jueves, 19 de enero de 2012

La Carta Pastoral del 21 de enero al completo



CONFERENCIA DEL EPISCOPADO DOMINICANO


CARTA PASTORAL

50º ANIVERSARIO DE LA CONFERENCIA
DEL EPISCOPADO DOMINICANO


“Den gracias por todo” (Tes 5, 18)

Introducción.-

1. San Pablo en su primera carta a los tesalonicenses nos dice: “Den gracias por todo. Eso es lo que quiere Dios de ustedes como cristianos” . El año pasado, al cumplirse quinientos años de las primeras Diócesis de América, Santo Domingo, La Vega y de San Juan Puerto Rico, les dirigimos una Carta Pastoral sobre lo que había supuesto la presencia de la Iglesia entre nosotros y sobre algunas características de esa larga historia. La hicimos para dar gracias a Dios y también con el espíritu de pedirle perdón por nuestras fallas y omisiones, luz y fuerza para los retos que nos esperan.

2. Como Pastores de las Iglesias Particulares que peregrinan en la República Dominicana, al cumplirse los cincuenta años de creación oficial de nuestra Conferencia, queremos este año dedicar la Carta Pastoral a esta misma Institución, que ha prestado notables servicios a nuestra Iglesia y a la Nación.

Fundamento Teológico.-

3. La Conferencia Episcopal, como Institución eclesial encierra verdades muy fundamentales de nuestra fe, con momentos muy luminosos de nuestra historia. Ella es una expresión del espíritu colegial y de la comunión que vincula a todos los Obispos . En la actualidad el reconocimiento formal de su existencia se debe al Concilio Ecuménico Vaticano II que al valorar su funcionalidad pidió establecerla en todas las naciones, dadas las brillantes páginas que ellas escribieron desde sus inicios .

4. Para su reflexión y acción de gracias a Dios queremos exponerles hoy esas verdades fundamentales. La Iglesia por designio divino y por su naturaleza -la salvación universal- es esencialmente universal. Piensa y actúa con vistas a toda la tierra habitada. De aquí que esa universalidad se expresó con el término griego “katholikos” (católica) o también “oikoumenē” (ecuménica) que se tradujo con la expresión “omnis orbis terrarum” (de todo el orbe de la tierra). San Policarpo, muerto hacia el año 156 de nuestra era, hablaba ya “de la universal Iglesia (katholiké ekklesía) esparcida por la redondez de la tierra” .

5. En Cristo todos los seres humanos son llamados a formar parte del pueblo de Dios. Por lo cual este pueblo siendo uno y único abarca el mundo entero y todos los tiempos.

6. Esta Iglesia universal, sin embargo, estuvo distribuida desde sus comienzos en Iglesias Particulares o Diócesis que representan en cada lugar plenamente a la Iglesia Universal . Por distribuida queremos expresar “hacer presente”. Esto significa, ante todo, que la Iglesia local -que hoy llamamos “Diócesis”- no es una sección o provincia de la Iglesia Universal. Por lo tanto, “guardémonos bien de concebir la Iglesia universal como la suma o, si se puede decir, la federación más o menos anómala de Iglesias particulares esencialmente diversas. En el pensamiento del Señor es la Iglesia, universal por vocación y por misión” . La Iglesia como misterio de salvación en Cristo y por Cristo bajo la acción del Espíritu Santo, está enteramente en todo lugar .

7. La Iglesia Particular o Diócesis no sólo pertenece a la Iglesia Universal sino que es la Iglesia. Las comunidades de los distintos lugares son llamadas en los libros sagrados del Nuevo Testamento y en los distintos documentos históricos de la época con el nombre propio e igual de Iglesia y es de notar que el singular y el plural se usan indistintamente. Y aunque el Nuevo Testamento en ninguno de sus escritos define y aclara, ni jurídica ni teológicamente, la relación entre Iglesia particular e Iglesia universal (esto lo fue haciendo con el tiempo), es cierto que las Iglesias particulares están unidas por algo más hondo y real que un nombre común y una organización superior a las Iglesias particulares . A todas ellas se les ha dado el mismo y único evangelio, los mismos dones divinos y servicios. Todas están bajo la gracia del único y mismo Padre. Tienen al mismo y único Salvador y Señor, Cristo . Y todas están regidas por el mismo y único Espíritu Santo que actúa a través de sus ministerios y servicios. Todas creen con la misma y única fe; se santifican por el solo y único Bautismo y se alimentan del mismo y único banquete eucarístico ; crecen y maduran con la Palabra de Dios, la oración y los sacramentos. En fin, se les ha dado todo lo que es necesario para la salvación eterna de los seres humanos: toda la promesa del evangelio y toda la fe.

8. Por todo esto no están solo externamente ligadas, sino interiormente unidas . Entre todas forman no sólo una organización eclesiástica sino una sola Iglesia. Todas las Iglesias Particulares o Diócesis son el mismo misterio de salvación en Cristo encarnado en las características, idiosincrasia y cultura de cada lugar. La Iglesia, según todo esto, no es una super-organización que engloba a todas las comunidades aisladas sino la Iglesia de Dios que está presente en cada lugar.

9. Coherentemente, cada Obispo que está al frente de una Iglesia Particular o Diócesis tiene, además de la función pastoral en su Diócesis, una función pastoral también sobre la Iglesia Universal .

10. Pedro y los demás apóstoles formaron por institución divina un colegio apostólico que era llamado “Los Doce”. Por esto, el Papa, cabeza de la Iglesia, como sucesor de Pedro, y los Obispos como sucesores de los apóstoles, están unidos colegiadamente, punto en el que una y otra vez insistió el Concilio Vaticano II .

11. “Los Obispos, en virtud de la consagración sacramental y por la comunión jerárquica con la cabeza y miembros del Colegio son constituidos miembros del Cuerpo episcopal. ‘Este Cuerpo episcopal, que sucede al Colegio de los Apóstoles en el magisterio y régimen pastoral, más aún, en el que perdura continuamente el Cuerpo apostólico, junto con su cabeza, el Romano Pontífice, y nunca sin esta cabeza, es también sujeto de la suprema y plena potestad sobre la Iglesia universal, si bien no puede ejercer dicha potestad sin el consentimiento del Romano Pontífice’…” .

12. El Concilio Ecuménico Vaticano II en su Decreto Christus Dominus sobre el Ministerio Pastoral de los Obispos en la Iglesia, antes de definir qué es la Conferencia Episcopal, puntualiza: “Desde los primeros siglos de la Iglesia, los Obispos que estaban al frente de las Iglesias Particulares, movidos por la comunión de fraterna caridad y por el celo de la misión universal confiada a los Apóstoles aunaron sus fuerzas y voluntades para promover el bien común y el de la Iglesia. Por esto se organizaron los sínodos, los concilios provinciales y finalmente los concilios plenarios…”

13. Y continúa diciendo: En los tiempos actuales no es raro que los Obispos no puedan cumplir debida y fructuosamente su encargo si no unen cada día más estrechamente con otros Obispos su trabajo concorde y mejor trabado. “Ahora bien, como quiera que las Conferencias Episcopales, instituidas ya en muchas naciones, hayan dado magníficas pruebas de un apostolado más fecundo, este Sacrosanto Concilio piensa que conviene en gran manera que en toda la tierra los Obispos de la misma nación o región se agrupen en junta única, reuniéndose en fechas determinadas, a fin de comunicarse las luces de la prudencia y experiencia, deliberar entre sí y formar una santa conspiración de fuerzas para bien común de las Iglesias” . Dicho todo esto previamente, con precisión de Estatutos nos dice: “La conferencia episcopal es como una asamblea en que los Obispos de cada nación o territorio ejercen unidos su cargo pastoral para conseguir el mayor bien que la Iglesia proporciona a los hombres, sobre todo por las formas y métodos del apostolado, aptamente acomodado a las circunstancias del tiempo” .

Antecedente y Fundación.-

14. La Conferencia del Episcopado Dominicano tuvo como antecedente la creación de una Comisión Nacional Episcopal de cara a la Conferencia del Episcopado Latinoamericano que se celebró en 1955, en Río de Janeiro. Esa Comisión la conformaban Mons. Ricardo Pittini Piussi, Arzobispo de Santo Domingo, educador salesiano de amplia cultura; Mons. Octavio Antonio Beras Rojas, Arzobispo Coadjutor de Santo Domingo, un hombre de bondades y de elegante sencillez; Mons. Hugo Eduardo Polanco Brito, Obispo de Santiago de los Caballeros, un trabajador incansable y organizado; Mons. Francisco Panal Ramírez, Obispo de La Vega, un hombre de Dios, de vida austerísima; y Mons. Tomás Francisco Reilly, Obispo de la Prelatura Nullius de San Juan de la Maguana (erigida Diócesis en el 1969), un Doctor en derecho canónico convertido en celoso y abnegado misionero de una zona muy amplia y deprimida. Posteriormente el cometido de esta Comisión era doble: elegir el delegado a la Primera Conferencia del Episcopado Latinoamericano; y construir y redactar la contribución de la Iglesia dominicana a esa Conferencia. Nos satisface que Mons. Beras Rojas, junto al Obispo brasileño Helder Cámara y el Nuncio Apostólico en Colombia, Mons. Antonio Samoré, fuese elegido secretario general de la primera Conferencia del Episcopado Latinoamericano.

15. Con excepción de Mons. Ricardo Pittini Piussi (+1961), los mismos Obispos que hemos señalado, además de Mons. Juan Félix Pepén Solimán, Obispo de la Altagracia, en Higüey (creada en el 1959), un hombre de fina inteligencia y defensor aguerrido de los campesinos, fueron los que oficialmente crearon ya el 22 de septiembre de 1962 la Conferencia del Episcopado Dominicano, y enviaron los Estatutos a la Santa Sede. Esta contestó con la aprobación “ad experimentum”. Conforme a esto, y enviados los Estatutos definitivos, la erección oficial de la Conferencia del Episcopado Dominicano quedó fijada en 1962. Algo muy típico de aquellos primeros tiempos era el magnífico ambiente en que se desarrollaban las reuniones. Era un ambiente de profunda y sincera fraternidad y amistad. Favorecía esto la contagiosa bondad, empatía y sencillez de Mons. Beras Rojas y el respeto y cariño que hacia él sentían los otros cuatro Obispos. No se discutía. Se intercambiaban pareceres y se decidía siempre por unanimidad. Esto ha quedado como un gran legado a lo largo de los años en la Conferencia del Episcopado Dominicano hasta el día de hoy, orgullo y gozo de siempre.

Crecimiento y Desarrollo.-

16. En 1966 se producen los primeros cambios. Mons. Hugo Eduardo Polanco Brito es designado Administrador Apostólico Sede Plena de Santo Domingo, Mons. Roque Antonio Adames Rodríguez es nombrado Obispo de Santiago y Mons. Juan Antonio Flores Santana, Obispo de La Vega con lo cual ambos Obispos pasan a ser miembros de la Conferencia del Episcopado Dominicano. Al ir sucesivamente creándose nuevas Diócesis y ser elegidos algunos Obispos Auxiliares, el número de los Obispos integrantes crece poco a poco hasta llegar al número de 19 en la actualidad: once Obispos Ordinarios al frente de las once Diócesis existentes y del Obispado Castrense, que lo preside por estatuto el Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo, cuatro Obispos Auxiliares y cuatro Obispos Eméritos (Mons. Juan Ant. Flores Santana, Mons. Fabio M. Rivas Santos, S.D.B., Mons. Jerónimo Tomás Abreu Herrera y Mons. Francisco José Arnáiz Zarandona, S.J.).

17. La erección de nuevas Diócesis fue una notable visión y acierto de la Conferencia del Episcopado Dominicano. Esta iniciativa ha contribuido eficazmente al dinamismo de la Iglesia. A partir del 1962 fueron creadas las Diócesis de: San Juan de Maguana (1969), Barahona (1976), San Francisco de Macorís (1978), Mao-Montecristi (1978), Baní (1986), Puerto Plata (1996) y San Pedro de Macorís (1997). También cabe señalar aquí, la creación de una segunda Provincia Eclesiástica en la que quedaron reagrupadas las Diócesis del Cibao, y la elevación de Santiago de los Caballeros al rango de Arquidiócesis, el 14 de febrero 1994.

18. La Conferencia del Episcopado Dominicano, junto con otras Conferencias Episcopales de la zona, hizo diversos esfuerzos para crear un Secretariado Regional de Las Antillas. No fue posible y sucesivamente ha tenido encuentros con la Conferencia episcopal cubana, puertorriqueña, y sobre todo con la haitiana (aquí y en Haití).

19. La estructura interna de la Conferencia del Episcopado Dominicano en los primeros años fue paralela a la del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) para aprovechar mejor los diversos servicios que éste ofrecía a los Obispos latinoamericanos. Hoy, desde hace algún tiempo, responde a nuestras necesidades y divide su acción en seis áreas que integran las diversas Comisiones Nacionales de Pastoral: Formación y Espiritualidad (Presbíteros, Diáconos, Seminarios, Vocaciones, Vida Consagrada, Laicos); Palabra y Liturgia (Misión y Obras Misionales Pontificias, Kerigma y Catequesis, Liturgia, Doctrina de la Fe, Ecumenismo, Biblia, Comunidad, Congresos Eucarísticos Internacionales); Familia (Familia, Vida, Niñez y Adolescencia, Juventud, Tercera Edad); Pastoral Social (Social, CEDAIL-Justicia y Paz, Cáritas, Salud, Penitenciaria, Ecología); Educación (Escuelas Católicas, Formación Integral Humana y Religiosa, Universidades, Cultura, Comunicación); y Movilidad (Migrantes, Haitiana, Turismo - Aeropuerto - Apostolado del Mar, Santuarios). Cada Comisión está dirigida por un Obispo.

20. Además, existen las Comisiones Episcopales, integradas sólo por Obispos (Mixta CED-CONDOR, Seminario Mayor Santo Tomás de Aquino) y otras Instituciones, entre las que se destaca por su tarea y misión el Instituto Nacional de Pastoral, organismo de reflexión, conducción, orientación y animación de toda la acción pastoral de la Iglesia dominicana. Es a través del Instituto Nacional de Pastoral que la Conferencia del Episcopado Dominicano organiza su Asamblea Nacional de Pastoral e implementa y da seguimiento a sus Planes Nacionales de Pastoral.

21. A la cabeza de esta dinámica y funcional estructura está la Presidencia de la Conferencia del Episcopado Dominicano (integrada por el Presidente, el Vice-Presidente, el Secretario General -y Secretario General Adjunto-), con su Consejo permanente, su Comisión Económica y Financiera, y el Departamento de Prensa.

22. Desde su fundación hasta el día de hoy cinco han sido los Prelados que la han presidido, el Cardenal Octavio Antonio Beras Rojas (1962-1978), Mons. Juan Antonio Flores Santana (1978-1981), Mons. Hugo Eduardo Polanco Brito (1981-1984), el Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez (1984-2002 y 2008- ), Mons. Ramón Benito de la Rosa y Carpio (2002-2008). Y cuatro han sido sus Secretarios Generales, Mons. Francisco José Arnáiz Zarandona, S.J. (1962-2002), Ilmo. Mons. Ramón Benito Ángeles Fernández (2002-2008), Rvdo. P. Francisco Jiménez Rosario (2008-2011), Rvdo. P. Carmelo Santana Jerez (2011- ). Estos dos últimos, fueron Secretarios Adjuntos (el primero 2007-2008, el segundo 2008-2011). En la actualidad es Secretario General Adjunto el Rvdo. P. José Joaquín Domínguez Ureña (2011- ).

23. Gracias a Dios, desde el año 2005 la Conferencia del Episcopado Dominicano cuenta también con su Sede propia, un hermoso edificio en la Av. Rómulo Betancourt, No. 1608, equipado con suficientes oficinas para todas sus Comisiones, su Presidencia e Instituciones. También con salas de reuniones, comedor, cocina, dormitorio, amplio parqueo y una muy acogedora Capilla.

24. Mons. Juan Félix Pepén Solimán en sus memorias que llevan por título “Un Garabato de Dios”, en la página 222 escribe: “Vista como organismo funcional, la Conferencia del Episcopado Dominicano ha ido creciendo a lo interno como modelo eclesial de organización y eficiencia visible. Esto no se logra, claro está, sin una dedicación plena y capaz en la preparación de las agendas de trabajo y en la coordinación”.

Aportes a la Iglesia y a la Sociedad.-

25. Al margen de errores y desaciertos, que lamentamos y que confiamos a la entrañable misericordia de Dios y a la comprensión de nuestros fieles y conciudadanos, la hoja de servicio en estos 50 años de la Conferencia del Episcopado Dominicano ha sido espléndida.

26. En primer lugar, están la creación de magníficas Instituciones: la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), en Santiago, con su extensión Recinto Santo Tomás en la Capital; el Instituto Nacional de Pastoral; el Instituto de la Familia, adscrito a la Universidad Católica de Santo Domingo; el Centro Dominicano de Asesoría e Investigaciones Legales (CEDAIL); el Tribunal Eclesiástico Nacional, el Semanario Católico Nacional Camino, Televida, el Canal de la familia; Cáritas Dominicana, que en sus inicios, en colaboración con “Catholic Relieve Services”, realizó el primer programa de ayuda a los pobres después de los largos años de tiranía, y que en la actualidad se ha convertido en una pujante institución constructora de la caridad, la solidaridad y el desarrollo de los más necesitados en cada una de las Diócesis del País.

27. A la muerte de Trujillo, la Conferencia del Episcopado Dominicano se preguntó qué podría hacer la Iglesia significativamente para los nuevos tiempos y la respuesta unánime fue crear una Universidad en Santiago de los Caballeros, caracterizada por la excelencia y exigencia, comprometida con el desarrollo de la Nación. Fiel a su característica y a su compromiso, a 50 años de su existencia, la PUCMM es altamente estimada y reconocida nacional e internacionalmente. De sus múltiples servicios a la sociedad baste mencionar los 61,816 profesionales graduados en las diferentes carreras y disciplinas. Nos satisface esto y les felicitamos por sus 50 años de buenas realizaciones, cuya celebración está en proceso de preparación.

28. En segundo lugar, un momento importante para la Iglesia dominicana en estos cincuenta años lo constituyó la apertura y realización del Primer Concilio Plenario Dominicano del año 2000. Decidido en 1984, en la XXII Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Dominicano, tuvo su primera sesión en 1990 y concluyó 1999, siendo publicado y puesto en vigencia en el año 2000, después de haber sido reconocido por la Congregación para los Obispos, bajo el Decreto Prot. No. 895/84 de fecha 10 de septiembre del año 1999. Como lo señala S.E. Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez “Nuestro Concilio Plenario requirió una larga y concienzuda preparación en base a estudios, consultas, múltiples reuniones en cada Diócesis y un gran flujo de informaciones sobre la naturaleza y objetivos, así como otros muchos datos sobre la Asamblea Sinodal y Conciliar que nos disponíamos a celebrar” .

29. En este Concilio se tratan concisa y claramente los temas: Ministerio de la Palabra y Catequesis, los Sacramentos, Organización interna de la Iglesia, sobre el Pueblo de Dios y las Áreas de Pastoral. La riqueza dada por este Concilio a nuestras Iglesias particulares es de un valor incalculable. “El abundante material del Concilio, desde los documentos preliminares, el acta de la reunión preparatoria, el ‘Instrumentum Laboris’ y las actas de las seis sesiones hasta el documento final aprobado por la Conferencia del Episcopado y reconocido por la Santa Sede, ha sido recogido en veintinueve volúmenes que se conservan en nuestros archivos para constancia histórica de lo que nuestra Iglesia trabajó en esos años, gracias al paso del Espíritu en medio de nosotros” .

30. En tercer lugar, está el confeccionar la contribución de la Iglesia dominicana a las cuatro Conferencias del Episcopado Latinoamericano y del Caribe (Medellín, Puebla, Santo Domingo y Aparecida-Brasil) y a todos los Sínodos mundiales de Obispos celebrados en Roma. Además, la elección del delegado o delegados a todos estos eventos. Sus aportes fueron siempre muy estimados. También la Conferencia del Episcopado Dominicano se responsabilizó de todos los preparativos y realización de las tres visitas a nuestra tierra dominicana del hoy Beato Juan Pablo II .

31. En cuarto lugar, está el servir de puente ordinario en las relaciones con la Santa Sede, el Consejo del Episcopado Latinoamericano y del Caribe (CELAM), el Gobierno, la sociedad dominicana y los partidos políticos nacionales.

32. Y, en quinto lugar, están también los pronunciamientos públicos que la Conferencia del Episcopado Dominicano ha ido haciendo al hilo de la marcha de la Nación y eventos especialmente tensos que se han sucedido en estos años. Diversos tipos de documentos ha usado: Carta Pastoral, Mensaje, Nota, Declaración y Comunicado. La Carta Pastoral es un documento expositivo en el que se reflexiona o desentraña algún punto de nuestra fe. El Mensaje es un documento exhortativo ante un momento o situación especial. La Nota es un documento sucinto que pretende aclarar algo. La Declaración es un documento que se emplea para describir una situación ante la cual la Conferencia fija una posición de carácter compromisorio. Y, el Comunicado es un documento de carácter informativo en el que se comunica una inquietud o parecer. Además de estos se han escrito otros: Alocución, Exhortación, Circular, Reflexión, Memorandum, Notificación, Decreto, Carta y documentos varios .

33. Todos los documentos hechos desde el año 1955 hasta el año 2002, fecha de la Instalación de la Conferencia en su nuevo y propio edificio, han sido editados en una interesante colección de tres tomos. Hoy, por decisión propia, la Conferencia del Episcopado Dominicano, todos los años con motivo a la fiesta de Nuestra Señora de la Altagracia, publica una Carta Pastoral, y con motivo del día de la Independencia Nacional, un Mensaje dirigido a todos los dominicanos y dominicanas en el que hace público cómo ve la realidad del momento. Estimamos mucho la benévola recepción que el pueblo dominicano ha tenido siempre a nuestros procedimientos.

34. Quien haya leído o lea todos los Mensajes anuales del día de la Independencia dominicana se convencerá de que la Conferencia del Episcopado Dominicano se ha sentido siempre obligada y comprometida a contribuir desde su misión con una nación más sana moralmente, más fraterna, justa y equitativa. En el momento presente la humanidad se siente muy preocupada por la gran crisis económica y financiera, alimentaria y política. Nosotros en cambio, sin negar lo anterior, proclamamos que la gran crisis moderna es humana y moral, el verdadero origen y causa de las crisis que se señalan y que tanto inquietan hoy. Nos preocupa en estos momentos que esa crisis moral haya ido enquistándose en el alma nacional. Aquí hay que situar la causa de la violencia en general que nos envuelve, de la creciente violencia contra la mujer y la familia, de la precariedad de los salarios y de los servicios básicos para todos, la dimisión de su deber educativo por parte de las familias, de la escuela y de los medios de comunicación social, la mediocridad de muchos políticos, la corrupción rampante. Nos preocupa todo esto y prometemos que al pueblo dominicano no le faltará ni nuestra voz sincera ni nuestra crítica como tampoco nuestro aliento al comportamiento correcto.

35. Muchos han sido los pronunciamientos de la Conferencia del Episcopado Dominicano que han tenido una fuerte repercusión. Sobresalen entre ellos la Carta Pastoral del 25 de enero de 1960, en la que se denuncian los sufrimientos y atropellos sufridos por el pueblo, y cuya copia fue remitida como anexo de una carta dirigida en la misma fecha a Rafael L. Trujillo Molina poniendo en evidencia sus desmanes; la de la corrupción en diciembre de 1975; la del diálogo social en enero de 1985; la del problema ecológico en enero de 1987, que la publicó en lugar prominente L´Osservatore Romano y la tradujo a varias lenguas y propaló la FAO, y la que abordó el problema de la inmigración haitiana creciente en noviembre de 2005.

36. Hay que destacar además que son cuantiosos los documentos de carácter formativo y exhortativos que la Conferencia del Episcopado Dominicano ha ofrecido para el crecimiento y la toma de conciencia de los ciudadanos, entre los que citamos el dedicado a la Educación (2001), a la construcción de la paz y erradicación de la violencia (1965, 1967, 2009), a la familia (1971, 1975, 1994), al bien común (1989, 1995, 1997), a la dignidad humana y defensa de la vida (1968, 2011) a la situación del hombre del campo y leyes agrarias (1967, 1973) a la Constitución de la República (1963, 2001, 2002), y sobre todo, los documentos dedicados a los distintos procesos de elecciones presidenciales, congresuales y municipales de la Nación. Más de 25 mensajes, con lo que sentamos todo un magisterio iluminador para el mundo de la política.

37. A todas estas iniciativas hay que añadir la exitosa celebración de la Feria Internacional del libro, en el 2011, dedicada al Vaticano con el espléndido pabellón de la Santa Sede y el de la Arquidiócesis de Santo Domingo. También la celebración del año jubilar por el 500º aniversario de las Diócesis de Santo Domingo y de La Vega. Por las Catedrales de ambas Diócesis fueron desfilando todas las parroquias, instituciones y organizaciones que las integran. Cientos de miles de fieles peregrinaron con la Cruz de la Evangelización y se prepararon para recibir las gracias de las Indulgencias Plenarias.

38. A partir de la Tercera Conferencia del Episcopado Latinoamericano celebrada en Puebla, siguiendo sus criterios y directrices, bajo la guía de la Conferencia del Episcopado, la Iglesia Dominicana entró en la era de los Planes Nacionales de Pastoral. Tres han sido tales planes y los tres de evangelización. El actual, en acción, es para impulsar la Nueva Evangelización. Es notable la integración de nuestros laicos. Uno de los frutos estimables de estos planes y del dinamismo de la Iglesia ha sido el de obligarnos a crear nuevas estructuras y a buscar la eficiencia en todo. Y fruto de ese dinamismo, poco a poco fueron surgiendo entre nosotros vocaciones para el sacerdocio presbiteral y para la vida consagrada, nuevos carismas, y nuevas formas de entrega a Dios y asociaciones espirituales o apostólicas.

39. En estos momentos en que es tan importante el uso de los medios de comunicación, la Conferencia del Episcopado Dominicano se hace presente con sus dos importantes programas, la Voz de los Obispos TV y Radio, en los diversos escenarios de la vida familiar y social, privada y pública, a través 22 canales de televisión y la red de emisoras católicas UDECA y otras que los transmiten. También está muy presente a través de la Internet con su página WEB, en el areópago virtual al que tantos hombres y mujeres tienen acceso . Del mismo modo, es un importante informativo e instructivo el Semanario Católico Nacional “Camino”, con más de 30 años de fundado manteniendo informados y actualizados a todos nuestros fieles y al pueblo dominicano sobre el acontecer de nuestra vida pastoral y la reflexión eclesial.

40. Damos gracias a Dios por el crecimiento y desarrollo que nos ha permitido experimentar en estos 50 años de creación oficial de nuestra Conferencia. Por el crecimiento de las Instituciones de la Iglesia dominicana, sus 11 Diócesis y el Obispado Castrense con sus más de 584 parroquias, sus 11 seminarios menores y sus 2 Seminarios Mayores, el Pontificio Santo Tomás de Aquino en sus dos recintos, Santo Domingo y Santiago y el Redemptoris Mater; por el crecimiento de nuestras vocaciones sacerdotales y religiosas, por nuestros sacerdotes, diáconos y seminaristas; por las nuevas fundaciones religiosas con sus casas de formación; por todas nuestras asociaciones, movimientos y nuevas comunidades eclesiales; por el desarrollo que va teniendo nuestro Plan Nacional de Pastoral con su itinerario de evangelización y misión permanente, y con sus casas misión y red de mensajeros; por los tantos líderes y ministros laicos que cada día se integran llenos de generosidad al quehacer pastoral de nuestra Iglesia, en el campo de la salud, la educación, la catequesis, la acción social y Cáritas; en nuestros Consejos diocesanos, parroquiales y comunitarios; en nuestras diversas comisiones y equipos de trabajo. Dios a todos los premie y colme de bendiciones, y que juntos hagamos realidad en nuestras vidas el lema de este año: “En familia y fraternidad cambiemos la sociedad”.

Honor a sus Fundadores.-

41. Antes de terminar queremos honrar a los integrantes de la Conferencia que se nos han ido a la Casa del Padre desde donde nos siguen estimulando con su recuerdo y ayudándonos con su intercesión. Son ellos nuestro primer Cardenal Octavio Antonio Beras Rojas (+1990), portento de bondad y empeñado en mejorar la formación de los sacerdotes y dominicanizar la Iglesia; Mons. Hugo Eduardo Polanco Brito (+1996), trabajador incansable que supo sacar tiempo para escribir diversos libros de nuestra historia; Mons. Francisco Panal Ramírez (+1970), capuchino, hombre de oración y abnegación que fue capaz de enfrentarse al régimen trujillista; Mons. Tomás Francisco Reilly (+1992), redentorista, capellán castrense durante la II guerra mundial, un bostoniano que cambió su universitaria y bella ciudad por los caminos polvorientos y pueblos abandonados de nuestro sur profundo; Mons. Ronald Gerard Connors (+2002), redentorista, generoso y sencillo, entregado a su misión pastoral; Mons. Juan Félix Pepén Solimán (+2007), frágil de cuerpo pero de fino y firme espíritu, aguerrido en la defensa de los campesinos del Este; Mons. Roque Antonio Adames Rodríguez (2009), listo y bien formado intelectualmente en España y Roma, de las que vino laureado con los títulos de Licenciado en Sagrada Escritura y Doctor en Teología. Ya Obispo de Santiago de los Caballeros revolucionó las estructuras pastorales de esa Diócesis y se granjeó pronto la estima de sacerdotes y fieles.

42. Aunque no perteneció a la Conferencia es de justicia recordar a Mons. Ricardo Pittini Piussi (+1961), salesiano, un enamorado de la educación y muy sensible a los problemas de la juventud con el mérito de haber traído acá a sus hermanos de Instituto religioso, los Salesianos, que tanto han contribuido a la formación de la juventud con sus Institutos de formación técnica, sus colegios y escuelas. Dios les ha premiado con abundancia de vocaciones.

Conclusión

43. Al celebrarse también este año los 50 años del Concilio Vaticano II no podemos silenciar esto debiendo tanto nuestro hacer y el modo de hacerlo a este evento. Al convocarlo, el admirado Beato Juan XXIII quería situar a la Iglesia en la modernidad. Este bondadoso Papa sólo presidió la primera de las cuatro Sesiones del Concilio, porque murió el 6 de junio de 1963. Correspondió al Siervo de Dios Pablo VI presidir las tres restantes Sesiones y concluir el mismo Concilio, el 8 de diciembre de 1965 e iniciar su aplicación. El trabajo fue arduo pero lo consiguió. En el trasfondo de los grandes cambios de la Iglesia entre nosotros -cambios muy beneficiosos- está el Concilio Ecuménico Vaticano II. Por eso nosotros los Obispos, y queremos que lo hagan con nosotros todos nuestros fieles, damos infinitas gracias a Dios por tan extraordinario regalo.

44. Cerrando ya esta Carta Pastoral, queremos dejar muy claro que nos sentimos gozosos y orgullosos por todo lo que ha hecho la Conferencia del Episcopado Dominicano, pero que al mismo tiempo con toda la sinceridad de que somos capaces hacemos nuestra la frase del Evangelio: “Señor, siervos inútiles somos. Sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer” y con San Pablo a los corintios proclamamos: “Ni el que planta es algo ni el que riega sino Dios que es todo en todo. El es el que hace crecer lo sembrado” .

45. Llenos de gratitud ante el Padre Celestial por estos 50 años de existencia al servicio del pueblo de Dios y cargados de esperanza para los años venideros, nos encomendamos una vez más al maternal cuidado de Nuestra Señora de la Altagracia, implorando para nosotros y para todo el pueblo dominicano la gracia de su protección y la bendición de su Amado Hijo, nuestro Señor Jesucristo.

Santo Domingo 21 de enero del año 2012, fiesta de Nuestra Señora de la Altagracia.

miércoles, 18 de enero de 2012

La intolerancia... en pie de guerra


Casi todos tenemos alguien a quien llorar. O, nuestra familia, en su defecto, carga consigo con el manto del dolor. Nadie, o muy pocos, pueden afirmar que quedaron a salvo de aquellos días en los que la arbitrariedad, la cobardía, el oprobio y la fuerza protagonizaron la vida de Quisqueya.

Fueron treinta y un años en los que la mentira y la ruindad nos asfixiaron. Luego vendrían otros doce en los que vida no sería mucho más fácil. Producto de ese casi medio siglo, República Dominicana perdió a muchos de sus mejor hijos.

Sus vidas, sus ejemplos y lo poco que se pudo rescatar descansa ahora en el Museo de la Resistencia, un espacio en el que la memoria emerge de las ruinas del pasado y nos obliga a descubrir lo que la historia en algunas ocasiones nos ha negado.

Han sido muchos los intentos que se han hecho en este país por ocultar lo que en realidad sucedió. Tanto se ha tapado el sol que aún mucha gente no tiene claro, por sólo citar un ejemplo, quién fue Joaquín Balaguer y todo el daño que hizo en el país.

También hay muchos que han querido jugar con el recuerdo de la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo, dándole matices positivos a lo que fue una época de dolor, miedo, abusos, muerte... y tantas pero tantas cosas que han de rescatarse para que nadie lo olvide.

Han de ser ellos, los que que se empeñan en jugar con la memoria, los que han amenazado Luisa de Peña Díaz, directora del Museo, y al personal que allí trabaja. La denuncia, grave, nos obliga a pensar en cómo la intolerancia se ha adueñado de nuestro país.

Vale preguntarse a quién o a quiénes les duele que se sepa la verdad. ¿Qué fantasma o gran señor quieren proteger? En una sociedad en la que el tiempo redime a los asesinos, la verdad, puede ser a cualquiera.

Hoy es el momento en que reclamos. No podemos permitir que nadie nos quite el único espacio en el que podemos repasar nuestra historia. Que nadie nos quite el recuerdo. De olvidar, perderemos lo poco que aún nos queda.

sábado, 14 de enero de 2012

Sobre la universidad de Haití


Días pensando si escribir o no sobre ello. Pero lo haré. Quizás por un desahogo o tal vez porque simplemente es lo que me corresponde. De cualquier forma, como varias personas me han preguntado, diré qué pienso sobre la universidad que el gobierno donó a Haití.

Si bien Haití necesita levantarse y la universidad representa el futuro para ese país, quizás en este momento no era lo más urgente. Aún queda mucha gente en la calle, faltan demasiadas cosas por hacer... pero en fin, es una obra que habla bien de un Estado que decide ayudar a otro que está atravesando un mal momento. Además será algo que quedará y siempre se verá como un gesto de hermandad.

También, sin embargo, lo hubiera sido un proyecto de viviendas para algunos de los 500 mil ciudadanos haitianos que están en la calle, un hospital para lidiar con los problemas de salud que dejó el terremoto, rehacer algunas de las escuelas que se destruyeron (con lo invertido se levantaban bastantes).

Hecha la universidad, ya poco sentido tiene hablar de si era o no lo más oportuno. Sólo resta hablar de ella, que es lo que entregamos. ¿Mi principal duda en torno a este tema? La ubicación de la edificación, que se encuentra en la comunidad de Limonade, Cabo Haitiano.

Consciente de que esto puede generar problemas, el gobierno do donó dos autobuses para que los estudiantes puedan trasladerse hasta la sede universitaria. Pero eso, ¿será sostenible en el tiempo para el gobierno haitiano? Pronto lo sabremos.

Por otro lado, llama la atención la inversión realizada en el edificio. US$30 millones de dólares, un monto que sorprende cuando se compara con otras obras de infraestructura dominicanas. No sé si es que la mano de obra haitiana o los materiales son muy baratos pero sorprende que toda una universidad cueste mucho menos que un parqueo, por ejemplo, si lo comparamos con la el de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

Hay que recordar que la universidad de Haití tiene cuatro edificios con 18 aulas (con capacidad para 35 estudiantes) para un total de 72 aulas y capacidad para albergar 2,520 estudiantes por tanda. Tambén cuenta con laboratorios, un comedor, edificio de servicios, plazoleta multiuso, edificios para administración, biblioteca, auditorio y decanato, además de las facilidades deportivas: una cancha de fútbol, pista de atletismo y área de vestidores.

Como ven, al comparar ambas cosas hay algo que no encaja. Tal vez seré yo la que delira. Puede, como siempre, que esté mal.

jueves, 12 de enero de 2012

Esa responsabilidad que todos debemos asumir


Cuando sucede nos lamentamos. Llegamos, incluso, a maldecir nuestra suerte. Pocas veces, sin embargo, nos preguntamos si merecemos lo que nos sucede y, más importante aún, si no hemos sido nosotros los que lo provocamos.

Apelamos a la suerte y a la responsabilidad de los demás. Todos deben comprometerse pero, ¿y nosotros? Esa es la gran pregunta que quiero hacerle hoy a todos los padres que han hecho caso omiso al reingreso de las clases y provocarán que se pierdan cuatro días de docencia.

¡Qué fácil acabamos con el sistema! ¡Qué poco nos cuesta echarle las culpas a los maestros cuando nuestros hijos no aprenden! Y lo que debemos hacer nosotros, ¿acaso no es importante también?

Como en la vida, siempre nos detenemos a ver a nuestro alrededor pero no hacemos ese ejercicio de autoanálisis que tanto puede ayudarnos para evitar y/o entender lo que nos sucede. Hoy creo que ha llegado el momento de que cambiemos nuestra forma de actuar.

Son muchas las cosas que andan mal en el país. Desde la educación hasta el tránsito. Pero pocas veces reparamos en lo que podemos hacer, que es quizás muy simple, para cambiar el orden de las cosas. Si todos hacemos lo que esté a nuestro alcance, al menos algo mejorará.

Dejemos de buscar culpables externos. Aunque el gobierno, las autoridades, el amigo o hasta el vecino puedan ser causantes de algunos de nuestros males, nosotros también tenemos una cuota de responsabilidad.

En momentos en los que la política parece coparlo todo y soñamos con que venga un nuevo gobernante a salvarnos podemos caer en la tentación de cruzarnos de brazos. Eso es demasiado peligroso. No lo olvidemos.

viernes, 6 de enero de 2012

No, no trajeron nada


Me acosté tarde. Bastante tarde. Todo para ver si atrapaba a los tres guanajos de Oriente. Qué va. Por mi casa no se vieron. Si cruzaron lo hicieron demasiado rápido para que no pueda tropezarme con ellos. El reclamo, lo saben, era obligado.

Sin regalos para mí, aunque no me porté tan mal (sí, sí, me he aplacado bastante, ¿o no? Shhhhh.... por favor), los Reyes Magos no tenían cómo darme la cara. Y huyeron. Raudos y cobardes, no se atrevieron a escuchar la arenga que les tenía preparada.

Yo sé que mi listica era bastante difícil de respetar. Sin embargo, ¿esos honorables señores no pudieron, al menos, dejarme un par de mentas de guardia (a mí me gustan todavía)? Pues no. Ni siquiera unas menticas verdes me han dado.

Pero obviemos lo material. Los ángeles siempre andan cerca y terminan ayudándome en los momentos difíciles. Por tanto, no me puedo quejar. Si lo hiciera sería, incluso, un acto de irresponsabilidad.

Hay muchos otros que sí tienen motivos para ello. Son esos niños que se quedaron, ilusionados, esperando algo. Cada uno significa un fracaso. Ese de una sociedad, de un sistema, que no permite que todos tengamos las mismas oportunidades y le roba los sueños a la mayoría.

Volviendo a mi lista, sé que los Reyes la tiraron en el camino. Pedí, en primer lugar, que el día del Poder Judicial (mañana) sirviera para que reparamos en lo injusto que es nuestro sistema y en cómo se violan las leyes. En un país sin institucionalidad, pedir eso es ridículo. Pero lo hice.

También fue una tontería aspirar a que me trajeran un rayo pulvorizador de corruptos para salir de todos los camajanes que andan fuñendo la pista, así como un antídoto anticorrupción para evitar que salga otra manada de corruptos en el futuro.

Apelar a la justicia social es demasiado complejo. Por eso a Baltazar le instruí que me dejara un tanto de sensibilidad a ver si a todos, en particular a quienes nos gobiernan, les diera por hacer el bien en lugar de llenar sus arcas. También incluí en este apartado que les motivara a hacer un reajuste presupuestario para que Educación y Salud se llevaran una mejor partida.

En otro orden quise un alto a la violencia. Tanto feminicidio y maltrato duele. Quise que las mujeres tengan una mejor vida y que los hombres entiendan que la fuerza nunca debe ser usada. Además solicité que disminuyan los homicidios, que la gente tenga más paciencia y sea más racional. Se mata por cualquier cosa en estos días.

Erradicar el narco y sus efectos, evitar que el país siga la peligrosa espiral que a trapado a otras naciones; conseguir que cesen los préstamos y la economía personal de todos los doominicanos mejore y, por supuesto, disminuir las brechas que le roban la dignidad a las personas... esas fueron otras de las cosas que puse en mi lista.

Poco a poco, mientras escribía, fui pensando en las necesidades de nuestro país -y de muchos otros como el nuestro- y terminé con una lista larga y pesada. Si es que hasta pedí sabiduría para que sepamos a quién elegir el 20 de mayo. Por eso los Reyes pasaron de mí. Estoy segura. También habrán pasado de muchos otros que pidieron cosas más tangibles. Todos deberemos unirnos. Al final, si lo pensamos bien, nosotros somos el árbol y la vida. Por tanto, busquemos lo que queremos (o al menos hagamos lo que esté a nuestro alcance) y hagamos lo que sea posible por mejorar lo que tenemos.

jueves, 5 de enero de 2012

... Y hasta la piel tembló


Por momentos me impuse el silencio. No quería ser una de esas tantas voces que decían más (o menos, quién sabe) de lo mismo. El temblor ya me sonaba a hastío, a puto, a vencido... a todo eso que desagrada porque, a golpe de colectividad, te lo meten hasta por las narices.

Pero entonces me incomodé. Y necesité desahogarme. Conque mírenme aquí, haciendo de estas líneas ese mundo en el que puedo decir absolutamente lo que me dé la gana y si -¿por un momento?- se me van las tuercas no pasa nada: con dejar de leer tiene usted, amigo, suficiente.

Sé que este tono le puede molestar a muchos pero la verdad es que me da igual: quiero decir lo que salga de mi mente y de mis dedos sin editarlo, suavizarlo ni hacerlo más digerible. ¡Tengo deseos de gritar, de decir que estoy enfadada, aburrida, agotada... y quiero que me dejen tranquila!

No es fácil despertarse a las 5:35 am por culpa de un temblor que cada segundo rezuma esa histeria colectiva que comencé a descubrir poco después de las seis, cuando me di cuenta de que, a pesar de haber dado media vuelta en la cama tras tuitear "¡Qué f... temblor!", ya no dormiría absolutamente nada. Sueño liviano, vida pesada; el insomnio siempre puede hacerse presente.

Del momento del temblor sólo me sorprende cómo él se adentró en mis sueños para traerme a la realidad. En el momento en el que el sismo comenzó yo soñaba que hablaba con mi hermana Begoña y le comentaba que me estaba temblando la barbilla como a papá (cuando se incomoda o se preocupa le sucede eso) y luego le digo "no, mira, me tiembla el cuerpo entero". Tras la frase la conciencia emergió y pensé en que alguien mecía mi cama. Segundos después reparé en que nadie podía hacerlo, por lo que era evidente que temblaba la tierra. Me arropé, dije "Dios, que no pase nada" y me acurruqué. Intentar salir corriendo era muy absurdo. Cinco plantas son demasiadas para pensar que bajaría antes de que dejara de temblar. Por ello, y el temor a caer, me quedé tranquila y esperé que todo se dejara de mover.

Aunque era esperable que todo el mundo hablara, contara, comentara... y dijera algo sobre su experiencia y lo que sintió (el susto fue atroz, eso es innegable), nunca pensé que rompiéramos todos los récords alcanzados en materia de estupidez y cantidad de tonterías que somos capaces de decir y/o hacer por segundo. Vale entrar a Twitter o revisar los BB para comprobar hasta qué punto el dominicano pierde el juicio con algo tan natural como un temblor de Tierra.

No sé si es que tengo sangre de maco o soy demasiado pragmática pero no creo en ninguna profecía apocalíptica que me haga traducir un temblor en una suerte de preludio fatalista. No, no y no. Por eso me incomoda ver tanto salmo y tanta oración con vocación al terror y no por un sentido de verdadera fe y/o adoración. Quien cree de verdad y corazón ha de saber que el fanatismo y el absurdo nada tienen que ver con la cercanía al Señor. Por tanto, ¿para qué tanto show?

Respetando los temores y los cultos, que son asunto de cada quien, creo que las prédicas deben guardarse para los momentos adecuados. Es decir, para brindarlas a aquellos que están deseosos de escucharlas. Intentar imponerlas es violentar mi derecho a no querer oír cosas que me puedan alterar.

De ahí pasamos a los tsunamis y demás anuncios que demuestran lo poco que sabemos de este tipo de cosas. Para que haya un maremoto -que es como en realidad se denomina el tsunami (voz en japonés) en español- el epicentro del movimiento telúrico (terremoto, no se estrese) debe estar debajo del mar. Hay otras razones: la erupción de un volcán, un gran deslizamiento de tierra hacia el mar, la caída de un gran trozo de hielo o un terremoto de muy alta intensidad.

En la República Dominicana no hay volcanes ni icebergs y el temblor de esta mañana, cuyo epicentro estuvo en San José de Ocoa/Baní, fue de 5.3 grados en la escala de Richter. Por tanto, a menos que un meteorito hubiese caído del cielo al Mar Caribe, hoy no ha habido ninguna razón para que el mar nos abrazara con su cuerpo. Pese a ello, los temores hicieron saltar las alarmas y mucha gente empezó a creer que las olas les ahogarían. Ahora, quizás, rían su ignorancia.

Pero si el tsunami estuvo de fábula, la historia de que el temblor es la antesala del armagedón que se desatará el 21 de diciembre según lo que habrían predicho los mayas, es como para comenzar a acabar con la vida de los fundamentalistas que se entretienen a golpe de anunciar el fin del mundo. Por ellos, ya para joder, circuló un BC que decía "Estuvimos realizando algunas pruebas para el evento de fin de año. Disculpen las molestias. Att. Los Mayas". Al leerlo no supe si reír o llorar.

Sé que cada quien tiene derecho a pensar, decir, ser lo que quiera. Hasta la imbecilidad tiene su precio de vez en cuando. Sin embargo, creo que todos debemos aprender a guardar las formas. Porque, ¿no cree que se ve bastante mal que la gente sepa, confirme, que somos unos idiotas sin remedio? Yo, al menos, hago todo lo posible por evitarlo. Más o menos me va dando resultado.

Por eso hoy escribo todo esto. Es que de alguna forma tengo que parecer lo suficientemente inteligente como para que nada de lo que sucede me perturbe al punto de perder la razón. Cuando lo hago, lo reconozco, un cierto dejo de locura se apodera de mi. Y tiemblo. Juro que entonces tiemblo. Hoy lo he hecho varias veces. Él mundo ha dejado de temblar. Pero la gente aún me estremece.

martes, 3 de enero de 2012

No, no es putería


Ella era la última víctima del 2011. No murió. Pero su rostro y su vida quedarán para siempre marcados por aquel hecho. Con los dientes destrozados, una bala que se alojó en la clavícula y el alma más lacerdada aún, Anyi Cruz Perdomo sobrevivió por cosas del azar a un intento de homicidio.

Su verdugo, ese que tanto la ha lastimado desde que se casó con él, siempre le decía que ella no era nadie y que, con sus importantes amigos, tendría la impunidad garantizada. ¿Quieres llamar al fiscal? Toma el número, le dijo un día, llámalo para que veas cómo me lo paso por el trasero a los dos.

Así eran los días de Anyi con su esposo, un primer teniente del Ejército Nacional, quien empredió la huida tras dispararle y ahora es sólo un fantasma: nadie sabe por dónde anda.

El caso de Anyi no es único. 229 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o exparejas el año pasado. La cifra. Pero duele más cuando uno escucha que un hombre dice, con todo el desparpajo posible, que estos casos son producto de la infidelidad.

"Ellas son infieles y eso es lo que pasa", comentaba un compañero de trabajo cuando se habló sobre este caso. Le respondo que no es así, que muchas de estas mujeres ni siquiera han cometido adulterio y que, en caso de que así fuera, eso tampoco debe convertirse en una pena de muerte.

El, dueño de un machismo tan lacerante como absurdo, comenzó a intentar explicar cómo los hombres se obnubilan cuando les engañan. En ese momento, a pesar de que un dejo de indignación nos embargaba (a todas las mujeres que estábamos ahí), le dijimos que él tenía que agradecer que las mujeres no somos tan animales porque, si infidelidad es sinónimo de homicidio, a él lo hubieran matado hace muchos años ya.

Empezó una discusión tan fútil como inútil. Primero le reiteré que muchas de estas mujeres no habían sido infieles y que, para colmo, la mayoría eran ex mujeres de sus asesinos, por lo que ya no había ningún vínculo. De ahí pasamos al punto del sentido de propiedad, del egoísmo que hace que los hombres entiendan que las mujeres son de su propiedad y que tienen derecho a hacer con ellas lo que les plazca.

Fue mucho lo que dije. Todo en defensa del honor de unas mujeres que, ya muertas, son vueltas a asesinar. Su nombre se mancilla bajo el manto del morbo porque, sólo con él, los machos pueden justificar esta vileza. Nada sirvió. El dijo, sentenciando, “es pura putería”. Y con ello quiso zanjar el tema e insistir en que nosotras somos las culpables de lo que nos sucede.

La palabra putería provocó en mí una oleada de ira. ¿Cómo es posible que alguien reduzca un tema tan delicado a algo tan vulgar? ¿Cómo una persona puede acusar a alguien de su propia muerte? ¿Cómo justificar al macho haciendo entender que el problema es que las mujeres no se "comportan"?... mi reacción, incómoda, fue decir mil cosas más. Todo se resume a que no hay razón, no importa lo que pase, para matar a alguien. Quien defiende la vida debe defenderla en toda su dimensión.

La discusión terminó con la conclusión (suya, por supuesto) de que yo soy demasiado feminista. Por eso, porque no acepto la lapidación moral a la que se somete a las mujeres, no aceptaba ese punto de vista. A pesar de que le dije que no era asunto de feminismo sino de defender lo que es correcto, lo dejé de ese tamaño. El no entendería porque estaba dispuesto. El lleva muchos años como ese macho pisoteador de mujeres que cree que el hombre puede acostarse con quien quiera pero la mujer puede ser castigada si lo hace.

Les cuento todo esto porque es mucha la gente que piensa como él. Son muchos los hombres que, criados como ayer, entienden que tienen el poder de hacer con la vida de "sus" mujeres lo que ellos quieran. Por ello tanta humillación y dolor. Por ello tanta muerte y tanta mentira; tanta falsa putería con la que quieren justificar toda esa sangre que no se debe derramar.

Estos son los hombres que han hecho de la sociedad un lugar casi irrespirable para las mujeres. Son los que entienden que no tenemos derechos y que debemos vivir sometidas. A ellos hay que enseñarles que eso ya no es vida. Que todo ha cambiado y que el mundo gira en otra dirección.

A nosotras, las mujeres, nos obliga a pensar en los maridos, hijos, sobrinos, amigos... y en cómo desarrollamos nuestras relaciones hombre/mujer de forma que éstas sean saludables. Sólo así evitaremos que nos maltraten y que nuestros descendientes no sean maltratadores el día de mañana.

Son muchos los retos que tenemos por delante. Pero no podemos echarnos abajo. Tenemos que mantener la dignidad sobre todas las cosas. De nosotras depende que mañana nuestras hijas no mueran a manos de ningún hombre. También que dejen de acusarnos de putas.

lunes, 2 de enero de 2012

Ese día en que los Reyes "llegaron" el 9


Oriente de repente cambió de lugar. Los Reyes Magos, que tienen que llegar el día 6, de pronto se desorientaron. El Gobierno, que ya lo había anunciado, cambió el feriado del viernes para el próximo lunes 9 de enero. Y los Reyes, que saben que tienen que venir, de pronto se confundieron...

El viaje ya comenzó. Venir les cuesta tiempo. Habrá que explicarles que en la República Dominicana, por aquello de los puentes eternos, hay una ley que cambia los festivos para el lunes siguiente. Eso, por supuesto, si no son religiosos. Pero, ¿acaso el Día de Reyes no lo es? Pregunta de alguien que asume que la Epifanía debería ser igual que el día de Navidad.

Amén de lo que debería ser, el viernes los regalos deberán domir en cada casa y los niños quedarán jugando mientras los padres se van a trabajar. Eso, claro está, si es que los papás no decidieron pactar con Santa para así evitarle cualquier confusión a los pequeños.

Y como de días feriados hablamos, revisemos los demás que tendremos este año. El siguiente será el Día de la Altagracia, que se celebra el 21 de enero de cada año y no se cambia, por lo que será celebrado el sábado 21 de enero.

En cuanto al 26 de enero, fecha en que se conmemora el natalicio de Juan Pablo Duarte, Padre de la Patria, cae jueves y se trabajará: el feriado se transferirá al lunes 30 de enero.

Uno que se cambia es el Día de la Independencia Nacional y, por tanto, será celebrada el mismo lunes 27 de febrero.

En cuanto al Viernes Santo, tampoco se cambia y este año será celebrada el viernes 6 de abril. En lo relativo a la festividad del Día del Trabajo, que se celebra el 1 de mayo, su carácter es no laborable, pero se traspasa el feriado para el lunes 30 de abril.

Posteriormente viene Corpus Christi, que este año corresponde al jueves 7 de junio y, como no se cambia, será celebrada en esa misma fecha.

En cuanto a la siguiente festividad, que corresponde al Día de la Restauración de la República, no se cambia y se conmemorará el mismo jueves 16 de agosto.

Las fiesta del Día de Las Mercedes se celebra el lunes 24 de septiembre, por lo que no se transfiere, en tanto que el Día de la Constitución, que cae martes 6 de noviembre, será laborable y el feriado se transferirá para el día anterior, es decir, el lunes 5.

La festividad del martes 25 de diciembre, día en que se conmemora el Nacimiento de Jesús (Día de la Navidad), es inamovible y se celebrará el mismo día.

domingo, 1 de enero de 2012

Pasito a paso, hagámoslo


Y le hablaba a él. Pero no dije nada. Un "a ti, que ya te vas" fue lo único que atiné a comentar. Eso fue ayer. Por tanto, ya no sirve más que como una anécdota de lo que pudo haber sido: quizás algo lacrimógeno, tal vez esperanzador... quién sabe por qué la inspiración falló.

El día de hoy me siento a escribir porque algo me dice que hay que hacerlo. Tal vez sea la culpa por todas aquellas palabras que dejé en el tintero durante el 2011. Ay, cuánto pensé, cuánto discurrí pero cuánto callé. Mis silencios fueron más estridentes que mis momentos de lucidez, por lo que he de reconocer que fallé en muchos momentos. Pese a ello, tampoco se trata de amargarnos en este aún primer día del año.

Hoy no leerán propósitos, metas ni intenciones. Soy de las que no propone nada porque, normalmente, cada propósito termina despropositándome la vida; es decir, que siempre hago lo contrario a lo que establezco. Por ello, mejor no establecer e ir haciendo lo que mande el cuerpo, pida la vida y establezcan las circunstancias. Si es que al final la vida es lo que sucede cada instante y los instantes son imposibles de predeterminar (a menos, amigo, que tenga usted una rutinaria vida de infarto).

Pero otra razón más por la que no hago nada de eso es porque me parece absurdo marcar mi existencia en función de un calendario porque, ¿y si el porvenir debe ser trazado en febrero, marzo, abril...? Eso de diciembre o enero me suena muy a cliché y, aunque me he hecho fan de los lugares comunes, no sé vivir como en manada, haciendo las cosas justo como le apaña a los demás.

Si es que por rebelde he tenido una vida llena de bastantes bajos pero con las satisfacciones suficientes como para seguir en las mías, haciendo exactamente lo que me parece y no lo que alegra a los demás. Te aseguro que funciona, o al menos para mí es la opción, por lo que quizás el único consejo que puedo darte este día es que hagas lo que te plazca, si con ello no lastimas ni dañas. Ese, al final, es el secreto de la vida.

Como ven, si hasta para decir feliz Año Nuevo le busco la quinta pata al gato y, en lugar de desearles lo mejor, les salgo con uno de esos rollos patateros que nadie gusta de leer en estos momentos. A estas alturas, sin embargo, como está hecho, sólo resta apelar a su paciencia.

Finalmente, para no extenderme más, sólo les diré que espero que este 2012 tengan todo lo que desean. Que la felicidad, más que un proyecto, sea una realidad y que todo lo que hagan sea un peldaño para alcanzar la plenitud. Recuerden que son los pequeños pasos que damos los que nos lleva a lograr las grandes cosas. Hagamos de este nuevo año algo grandioso. Pero no lo hagamos por inercia, sino disfrutando de la experiencia. Ahora sí, feliz 2012.