jueves, 12 de enero de 2012

Esa responsabilidad que todos debemos asumir


Cuando sucede nos lamentamos. Llegamos, incluso, a maldecir nuestra suerte. Pocas veces, sin embargo, nos preguntamos si merecemos lo que nos sucede y, más importante aún, si no hemos sido nosotros los que lo provocamos.

Apelamos a la suerte y a la responsabilidad de los demás. Todos deben comprometerse pero, ¿y nosotros? Esa es la gran pregunta que quiero hacerle hoy a todos los padres que han hecho caso omiso al reingreso de las clases y provocarán que se pierdan cuatro días de docencia.

¡Qué fácil acabamos con el sistema! ¡Qué poco nos cuesta echarle las culpas a los maestros cuando nuestros hijos no aprenden! Y lo que debemos hacer nosotros, ¿acaso no es importante también?

Como en la vida, siempre nos detenemos a ver a nuestro alrededor pero no hacemos ese ejercicio de autoanálisis que tanto puede ayudarnos para evitar y/o entender lo que nos sucede. Hoy creo que ha llegado el momento de que cambiemos nuestra forma de actuar.

Son muchas las cosas que andan mal en el país. Desde la educación hasta el tránsito. Pero pocas veces reparamos en lo que podemos hacer, que es quizás muy simple, para cambiar el orden de las cosas. Si todos hacemos lo que esté a nuestro alcance, al menos algo mejorará.

Dejemos de buscar culpables externos. Aunque el gobierno, las autoridades, el amigo o hasta el vecino puedan ser causantes de algunos de nuestros males, nosotros también tenemos una cuota de responsabilidad.

En momentos en los que la política parece coparlo todo y soñamos con que venga un nuevo gobernante a salvarnos podemos caer en la tentación de cruzarnos de brazos. Eso es demasiado peligroso. No lo olvidemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario