lunes, 18 de abril de 2011

Discurso de Danilo Medina

Queridos conciudadanos y conciudadanas (o Pueblo Dominicano),

Es aquí en esta tierra, en la tierra de la heroica y valerosa Santiago, que quiero dar, hoy, pasos decisivos e irreversibles, en nuestro camino victorioso hacia la presidencia de la Nación.

Fortalecido por el apoyo de ustedes, de nuestro querido PLD y de miles de hombres y mujeres libres de nuestra patria, vuelvo a garantizarles que nada detendrá nuestro sueño de construir un nuevo tiempo para nuestra amada República Dominicana.

Como está escrito, de forma bien visible en varios carteles en este estadio, quiero ser presidente para corregir lo que está mal; para dar continuidad a las cosas que están bien; pero, ante todo, para hacer lo que nunca se hizo.

Hoy, por lo tanto, es un día de celebración, de unión, de alegría, pero ante todo, un día de firmar y reafirmar compromisos.

Compromiso con mi patria, compromiso con la democracia, compromiso con la libertad, compromiso con el empleo, compromiso con el desarrollo y compromiso con la justicia social.
Y por sobre todo es un día para firmar un compromiso con el futuro.
Y, principalmente, con las personas.
Porque el cuerpo, el alma y el corazón de un país es su gente.
Siendo así, todo debe girar en función de las personas.
La economía, por ejemplo, debe existir para las personas. Y no las personas para la economía.
Y como delante de Dios y la Constitución todas las personas son iguales, tenemos que hacer un gobierno de iguales - gobernar para todos.
Soy de aquellos que creen que incorporar a los más débiles y los más necesitados a la economía y a las políticas públicas no es solo algo moralmente correcto. Es, también, políticamente indispensable y económicamente acertado.
En los últimos años, los países que crecieron de forma más rápida, justa y equilibrada fueron aquellos que probaron que la mejor política de desarrollo es el combate frontal contra la pobreza.
Por eso, mi principal prioridad será, por un lado, disminuir considerablemente la pobreza absoluta en nuestro país.
Y, por otro, disminuir la gran desigualdad social que todavía existe en nuestra República Dominicana.
La verdadera democracia privilegia no solamente los derechos individuales.
La verdadera democracia promueve, sobre todo, derechos sociales. Significa inclusión social y participación popular.
Es de esta forma que, si soy elegido, quiero gobernar.
Este es uno de mis más sagrados compromisos.

Amigos y amigas,

Conozco muy bien qué es lo que está pasando en nuestro país. Vengo recorriendo todo el territorio desde hace tiempo. Escuchando las voces del pueblo, compartiendo sus dolores y compartiendo sus sueños.
Hemos avanzado y crecido y lo hemos hecho en forma ininterrumpida. No lo digo yo, lo dicen las más serias estadísticas internacionales. Pero todo ese crecimiento aun no ha llegado a la gente tal como ella lo necesita.
En suma: nuestra economía creció mucho en los últimos años. Ahora es el momento de distribuir esa riqueza con toda la población.

Es hora, por lo tanto, de repartir este crecimiento y hacer que llegue a todas las personas, a todas las regiones, a todas las ciudades y a todos los campos de nuestro país.

Las personas no son objetos.
Las personas son nuestros hermanos, nuestros padres, nuestros hijos. Gente de carne y hueso, inteligencia y alma.

Mi deseo de alcanzar la presidencia es para llegar a ustedes, para pensar en ustedes, para trabajar para ustedes. Con rigor, con responsabilidad, con coraje.
Sabiendo que de mi tarea dependen millones de hombres y mujeres dominicanos es que llevaré a cabo nuevas formas de gestión económica, política y social.
Eso comienza con un firme compromiso con el trabajo y con la dignidad del trabajador y de la trabajadora dominicanos.
Sí, porque no basta, apenas, con tener empleo.
Es preciso tener empleo con salario justo y buenas condiciones de trabajo.
Un salario que dé a los trabajadores el poder de comprar lo que él y su familia necesitan. Y que puedan, así, tener una vida digna y feliz.
Cuando esto sucede, el empleo no sólo dignifica al hombre y la mujer, sino también hace fructificar la esperanza. Renovar la autoestima. Ampliar y renacer la energía de felicidad.
Yo sé que ustedes quieren tanto a su familia como yo quiero a la mía. Entonces saben muy bien que pocas cosas pueden dejar a una mujer o a un hombre más alegre y confiado que un buen empleo. Y pocas cosas pueden dejar a una persona más triste, insegura y deprimida que el desempleo.
Un buen empleo hace un hombre, un padre, un marido y ciudadano mejor; hace a una mujer ser una madre, esposa y ciudadana todavía más productiva y dedicada; ayuda a los hijos ser mejores con sus padres.

En suma: el empleo organiza y armoniza la familia.
El empleo trae paz y fortalece la nación.

Quiero ser un presidente capaz de estimular la armonía entre el capital y el trabajo.
Quiero hacer un gobierno capaz de garantizar el aumento real de los salarios.
Capaz de garantizar el poder de compra del trabajador.
Capaz de proteger la economía nacional y de apoyar a todas nuestras fuerzas productivas.
Sé que eso solo es posible cuando un gobierno estimula la economía, garantiza la estabilidad, estimula la productividad en la industria, en el campo y en el sector de servicios.
Y, principalmente, cuando garantiza los derechos de los trabajadores.
Eso significa, en verdad, un nuevo compromiso con el empleo.
Y mi compromiso con el trabajo tiene por base un salario digno, la seguridad en el empleo, la educación y la capacitación para que el trabajador y la trabajadora puedan tener una vida más feliz.
Puedan tener el derecho a soñar y también tener la certeza que sus sueños se volverán realidad.

Mis amigas y amigos,

Nos proponemos hacer del empleo el eje de los programas sociales, mediante políticas intensivas para la generación de puestos de trabajo digno, apoyando la economía solidaria y a la economía familiar campesina. Ampliaremos la clase media mediante la reducción de la pobreza y defenderemos la calidad de vida y el acceso a servicios básicos de calidad para todas las familias.

Priorizaremos la protección social de los más vulnerables. Daremos puestos de trabajo dignos para las personas con discapacidades, seguridad social para los envejecientes, Y pondremos en el centro de los esfuerzos del gobierno y de la sociedad la protección de la maternidad y de la infancia y adolescencia.

Mi compromiso con los dominicanos y las dominicanas tiene por base una mejor calidad de vida.
Eso significa más seguridad ciudadana, mejor salud y educación de calidad, en todos los niveles.

Mejorar la calidad de la educación es el gran desafío.
Tenemos que preparar a nuestros hijos para un futuro mejor.
Para eso, entre cosas, vamos a crear la enseñanza integral en nuestras escuelas.
Los alumnos entrarán a las ocho de la mañana, tendrán desayuno, almuerzo y volverán a casa a las cuatro de la tarde. Así los padres tendrán la posibilidad de trabajar y mejorar el ingreso de la familia. Vamos a dignificar las condiciones de trabajo de los maestros y a fortalecer sus capacidades profesionales .Para conseguirlo, movilizaremos al país: juntos podemos lograrlo. Yo asumo el compromiso público de incrementar gradualmente el presupuesto para asegurar y superar el 4% para la educación.

Nada es más valioso para todas las personas que la salud.
Por eso vamos a ampliar el seguro familiar de salud a todas las familias y a crear un fondo para enfermedades catastróficas, para que no haya una familia que tenga que hipotecar o perder sus bienes por falta de recursos para atender una enfermedad. Eliminaremos los cobros en los hospitales. Ampliaremos la Atención Primaria, con un modelo familiar y comunitario. Desarrollaremos Redes de servicios tecnológicos de diagnóstico y tratamiento y Redes de transporte de Emergencias en Salud. Impulsaremos una Cruzada Nacional por la Calidad en Salud. La mortalidad materna y la infantil son una vergüenza nacional, reducirlas será nuestra meta principal. Para que todo eso sea posible, fortaleceremos la Rectoría pública, la capacidad de conducción estratégica, la capacidad de regulación y control, e impulsaremos la Carrera sanitaria. Y la participación y la corresponsabilidad social de las comunidades.
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Es preciso, también, una verdadera cruzada contra la violencia. Una verdadera cruzada en pro de la seguridad ciudadana.
Nadie soporta más los índices crecientes de violencia en nuestro país. Nuestros padres y madres tienen que dormir tranquilos cuando sus hijos están en las calles, no es posible que las mujeres y los hombres tengan que ir o volver del trabajo con miedo a lo que les pueda pasar en las calles; y no podemos permitir que se transformen nuestros parques, plazas y canchas en territorios de miedo e inseguridad.

Por eso seguiré desarrollando la lucha contra el crimen en todos los niveles, en especial combatir el crimen organizado y el narcotráfico.

Pero tenemos otro problema grave que nuestro pueblo enfrenta: el crimen social. Fruto de la pobreza y la marginalidad de vida.

Y las mejores armas para combatir eso son la educación, el empleo y más oportunidades para nuestra gente.

Voy a convertir al turismo en la locomotora del desarrollo nacional. Vamos a concretar un pacto a doce años entre todas las fuerzas productivas del país para atraer diez millones de turistas a la República Dominicana. La locomotora del turismo arrastrará con mucha fuerza al resto de la economía, impulsará el comercio, el transporte y al campo.
Pero en cuanto al campo para que eso sea posible debemos mejorar nuestros estándares de calidad para que nuestros visitantes consuman más productos agroalimentarios de nuestro país.

Los agricultores y productores agropecuarios serán protegidos por mi gobierno. Nuestro campo tiene extraordinarias posibilidades si sabemos y queremos apoyarlo para que produzca más. Y yo quiero y estoy firmemente decidido a realizarlo. Vamos a garantizar información, tecnología y crédito como ejes de una estrategia de fortalecimiento de la producción de alimentos. Implementaremos una Estrategia de Competitividad del Sector Rural Dominicano. Apoyaremos a los clusters de agronegocios. Fortaleceremos la producción social y solidaria y la articularemos con la empresa privada con estrategias de negocios inclusivos y comercio justo.

Vamos a priorizar el desarrollo de nuestro aparato productivo de bienes industriales, apoyando a las pequeñas y medianas empresas, garantizando el acceso a crédito, a la innovación tecnológica y a los mercados nacionales e internacionales. Enfrentaremos los nudos que afectan la productividad: el problema de la energía, el transporte, la baja calificación laboral.

Para nosotros, todos estos son, igualmente, compromisos sagrados.

Mis amigas y amigos,

Sé que no es fácil realizar una tarea de esta magnitud. Ni podremos hacerla de la noche a la mañana. Pero algunas cosas me dan la garantía y la seguridad de que todo eso es posible.

Primero, la potencialidad y riqueza de nuestro país; segundo, la fuerza, el coraje y la disposición para el trabajo de nuestro pueblo; tercero, mi propia vida llena de experiencia y amor por el pueblo dominicano.

Y una cosa más, especialmente, me da la certeza de que realizaremos nuestra tarea: es que me siento acompañado por ustedes en esta lucha.

La clave es asegurar un enfoque integral y una gestión coherente y direccionada, que articule las políticas sociales y las económicas, con una gestión pública eficiente, transparente y honesta. Juntar y articular las capacidades técnicas de nuestro país con el compromiso político de sus gobernantes y la voluntad y energía de una ciudadanía activa.

Yo no estoy solo en este camino. Vienen conmigo los agricultores y panaderos, los trabajadores informales (motoconchistas, chiriperos, venduteros, etc), los de la metalmecánica, los profesionales y artesanos, los jóvenes, las mujeres, los productores y fabricantes de muebles, los industriales y comerciantes, y los empresarios.

En fin, todos los que creen que el trabajo nos dignifica como personas y nos permite crear una mejor sociedad para dejarle a nuestros hijos.


Amigas y amigos,

Hoy, que estamos dando más impulso a la campaña electoral que nos llevará a la victoria, quiero dar un mensaje muy especial a las mujeres dominicanas y a los jóvenes dominicanos.
Les digo a las mujeres que conozco sus necesidades, ustedes me las han expresado muchas veces con lagrimas en los ojos.
Conozco y me emociona la feroz dulzura con que muchas de ustedes salen a luchar por el pan diario de sus hijos. No se equivoca quien diga que la República Dominicana anda y camina por el amor de las mujeres. ¿Qué sería de nuestras familias, de nuestros niños sin ustedes?
Ustedes son la muralla amorosa contra la desintegración y el deterioro moral de la nación dominicana. Yo esto lo sé muy bien. Les digo: No van a estar solas. Van a estar fortalecidas y atendidas en sus necesidades. Es un deber del estado y un derecho de todas las mujeres. Porque el porvenir de los futuros hombres y mujeres dominicanos depende de ustedes.
A los jóvenes les digo que los veo tanto como la fuerza viva del presente, como, también, los agentes de la realización del futuro nacional.
A ustedes les daré todo mi apoyo. Mi compromiso es ofrecerles la oportunidad de comenzar la vida con seguridad, libertad, trabajo y realización personal.
Los jóvenes, las mujeres y los más pobres, no tengan la menor duda, serán los primeros beneficiarios de la era de prosperidad que queremos construir.

Queridos amigos y amigas,

Tenemos decisión, tenemos un pensamiento estratégico para la nación, tenemos amor por nuestro pueblo. Solo nos queda poner todo lo que hemos aprendido y preparado al servicio de nuestros hermanos.
A mi familia, a mis hijas que están aquí conmigo, les digo, gracias por acompañarme. Nuestra familia va a sentir sin duda el esfuerzo de esta campana que se inicia, pero yo estoy confiado en la templanza, el amor, y la unidad de nuestra familia.
A mis compañeros de PLD les digo que llevemos nuestro mensaje sin odio, ni rencores ni enfrentamientos. Necesito de sus energías pero no quiero ningún agravio, ninguna rencilla. Todos somos hermanos. Podemos pensar distinto pero todos queremos lo mejor para el país.
A las mujeres, ancianos, niños y hombres de nuestra querida patria, yo les digo que tengan fe, que alegren sus corazones porque hoy estamos dando el primer paso hacia una República Dominicana más grande y fuerte, y un pueblo más feliz.
Quiero decirles que no vengo para desunir sino para unir.
No vengo para decidir solo, sino a compartir decisiones colectivas.
No vengo para mandar, sino a dialogar.
No vengo solamente para hablar, sino, ante todo, para escuchar.
No vengo para prometer, sino para realizar.
Y quiero decirles, por encima de todo, que no soy uno más, como tantos en toda nuestra historia que ya causaron males al país, que llegaron al poder a hacer prevalecer sus intereses y los de sus amigos, sin importarles los intereses de la mayoría de la población dominicana pobre e indefensa.

Quiero ser un presidente ético y moral. Y para eso son necesarias tres cosas:
Número 1: No robar y juro aquí que no robaré.
Número 2: La agenda de mi gobierno será la agenda de los problemas de nuestro pueblo.
Número 3: Lo que diga con mis palabras será honrado con mis actos.

Voy a impulsar el Estado Social y Democrático de Derecho que promueva y garantice la separación de los poderes ,el perfeccionamiento de la administración de Justicia, la afirmación de los valores democráticos, los derechos humanos, la igualdad de oportunidades y el ejercicio responsable de los derechos y deberes de los ciudadanos.

Hay que fortalecer los órganos de control y fiscalización del Estado para evitar la corrupción y la impunidad. Compromiso de promover la trasparencia, la rendición de cuentas, la ética pública y privada, la integridad, y el sistema de consecuencias en la administración pública.

Para lograr servicios más eficientes a los ciudadanos es necesaria la profesionalización de la administración pública.

Trabajaré para el fortalecimiento del poder de los gobiernos locales y el desarrollo económico social de los municipios, potencializando sus capacidades productivas, sus recursos naturales y atracciones turísticas.

Vengo para ayudar a nuestro país a avanzar por el camino del progreso y del fortalecimiento de las instituciones.
Mi candidatura está aquí para decir que este país no tiene dueños, sino socios honestos, iguales y responsables.
Que este país no quiere hombres y mujeres sometidos, sino ciudadanos libres.
Que este país está hecho por el trabajo unido y solidario de millones de familias.
Les repito: vine para contribuir a corregir lo que está mal, continuar lo que está bien y, principalmente, para hacer muchas cosas que nunca fueron hechas.
El pueblo dominicano no quiere un presidente que sea permisivo con lo que está equivocado. Pero quiere que sepa tener la humildad de dar continuidad a lo que se está haciendo bien.
No quiere un presidente que, por soberbia o partidismo, quiera destruir lo que sus antecesores hicieron, solo por el simple hecho de que no fue él quien lo comenzó o lo hizo.
Señalo aquí, en este magno escenario, que la próxima gestión del PLD dará continuidad y profundizará todas aquellas medidas y ejecutorias emprendidas en los gobiernos del compañero presidente, Doctor Leonel Fernández, orientadas a fortalecimiento del estado de derecho, la gestión de las finanzas públicas, y la estabilidad macroeconómica. Corresponde al compañero presidente Doctor Leonel Fernández, el mérito de haber rescatado la confianza y credibilidad en el gobierno, después de la incertidumbre y la inestabilidad en nuestra economía durante los años 2003 y 2004. Corresponde a las últimas dos gestiones del PLD, presidido por el compañero Doctor Leonel Fernández, el mérito de haber promulgado una constitución que perfecciona nuestra democracia y la modificación de una cantidad significativa de leyes para mejorar la transparencia, la rendición de cuentas y el mejor uso de los recursos públicos. Fue un gran acierto del compañero Doctor Leonel Fernández, la promoción de la amplia discusión y luego propuesta al Congreso de la Estrategia Nacional de Desarrollo, la cual enfatiza la necesidad de planificar en el largo, mediano y corto plazo.

Yo sé que el pueblo dominicano quiere, por encima de todo, un presidente que tenga el coraje de hacer lo que nunca fue hecho.
Eso significa, entre otras cosas, disminuir considerablemente la miseria absoluta; significa disminuir la desigualdad social;
Significa acabar con la corrupción y la impunidad;
Significa ser verdaderamente un presidente de todos los dominicanos y, muy especialmente, un fiel y sincero demócrata.
Porque no somos verdaderos demócratas, si hablamos una cosa en público y en la noche, en el mundo de las sombras, hacemos prevalecer el juego de nuestros intereses personales y grupales.
No somos verdaderos demócratas si queremos hacer prevalecer nuestros intereses sobre los verdaderos y sagrados intereses de la nación dominicana.
Y no seremos miembros fieles y verdaderos de nuestro querido PLD si no sabemos elegir, con altruismo y desprendimiento, lo que es mejor para nuestro partido, inspirados en el pensamiento y el ejemplo que nos legó el compañero Juan Bosch.
Conozco mi partido y reconozco los esfuerzos, los sueños, los ideales de mis compañeros.

Sé que solo están esperando esta señal de arranque para ponerse a trabajar por aquel que consideran el candidato más conveniente para nuestro partido y, principalmente, para todos los dominicanos.
Sepan que los necesito a todos, absolutamente a todos. Tenemos una campaña larga por delante y vamos a precisar toda nuestra energía y convicción para llevar a cada compatriota nuestro mensaje de amor, de fe y de esperanza.
Todos ellos me han hecho sentir que mi aspiración a presidir la presidencia de la República no es una cuestión personal sino la aspiración de tantos y tantos dominicanos y dominicanas que creen, que esperan, que necesitan, que nosotros los hombres y mujeres que ejercemos la actividad política expresemos su voz y resolvamos sus dificultades.
Si la política no mejora la vida cotidiana del pueblo termina siendo una cuestión de apetencia personal, mezquina y egoísta.

Queridos conciudadanos y conciudadanas,

Para terminar, me gustaría, decirles una única y decisiva frase: Tenemos un país bendecido por Dios. Dios ha hecho su parte, ahora nos toca hacer la nuestra.
Y decirles, finalmente:
¡Tengamos fe, porque ella es siempre necesaria!
¡Tengamos coraje, porque sin el nada se construye!
¡Pero, más que todo, tengamos esperanza, porque sin ella nada es posible!

Muchas gracias y que Dios los bendiga a todos.

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