viernes, 11 de febrero de 2022

Envejecer es un regalo: ¡no debe doler!

Cuando leí la historia de Cheslie Kryst, la ex Miss USA que se suicidó, sentí una lástima profunda por esa chica que decía que "cumplir 30 se siente como un frío recordatorio de que me estoy quedando sin tiempo para ser importante ante los ojos de la sociedad, y es exasperante".

Creía que ella exageraba. Me recordaba a los 30, ahora que estoy llegando a los 50's, y veía una Marien espléndida, sin arrugas, con la cara y el cuerpo firmes, además de una energía arrolladora que era capaz de llevarse al mundo por delante.

Mirándola, desde el balcón de mis 48 años, era difícil entenderla porque la veía demasiado joven y hermosa. ¿Cómo podía decir que se estremecía por cumplir 30 años -¡solo 30!- cuando yo me siento mejor que nunca y estoy tan cerca de los 50?

En ese momento pequé de omisión y de olvido. Hace un par de días, sin embargo, recordé que yo también recibí muchas presiones a esa edad pero, lejos de claudicar, me mantuve firme y, a mi manera, triunfé. Lo hice, eso sí, a golpe de mucho dolor.  

Hoy, releyendo sus declaraciones, me identifico con uno de sus párrafos. “Demasiados de nosotros nos permitimos ser medidos por un estándar que algunos se niegan severamente a desafiar y otros simplemente aceptan porque encajar e ir con la corriente es más fácil que remar contra la corriente”.

Yo remé contra la corriente porque no me casé -de hecho fracasé en mi primer intento de hacerlo- y, por tanto, no tuve hijos (la idea de ser madre soltera me disgustaba porque para eso se necesita un temple y unas agallas que yo no tenía). La gente me fastidiaba por ello y me enrostraba que no estaba completa. ¡Cómo si hubiera un manual que seguir para vivir!

¡Cómo he entendido hoy a Cheslie! Sus preguntas me resuenan una y otra vez: “¿Cómo sacudo las normas inquebrantables de la sociedad cuando me enfrento al implacable paso del tiempo? Es la antigua pregunta: ¿Qué sucede cuando lo "inamovible" se encuentra con lo "imparable?”. Y continúa: “Luché en esta pelea antes y es la batalla en la que estoy peleando actualmente con 30”.

Yo estoy librando esa batalla ahora pero no lo sabía. Lo entendí recientemente e incluso le doy la razón cuando dice que “la sociedad nunca ha sido amable con los que envejecen, especialmente con las mujeres. (Con algunas excepciones ocasionales para algunos de los ricos y algunos de los famosos)”.

Aunque en su momento ese párrafo me pareció un tanto extremo porque no he trabajado en un medio en el que la edad es una cruz que te condena (como el modelaje), el 8 de febrero entendí muy bien de qué hablaba.

Todo fue por un tuit que reproduzco a continuación:

 

Lo bueno del caso de Larimar es que vuelve a sacar un tema importante: la mayoría de los hombres cree que puede decirle lo que quiera a una mujer y hay que celebrárselo. No es así. Eso de andar con “chulerías” que en realidad incomodan no tá de ná. Párenle ya.

Las respuestas no se hicieron esperar. Hubo de todo tipo. Algunas me llamaron poderosamente la atención porque me "insultaban" -o intentaban hacerlo- llamándome vieja y fea.

La mayoría de los que querían vejarme eran hombres. Algunos eran jóvenes pero también los había mayores que, paradójicamente, no estaban de buen ver. ¿Por qué, entonces, querían humillarme?

La edad para mí no es un problema. Voy haciéndome mayor con dignidad y asumiendo la belleza que entrañan la experiencia y la sabiduría de los años ganados.

Envejecer es un trayecto maravilloso en el que se conjugan la sensación del deber cumplido y la felicidad. Nunca antes me había sentido tan bien y siento lástima por quienes no pueden entender que lo bien que se vive cuando aceptamos que el tiempo pasa para todos.

Muchos amigos me han dicho que le di demasiada importancia a los comentarios. Y tienen razón. Pero lo hice porque no todas son tan fuertes como yo. ¿Y atacan de la misma manera a otra mujer que es como Cheslie?

Nunca entenderé por qué tanta gente tiene la necesidad de herir a los demás. ¿Por qué las redes se han convertido en tribunas para dañar? ¿Hasta cuándo vamos a permitirlo? Eso tiene que cambiar. Comencemos a hacerlo.

 

P.D. Les dejaré algunos de los comentarios… 

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Uy pero que viejas tan aburridas



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Tu eres difícil de bañar por eso esta sola


maximo cedano
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Otra Vieja amargada que no está buena y se ofende Santo Dios a dónde vamos a parar.

Juan Carlos Jerez

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Usted habla por experiencia de otras verdad, porque ta dificil decirle chulerias a usted Hombre llevándose la palma de la mano a la cara


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Generación de Cristal. Aunque a ustedes no les luce, son de una generación bien atrás.


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Mamá a usted nunca se lo dirán !!!! Puede estár y andar tranquila

2 comentarios:

  1. Marien al igual que tú cuestiono el porqué agreden tan cruelmente, y esa agresión me indica las carencias de valor, afectivas, de formación y educación de esas personas.

    Y concluyo que en esas vidas se sembró el dolor, la soledad, el rechazo, la vanidad, el rencor y la envidia, asesinas de lo bueno que habita en el hombre.

    Es de gran valía para mí el que te expreses con tanta honestidad. Es admirable tu entereza y disposición a analizar y hacer conciencia sobre el tema en tus redes, es lo correcto y aporta grandemente.

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    1. Tienes razón: nadie puede dar lo que no tengo. Ojalá que mis palabras sirva para quienes intentaron herirme se den cuenta de lo desagradable que es. Ojalá que algún día dejen de valorarnos por nuestra edad.

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