía para nuestro país, una policía moderna, en la que se respete el escalafón y el mérito.
Mejoraremos los salarios y los servicios de seguridad social a nuestros agentes, tal como les prometí durante la campaña. Les dotaremos de mejor equipamiento y transformaremos la academia, con formación continua y especializada, que permita a nuestros cuerpos de policía, dar una mejor respuesta a los ciudadanos.
Respaldaremos el recién creado Observatorio de Seguridad Ciudadana, como centro de recepción de información, para construir un mapa de la criminalidad en el país, y asumir acciones preventivas.
Desarrollaremos el programa “Vivir tranquilo”, para fortalecer los mecanismos de vigilancia policial en barrios de altos índices de conflictividad.
Este programa será acompañado de iniciativas de desarrollo local específico en materia de urbanismo, deporte, generación de empleos, asistencia social y educación, porque nuestro objetivo es hacer frente a la inseguridad desde un enfoque integral.
En los próximos meses, estaremos anunciando al país los detalles del funcionamiento del sistema integral de emergencias 911 destinado a proteger y asistir de manera efectiva a la población en todo tipo de situaciones de emergencia, ya sea por actos criminales, problemas de salud, incendios u otras causas.
Crearemos una central que atienda de forma rápida y efectiva cualquier emergencia. Vamos a darle a la población el servicio y la atención que merecen y, de esa forma, lograremos restablecer su confianza en las instituciones públicas.
Estoy decidido a ponerle fin a la impunidad en nuestro país, mediante la lucha decidida contra la criminalidad y la corrupción.
Respeto profundamente la autonomía del poder judicial.
Y desde ese respeto, promoveré en todas las instancias la cultura de la legalidad y la transparencia.
Vamos a fortalecer las capacidades del Ministerio Público en todo el territorio, tecnificando la investigación penal y la persecución del delito.
Además, en los próximos días pondremos en marcha la Dirección Nacional de Ética e Integridad Gubernamental, que sustituirá a la Comisión Nacional de Ética y Combate a la Corrupción.
Será el órgano responsable de fomentar los comportamientos éticos e íntegros en la Administración Pública. Tendrá potestad para investigar las denuncias de corrupción por el solo rumor público, citar, interrogar, requerir informaciones a entidades públicas y privadas y aplicar sanciones disciplinarias, sin perjuicio de las que correspondan al Régimen Ético y Disciplinario de la Función Pública y a la Cámara de Cuentas.
Además, esta instancia supervisará que los órganos con competencias en las acciones investigadas actúen con rapidez.
Hoy, quiero hacer especial énfasis en este anuncio, ponemos también en vigencia el Código de Pautas Éticas, que contribuirá a desarrollar y fortalecer el gobierno ético y moral que he prometido.
Un Código de Ética que suscribirán todos los servidores públicos al momento de ser designados en altos cargos, donde cada designado o designada asumirá un compromiso ante mí y ante la Sociedad Dominicana, a través del cual se establecen las normas básicas de comportamiento que aceptarán cumplir por el solo hecho de ser designados.
El primero en suscribir este Código seré yo, como muestra de mi firme compromiso con el pueblo dominicano.
Señoras y Señores,
Vamos a generar al menos 400,000 nuevos puestos de trabajo digno en los próximos 4 años, porque la generación de empleo digno será un eje fundamental del nuevo modelo de desarrollo.
Esa es una meta clave para avanzar hacia una nueva era de crecimiento económico y calidad de vida. Haremos de nuestra economía una máquina para generar puestos de trabajo dignos. Tecnología, financiamiento y mercados son las principales estrategias que aplicaremos, junto al fortalecimiento del clima de negocios.
Hemos diseñado estrategias que combinan el fortalecimiento de nuestro aparato productivo, el fortalecimiento de las capacidades de asociación y la creación de poderosos estímulos al emprendimiento y autoempleo.
Defenderemos la calidad de vida de las clases medias, manteniendo contenida la inflación y el costo de la vida y desarrollaremos servicios básicos de calidad, facilitando así la adquisición de viviendas en condiciones accesibles de financiamiento.
Las familias de clase media, deben saber que el Gobierno será su aliado, que respaldaremos sus esfuerzos por mejorar su calidad de vida y defenderemos su capacidad de producción y de consumo.
Quiero ahora dirigirme especialmente a los jóvenes, a aquellos que también unieron sus esperanzas a las mías y me eligieron como Presidente y a los muchos que prefirieron no votar y que desconfían de toda la clase política.
A esa juventud que siente y vibra por su país, que mira con indignación y frustración su título universitario, sin conseguir un empleo, que deambula hasta la fatiga, sin conseguir quien confíe en su buena idea de negocio y esté dispuesto a financiarla.
A ti, joven, que con razón te irritas ante la falta de oportunidades y que día a día te planteas la necesidad de un país más justo y de una institucionalidad pública más transparente y comprometida con servir al país.
A ti te digo, que es hora de movilizarse, de hacer de esa indignación una fuerza positiva.
De darle una oportunidad a tus ideas y a tus esperanzas porque, a partir de hoy, el gobierno será aliado de tus emprendimientos e iniciativas, el gobierno estará de tu lado, para acompañarte y apoyarte. Los invito a ser protagonistas, actores principales de la emoción de empujar nuestro país, hacia un nivel mayor y mejor de desarrollo.
Joven, nuestro país te va a ofrecer oportunidades para conseguir un puesto de trabajo, una trinchera desde donde puedes pelear con tus mejores energías, a favor de todas tus ideas. Te invito a renovar la esperanza. Joven dominicano, tu futuro está en nuestro país.
Mi compromiso es ofrecerte la oportunidad de comenzar y avanzar en la vida con seguridad, libertad, trabajo y realización personal. Vamos a construir juntos un país de oportunidades.
Dominicanos y Dominicanas,
Estoy decidido a que este gobierno haga historia por ser el gobierno que transformó e impulsó la mayor fuerza creadora de empleo de nuestro país, que no es otra que las micros, pequeñas y medianas empresas. En ese sentido, presentaremos en lo inmediato ante las Cámaras Legislativas el anteproyecto de ley que transformará el Ministerio de Industria y Comercio en un Ministerio de Industria, Comercio y Pymes.
Como parte del nuevo Ministerio se creará también la Dirección Nacional de PYMES, con el único propósito de implementar, en los próximos días, el Programa Integral de apoyo a las PYMES (MASPYMES) para el cual nos disponemos asignar, con el apoyo de la Unión Europea, mil millones de pesos (RD$1,000,000,000) de forma gradual.
Este programa tendrá presencia nacional, a través de una ventanilla virtual en la Red, pero además, presencia física en las 7 regiones productivas del país.
Así, pretendemos dar apoyo integral a todas las pymes nacionales.
El programa contempla asistir a más de 15 mil pequeños y medianos empresarios en los próximos 36 meses, apoyándolos con ayuda técnica y asesoramiento en materia de acceso a la información, mejora de la productividad, calidad, ahorro energético, mejora de procesos, innovación, exportación y uso de tecnología.
Además, en las próximas semanas iniciaremos un programa nacional masivo para simplificar la formalización legal de las micro y pequeñas empresas, basado en un sistema de ventanilla única que centralice todos los procedimientos requeridos en un solo paso y a bajos costos.
Crearemos las condiciones necesarias, para que las Pymes se aprovechen de los beneficios que les ofrece la Ley de Compras y Contrataciones Públicas, para que éstas, sean suplidoras importantes del Estado y de las grandes empresas. Para ello, en los próximos días, estaremos promulgando un decreto que modifica el reglamento de compras y contrataciones.
Estas iniciativas, por supuesto, irán acompañadas también por medidas destinadas a garantizar el financiamiento de este sector, que ha sido siempre su gran talón de Aquiles.
Para dar respuesta a esta necesidad, el Banco de Reservas pondrá en marcha diferentes instrumentos financieros.
En primer lugar, destinará cuatro mil millones de pesos (RD$4,000 millones) a las PYMES, con una cartera inicial de RD$1,000 millones, que será incrementada conforme a la evolución de la demanda de créditos.
Por otra parte, se creará un Fondo de asistencia Financiera a las Microfinanzas, en el que Banreservas aportará RD$300 millones y el Gobierno aportará la misma cantidad.
Con esta suma se concederán inicialmente 45,000 operaciones crediticias, tomando en cuenta que el monto promedio de microcrédito en República Dominicana oscila los RD$15,000.
Paralelamente, iniciaremos el programa Banca Solidaria dentro de corto tiempo, con recursos frescos para destinarlos a las familias pobres, especialmente a las mujeres jefas de hogar, con bajas tasas de interés.
Este programa persigue afianzar la inclusión financiera y al sistema productivo, que provocará una democratización del derecho al crédito, y la creación de capital social utilizando la metodología de grupos solidarios.
El banco iniciará con un capital de mil millones de pesos (RD$1,000,000,000), y en su primer año de operación se proyecta beneficiar a 75 mil personas.
Señoras y Señores,
Como sostuve siempre, el turismo será la locomotora del desarrollo nacional.
La meta de 10 millones de turistas al año es el objetivo principal que debemos alcanzar en la próxima década, mediante la ejecución de los programas y proyectos que hemos considerado prioritarios.
La legislación existente será adaptada a la realidad de los planes de desarrollo del gobierno y a la competencia regional. Crearemos las facilidades para atraer una nueva oleada de inversiones en el sector, al tiempo que canalizaremos nuevas opciones de financiamiento para estimular la inversión privada en la industria turística.
Más allá de la oferta de sol y playa tomaremos decisiones firmes para desarrollar en la práctica el concepto de multi-destino con amplia diversidad, incluyendo turismo comunitario, ecológico, de aventura, cultural, y otros, para lo cual, los ministerios de Turismo, Medio Ambiente y Cultura, entre otros, desarrollarán políticas conjuntas, articuladas con proyectos de desarrollo local.
Además, seguiremos desarrollando nuestra marca país, con un agresivo plan de mercadeo y, paralelamente, reforzaremos los mecanismos de seguridad en el sector.
Incentivaremos la Industria de Cruceros, desarrollando los proyectos que atraerán este mercado, con la finalidad de convertir a la República Dominicana en una opción de Puerto Madre (Home Port) del Caribe.
Dominicanos y Dominicanas que viven en el campo,
También nuestro sector agropecuario vivirá un renacer, porque estamos decididos a resolver problemas estructurales que les afectan, como el financiamiento, los seguros agrícolas y la propiedad de la tierra.
En primer lugar, impulsaremos el programa más ambicioso de titulación de tierras de la Historia de nuestro país, porque sabemos que ese es el mejor estímulo a la producción que podemos darle a nuestros campesinos.
Para lograrlo, anuncio hoy la introducción al Congreso Nacional del proyecto de ley que establece la Estrategia Nacional de Titulación de Inmuebles y crea la Oficina Nacional de Registro Inmobiliario.
Así, habilitaremos nuevas figuras para que los particulares puedan acceder al título con seguridad y mayor facilidad, de modo que la titulación definitiva de la vivienda y de la propiedad rural, sea un hecho en la República Dominicana.
Nuestra meta es alcanzar 150,000 nuevos inmuebles titulados en 4 años, para anular el fenómeno de la extralegalidad en 12 años.
Paralelamente, apoyaremos a nuestro sector agropecuario garantizando el acceso al crédito, facilitando fondos a través de la banca privada y de un Banco Agrícola renovado y fortalecido.
En cumplimiento de nuestra promesa de campaña, gestionaremos un aval del equivalente en pesos de mil millones de dólares (US$1,000,000,000) para asegurar el financiamiento al sector agropecuario, a través del sistema financiero formal e impulsar la reconversión productiva en las áreas que sean requeridas.
Además, reforzaremos el Fondo Especial para el Desarrollo Agropecuario (FEDA) con el fin de canalizar crédito solidario blando para las pequeñas y medianas empresas familiares de origen agropecuario.
Esto nos permitirá fortalecer la economía familiar campesina, así como asegurar el autoconsumo y la generación de ingresos a las familias más vulnerables de la zona rural.
Adicionalmente, pondremos en vigencia la ley que crea el Sistema de Seguro Agropecuario de forma inmediata, mediante un aporte inicial del Estado de cien millones (RD$100,000,000).
Señoras y Señores,
Estoy decidido a hacer de la inversión pública un pilar del desarrollo, además de un ejemplo de transparencia y eficiencia.
Y para lograrlo priorizaremos, como nunca antes, aquellas inversiones que contribuyan a impulsar el desarrollo en las zonas más deprimidas del país. Me refiero a áreas como la electrificación rural, proyectos de agua y saneamiento o infraestructuras vinculadas a proyectos de desarrollo local.
Iniciativas que, además de permitir llevar el progreso a todos los rincones de nuestra geografía, nos permitirán crear miles de puestos de trabajo.
Nos proponemos concluir la construcción de todas las escuelas y establecimientos hospitalarios que están aún sin terminar, con el propósito de entregarlos a las comunidades. Y, además, dotaremos a todas las escuelas del Estado que sean posibles de un comedor para nuestros niños.
De la misma forma, daremos un impulso sin precedentes a la construcción de viviendas populares. Vamos a hacer todos los esfuerzos necesarios para reducir el déficit habitacional, que aún sufre nuestro país.
Quiero que las grandes mayorías populares de nuestro país tengan acceso a un hogar digno en el que puedan vivir felices y ver crecer a sus hijos.
En forma determinante, iniciaremos el mejoramiento y dignificación de las áreas más vulnerables a nivel nacional y, paralelamente, facilitaremos el acceso a la vivienda a las clases con ingresos bajos, medios bajos y medios. Asimismo, crearemos programas especiales de viviendas en beneficio de los servidores públicos.
Y si hablamos de infraestructuras, por supuesto, no puedo dejar de lado un tema crucial para nuestro país, que ya mencioné anteriormente y que necesita de una solución definitiva.
Me refiero al sector eléctrico.
Sin electricidad no hay desarrollo, es así de sencillo.
Parece mentira, que en la segunda década del siglo XXI tengamos que decirlo, y lo cierto es que no podemos esperar más para encarar con voluntad definitiva este problema.
Por eso, he decidido declarar al sector eléctrico de “Alta y Estratégica Prioridad para el Desarrollo Económico Nacional”.
Este gobierno tiene la determinación de trabajar en tres frentes fundamentales que requieren de una solución definitiva para poner fin ha la siempre y eterna crisis eléctrica:
En primer lugar, las altas pérdidas en las empresas distribuidoras, en segundo, la generación de bajo costo y por último, pero no menos importante, la regulación e institucionalidad del sector.
Nos proponemos firmar un pacto de largo plazo y cambiar radicalmente el esquema actual del subsidio.
En los sectores de menores ingresos crearemos cooperativas eléctricas para la comercialización de la electricidad y mantendremos el subsidio del Bonoluz focalizado solo para los estratos más desposeídos y hasta un máximo de 100 kWh/mes, utilizando para ello medidores prepago, para que los usuarios puedan comprar, al igual que lo hacen con el celular, la cantidad de energía que requieran.
En una segunda etapa de reformas, y siempre preservando el Estado la propiedad de las Empresas Distribuidoras, cuando se estime necesario, concesionaremos al sector privado la actividad de comercialización y subcontrataremos la instalación de contadores tele-medidos y un sistema de control, que permita detectar con precisión donde se producen las pérdidas.
Esta opción, ya está funcionando actualmente con bastante éxito en seis circuitos con un total de 30,000 usuarios, tanto en Edenorte como en Edesur.
Paralelamente, seguiremos mejorando las redes de distribución, dando prioridad a aquellas que se encuentran en condiciones de alto riesgo para la población.
Seguiremos modificando la matriz energética con el ingreso al sistema en el mediano plazo de 1,000 a 1,500 megavatios nuevos de bajo costo y de menor impacto ambiental, reduciendo la dependencia de combustibles altamente contaminantes y con precios sumamente volátiles.
Es tal la importancia estratégica que adjudicamos a esta área, que crearemos el Ministerio de Energía y Minas, como órgano encargado de la formulación, evaluación y control de las políticas estratégicas del sector energético de nuestro país.
Comenzaremos así a resolver nuestro tema eléctrico, con la firme decisión de sentar bases duraderas para solucionarlo definitivamente.
El siglo XXI no se detendrá por nosotros. Así que: compatriotas, ¡manos a la obra!
En materia de medio ambiente y recursos naturales, la meta principal será lograr que el agua sea clave para el crecimiento sostenible y el combate a la pobreza, y que sea fuente de vida y prosperidad.
Para esto, utilizaremos el sistema de Gestión de Cuencas Hidrográficas como eje central en el manejo sostenible de las tierras.
La política ambiental estará cimentada en los siguientes programas: Agua, Biodiversidad, Bosque, Calidad de Vida Urbana, Adaptación al Cambio Climático y Producción Más Limpia, Mercados Verdes, y Sostenibilidad de los Procesos Productivos.
Pero también propiciaremos, a través del Congreso, la aprobación de los anteproyectos de leyes de agua, saneamiento, recursos forestales, biodiversidad, seguridad de la biotecnología y pago o compensación por servicios ambientales.
Quisiera ahora, aquí en este momento, frente a nuestros ilustres invitados, dignatarios y representantes de países hermanos, a quienes agradezco una vez más su presencia, hablar brevemente sobre nuestras prioridades en materia de política exterior.
Ante ellos reafirmamos nuestro compromiso con el fortalecimiento de relaciones internacionales de respeto y beneficio mutuo. Somos amantes de la paz y promovemos la solidaridad, la tolerancia y el respeto a la diversidad, así como el derecho de todo pueblo a elegir y conducir su propio destino.
Valoramos y acompañaremos los esfuerzos de integración de América Latina, así como las alianzas y Pactos inter-regionales, que no significan simples acuerdos económicos, sino un verdadero esfuerzo de integración cultural y política.
Ya la historia nos está enseñando con claridad que integración es la palabra de los tiempos presentes y futuros. Por eso también, asumiremos y respetaremos los compromisos internacionales de nuestro país y agradecemos la cooperación solidaria que nos brindan.
Esta etapa global de la historia humana exige que nosotros superemos nuestra insularidad con una firme voluntad política y sigamos, por tanto, consolidando nuestra política exterior como herramienta clave para el desarrollo.
Nuestra política comercial, nuestra política de atracción de inversiones turística y cultural se sentirá en todo el mundo.
Como prometimos en la campaña, nuestros recursos humanos en el servicio exterior habrán de convertirse en agentes de oportunidades para todas las áreas enunciadas.
Esto conlleva una reestructuración del Ministerio de Relaciones Exteriores que incluya la institucionalización, profesionalización y racionalización del servicio exterior dominicano.
Merece especial atención para nosotros la relación armoniosa con nuestro vecino país Haití, con quien trabajaremos de inmediato en el inicio de la propuesta para la firma de un acuerdo de libre comercio.
No podemos olvidar que se trata de nuestro segundo socio comercial más importante.
En un sólo día de actividad comercial binacional, en la frontera de República Dominicana y Haití, se movilizan más mercancías que en todo un año de exportaciones a Centroamérica.
Por tanto, es necesario eliminar las condiciones anárquicas de este intercambio comercial entre nuestros países, creando puntos fronterizos modernos, seguros, y confiables.
No tengo dudas de que esta política traerá muchos beneficios para nuestros micros, pequeños y medianos empresarios, así como también a los trabajadores y trabajadoras haitianos y dominicanos. En definitiva, servirá al progreso de toda nuestra querida isla.
Paralelamente, me comprometo a crear una política migratoria clara y transparente, respetuosa de los Convenios Internacionales suscritos por la República Dominicana en materia de Derechos Humanos y Derechos de los migrantes y sus familiares.
Implementaremos la reglamentación de la Ley de Migración, aprobada en el año 2012, y el Plan Nacional contra la Trata de Personas y el Tráfico ilícito de Migrantes.
Perseguiremos sin descanso los hechos de corrupción de funcionarios y militares responsables de aplicar las medidas migratorias y aplicaremos todo el peso de la ley a quienes sean encontrados responsables de trata y tráfico de personas.
Hermanos dominicanos que viven en el exterior, pueden estar seguros, yo también seré su Presidente y velaré por sus necesidades.
Crearemos el Instituto de los Dominicanos en el Exterior, tal como lo prometí en campaña, para estar más cerca de las necesidades de nuestros compatriotas residentes fuera de nuestro territorio.
Honorables asambleístas, distinguidos invitados, pueblo dominicano,
Hemos delineado las líneas maestras de la que será nuestra gestión de gobierno.
El grito de Capotillo resuena nuevamente llamando a una ciudadanía activa y protagónica a la construcción de una sociedad más justa y mejor.
No queda más que decir. Solamente invitarlos al esfuerzo compartido que hoy iniciamos.
¡Manos a la obra, compatriotas!
Vamos a fortalecer la institucionalidad democrática.
Vamos, juntos, a pensar a nuestro país en grande, del tamaño de nuestros sueños como pueblo, del tamaño de la esperanza, del tamaño de nuestras potencialidades y de nuestras capacidades.
Que el pueblo dominicano diga conmigo: ¡Manos a la obra!
Que lo expresen los grandes, medianos y pequeños empresarios, los obreros, los profesionales, los chiriperos, los motoconchistas, las madres y padres de familia, que lo digan los agricultores, los jóvenes, las mujeres, todos y todas, hasta los niños, cuya tarea es estudiar, jugar y ser felices.
¡Pongámonos todos juntos manos a la obra!
Sepan que tendrán en nosotros a un Presidente, que pondrá en marcha las políticas de Estado que ustedes, dominicanos y dominicanas, están esperando.
No vengo a administrar simplemente el país, vengo a darle otro nuevo y fuerte impulso al progreso y la inclusión social.
No voy a negociar con la mediocridad, no voy a negociar con los deshonestos, no voy a negociar con el desgano.
El pueblo dominicano me ha dado una gran responsabilidad.
La responsabilidad de dar respuesta al deseo de cambio y de renovación, que late en sus corazones.
Yo no traicionaré esa aspiración. Yo, hoy más que nunca se lo digo, en la solemnidad de este acto de juramentación, vengo a hacer lo que nunca se ha hecho.
Dios es testigo de mi sinceridad.
Mi guía será aquella frase del Evangelio: “Por sus frutos los conoceréis”.
Por eso, desde ahora, hablarán los hechos.
Hoy comienza el lenguaje de las transformaciones tan esperadas y de las realizaciones concretas. Pongamos lo mejor de nosotros para concretar los sueños y aspiraciones, no sólo de las generaciones presentes, sino también, de las que vienen detrás.
¡Que viva la República Dominicana!
¡Que vivan los Padres de la Patria!
¡Que vivan los Restauradores!
Que la Divina Providencia nos ilumine.
¡Muchas gracias!
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