viernes, 16 de marzo de 2012

Un plagio... ¿por amor a qué?


Las letras bailan en una sinfonía especial. En lugar de jugar sobre el papel, lo hacen en el alma de una chica que ha decidido beberse las letras para hacer de ellas algo distinto: un instrumento para refrescar su vida.

Las imágenes no dejan lugar a dudas. Son una invitación a empaparnos con los libros, a hacer de ellos algo tan nuestro como el alimento de cada día... y lo hacen de una forma tan chula que, al descubrirla, aquí decidimos hacernos con ellas y tomarlas para el anuncio de la Feria del Libro.

Fue así como el martes pasado (13 por coincidencia) el Ministerio de Cultura tuiteó y subió a Facebook un comercial que, filmado en un vagón del Metro, mostraba a una muchacha sorbiendo letras de un libro. Al final, nos dice: "no sabes lo que refresca un libro". El video, muy bien hecho, fue subido también por la productora que lo hizo, Bluepoem Films, que se dedica a hacer videos de boda y es propiedad de los hijos del ministro de Cultura.

Hasta ayer todo fue muy bien. Elogios, cheverismo y un anuncio divino para la Feria. Pero todo pasa. Cuando las cosas no se hacen bien, la gloria nunca se alcanza. Eso fue lo que sucedió cuando se descubrió que el video puesto a circular el martes anterior no era más que un plagio casi perfecto del anuncio de la Feria del Libro de Bogotá del año 2010.

Al descubrirse la copia, que sólo obvia la frase final puesto que dice que "aquí hay libros para todos" (lo que recordaría a la campaña de Hipólito Mejía), el Ministerio de Cultura se despachó diciendo textualmente lo siguiente:

"El Equipo de Dirección de la Feria del Libro de Santo Domingo informa que en el proceso de preparación del comercial promocional de la próxima edición de la Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2012, ponderó varias propuestas, entre ellas, un comercial que la Feria Internacional del Libro de Colombia había preparado para su edición del 2010.

En ese tenor, el Equipo consideró tres (3) versiones de comerciales para la Feria, sentro de las que se encontraba el referido spot. Por un desliz del Departamento de Comunicación y Audiovisuales, una versión no oficial que no había sido la aprobada por el Equipo, fue subida a la red.

Para la mejor ejecución de una de estas tres ideas de comerciales, se pidió el apoyo gratuito de los servicios técnicos de una empresa que no se dedica a la publicidad, sino a la filmación de eventos privados. El apoyo, sin costo alguno para el Ministerio, consistió en el préstamo de las cámaras y ayuda en la edición de video. Para la realización de ese comercial específico, se contrataron dos talentos, así como los servicios de un experto que hizo los efectos especiales, únicos costos en los que incurriría el Ministerio por dicho concepto, cuyo monto no supera los setenta mil pesos.

Dicho acercamiento se realizó en función de los escasos recursos con que cuenta la Feria del Libro para la producción de comerciales. Es usual que la institución solicite la ayuda de empresas para la producción y colocación de los comerciales en los medios de comunicación.

El comercial preliminar de la Feria del Libro tiene tres semanas en el aire, en los medios que nos apoyan gratuitamente, de modo que el que ha circulado sin autorización no es el aprobado. Este spot preliminar fue realizado por la Dirección de Comunicación y Audiovisuales del Ministerio.

La Dirección de la Feria del Libro de Santo Domingo pide disculpas por los inconvenientes que la divulgación desautorizada de una de las versiones del comercial haya provocado. Y deja formalmente establecido que cualquier medio de comunicación está autorizado a conocer los detalles de cómo se organiza el evento ferial y la transparente administración de los recursos que ha sido, y es, uno de los puntos fuertes de la presente gestión cultural".


Pedir disculpas está muy bien. Hacerlo mintiendo, sin embargo, es terrible. ¿Por qué digo que mienten? Para comenzar, recordemos que no sólo Cultura subió el video a las redes sino que también lo hizo la productora, lo que demuestra que fue filmado con fines de reproducción. Nadie en un departamento de Comunicaciones va a reproducir un video sin autorización. Eso lo sabemos bien todos los periodistas.


Amén de ello, hay otras cosas cuestionables. Por ejemplo, que filmaran el video sin autorización de Nacho Martínez, presidente de la Agencia Detonante de Emociones de Colombia, que realizó el comercial original de la Feria del Libro de Bogotá.

Entrevistado por Huchi Lora en su programa de radio ayer en la tarde, Martínez explicó que en Cultura no le pidieron autorización para grabar este anuncio pero que lo llamaron ayer (alrededor de las 5:30 de la tarde) para preguntarle cuánto cobraba la agencia por la idea. Nunca le dijeron, sin embargo, que ya el comercial estaba grabado. Por ello, Martínez dijo que consultará con sus abogados.

Momentos después Huchi entrevistó al director de la Feria del Libro, Pedro Valdez, quien confirmó el plagio y dijo que filmaron el video para "ver cómo quedaba". Posteriormente, Valdez confirmó que la copia del spot la hizo la agencia de María Lantigua, hija del ministro de Cultura, pero "fue gratis". ¿Lo mejor? Valdez dijo que, ante la falta de presupuesto de la Dirección de la Feria del Libro, "Bluepoem hizo la copia del spot gratis, como un acto de amor de la hija del ministro".

No sé qué tan fácil será explicar en un tribunal, si la agencia de Colombia demanda, cómo un acto de amor se traduce en plagio o como un plagio se define como acto de amor. Verdadero acto de amor habría sido que hicieran un comercial propio, gratuito, y nos hubiesen evitado el bochorno de ser oficialmente plagiadores.

Es difícil saber en qué terminará este asunto. Pero los plagios, y es bueno que se sepa, no quedan sólo en el video de la Feria: el logo, con libros como reciclándose, es copiado de un anuncio de la librería Ana, una tienda que vende libros de segunda mano en Singapur. El afiche fue hecho por Leo Burnett Singapur también en el 2010.

Así las cosas, tenemos que es el Ministerio de Cultura el que parece sentir amor por los plagios -con nepotismo incluido- en lugar de apostar por la creatividad local. Qué triste ver que una institución que promueve la creatividad y la cultura apueste por lo foráneo y la mentira. ¡Qué ejemplo!

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