Cuando la vi ayer la noté un poco extraña. Algo ajada, menos lozana que otros días, me preguntaba qué le pasaba. Sus ojos, a pesar de que la tarde estaba bastante entrada, se veían tristes, como aquel que no ha dormido.
Al principio, aunque no es su estilo, pensé que la parranda había sido larga. Por un día, total, ¡qué más da! Pero no, no fue así. No había dormido casi nada, en eso acertaba, pero la razón distaba demasiado de un bonche: ¡fue la bulla, el desorden de los otros, lo que no dejó dormir a mi hermana!
Hace años que papá vive muy cerca de la Abraham Lincoln. Antes esa era una zona tranquila, agradable, pero los últimos años se ha ido conviertiendo en un infierno: mientras más "cariño" le toman los muchachos, peor resulta vivir en el lugar. El ruido, producto de los momentos de "relax" no es nada agradable.
A pesar de que muchos se han acostumbrado a los bonches, el del 31 de diciembre rompió todos los parámetros. Y es que fue mucho más allá de los muchachos que oyen música y beben en las aceras de la Lincoln: las autoridades permitieron, no sé con qué juicio, que la emisora Kiss 94.9 FM cerrara el tramo de la Lincoln entre la Andres Julio Aybar y la Rafael Augusto Sanchez para hacer una fiesta que llamaron "#UltraMusicFestivalRD, un concierto urbano que terminó ¡A LAS 9:00 AM! del día primero (y porque llegó la Policía, como dijo el presentador que estaba animando la actividad).
Hasta ayer no sabía bien de qué iba el asunto. Había visto la calle cerrada pero nunca me figuré que fuera una actividad privada la que se haría ahí y mucho menos que se extendería durante toda la noche/madrugada y parte de la mañana.
Asumo que fue el Ministerio de Interior y Policía el que dio el permiso para realizar esa fiesta. El punto ahora es saber hasta qué hora dieron ese permiso -me niego a creer que fue hasta las 9:00 am- y por qué las autoridades que estaban patrullando la ciudad permitieron que esa fiesta se prolongara tanto.
No sé si es que la gente olvida que la avenida Abraham Lincoln está en el corazón de una zona residencial y que, por tanto, ese no es el lugar para hacer actividades multitudinarias. Mucho menos cuando se trata de conciertos con super bocinas que retumban en toda el área. ¡Ese permiso nunca debió darse!
Buscando quién patrocinaba el concierto me enteré de que fue la emisora Kiss 94.9. Cuando entré en su cuenta de Twitter (@kiss949) vi que el último tuit de la fiesta fue a las 7:04 am: "#UltraMusicFestivaRd Ahora en el escenario @LosTekeTeke", decía. El inicio de la fiesta, según consta en la propia cuenta, fue a las 10:00 de la noche. Es decir, que duraron 11 horas... ¡fastidiando a los vecinos!
Aunque estoy consciente de que sirve de poco quejarse ahora porque el palo ya está dado, estas líneas pretenden hacer un llamado para que se respete el derecho de la gente que vive ahí. No es posible que las autoridades permitan que la Lincoln siga siendo tierra de nadie en la que cualquiera puede hacer todo el desorden que le dé la gana. Lo del primero de enero fue un tremendo abuso. Nadie tiene derecho a robarle el sueño a todo un vecindario durante tantas horas (¡y con música urbana para colmo, que retumba más!).
Espero que fiestas como esta no se repitan. Hay que hacer lo que sea para evitarlo. Ya está bueno de que cualquiera se adueñe de los espacios de la ciudad sin respetar a quienes viven ahí. Si fuera a usted, ¿le gustaría? Seguro que no...
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