Echados a dormir, como si al cerrar los ojos la realidad se esfumara, hemos pasado años ignorando todo lo importante. Por eso ahora, cuando comienzan a decirse en voz alta algunas de las cosas que decidimos no ver, hay quienes se resisten a creer que realmente son ciertas.
Como ejemplo vale el caso del senador Félix Bautista, archivado por la justicia sin darle más importancia que la de un papel barato a pesar de que durante su gestión al frente de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE) se erogaron RD$14 mil millones cuyo destino es bastante dudoso (hubo pagos y avances por RD$8 mil 469 millones y enmiendas a los presupuestos originales por RD$6 mil millones).
A pesar de que la duda está ahí, hay quienes no creen oportuno que el caso se ventile porque lo ven como un posible intento de querer sentar al ex presidente Leonel Fernández en el banquillo de los acusados.
Al escucharles uno se pregunta, ¿hay alguna razón por la que la justicia, si lo entendiera prudente, no puede citar a Leonel? ¿El que el ex presidente pudiera tener algo que ver nos obliga a eximirnos de saber qué hizo Bautista al frente de la OISOE? Sólo pensarlo es un desatino.
A estas alturas, en las que ser funcionario ha sido sinónimo de hacerse millonario, no es sólo a Félix Bautista que hay que investigar: demasiados patrimonios se han amasado sin que entendamos cómo. El verdadero obstáculo para indagarlo no es Leonel Fernández, estoy segura, sino la espiral que puede desatarse si investigan cada fortuna: todos son cuadros del PLD y el partido, no lo olviden, es Gobierno. Eso es todo.
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