viernes, 26 de agosto de 2011

Euclides, contra el PLD está usted


Ultimamente he querido decir tanto que he callado. Algunos silencios, personales, no afectarán a nadie. Los demás, los que tienen que ver con lo que nos pasa a todos, sí. Porque, ¿callar no es acaso una manera de convertirnos en cómplices? Quien no denuncia, no habla, da como bueno y válido todo lo que le pongan por delante.

Hoy, a escasos días para que termine el mes, romperé el silencio, dejando atrás esa apatía que a veces se adueña de los dominicanos, para hablar de una de las cosas más sorprendentes que han sucedido en los últimos días.

Se trata, indudablemente, de uno de los más grandes caciques del partido de gobierno, ese de la Liberación Dominicana, quien al parecer entiende que está por encima del bien y del mal. ¿Será que Euclides Gutiérrez entiende que su nombre le da derecho a pasarse la ley y las obligaciones por donde mejor le parezca?

Euclides es el señor de la verdad y la razón. Argumenta, interpreta la ley de electricidad como le parece, y afirma con desparpajo que no debe absolutamente nada. Para ello se ampara en una demanda, que está sabe Dios en qué fase, que estableció porque entendía que le cobraban más de lo que consumía. Y ahí comenzó todo.

Independientemente de la demanda, con su actitud Euclides demuestra que el peso de la arrogancia (¿basada en el respeto que, por años, le ha brindado la sociedad?) puede acabar con la coherencia, la prudencia y hasta la honra.

¿Cómo es posible que alguien, que se supone un referente moral de su partido, se niegue a pagar por un servicio? ¿Cómo se entiende qué, porque se le exige lo que es su obligación, quiera hablar de una campaña de descrédito contra su partido? Peor aún, ¿con qué calidad moral, alguien que incumple, se atreve a acabar con la prensa, los abogados y la sociedad?

Son muchas las cosas que habría que decirle a Euclides. Por ejemplo, que no es cierto que los periodistas seamos esos "analfabetos que andan buscándosela". La mayoría, sépalo bien, no le cobramos a ninguna fuerza oscura por lo que escribimos o decimos. Tampoco nos prestamos más que a lo que tiene que ser.

Nosotros, y lo digo en voz muy alta, lo que hacemos es denunciar lo que sucede a nuestro alrededor y esperamos, con la mejor de las intenciones, que todos seamos medidos de la misma manera. Porque, ¿acaso su "madera" de "líder" lo hace estar por encima de los demás? Si los ciudadanos normales pagamos, ¿qué lo exime a usted? ¿Que es funcionario? Su salario, que no lo olvide, sale de los impuestos que pagamos nosotros, por lo que tiene que pagar con mucha más razón.

Hoy Euclides vuelve a acabar con la prensa. El entiende que somos una pandilla de gánsteres al servicio de los que quieren acabar con el PLD y que le usamos a él de instrumento para tales fines. ¡Qué iluso! Para acabar con el PLD se basta el propio PLD que, ante una situación como esta, calla y otorga. Es usted, con su ejemplo, el que destroza la bandera de su partido porque le dice a los ciudadanos que los peledeístas asumen que tienen el derecho a burlarse de todo el mundo.

Es sorprendente ver cómo la vanidad de alguien puede ser tan grande. Euclides entiende que nosotros creemos que él encarna el partido y que, acabando con él, terminamos con el PLD. Pero no. Ni entendemos eso ni es eso lo que buscamos. No es una campaña de desprestigio. Es sólo un grito de que se nos mida a todos por igual.

Sé que me he extendido bastante. Antes de irme, sin embargo, no puedo más que externar mi solidaridad con quienes han recibido las más fieras críticas de Euclides: Nuria Piera, Alicia Ortega y Roberto Cavada, tres personas cuyo único pecado ha sido decir la verdad.

También quiero invitar a Euclides a que entre a Twitter y vea las caras de las personas que han dicho #EuclidesPagaLaLuz. Cada una de ellas, que paga su recibo mensualmente, exige que no haya privilegios. Sé que leer sus mensajes y ver quiénes lo dicen, no lo hará cambiar de idea. Pero al menos dejará de tener sentido la frase que dijo en el Gobierno de la Mañana: "Estoy enfrentado a los Twitter, los enemigos sin rostro".

Quizás siempre nos vea como enemigos. Pero apenas somos ciudadanos que creemos en la igualdad de derechos y obligaciones. Sin más. No se trata de otra cosa. Si paga, se dará cuenta de que su nombre pasará a la historia del Twittmundo. De verdad, es lo que queremos.

2 comentarios:

  1. excelente su análisis de esta situación, no basta con decir que uno es serio si no se demuestra que se es, triste es ver que los que tienen que dar el ejemplo hacen todo lo contrario.

    ResponderEliminar
  2. No se puede decir más claro, ni con más razón.

    ResponderEliminar