viernes, 10 de febrero de 2012

Por qué nosotros tenemos que pagar los desaciertos de la UASD


Casi siempre han hecho lo que han querido. Están acostumbrados a presionar, gracias a su gran nómina de estudiantes y profesores, y a doblarle el pulso al gobierno. A veces han tenido razón. Otras, no.

Esta es una de esas veces. Buscan que el Estado le subvencione esa ARS fantasma que acaba de ser deshabilitada por la Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales (SISALRIL), una institución que demasiada paciencia tuvo con ella.

El rector Mateo Aquino Febrillet dice que la culpa de todo es del gobierno que no le da los recursos suficientes a la UASD. Sin embargo, ahora sabemos que la universidad ha incumplido la Ley 87-01 a unos niveles tales que sus empleados nunca han sido registrados en la Tesorería de la Seguridad Social.

A pesar de ello, como de costumbre, la UASD apela a la sensibilidad de todos los sectores para que su ARS funcione. Entonces uno se pregunta: ¿por qué siempre tenemos que pagar por sus platos rotos? ¿Volveremos a permitir que incumplan la ley?

En República Dominicana son muchos los sectores que quieren vivir a golpe de subsidio. Independientemente de que lo merezcan o no, creo que ha llegado el momento de que cada quien cumpla con su responsabilidad.

En el caso de la UASD hay muchas cosas que habría que revisar para que deje de ser ese elefante gigantesco que se traga nuestros recursos. Desde la infraestructura hasta la nómina, hay demasiados gastos innecesarios. También muchas cosas por cobrar. Así, ¿cómo funciona económicamente una entidad?

Es muy cómodo sentarse a pedir. ¿Por qué el rector no revisa sus costos? Que se organicen, al menos, una vez.

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