Ver las imágenes sobrecoge. La emoción de la gente. Las muestras de cariño. El afán por tocarles. Todos enloquecen a sus pasos mientras, al calor de lo que sucede, muchas cosas languidecen.
Esta campaña ha tomado matices únicos. Vemos, por ejemplo, cómo el partido oficial se siente tan pequeño que no le basta con el candidato presidencial y su acompañante de boleta, sino que también debe salir a las calles el presidente del partido que, por demás, es el de la República.
El que busquen apoyos es su derecho. Lo que duele, sin embargo, es que en los casos del Presidente y su consorte parte los recursos que utilizan para tanta caravana sale de nuestros bolsillos (al menos vehículo, gasolina, seguridad...).
Aunque la pregunta pueda ser todo lo tonta que se quiera, yo quisiera saber por qué tienen que salir a hacer ese frente de tres. ¿Tanto necesitan convencer a la gente que un liderazgo no es suficiente? Si estuvieran tan convencidos de que están ganados -como dicen-, asumo, no tendrían necesidad de gastar tanto dinero de esa manera.
Al leer ayer las declaraciones de Reinaldo Pared, secretario general del PLD, yo me preguntaba si tanta seguridad no es más que una pose. Porque, de no serlo, ¿por qué actúan de esa manera?
Para quienes no lo leyeron, Pared aseguraba que la denuncia de Hipólito Mejía en torno a que habría militares involucrados en la campaña oficial respondía a una reacción del candidato porque los tres frentes conformados en el PLD por Danilo Medina, Margarita Cedeño y Leonel Fernández tienen de vuelta y media a los "pepehachistas y a Hipólito".
Pensando en ese frente, me vienen otras elucubraciones. Por ejemplo, si la salida del Presidente a la calle no es más que una manera de restregarle a Danilo que él solo no puede ganar las elecciones o si, en cambio, Leonel quiere ver cómo anda su popularidad y va ganando terreno para el 2016.
De cualquier manera, y aunque no le quedaba otra opción, al final no es Hipólito que pierde con ese famoso frente: pierde el país que, pobre y con limitaciones financieras, derrocha dinero en elevar el ego de unos dirigentes políticos para quien pesa más bañarse en orgullo, regodeándose cada cual en su "popularidad en lugar de compartirla, que ahorrar los recursos que ya necesitamos.
Pero además perderá también Danilo. Primero las circunstancias le impusieron la candidatura de Margarita, quien tiene gran popularidad y parecería opacarlo; ahora sale a apoyarle quien fuera su gran amigo y luego su adversario interno. Mañana, si Danilo gana, dirán que fue gracias a la pareja presidencial. Si pierde, se enterrará políticamente, ya que ni Leonel ni Margarita pudieron ayudarle.
Al final, como siempre, el gran ganador será Leonel, quien es el que tiene más carisma y arrastre de los tres. El, de cualquier manera, será un vencedor y se irá a casa con la posibilidad de volver.
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