Quizás exorcismo, quizás ejercicio de reflexión. De cualquier manera, no son más que palabras que se unen en un lúdico baile (sin pretensiones ni egolatrías).
martes, 7 de diciembre de 2010
Leonel: un gran embustero
El viernes se marchó hacia Argentina para, a la sazón de la XX Cumbre Iberoamericana, decirle al mundo que está a favor de que los gobiernos de la región inviertan más recursos en educación.
Y entonces, mientras el país se viste de amarillo para exigirle que cumpla con la Ley 66'97 y destine el 4% del PIB al Ministerio de Educación, el presidente Leonel Fernández le da la espalda al compromiso que hizo frente a los mandatarios con los que compartió todo el fin de semana.
Aunque sabemos que él está acostumbrado a ello, resulta indignante que en la Cumbre se comprometiera a "reforzar los compromisos asumidos en torno al incremento de los presupuestos en educación" pero que su respuesta ante el país sea que destinará "como mínimo el 30% de los ingresos adicionales que obtenga por encima de las recaudaciones estimadas en el Presupuesto General del Estado del 2011, al sector educación para la construcción, remodelación y equipamiento de aulas”.
Con esto -que sólo habla de construir, remodelar y equipar aulas- Leonel no sólo le da la espalda a un reclamo del 91% de la población dominicana, tal como recoje la encuesta Gallup-Hoy, sino que olvida otro de los párrafos de la cumbre: atender las resoluciones aprobadas en la XX Conferencia Iberoamericana de Ministros de Educación, en los términos de desarrollo,
concreción, costos, sistemas de evaluación y compromisos".
En esa cumbre aprobaron como instrumento concertado para abordar los principales desafíos educativos de la región, el programa “Metas 2021: la educación que queremos para la generación de los Bicentenarios”, un documento que resalta la necesidad de invertir más recursos en educación.
Para Leonel eso es sinónimo de dar lo que le sobre sobre lo que proyectó en el Presupuesto del 2011. Ahora bien, ¿qué pasará, como ha sucedido en los últimos tres años, si no existe superávit? El Presidente se disculpará jugando a decir que le duele no poder dar más recursos.
Hay que reconocer que la jugada presidencial es bastante buena. El problema es que no todos somos idiotas. Por ello, rechazamos esta nueva apuesta de Leonel. Ya está bueno de que quiera jugar con nosotros y nos siga prometiendo aquello que sabe que jamás llegará.
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