Quizás exorcismo, quizás ejercicio de reflexión. De cualquier manera, no son más que palabras que se unen en un lúdico baile (sin pretensiones ni egolatrías).
jueves, 12 de abril de 2012
Exijamos debate y digamos no al bandereo inútil
La tarde de pronto se desvaneció. El tiempo se diluyó a través de la pantalla del celular y, hechos Twitter, nos convertimos en máquinas que intentaban dejar de pensar.
La rabia nos consumía. Era incómodo estar detenidos en un eterno tapón porque, de repente, al partido de gobierno se le ocurrió tomar la avenida Máximo Gómez para hacer proselitismo.
Aún la gente no se había repuesto del trastorno provocado por el PLD y el PRD el domingo pasado cuando tomaron la entrada y varias calles de la ciudad para hacer sus bandereos, cuando el martes a plena hora pico tuvimos que vivir una nueva falta de respeto.
Muchas personas tardaron hasta dos horas en llegar a sus casas por culpa del congestionamiento. Lo decían, con ira, mientras aseguraban que le estaban tomando manía a los candidatos que les robaban la paz.
Tal parece que ninguno de los partidos mayoritarios se ha detenido a pensar en el efecto que causa sobre la ciudadanía el que sucedan cosas como ésta: además de la animadversión, se torna en un duro cuestionamiento. Por ejemplo, partamos del combustible que se desperdicia (y que pagamos los contribuyentes), del tiempo que perdemos todos y, sobre todo, de lo inútil de los bandereos y caravanas, ya que ni miden simpatías.
Creo que, en lugar de aceptar como buenas estas prácticas, toca exigir que cesen de inmediato. Es hora de que los candidatos se centren en decirnos cómo resolverán los problemas del país. Dejemos la chercha, que sólo genera incomodidad, y pasemos a las cosas que realmente tienen importancia. El país lo agradecerá infinitamente.
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