jueves, 23 de enero de 2014

Felicidad es... ¡actitud!

Cada mañana, desde Twitter, les invito a ser felices. La vida es breve, les recuerdo, por lo que no se puede desperdiciar. Muchos han quedado en el camino -sobre todo últimamente- viviendo menos de lo esperado. Por ello, como nunca sabremos cuánto tiempo estaremos aquí (puede faltarnos muy poco, somos hijos de la eventualidad), creo que hay que aprovechar cada segundo y ser muy, pero muy felices.

Hacer un par de días, tras el saludo matinal, @martinfotografo me preguntó cuál era la clave de la felicidad. En el momento, no pude contestarle porque estaba ocupada. Luego pensé en que quizás un tuit era muy poco espacio para hablar de cómo ser felices. Escribiría una entrada en el "bló", esta, porque podría decir más cosas (definir la felicidad en 140 caracteres me sonó a un imposible). Cuando me senté, sin embargo, quedé en blanco: ¿cuál es la clave para la felicidad? ¿En realidad hay alguna?

Tras darle varias vueltas al asunto, y pensar en palabras que puedan traducirse en felicidad, comenzaron a llegar las típicas: amor, éxito, paz, riqueza, confort... las opciones pueden ser tan variadas como la imaginación o, incluso, el diccionario.

Repasando algunas de ellas, me di cuenta de que una sola palabra no puede recoger lo que es la felicidad. Si tenemos amor, nada más, ¿podemos tener felicidad? Lo más probable, si hay problemas de otra índole, es que no.

Pero, ¿y si tenemos éxito? ¿Podemos ser felices? Puede, si solamente nos interesa el trabajo. Ahora, ¿y si estamos solos, si nos sentimos huecos? Seremos infelices, al igual que si sólo tenemos riqueza: ella sola jamás dará felicidad.

Pensemos en la paz, la tranquilidad. Ellas son lo más parecido a la felicidad. Si estamos serenos, pocas cosas podrán sacudirnos. Pero, ¿eso es ser feliz? No, aún faltará algo, ese cosquilleo que trae consigo la plenitud. Oh, la plenitud, ¡esa es la palabra que andaba buscando! Ella es, definitivamente, el sinónimo perfecto de felicidad.

Pero, ¿cómo alcanzar la plenitud? Esa, al final, es la clave de la felicidad. Al pensar en ello, decidí que sería una mezcla de amor, de éxito, de paz y hasta de dinero. Si esas son las cosas que busca la gente, un coctel de ellas debe hacernos felices.

Entonces les recordé. Conozco gente exitosa, con dinero, que no tiene problemas, está casada y vive, en resumen, en su perfecta zona de confort. Pese a ello, son grises, no tienen nada que les estimule. ¿Qué les falta? Actitud. Creo que al final eso es lo que les falta.

Sí, ¿cómo no había caído antes? La actitud que tengamos frente a la vida siempre marcará la diferencia. Hay gente sin dinero, sin amor, sin "éxito" que se siente plena y es más feliz que el resto. Son personas que disfrutan con lo que tienen -mucho o poco, da igual- y ven la vida de una forma muy distinta. Su actitud es, por mucho, la gran diferencia. Y es que, en lugar de buscar la felicidad en cosas o personas, han aprendido a encontrarla en sí mismos. El día que aprendamos eso, seremos realmente felices.

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