Campañas llenas de luz y de sentimientos. Gestos que nos hacen saltar las lágrimas y, al mismo tiempo, agradecer la sensibilidad de tantos que deciden hacer algo por el país. A veces les vemos sumergidos en recuperar el medio ambiente (con recogidas de playas, sobre todo), mejorar la educación, hacer algo en el sector de la salud o de los derechos de los niños, envejecientes... son tantas que es imposible recordarlas todas. ¡Es que la responsabilidad social empresarial, por momentos, apabulla!
Aunque sé que no todas las empresas que tienen programas de responsabilidad social hacen de ellos una campaña, la mayoría ha caído en esa práctica. Por eso vemos, cada vez con más frecuencia, que viven enviando notas de prensa en las que promocionan lo que están haciendo.
Al principio eso me sorprendió. Luego me provocó inquietud. ¿Si de verdad lo hacen por responsabilidad, cuál es el afán de que los medios publiquen los detalles de esos programas? La respuesta es simple: en realidad lo que quieren es que el mundo lo sepa porque, a través de sos programas, tiene una publicidad gratuita garantizada.
El domingo pasado comprobé hasta qué punto llega esa situación. Leyendo un reportaje de Cynthia Abreu veía con tristeza que Alejandrina Germán, ministra de la mujer, hablaba del poco apoyo -prácticamente ninguno- que el ministerio recibe de las empresas privadas.
Hablando específicamente de las casas de acogida, Germán se quejó de que la ley 88-03 establece que las empresas pueden invertir en ellas y que eso sería parte de su responsabilidad social. Sin embargo, y a pesar de que han tocado las puertas de muchas instituciones privadas para pedir apoyo para esos hogares, aseguró lo siguiente: "no nos han dado ninguno, porque a ese programa no se puede dar publicidad".
He ahí el meollo del asunto: a pesar de que lo que se invierte en "responsabilidad social" se descuenta del Impuesto sobre la Renta, las empresas "invierten" en programas que puedan publicitar porque así promocionan su lado más dulce sin tener que gastar un centavo en ello.
¿Cuáles son los incentivos fiscales que tienen las empresas que invierten en responsabilidad social empresarial? Por un lado el artículo 287, de la Ley No. 11-92, admite la deducción del pago de impuesto hasta del 5% de la renta neta imponible para fines de donaciones a las ONG's. La Ley General de Educación también establece que las donaciones efectuadas por las empresas a las instituciones sin fines de lucro, consagradas a la actividad educativa, a la investigación y al fomento de la innovación tecnológica, quedarán exentas del Impuesto Sobre la Renta, hasta un cinco por ciento (5%) de la renta neta imponible.
Al final, como podemos ver, la responsabilidad social no es más que un negocio redondo para las empresas: destinan parte de lo que deben pagar al fisco mostrándose bondadosos frente a la sociedad y, al mismo tiempo, acallan su conciencia creyendo que de verdad lo están haciendo todo para mejorar el país cuando en realidad sólo están mejorando su imagen.
Ojalá que algún día esto cambie. Necesitamos que la responsabilidad social sea de veras responsable y no social. Urge que haya empresarios que quieran invertir donde más hace falta aunque esa inversión sea anónima y discreta. Este es un llamado a invertir en hacer el bien, de corazón, y no en quedar bien. Sólo así tendremos una mejor República Dominicana.
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