martes, 26 de abril de 2011

Danilo, un tema pendiente


Hace días comencé a escribir sobre el discurso que ofreció Danilo Medina en Santiago. Por una cosa u otra, sin embargo, no terminé la entrada. Hoy, tras la salida de Margarita Cedeño del ruedo, creo que es oportuno volver la mirada a aquel discurso en el que Danilo presentó oficialmente su precandidatura.

Repasando los párrafos del discurso, tenemos que quiere ser Presidente "para corregir lo que está mal; para dar continuidad a las cosas que están bien; pero, ante todo, para hacer lo que nunca se hizo".

Estas frases son parte esencial de su campaña. Con ellas nos encontramos en las nuevas vallas que se han colocado en estos días. Al leerlas, me queda una duda: qué está mal para Danilo y qué es lo que nunca se hizo. Esos dos puntos deben ser detallados en lo adelante.


¿No robará?
Una de las apuestas más osadas del discurso de Danilo Medina la encontramos casi al final de la pieza que, si bien es muy extensa, pudo resumirse mucho más.

Pero olvidemos el tamaño. Reparemos en la parte cívica de su discurso. "Quiero ser un presidente ético y moral. Y para eso son necesarias tres cosas:
Número 1: No robar y juro aquí que no robaré.
Número 2: La agenda de mi gobierno será la agenda de los problemas de nuestro pueblo.
Número 3: Lo que diga con mis palabras será honrado con mis actos".

Con esto, Danilo deja claro que este gobierno roba y que no cumple con su palabra, ya que su agenda no es la del pueblo. ¿Por qué inferir que eso fue lo que dijo? Sigan leyendo.

"Yo sé que el pueblo dominicano quiere, por encima de todo, un presidente que tenga el coraje de hacer lo que nunca fue hecho. Eso significa, entre otras cosas, disminuir considerablemente la miseria absoluta; significa disminuir la desigualdad social; Significa acabar con la corrupción y la impunidad; Significa ser verdaderamente un presidente de todos los dominicanos y, muy especialmente, un fiel y sincero demócrata".

Al hablar de los demócratas, enfiló duro. "No somos verdaderos demócratas si hablamos una cosa en público y en la noche, en el mundo de las sombras, hacemos prevalecer el juego de nuestros intereses personales y grupales". Eso, ¿se lo dice al presidente Leonel Fernández?

Otras cosas que asegura hacer es "impulsar el Estado Social y Democrático de Derecho que promueva y garantice la separación de los poderes, el perfeccionamiento de la administración de Justicia, la afirmación de los valores democráticos, los derechos humanos, la igualdad de oportunidades y el ejercicio responsable de los derechos y deberes de los ciudadanos".

Acto seguido Danilo dijo que hay que fortalecer los órganos de control y fiscalización del Estado para evitar la corrupción y la impunidad y se comprometió a promover la trasparencia, la rendición de cuentas, la ética pública y privada, la integridad y el sistema de consecuencias en la administración pública.

Oh, la pobreza.
Pasando a otras promesas, tenemos que Danilo gobernará para todos, disminuyendo considerablemente la desigualdad social y la pobreza absoluta que existe en nuestro país.

Y que, amén del crecimiento económico que ha tenido el país en los últimos años, él ha visto que la riqueza no llega a todo la población. "No basta, apenas, con tener empleo. Es preciso tener empleo con salario justo y buenas condiciones de trabajo. Un salario que dé a los trabajadores el poder de comprar lo que él y su familia necesitan. Y que puedan, así, tener una vida digna y feliz".

La propuesta se oye bonita. Del dicho al hecho, sin embargo, hay un inmenso trecho. A ese es que le temo. Porque, ¿cuántos años estuvo Danilo a la diestra del Presidente, siendo hombre fuerte? Historias hay, y bastantes, de cosas que él pudo cambiar pero dejó pasar.

Por eso, a pesar de la extensa apología al empleo y la felicidad -y luego dicen que sólo las mujeres somos cursis-, que da la duda de que sea capad de estimular la armonía entre el capital y el trabajo; de garantizar el aumento real de los salarios y el poder de compra del trabajador... en fin, de hacer todo lo que anunció.

Más difícil será garantizar que el sistema educativo pueda poner en marcha su promesa de que los alumnos entren a las aulas a las ocho de la mañana y salgan a las cuatro de la tarde, garantizándoles el desayuno y el almuerzo.

Para eso se requiere un gran esfuerzo económico. Pero Danielo apuesta a incrementar gradualmente el presupuesto de Educación para asegurar y superar el 4%. Dicho así queda claro que no cumplirá la ley. Entonces, ¿de dónde saldrán los recursos para la tanda única?

Mejorar la salud, hacer una cruzada contra la violencia, convertir al turismo en la "locomotora" del desarrollo nacional, promoverá la calidad de los productos agrícolas... en resumen, hará una nueva República Dominicana si llega a la Presidencia. Aunque no sabemos si lo logrará, ojalá que algún día tengamos el país de sus sueños.

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