La noche se presentaba inquieta, distinta. Llovía a raudales y así, como si llorara, lo que quedaba del día se teñía bajo el manto de la duda. El hablaría, diría lo que muchos querían escuchar, y ya muchos lloraban en nombre de lo que perderían.
Yo no lo escuché. Por primera vez en mucho tiempo pasé de sus palabras y su anuncio. Me daba igual. Mi ánimo, un poco alterado, no era el mejor como para soportar el cinismo que suele ofrecernos. Por eso el ayer decidí no saber qué quería decirme Leonel.
Al final me enteré. Nadie puede abstraerse al punto tal de dejar pasar. Las noticias te alcanzan, aunque no quieras, y obligan a saber de ellas. Así supe que el señor que ocupa el Palacio Nacional decidió sacrificarse, según afirmó, en nombre del país.
"... con significativo respaldo de distintos sectores nacionales, con mayoría en las filas del Partido, con reales perspectivas de un nuevo triunfo electoral, sin impedimento legal insuperable, sólo con el propósito de hacer lo que consideramos correcto, de evitar posibles tensiones a la sociedad dominicana, consolidar nuestro proceso democrático y afianzar aún más la nueva Constitución, hago, por segunda vez, lo que no se había hecho en la historia dominicana: declinar, de manera voluntaria y espontánea,con actitud de desprendimiento, a una nueva repostulación presidencial", dijo el Presidente durante su discurso.
Pero esta no ha sido la única vez que Leonel Fernández se ha "sacrificado". Ser Presidente ha sido otra forma de hacerlo. Lean: En verdad, sólo me he considerado siempre y me considero, nada más, un humilde ciudadano, pero responsable que, desde temprana edad, asumió el sacrificio de aportar su modesto concurso a un mejor porvenir para el pueblo dominicano".
"Esa es la pasión que arrastra mi vida, y es la que siempre estaré dispuesto a desempeñar, hasta la muerte, desde cualquier posición, por más encumbrada o simple que sea, a favor de la libertad, la democracia y la justicia social del pueblo dominicano y de los pueblos del mundo", aseguró.
A pesar de que esa es su pasión y que está siempre presto a sacrificarse para dirigir los destinos del país, Leonel admitió que de buscar la repostulación y atender a los que se lo han solicitado "estaría reproduciendo una antigua y rechazada práctica histórica nacional de pretender perpetuarse en el poder".
Leyendo mejor estas líneas, se establece que el Presidente entendió que había gente que no estaba de acuerdo con su repostulación. "Mi decisión sobre este particular, más que descansar sobre aspectos constitucionales o legales, a lo cual, insisto, tendría legitimo derecho, se fundamenta, más bien, en consideraciones de lo que conviene o no, por razones estrictamente políticas, al pueblo dominicano y al Partido de la Liberación Dominicana".
Es por ello que, sin lugar a dudas, podemos asegurar que Leonel Fernández no renunció a la relección para hacernos un favor. Fue el temor al rechazo lo que lo obligó. Dejémonos de fábulas.
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