martes, 31 de diciembre de 2024

Por un año de nuevas palabras... ¡feliz 2025, Salva!

Hace tiempo tenía la costumbre de despedirme de cada año mientras se iba, en esas sus últimas horas que se me antojaban como una agonía y no como una oportunidad. Pesimista, aunque siempre jugué a la esperanza, solía enfocarme en aquello que había perdido y no en lo que podría llegar. Al hacerlo, ovidaba la magia del nuevo año: nos trae, además de las sorpresas, 365 nuevos chances de hacer las cosas de forma distinta y ser, como ordena el cliclé, mejores personas.

Este año fue muy distinto. Nos dio 366 oportunidades, una más que de costumbre, por lo que de entrada fue especial. En eso pensaba cuando abrí Twitter (me resisto a decirle X) y encontré el mensaje de Salva. Leerlo me conmovió hasta las lágrimas porque también he vivido muy de cerca -aunque no en primera persona- los embates de esa enfermedad (en el 2023 perdí a dos grandes amigas, Gior y Leonora, con menos de un mes de diferencia).
 
Como si las palabras de Salva no fueran suficientes para tocar el corazón  y pensar en quienes no están, en ese instante comenzó a sonar "Depende", de Pau Donés y su Jarabe de Palo, para recordarme que "de según como se mire, todo depende" y que, aunque es imposible olvidar a quienes se han marchado, tambièn es muy importane reparar en todos los que han logrado sobrevivir a esa y a otras enfermedades difìciles. 

Hoy, aunque comencé el dìa llorando, he decidido vestir el próximo 2025 con la alegría, el entusiasmo y las ansias de vida que menciona Salva recordando a su madre porque así debemos vivir cada día: con energìa y aprovechando al màximo cada aliento.

Como alguien que se amargaba por nimiedades y encontraba en el dolor una forma de vida, las palabras de Salva son un llamado a tierra: tengo demasiadas cosas que agradecer para detenerme en lamentaciones, asì que este nuevo año apostarè por usar nuevas palabras: ¡es tiempo de seguir sanando para tener una vida mucho mejor! ¡Feliz 2025!