Una y otra vez les damos una oportunidad. Tras la condena, entiendo que he sido muy dura y me preparo para encontrarles un lado amable, algo que pueda aplaudir. Eso nunca sucede.
Ayer fue la última de las gracias de los honorables y bien pagados miembros de la Cámara de Diputados, quienes desecharon por “extemporáneo” el proyecto de resolución que buscaba autorizar que se le descontara el 10% de sus salarios para enviar esos recursos a la desvastada República de Haití.
La propuesta, pendiente de conocimiento desde enero del 2010, fue una salida demagógica que anunciaron los legisladores Víctor Terrero y Alejandro Montás el 14 de enero del año pasado.
Aunque la iniciativa contaba con el respaldo de todas las bancadas, nunca fue conocida a pesar de que, con un sueldo básico de RD$165 mil mensuales, ese 10% sólo representaba un descuento de RD$16,500. Eso, cuando aún quedan RD$150 mil más todos los beneficios colaterales, ¿qué tanto puede significar?
Pero para Haití, un país destrozado a casi año y medio de la tragedia, eso sería de gran utilidad. En total, si calculamos que hay 183 diputados, serían RD$30,195,000.
Marino Collante, presidente de la Comisión de Finanzas, justifica el rechazo de la propuesta basándose en que el Gobierno dominicano, del que la Cámara forma parte, ha brindado ayuda suficiente a Haití.
Escuchar tan mezquino razonamiento da mucha tela por dónde cortar. Porque, si partimos de esa lógica, es mucho lo que deberíamos quitarle a los legisladores. Para comenzar, hay que quitarles todos los recursos que gastan en programas sociales. Total, con todo lo que el Gobierno invierte en la gente, es más que suficiente.
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