martes, 13 de marzo de 2012

Un día a sangre y dolor


Ayer fue un día escrito con sangre en el calendario. Murió gente, demasiada, de forma trágica, insensata... tanto fue lo que vimos que hubo un momento en el que no teníamos claro que si estábamos despiertos o en medio de una pesadilla.

El fin de semana no había sido simple. También habían muerto mujeres a manos de sus parejas y la policía asesinó a Freddy Florián Martínez, de 28, quien no se detuvo cuando lo mandaron a detener en Los Minas. Los familiares de la víctima contaron que la Policía persiguió a su pariente porque creían que el carro en que se desplazaba era robado. Durante el incidente resultaron heridas la esposa del joven, Berenice Machado, a quien le dispararon en la mano a pesar de estar de estar embarazada, y la madre de ella, Wilma Adonis Machado.

El domingo no quedó exento de tragedia. Para comenzar murió Santa Inés Verónica García Arias, de 42 años, a consecuencia de las heridas punzo cortantes que, en el pecho y la espalda, le infringió su compañero Mariano Cisneros Capellán, de 34 años.

Por otro lado, u joven de apenas 26 años, Francisco Caamaño Vélez,fue asesinado de un tiro en la cabeza mientras compartía en un colmadón de Baní. La bala no iba dirigida a él. Pese a ello, tuvo la desgracia de estar en el lugar equivocado en el momento errado.

Aún no nos recuperábamos de todo esto cuando ayer un hombre fue asesinado y una joven herida en un hecho acontecido entre la Facultad de Economía y el edificio administrativo de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

Joel Gerffrand, de 48 años y de nacionalidad Haitiana, recibió un tiro a la cabeza, mientras que la joven Bianca Durán fue herida en el hombro. Aunque se dice que él tendría vínculos con el narcotráfico de su país, es inconcebible que algo así suceda en el interior de una universidad.

Ese mismo día una joven de 20 años, Alicia María Ureña, fue asesinada de un balazo en el pecho que le ocasionó su exconcubino.

Así, en sólo horas, corrió la sangre y la indignación. Al ver el panorama, uno se pregunta, ¿cómo rayos llegamos hasta aquí? Es incomprensible, indeseable, lo que está sucediendo en nuestro país, donde la vida parece valer menos que la mismísima nada.

Cada día un nuevo caso y más silencio. A nadie parece importarle o, lo que es peor, nos hemos acostumbrado tanto a ello que ya son meras noticias de esas que se pasan sin más. Oh, de nuestro país que se desangra a golpe de indiferencia.

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